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Nuevo orden mundial de medios en China: Entrevista con Cédric Alviani de Reporteros sin Fronteras Asia Oriental

Categorías: Asia Oriental, China, Censura, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, Relaciones internacionales

Revista china en un kiosko en Pekín. Foto de Filip Noubel, usada con autorización.

Desde que Xi Jinping [1] se estableció como líder indiscutible de China en 2013, el papel de los medios de comunicación globales en la remodelación de la imagen de China se ha convertido en una de las principales prioridades del Gobierno chino. Hoy en día, los esfuerzos de Pekín han logrado atraer a diversos periodistas y medios de todo el mundo que a menudo están motivados por incentivos financieros o simpatías ideológicas. Como resultado, acuerdan censurar el contenido que critica al Gobierno chino y promover las iniciativas globales de Pekín, como el proyecto Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda [2]. Las últimas pruebas aparecieron recientemente cuando un agente chino que desertó a Australia [3] reveló la profundidad de la infiltración china en los medios de comunicación, el Gobierno y los círculos culturales de varios países.

Varias organizaciones internacionales están dando amplio seguimiento a la influencia china a través de los medios, como Sinopsis [4], con sede en Praga, o el parisino Reporteros Sin Fronteras [5] (RSF), que publicó un informe titulado China busca un nuevo orden mundial de medios [6] en marzo de 2019, en el que se describen los esfuerzos de Pekín a este respecto.

Conversé con Cédric Alviani, director de Asia Oriental y de la oficina de Taipéi de Reporteros Sin Fronteras, para trazar el mapa de la influencia china y averiguar hasta qué punto los profesionales de medios y las opiniones públicas conocen este fenómeno.

Filip Noubel: En tu informe, Reporteros Sin Fronteras sitúa el origen de la reivindicación de Pekín de un nuevo orden mundial de los medios al concepto de relativismo cultural. ¿Podrías explicarlo?

Cédric Alviani: The doctrine of cultural relativism claims that each nation has the sovereign right to define its own criteria with regard to freedoms and human rights. RSF strongly opposes this unacceptable position since it diametrically contradicts the universality of human rights as stated in the Universal Declaration of Human Rights. Cultural relativism allows China to release a week before the 70th anniversary celebrations of the People's Republic of China a white paper [7] concluding that it has become a true democracy and a champion of human rights, two domains for which it has been regularly criticised for by the global community.

Cédric Alviani: La doctrina del relativismo cultural afirma que cada nación tiene el derecho soberano de definir sus propios criterios en materia de libertades y derechos humanos. RSF se opone firmemente a esta posición inaceptable, pues contradice diametralmente la universalidad de los derechos humanos, como se afirma en la Declaración Universal de Derechos Humanos. El relativismo cultural permite a China publicar una semana antes de las celebraciones de los 70 años de la República Popular China un libro blanco [7] en el que se concluye que se ha convertido en una verdadera democracia y en una defensora de los derechos humanos, dos ámbitos por los que ha la comunidad mundial los ha criticado regularmente.

FN: ¿Cuáles son los diversos mecanismos que utiliza Pekín para avanzar en su agenda de cooptación de medios de comunicación y periodistas de todo el mundo? ¿Podrías darnos un ejemplo?

CA: RSF have identified at least six methods that Beijing utilizes to co-opt media outlets and journalists around the world. Those are:

  • Media Acquisition. Beijing follows an ambitious programme of buying foreign media that it regards as strategic. This acquisition policy is coordinated by the United Front Work Department [8] (UFWD), a Communist Party branch that oversees financial transfers to foreign media outlets. In Australia, which is home to the West’s third largest community of ethnic Chinese, Beijing is said to have infiltrated around 95% of the Chinese-language newspapers.
  • Advertorial Campaigns. China is engaging in massive advertorial campaigns through its propagandistic “China Watch” supplement. This advertorial supplement is distributed as a free insert in around 30 prestigious international dailies including the Daily Telegraph and Le Figaro. According to the Guardian [9], the Daily Telegraph received an annual fee of GBP 750,000 for publishing the monthly supplement.
  • Harassment and Intimidation. The regime has developed an arsenal of methods for harassing and intimidating [10] foreign correspondents that includes phone tapping, hacking and physical surveillance, as well as visa blackmail [11].
  • Made-in-China Media Events. China has begun to sponsor its own version of international media events. The World Media Summit was created in 2009 and is entirely designed, organised and funded by the Chinese state news agency Xinhua. In 2014, China launched the World Internet Conference (WIC), an annual event organized in the resort town of Wuzhen, in Zhejiang province by the Cyberspace Administration of China (CAC), the agency that controls China’s Internet. Since 2016, China has also been organising the annual BRICS Media Summit. Held in countries that are authoritarian and reject press freedom, these summits provide China with a receptive public promote its concepts of “positive reporting” and a “new world media order”.
  • Lavish Training Programs for Foreign Journalists. China is conducting a charm offensive where it invites foreign journalists for training.

