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Recorrido por la identidad nacional de Uzbekistán en el metro de Tashkent

Categorías: Asia Central y Cáucaso, Uzbekistán, Arte y cultura, Cine, Historia, Medios ciudadanos

Entrada principal en la estación de metro de Bunyodkor en Taskent. Foto (c): Filip Noubel, usada con autorización.

Durante muchos años estuvo estrictamente prohibido [1] fotografiar las ornamentadas estaciones del metro de Taskent, capital de Uzbekistán. El sistema soviético también se había construido pensando en un ataque nuclear, y podía servir como refugio contra la lluvia radioactiva en tiempos de guerra. Pero desde que se dejó de lado la prohibición a principios de 2018 [2], los visitantes extranjeros han empezado a mostrar un mayor interés por el sistema de metro más antiguo de Asia Central. Y con buenas razones.

El sistema de metro de Taskent es mucho más que un simple medio de transporte. En las décadas que tiene, el diseño y los nombres de las 29 adornadas estaciones del metro han cambiado para reflejar las turbulentas tendencias de la historia de Uzbekistán. En resumen, un viaje en el metro de Taskent cuenta la historia de un país donde la construcción de la nación está todavía en proceso.

Palacios del pueblo

Esta historia empieza en los primeros dias del socialismo soviético.

Vladimir Lenin dijo una vez que «el comunismo es poder soviético más electrificación de todo el país» (Коммунизм — это есть советская власть плюс электрификация всей страны). En noviembre de 1920 [3], la electricidad era una muestra de las audaces promesas de progreso venidero; encarnaba las innovaciones que ahora se han hecho accesibles a las masas. Apenas 12 años más tarde, la dirección soviética pronunció otra prioridad estratégica y futurista: la construcción de la metropolitano [4], como se conocía a los sistemas de metro de Europa en la segunda mitad del siglo XIX. El 25 de mayo de 1932, el Sovnarkom [5], el entonces órgano ejecutivo del Gobierno soviético emitió un decreto [6]:

«Считать Метрострой важнейшей государственной стройкой с обеспечением ее лесоматериалами, металлом, цементом, средствами транспорта и т. п. как первоочередной важности ударной стройки всесоюзного значения».>

Se debe considerar la construcción del metropolitano como un proyecto de la máxima importancia para el Estado, con su provisión de madera, metal, cemento, transporte. etc, y es una prioridad clave en asuntos de superproductividad [7] a nivel nacional».

En otras palabras, no se escatimarían esfuerzos para demostrar el éxito y la superioridad de la tecnología soviética. En la década de 1930 se excavó en Moscú la primera fosa del metro, y en mayo de 1935 [8] se inauguró oficialmente la primera línea. Estos hechos pueden ser revisados en el documental de 1935 «Hay un metro» (Есть Метро) que abarca todo el proceso de construcción entre 1931 y 1935:

El desarrollo del metro también implicó punto de inflexión clave en el desarrollo de la economía soviética: mientras el primer plan quinquenal [9] (1928-1932) destacaba la industrialización pesada, el segundo plan quinquenal [10] se centraba en la urbanización. Como resultado, el metro se convirtió en un importante símbolo cultural, presente en películas, libros infantiles, poesía y canciones. Fue aclamado como testimonio del éxito del estalinismo en las canciones oficiales, como esta de 1936 [11]:

Мы верили, мы знали, / Что, роя котлован,
Мы твой, товарищ Сталин, / Осуществляем план.

Опишут для столетий, / Да не одно перо
А после скажут детям / Как бились за метро!

Creímos, sabíamos que con cavar un hoyo,
haríamos, camarada Stalin, que tu plan se hiciera realidad.

Lo describirán por siglos, y no solamente con un bolígrafo
¡y contarán a los niños cómo lucharon por el metro!

— Camción sobre el metro (Песня о метро), 1936.

Sin embargo, en décadas posteriores, el metro también entró en la cultura marginal o disidente, como se muestra en esta canción de 1969 de Bulat Okudzhava [12]:

Inspirado por el éxito del metro de Moscú, en años posteriores el Gobierno soviético anunció que construiría un metro en cada ciudad soviética con más de un millón de habitantes [13]. Ese ambicioso plan finalmente se frenó, pero para cuando se desintegró la Unión Soviética en 1991, había construido sistemas de metro en 13 ciudades, incluidas Leningrado (1955), Kiev (1960), Tiflis (1966) y, por supuesto, Taskent (1977).

Taskent tiene su metro

Los habitantes de Tashkent tuvieron que esperar varias décadas para su metro, que fue el primero en la remota y comparativamente subdesarrollada Asia Central soviética. Los planificadores se enfrentaron a varios retos: la capital uzbeka había sufrido un devastador  terremoto en 1966 [14], que destruyó la mitad de la ciudad. La ciudad carecía de ingenieros y trabajadores del metro capacitados. Los largos y abrasadores veranos de Uzbekistán planteaban problemas de ventilación. Precisamente por eso las autoridades soviéticas tuvieron que demostrar que estaban a la altura de las circunstancias.

