- Global Voices en Español - https://es.globalvoices.org -

Entrevista con Aleksandra Lun, polaca convertida en celebrada escritora en español

Categorías: Europa Central y del Este, Europa Occidental, España, Polonia, Arte y cultura, Lenguaje, Literatura, Medios ciudadanos

Portada de la novela en español «Los palimpsestos» de Aleksandra Lun. Foto de  Filip Noubel, utilizada con autorización.

Los escritores exófonos [1] –autores que escriben en un idioma que no es su lengua materna– son un fenómeno creciente en el siglo XXI, en el que la migración está tomando unas dimensiones globales y los flujos migratorios fluyen en varias direcciones. Es importante distinguir entre los autores que han crecido en un entorno multilingüe, como Vladimir Nabokov [2], a menudo mencionado en este contexto, y los que aprendieron una lengua cuando ya eran adultos y decidieron escribir en un idioma inicialmente extranjero. Un ejemplo contemporáneo de este último caso es Jhumpa Lahiri [3], autora bengalí-estadounidense de lengua inglesa que ahora escribe en italiano [4].

Aleksandra Lun. Foto de Mirna Pavlović. Utilizada con autorización.

Otro ejemplo es el de Aleksandra Lun, hablante nativa de polaco y traductora experta, que un día decidió escribir ficción en español, idioma que empezó a estudiar cuando tenía 19 años. Su novela es precisamente una reflexión sobre la hibridación lingüística: «Los palimpsestos [5]«, publicado en 2015 en español, y ahora también disponible en inglés, cuenta la historia de Czesław Przęśnicki, escritor polaco que emigra a la Antártida, donde aprende el ficticio idioma local en el que escribe una novela.

Hablé con Lun sobre las razones por las que un escritor adopta un idioma inicialmente extranjero y sobre qué significa ser una autora celebrada fuera de su cultura de origen:

Filip Noubel: Eres hablante nativa de polaco y aprendiste español a los 19 años mientras trabajabas en un casino para pagarte los estudios en España. Actualmente eres una escritora en español, celebrada y traducida. ¿Cómo se produjo ese cambio lingüístico?

Aleksandra Lun: If we think about the Czech proverb [6] that says that we live a different life in every language we know, I have had several lives, as I am sure many of Global Voices’ readers have had too. According to my calculations, I could be now 136 years old, which is frustrating since I don’t seem to be receiving any retirement benefits! The way I see it, there has been no linguistic shift, only the fact that in one of my lives I am a writer.

We can see languages as multiverses, a concept from a theoretical framework in physics called string theory. Like a multiverse, each language describes a different story, a story that happens simultaneously to all other stories. Writers are just the people who put those stories down.

Aleksandra Lun: Si pensamos en el proverbio checo [6] según el cual vivimos diferentes existencias en cada idioma que conocemos, he tenido varias vidas, como seguramente sea el caso de muchos lectores de Global Voices. Según mis cálculos, en estos momentos podría tener 136 años, lo cual es frustrante porque no parece que nadie haya pensado en pagarme un subsidio por jubilación. Tal como lo veo yo, no ha habido un cambio lingüístico, sino el hecho de que en una de mis vidas soy escritora.

Podemos pensar en los idiomas como si fueran multiversos, un concepto del marco teórico de la física llamado teoría de cuerdas. Como un multiverso, cada idioma describe una historia diferente, una historia que ocurre simultáneamente a las demás historias. Los escritores son simplemente las personas que las escriben.
.

FN: ¿Escribes también en polaco? A menudo, muchos escritores bilingües o exófonos dicen que escribir en un idioma extranjero crea una distancia que les permite expresar cosas que, de otra manera, sería difícil decir en su idioma materno. ¿Estás de acuerdo?

AL: For “The Palimpsests,” I researched into cases of authors who changed languages: illustrious immigrants like Samuel Beckett, Ágota Kristóf, Joseph Conrad, Vladimir Nabokov, Emil Cioran and others. I didn’t find any common denominator since they all had their own reasons not to write in their mother tongue. Some took a time-specific decision to change, others did it naturally. Some switched languages for personal reasons, others for commercial ones. Joseph Conrad used to say that he didn’t choose English at all – it was English that chose him. He also said that English was the only language he could have ever written in, while Ágota Kristóf claimed she would have written in any language. There is a variety of choices and motivations, and they are all legitimate.