CA: RSF ha identificado al menos seis métodos que usa Pekín para cooptar a los medios de comunicación y a los periodistas de todo el mundo. Esos son:

  • Adquisición de medios. Pekín sigue un ambicioso programa de compra de medios de comunicación extranjeros que considera estratégico. Esta política de adquisiciones la coordina el Departamento de Trabajo del Frente Unido [12] (UFWD), rama del Partido Comunista que supervisa las transferencias financieras a los medios de comunicación extranjeros. En Australia, donde está la tercera mayor comunidad de chinos de Occidente, se dice que Pekín ha infiltrado en alrededor del 95 % de periódicos en chino.
  • Campañas publicitarias. China lleva a cabo campañas publicitarias masivas a través de su suplemento propagandístico «China Watch». Este suplemento publicitario se distribuye gratuitamente en unos 30 prestigiosos diarios internacionales, como Daily Telegraph y Le Figaro. Según el periódico The Guardian [9], Daily Telegraph recibía una cuota anual de 750 000 libras esterlinas por publicar el suplemento mensual.
  • Acoso e intimidación. El régimen ha desarrollado un arsenal de métodos para acosar e intimidar [10] a los corresponsales extranjeros, con interceptaciones telefónicas, piratería informática y vigilancia física, y como chantaje de visas [11].
  • Eventos mediáticos en China. China ha comenzado a patrocinar su propia versión de los sucesos mediáticos internacionales. La Cumbre Mundial de Medios de Comunicación se creó ada en 2009 y está totalmente diseñada, organizada y financiada por la agencia de noticias estatal china Xinhua. En 2014, China lanzó la Conferencia Mundial de Internet (WIC), actividad anual la organiza la Administración del Ciberespacio de China (CAC) en la ciudad turística de Wuzhen, provincia de Zhejiang, agencia que controla internet de China. Desde 2016, China también organiza anualmente la Cumbre de Medios de Comunicación BRICS. La cumbres se realizan en países autoritarios que rechazan la libertad de prensa, y dan a China un público receptivo que promueve sus conceptos de «información positiva» y de «nuevo orden mundial de los medios».
  • Lujosos programas de capacitación para periodistas extranjeros. China lleva a cabo una ofensiva de encanto en la que invita a los periodistas extranjeros a recibir formación.

Mapa de Reporteros sin Fronteras que muestra altos niveles de libertad de prensa (amarillo) y bajos niveles (negro). Foto de Filip Noubel, usada con autorización.

FN: Describes la desinformación como una forma de «poder agudo» que Pekín usa ampliamente. ¿Podrías explicar el concepto y cómo se está aplicando en este contexto de Taiwán?

CA: Besides its soft power, China also makes excessive use of its “sharp power” through a set of aggressive practices that include disinformation and harassment. In August 2018, a rumour began circulating [13] that Taiwanese could no longer use their passports to travel abroad, and that the European Union had revised its visa-free policy for them. On September 4, 2018, when a powerful typhoon forced Japan to close Kansai International Airport for two days, reports circulated that Taiwanese travelers trapped inside had been abandoned by their representative office and instead were rescued by the Chinese embassy. In Taiwan, the news sparked an online rage against diplomat Su Chii-cherng, 61, who served as Taiwan’s representative in Osaka. He committed suicide 10 days later. The original report was then found to be “fake news” [14] coming from China.

CA: Además de su poder blando, China también hace uso excesivo de su «poder agudo» a través de un conjunto de prácticas agresivas que incluyen desinformación y acoso. En agosto de 2018 empezó a circular el rumor de que los taiwaneses ya no podían utilizar sus pasaportes para viajar al extranjero y que la Unión Europea había revisado su política de exención de visas. El 4 de septiembre de 2018, cuando un fuerte tifón obligó a Japón a cerrar el Aeropuerto Internacional de Kansai durante dos días, circularon informes de que las oficinas de representación habían abandonado a viajeros taiwaneses atrapados en el interior, y en cambio fueron rescatados por la embajada china. En Taiwán, la noticia desató una furia en línea contra el diplomático Su Chii-cherng, de 61 años, que actuó como representante de Taiwán en Osaka. Se suicidó diez días después. Se descubrió entonces que el informe original era una «noticia falsa [14]» procedente de China.

FN: ¿Puedes explicar qué es la alianza entre la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda? ¿Cuál es el propósito de los programas de formación para periodistas no chinos bajo el lema «Cuenta bien la historia de China» (讲好中国故事)?

