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Nuevo documental muestra improbable auge y caída de internet rusa

Categorías: Europa Central y del Este, Rusia, Activismo digital, Historia, Medios ciudadanos, Tecnología, RuNet Echo

Presidente ruso Vladimir Putin comparte sus ideas sobre los orígenes de internet durante una conferencia de prensa. Imagen del documental Holivar de Andrey Loshak. YouTube.

Hace poco más de 25 años se creó el nombre de dominio .ru y con él nació la RuNet. El periodista ruso Andrey Loshak celebró el aniversario con la publicación de «Holivar» (conocido en inglés como «Guerra santa» o «InterNyet»), documental de siete partes sobre la evolución de la internet rusa. Con entrevistas a los empresarios que están detrás de marcas digitales icónicas rusas como VKontakte [1], Yandex [2] y Mail.ru [3], la serie muestra el auge de la RuNet desde una parte de la subcultura de la década de 1990 hasta la parte omnipresente de la sociedad, cultura y política rusas en la que se ha convertido hoy en día.

El primer episodio de la serie [4] se estrenó el 9 de junio de 2019 en el Festival de Cine Beat, y se estrenó en el canal Current Time de YouTube [5], propiedad de Radio Free Europe, el 5 de septiembre. La serie ha sido aclamada por la crítica en Rusia y el extranjero, y ha ganado los premios Redkollegia y Professiya-Jurnalists:

Как будто смотришь фильм о медленном и мучительном умирании близкого друга и бессилен ему чем-то помочь.

Me gusta ver una película sobre la lenta y dolorosa muerte de un amigo cercano y no poder ayudarlo en modo alguno.

— Comentario destacado debajo del sexto episodio [6] de Guerra santa en YouTube

Una historia de «nostálgico tecnoutopianismo»

La película de Loshak celebra simultáneamente un hito y se despide de la internet rusa que una vez conoció –y parece haber conocido a todo el mundo– y hay muy pocos prominentes empresarios vivos (o enemigos) de la RuNet que no aparecen en el documental. Aunque sus relatos puedan parecer anacrónicos para los espectadores de Europa y Norteamérica, estas figuras cuentan una historia única de nostálgico tecnoutopismo que parece muy alejada del pánico político y moral actual sobre la seguridad de los datos y la influencia descontrolada de los gigantes digitales.

En este recuento, RuNet fue la creación de algunos «disruptores» belicosos (los buenos) y su internacionalismo y apertura inherentes ahora bajo la amenaza del Estado ruso (los malos), empeñados en nacionalizarla como una «divisionet [7]«. La serie empieza y termina en California, comienza con un innovador hippie que ayudó a construir la internet soviética, y termina con estos mismos elogiables innovadores que se han trasladado a Silicon Valley porque la Rusia de Vladimir Putin ya no les era útil.

Tras la introducción del proyecto de ley de «internet soberana [8]» de Rusia en noviembre, existe urgente necesidad de recordar el linaje internacional de la internet rusa. Detractores y partidarios del proyecto de ley son muy conscientes de esta historia, los primeros destacan el papel de Anton Nossik [9] y de los ingenieros tecnológicos ruso-israelíes que regresaron a Rusia en la década de 1990, y los segundos (incluido Vladimir Putin [10]) sostienen que internet siempre fue –y sin lugar a dudas sigue siendo– un proyecto de los servicios de inteligencia occidentales.

Quizás la lección más interesante del documental de Loshak es que, a pesar de sus orígenes internacionales, RuNet ha sido durante mucho tiempo «soberana» –pero no como las autoridades preferirían.

Ahora parece digno de mención lo poco que Putin y la élite rusa parecían preocuparse por internet en sus primeros días. En una anécdota memorable, el desaparecido Anton Nossik y el inversionista Egor Shuppe [11] recuerdan el encuentro del entonces primer ministro Putin en 1999 con destacados representantes de la «comunidad en línea». Shuppe recuerda que «nuestra agenda oculta era explicarle que éramos niños que no teníamos poder, así que nos debían dejar en paz… y lo más extraño fue que Putin nos dio su palabra y la mantuvo durante 15 años».

De manera similar, en 2001, cuando se celebró la primera conferencia web en línea con la participación de Putin, la periodista Marina Litvinovich [12] recuerda haber tenido que explicarle al presidente qué era internet. Según se informa, Putin le dijo que no necesitaba internet, ya que tenía muchas otras fuentes de información –actitud que, según algunos relatos [13], persiste hasta ahora:

Ну, я думала что поскольку он разведчик, КГБщик, то я рассказывала что это большая база данных, с которой можно найти все угодно, и показала сайты. Я показала ему несколько сайта поисков, Yandex, Rambler, Yahoo. Не было много времени, но я помню что, вообщем, не проникулся он интернетом. Я много раз узнавала у разных людей, что он не ползовался интернетом и не понимает зачем. Он много раз потом говорил, что это какая-то помойка.