I cannot say that I don’t write in Polish since in my translations I write in Polish all the time. But my muses talk to me in Spanish, so translating their voice into Polish would just be double work. Regarding the distance that writing in another language is supposed to create, I think it all depends on the relationship you have with it. To me, Spanish is the most natural choice. Using it is no stranger than brushing my teeth – I might not receive retirement benefits, but I am proud to conserve my own dentition.

Portada del libro «Los palimpsestos» en la versión inglesa. Foto proporcionada por Aleksandra Lun, utilizada con autorización.

AL: Para «Los palimpsestos» investigué los casos de autores que cambiaron de idioma, inmigrantes ilustres como Samuel Beckett, Ágota Kristóf, Joseph Conrad, Vladimir Nabokov, Emil Cioran y otros. No encontré ningún denominador común ya que todos ellos tenían sus propias razones para no escribir en su lengua materna. Unos tomaron la decisión de cambiar de idioma en un momento concreto, para otros surgió de manera natural. Unos lo cambiaron por razones personales, otros por razones comerciales. Joseph Conrad solía decir que él nunca había elegido el inglés, sino que fue el inglés el que lo eligió a él. También dijo que era el único idioma en el que hubiera podido escribir, mientras que Ágota Kristóf creía que ella habría escrito en cualquier lengua. Hay una variedad de elecciones y motivaciones, y son todas legitimas.

Yo no puedo decir que no escriba en polaco, pues en mis traducciones escribo en polaco todo el tiempo. Pero mis musas me hablan en español, así que traducir su voz al polaco sería doble trabajo. Con respecto a la distancia que se supone que se crea al escribir en otro idioma, creo que todo depende de la relación que se tiene con esa lengua. Para mí, el español es la elección más natural. Usarlo no me resulta más extraño que cepillarme los dientes: aunque no me estén pagando una jubilación, me enorgullece seguir conservando mi propia dentadura.
.

FN: Has trabajado también como traductora profesional. ¿Cómo ha influido la traducción en tu relación con los idiomas?

AL: A translator’s work reminds that of doctor Frankenstein’s, since you kill a text in one language and resuscitate it in another. You cut your victim in pieces, put them back together, and wish that they leave your clinic looking better than the patient of Frankenstein. In the process you lose some peace of mind and a lot of preconceived notions about your own language. It is a happy loss since it takes you out of the story of one specific culture and opens you up to a much bigger, common story.

Now you understand what happens under the skin and you start seeing languages beyond the superficial layer of vocabulary and its pronunciation. You see the organs and the connections between them, aka syntax, and you understand that they are just one of many options. And you start asking yourself questions. Why do some languages use definite and indefinite articles? At some point there had to be a powerful and mysterious need to divide reality into “things we know something about” and “things we know nothing about”. As someone who comes from Slavic languages, where we only see “things,” I find it fascinating that we grow up in such different realities.

AL: El trabajo del traductor recuerda al del doctor Frankenstein, porque matas un texto en un idioma y lo resucitas en otro. Cortas a tu víctima en pedazos, vuelves a juntarlo todo y esperas que el paciente salga de tu clínica con mejor aspecto que el de Frankenstein. En el proceso pierdes algo de paz mental y también muchas nociones preconcebidas sobre tu idioma materno. Es una pérdida feliz ya que te hace abandonar la historia de una cultura específica para abrirte a una historia común y más grande.

Ahora entiendes qué pasa bajo la piel y empiezas a ver las lenguas más allá de la capa superficial del vocabulario y su pronunciación. Ves los órganos y sus conexiones, es decir, la sintaxis, y entiendes que son solo una de muchas opciones. Y empiezas a hacerte preguntas: ¿por qué algunos idiomas utilizan artículos definidos e indefinidos? En algún momento tuvo que haber una necesidad poderosa y misteriosa de dividir la realidad en «cosas de las que sabemos algo» y «cosas de las que no sabemos nada». Como alguien que viene de lenguas eslavas, donde solo vemos «cosas», me parece fascinante que crezcamos en realidades tan diferentes.
.

FN: En tu opinión, ¿qué significa «dominar» o «poseer» una lengua?

AL: In Europe or the US we seem to be obsessed with “speaking” a language, the ultimate ownership as opposed to thinking, dreaming or writing in it. Beyond this narrative, which is an effect of the Western world’s dictatorship of extroversion, a language is simply a world that you choose to live in. If you live in that world, you own its language.