CA: “Tell the China Story Well” allows Beijing to shape the global narrative in its favor: for example, by referring to the “fight against terrorism” in Xinjiang rather than the persecution of Xinjiang’s Uighur community. The Belt and Road News alliance [15] (一帶一路新聞合作聯盟) led by the Xinhua news agency, TV broadcaster CGTN and China Radio International which groups 72 media in 42 countries train journalists in “language elements” specific to the project – in other words, to get journalists in the countries involved in the project to “speak the same language” as used in China.

CA: «Cuenta bien la historia de China» permite a Pekín dar forma a la narrativa global a su favor: por ejemplo, al referirse a la «lucha contra el terrorismo» en Xinjiang y no a la persecución de la comunidad uigur de Xinjiang. La alianza de la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda (一帶一路新聞合作聯盟), liderada por la agencia de noticias Xinhua, la cadena de televisión CGTN y China Radio International, agrupa a 72 medios de comunicación de 42 países y capacita a periodistas en «elementos lingüísticos» específicos del proyecto, es decir, para que los periodistas de los países implicados en el proyecto «hablen el mismo idioma» que se usa en China.

FN: Una de las herramientas más eficaces de Pekín parece ser el dinero: ¿Por qué los medios de comunicación no chinos están tan ansiosos por aceptar la inversión china?

CA: The reason is the lack of alternative sources of financing [16] in the context of digital transformation. From a financial perspective, it is understandable that the offer for additional funding and advertising is alluring. RSF however, would insist that receiving funding from a regime that openly threatens press freedom worldwide is not recommendable, as it will foster financial dependence and jeopardize journalism ethics.

CA: La razón es la falta de fuentes alternativas de financiación [16] en el contexto de la transformación digital. Desde un punto de vista financiero, es comprensible que la oferta de financiación y publicidad adicional sea atractiva. Sin embargo, RSF insiste en que no es recomendable recibir financiación de un régimen que amenaza abiertamente la libertad de prensa en todo el mundo, ya que fomentará la dependencia financiera y pondrá en peligro la ética periodística.

FN: Definitivamente hay una asimetría en juego: mientras que el Gobierno chino restringe severamente a los medios extranjeros en China, se beneficia de la libertad de expresión garantizada en la mayoría de los países democráticos. ¿Existen métodos eficaces para hacer más visible la infiltración china en los medios internacionales y para trazar un mejor mapa del nuevo orden mundial de los medios de Pekín?

CA: It has taken a long time but democracies are finally realising the danger they are running by giving Beijing free rein to gradually take control of their media and thereby extend its influence over public opinion. Some methods that RSF recommends includes, but are not limited to:

  • When referring to China, take care to avoid using expressions designed by the Chinese regime to conceal certain realities.
  • Support Civil Society Campaigns Against Propaganda. As a result of a campaign led by human rights organisations, Süddeutsche Zeitung newspaper announced in May 2018 that it would stop publishing China Watch, the Chinese propaganda supplement. NGOs are currently waging a similar campaign to get France’s Le Figaro, Belgium’s Le Soir and Germany’s Handelsblatt to do the same.
  • The Journalism Trust Initiative (JTI) is an innovative mechanism for certifying the editorial methods used by media outlets. Launched in partnership with professional media organisations, it will create a set of standards in the form of indicators that will make it easier to distinguish outlets that respect journalistic criteria from those whose goal is spreading false information.

CA: Ha llevado mucho tiempo, pero las democracias finalmente se están dando cuenta del peligro que corren al dar rienda suelta a Pekín para que asuma gradualmente el control de sus medios de comunicación y, por lo tanto, extienda su influencia sobre la opinión pública. Algunos de los métodos que RSF recomienda incluyen, pero no se limitan a:

  • Al referirse a China, cuidado con no usar expresiones diseñadas por el régimen chino para ocultar algunas realidades.
  • Apoyar las campañas de la sociedad civil contra la propaganda. Como resultado de una campaña dirigida por organizaciones de derechos humanos, el periódico Süddeutsche Zeitung anunció en mayo de 2018 que dejaría de publicar China Watch, suplemento de propaganda chino. Actualmente, las ONG están llevando a cabo una campaña similar para conseguir que Le Figaro de Francia, Le Soir de Bélgica y Handelsblatt de Alemania hagan lo mismo.
  • La Iniciativa de Confianza en el Periodismo (JTI) es un mecanismo innovador para certificar los métodos editoriales utilizados por los medios. Es una colaboración de organizaciones profesionales de medios, y creará un conjunto de normas en forma de indicadores que facilitarán la distinción entre los medios que respetan los criterios periodísticos y aquellos cuyo objetivo es difundir información falsa.