Bueno, pensé que era agente del servicio secreto, hombre de la KGB, así que le dije que es una gran base de datos, con la que puedes encontrar todo lo que necesites, y le mostré algunos sitios. Le mostré algunos motores de búsqueda, Yandex, Rambler, Yahoo. No había mucho tiempo, pero recuerdo que, en general, no le importaba mucho internet. Escuché muchas veces de varias personas que no usaba internet y no entendía por qué debería importarle. Ha dicho muchas veces que es sólo un cubo de basura.

Probando las aguas

Luego, el Kremlin mostró algo de interés en las crecientes oportunidades de una presencia en línea. Después de la destrucción de Media Most, del oligarca Vladimir Gusinsky [14], de tendencia opositora, ocurrida durante los primeros años del gobierno de Putin, el equipo del nuevo presidente hizo su primera incursión en los medios en línea. El consultor político Gleb Pavlovsky [15], para el que trabajaba Litvinovich en ese momento, ayudó a lanzar las primeras plataformas de noticias en línea como Strana [16], Vesti y Lenta.ru [17], con limitado éxito y dura competencia de los agregadores de noticias populares, y las autoridades perdieron gradualmente el interés en la iniciativa.

Pero la necesidad genera inventiva: ante la falta de inversión, los empresarios de RuNet crearon un ecosistema digital autónomo, con sus propias marcas digitales líderes. Como señala el inversionista ruso Yury Miller [18], el carácter único de RuNet radica en el hecho de que las empresas tecnológicas rusas siguen manteniendo posiciones significativas –y a veces, líderes– en el mercado, sin interferencia estatal o proteccionismo (a diferencia de China).

Algunas de estas marcas, como Mail.Ru de Miller, incluso han entrado [19] en la Bolsa de Londres –y a pesar de la crisis financiera mundial [20] de hace una década, empresarios influyentes como Alisher Usmanov [21] siguieron invirtiendo en RuNet.

Cuando Putin regresó a la presidencia rusa en 2012, el ambiente era muy diferente. El impacto de la Primavera Árabe [22], ampliamente atribuido al poder de los medios sociales, obligó a los gobernantes rusos a considerar el potencial revolucionario de RuNet. Cuando los medios de difusión y la prensa escrita se pusieron a a prueba, RuNet se convirtió en un espacio para el periodismo combativo e independiente, fuera del alcance del Estado.

Para 2012, Yandex News y Lenta.ru eran más populares que el canal estatal Canal Uno [23]. Se tenía que hacer algo, y se hizo. El regreso de Putin al poder estuvo acompañado de protestas por la primera legislación restrictiva contra RuNet. Sería la primera de muchas.

Estos años marcaron un nuevo enfoque proactivo del Kremlin hacia gobernabilidad digital. Cuando el «cardenal gris» Gleb Pavlovsky [24], que dejó la administración presidencial en 2011, se unió a la oposición, el Kremlin encontró un nuevo «director de internet» en Konstantin Rykov [25]. En el documental, a Pavlovsky parece que le hacen gracia los «ostentosos proyectos con muchas banderas rusas» que surgieron. Evolucionaron tan bien que Rykov, que trajo el estilo a la RuNet, ya no era necesario, dice Pavlovsky. «Cualquiera puede hacerlo ahora».

Y así fue. El Kremlin y sus partidarios pronto aprendieron el valor de una «sociedad civil» organizada por el Estado. En 2011, Alexey Malofeev, tradicionalista monárquico y oligarca, fundó la Liga por Internet Segura [26]; sus «cibercuadrillas» vigilaban internet en busca de contenidos censurables en nombre de la protección de valores familiares y de mantener a los niños alejados de material dañino en línea. El creciente interés del Kremlin por la gobiernabilidad digital se vinculó por lo tanto a un giro conservador «de base», ayudado por los pronunciamientos de legisladores francos y socialmente conservadores como Yelena Mizulina [27].

En estas iniciativas también se puede ver el origen de la Agencia de Investigación de Internet [28], la conocida fábrica de troles» de San Petersburgo, que luego inundaría cualquier contenido crítico con mensajes airados de empleados que se hacían pasar por ciudadanos patriotas.

A partir de 2012, las intervenciones se volvieron masivas y rápidas. Se aprobó una ley sobre la lista negra de internet [29], inicialmente para atacar el abuso de niños y narcóticos, pero en 2013 se amplió su alcance para incluir «la defensa del extremismo» y «la convocatoria de reuniones ilegales».