AL: Parece que en Europa o Estados Unidos estamos obsesionados con «hablar» un idioma, que consideramos la posesión última de la lengua, al contrario de pensar, soñar o escribir en ella. Más allá de esta explicación, que es un efecto de la dictadura de extroversión del mundo occidental, un idioma es simplemente un universo en el que has decidido vivir. Si vives en ese mundo, su lengua te pertenece.

FN: Tu libro es extremadamente divertido, pero también tratas temas delicados como identidad, rechazo, migración, exilio y el deseo de integración. ¿Qué relación tienen con la lengua?

AL: Humour is an effective narrative tool since it brings things back to proportions. When you are an immigrant the last thing that is expected from you is to be funny. If you enter another culture, you are expected to behave as if you were invited to a formal dinner at your auntie’s: sit properly, eat up what you are served, be silent and smile a lot. If you have any interest in culture, you can listen to what the auntie’s intellectual friends have to say, maybe take notes and later try to translate them for your less fortunate friends, the ones that have not been invited. What nobody expects you to do is to arrive at your auntie’s disguised as SpongeBob, sit whenever you please, eat noisily your own vegetarian burger and start telling intellectual jokes.

Equality is difficult to achieve without humour because humour itself is a form of equality.

AL: El humor es una herramienta narrativa eficaz porque devuelve las cosas a sus proporciones justas. Si eres un inmigrante, lo último que se espera de ti es que seas divertido. Cuando entras en otra cultura, la expectativa es que te comportes como si estuvieras invitado a una cena formal en casa de tu tía: que te sientes con la espalda recta, comas todo lo que te sirvan, guardes silencio y sonrías mucho. Si te interesa la cultura, puedes escuchar lo que tienen que decir los amigos intelectuales de la tía, quizás tomar notas y luego intentar traducirlas para tus amigos menos afortunados, los que no han sido invitados. Nadie espera que llegues a casa de tu tía disfrazado de Bob Esponja, te sientes donde quieras, comas ruidosamente la hamburguesa vegetariana que has traído y te pongas a contar chistes intelectuales.

La igualdad es difícil de conseguir sin humor porque el humor es una forma de igualdad.

FN: Tu primera novela fue traducida al inglés y francés, y se está traduciendo al neerlandés. ¿Cómo prefieres que te describan? ¿Como una escritora polaca? ¿Como una escritora española, ya que tu segunda novela también está escrita en español? ¿O, simplemente, una escritora?

AL: I can be described as Jack the Ripper, if that satisfies the person describing me! I know that I will always be classified as belonging to this or that other culture, but it doesn’t mean that I need to identify with a label. In our impermanent world, nationality can seem a solid and objective category, but it is one of the least objective ones. It only describes one of your external characteristics from a historical perspective. Your passport says nothing about who you are now.

The concept of national literature is itself an extravagant one. No other art field has been divided into these categories – we don’t hear that much about “Lithuanian rock bands” or “Nigerian photographers”, do we? There is a logistic reason behind a division into nationalities, since a book is coded in a language and needs to be translated to reach audiences that don’t understand it. But once it is re-coded, the human experience it contains doesn’t differ from the one in a book published across the border. A passport itself is not a very interesting read, even if the airport queue is very long. I strongly recommend reading shampoo labels in the shower instead.

AL: Me pueden describir como Jack el Destripador, si eso satisface a la persona que me describe. Sé que siempre se interpretará que pertenezco a una u otra cultura, pero eso no significa que tenga que identificarme con un término. En nuestro mundo cambiante la nacionalidad puede parecer una categoría sólida y objetiva, pero es una de las menos objetivas. Lo único que describe tu nacionalidad es una de tus características externas desde una perspectiva histórica. Tu pasaporte no dice nada sobre quién eres ahora.

El concepto de literatura nacional es en sí mismo un concepto extravagante. Ningún otro campo del arte se ha dividido en estas categorías: no oímos hablar tanto de «bandas de rock lituanas» o «fotógrafos nigerianos», ¿verdad? Hay una razón logística detrás de la división en nacionalidades, ya que un libro está codificado en un idioma y necesita traducirse para llegar a audiencias que no lo entienden. Pero una vez que está recodificado, la experiencia humana que contiene no difiere de la que describe un libro publicado al otro lado de la frontera. Y un pasaporte en sí no es una lectura muy interesante, aunque la cola del aeropuerto sea muy larga. Recomiendo más bien la lectura de la etiqueta del champú en la ducha.

La traducción al español de esta entrevista la realizó la propia Aleksandra Lun.