Al mismo tiempo, el Gobierno ejerció presión para cambiar la dirección editorial de Gazeta.ru [30], y bloqueó el sitio web independiente de noticias Grani.ru [31]. En 2014, en el período anterior a la anexión de Crimea [32] por parte de Rusia, la mayoría de la redacción de Lenta.ru, desde la editora Galina Timchenko [33], organizó un paro para protestar por la interferencia política, y luego fundó el sitio web independiente de medios de comunicación Meduza [34].

Ese mismo año, VKontakte, la mayor red de medios de Rusia, quedó bajo el control de las autoridades rusas cuando su fundador y director general, Pavel Durov [35], se negó a entregar los datos de los usuarios a las fuerzas del orden rusas. Al dejar el país, Durov denunció a Rusia como «ahora incompatible con el negocio de internet». VKontakte y Odnkolassniki [36], otra popular red social rusa, son ahora propiedad de Mail.ru. Reveladoramente, el actual director del gigante digital es Boris Dobrodeev, hijo de Oleg Dobrodeev [37], director general de la emisora estatal rusa VGTRK [38].

Represión en el ciberespacio

Con el nombramiento de German Klimenko [39] como nuevo asesor de internet de Putin a fines de 2015, el Kremlin apretó más las tuercas del ciberespacio. Para 2016, el Gobierno dirigió su atención a Yandex. Una nueva ley sobre los agregadores de noticias afectaría a este temprano gigante de RuNet, que ahora estaba obligado a indexar solamente historias de fuentes de medios aprobados por el organismo estatal de control de las comunicaciones, Roskomnadzor [40]. Estas restricciones culminaron en la ley Yarovaya [41], que amplió la legislación antiterrorista existente para hacer más exigentes las exigencias de recopilación de datos sobre los usuarios rusos de internet.

Los entrevistados de Loshak no dudan en subrayar lo poco rentables que han resultado estas restricciones para el otrora vibrante mercado digital ruso. Se dijo que Yandex, por ejemplo, estaba por delante de Google en algunas innovaciones, aunque lamentablemente, la inversión en la RuNet ha retrocedido a lo que era hace una década. Mientras que algunos extrañan la RuNet de la turbulenta década de 1990 como un espacio de libre expresión, otros la extrañan como un espacio de oportunidad de negocios desenfrenada. En la serie, se les presenta fuertemente a los dos como sinónimos.

Sin embargo, el enfoque de Loshak en los autoproclamados arquitectos de RuNet lo lleva a evitar una categoría clave de «empresario» de RuNet –los ciudadanos comunes y corrientes que la han hecho suya, a menudo en circunstancias difíciles. Es una innovación por la que RuNet es famosa, y alimenta una conversación mundial sobre las libertades digitales y la creatividad.

En el extranjero, RuNet es conocida principalmente no por su potencial de inversión, sino por el compromiso de sus usuarios con el libre acceso a la cultura y el conocimiento, que a menudo logra de manera semilegal. Sci-Hub [42], Lib.ru [43] y LibraryGenesis [44] son todos ejemplos de esta batalla en torno a la cultura y los derechos de autor, que un relato puramente comercial o político de los males de RuNet no puede abordar plenamente.

A la fecha, la Duma [45] ha aprobado más de 20 leyes que restringen la libertad de internet en Rusia. Tampoco parece que vayan a parar; Loshak sugiere que la próxima frontera podría ser ahora YouTube que, al igual que los medios en línea de los años 2010, es más difícil de controlar que una estación de televisión o un periódico tradicional.

Como el bloguero Ilya Varlamov dice a Loshak, el acercamiento del Kremlin a YouTube refleja sus intentos de tomar medidas enérgicas contra los blogueros durante la década de 2010. Sin embargo, en 2019, los videoblogueros están en la vanguardia de la conversación social y política, en una RuNet mucho más sofisticada y popular que hace una década. Su capacidad de prosperar gracias a las donaciones de sus ejércitos de seguidores presenta una peligrosa autonomía financiera, y también política.

¿Cómo será el último capítulo de la historia de RuNet? Según Loshak [46], lo que salvará a RuNet no será el profesionalismo, sino las «idioteces de la corrupción» –lo que tal vez signifique que los audaces planes estatales no se implementarán adecuadamente como resultado. Sin embargo, agregó, la confrontación actual es inevitable:

[Рунет] помогает людям объединиться, горизонтально, а наша власть привыкла к такой строгой иерархичности, к этой приславутой вертикале. Они входят в этот клинч. Тут правда такой конфликт онтологический… Я не вижу как еще власть может реагировать кроме пытаться взять под контроль полностью.

RuNet ayuda a las personas a organizarse horizontalmente, y nuestras autoridades están acostumbradas a estrictas jerarquías y un poder vertical. Están apretados, este es un conflicto ontológico por naturaleza… No veo cómo las autoridades podrían reaccionar más que tratando de tratar y tomarla totalmente bajp su control.

— Andrey Loshak en conversación con Ekho Moskvy, 5 de septiembre de 2019