Movilizando recursos humanos y materiales especiales de construcción de toda la Unión Soviética, en 1973 se excavaron los primeros pozos del metro de Taskent. Apenas cuatro años después, en un espíritu estajanovista sin precedentes, se abrió la primera línea de metro en noviembre de 1977. La fecha fue elegida para que coincidiera con los 60 años de la revolución rusa [15]. Por consiguiente, como muestran las imágenes de ese día, todos los políticos locales estuvieron presentes en la inauguración, en la que se leyó un mensaje de felicitación del líder soviético Leonid Brezhnev [16] ante la multitud.

En los años posteriores, se agregaron nuevas naciones al sistema. Para 1984, se abrió una segunda línea [17]. Como muestra este documental de 2007, se prestó particular atención al diseño de las estaciones:

Simbolismo subterráneo

Al igual que en otros sistemas de metro soviéticos, a cada estación del metro de Taskent se le asignó un mensaje político y cultural particular para ilustrar los mensajes clave de la ideología soviética. Cuando Uzbekistán obtuvo su independencia en 1991 [18], su nuevo Gobierno siguió el ejemplo de otros nuevos estados y cambió el nombre de calles, plazas y estaciones de metro [19] para distanciarse de algunos elementos del pasado soviético. Así, reafirmaron los símbolos del pasado presoviético de Uzbekistán, hacía tiempo eliminados y a veces censurados. De las 23 estaciones construidas durante el período soviético, 11 han recibido nuevos nombres [20]. Por ejemplo, la estación de la Plaza Lenin se llama ahora Mustaqillik maydoni, o Plaza de la Independencia, en uzbeko.

Estampilla soviética de 1979 qie ilustra la estación de metro de plaza Lenin de Taskent, como se llamaba enconces. Foto de Wikipedia Commons [21], con renucia de derechos de autor.

De las 29 estaciones aún operativas hoy (se inauguró una tercera línea en 2001), cinco estaciones de metro son particularmente reveladoras de las cambiantes narrativas de Uzbekistán en torno a identidad nacional:

Estación de metro de Xalqlar Do'stigli en Taskent. Foto (c): Filip Noubel, usada con autorización..

Xalqlar Do'stigli (Amistad de los pueblos): Esta estación es un ejemplo emblemático. Conocida como Amistad de los Pueblos durante el período soviético, su nombre anterior reflejaba los extensos intentos de la ideología soviética de enfatizar su papel internacional supuestamente pacífico durante la Guerra Fría, en oposición al imperialismo occidental. El edificio de la estación, a ras del suelo, transmite este mensaje de futurismo. En 2008, el entonces presidente de Uzbekistán, Islam Karimov [22], que mantuvo una línea bastante independiente de Moscú, renombró la estación con el nombre de Bunyodkor [23] («El Fundador»), en honor a su propio papel como padre fundador de la nueva nación uzbeka. Sin embargo, en 2018, el segundo presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev [24], que desea estrechar los lazos con Rusia, devolvió el antiguo nombre de la estación.

Azulejos que representan flores de algodón en la estación de metro de Paxtakor en Taskent. Foto (c): Filip Noubel, usada con autorización.

Paxtakor (El cultivador de algodón). El nombre de esta estación simboliza la eterna dependencia de la economía uzbeka en la producción de algodón. Durante el período soviético, Moscú asignó a cada una de las 15 repúblicas soviéticas un cultivo particular para producir en masa. Este enfoque en el monocultivo de algodón ha continuado en los gobiernos uzbecos posteriores con un alto precio para la población del país. El sector algodonero ha utilizado el trabajo forzado [25], incluido el infantil. La irrigación de los vastos campos de algodón ha provocado un desastre ecológico en el país con la disminución del mar de Aral [26]. Hoy en día, Uzbekistán es el octavo mayor productor [27] de algodón del mundo.

Candelaro en la estación de meto de Chilonzor. Foto (c): Filip Noubel, usada con autorización.

Chilonzor. Esta estación recibió el nombre del cercano distrito de Chilonzor, cuyos enormes complejos residenciales se desarrollaron según las líneas de la urbanización soviética. Chilonzor es uno de los más imponentes en términos de arte: sus paredes están cubiertas de mármol blanco [28], mientras que varios paneles de cerámica tridimensional, todos realizados por destacados escultores, ilustran la visión soviética de la vida uzbeka: una mezcla de tradiciones rurales y logros urbanos, todo realzado por una serie de enormes candelabros en forma de corona que recuerdan al metro de Moscú.

Esta es una «escena uzbeka», que representa a hombres bebiendo té en un tapchan, plataforma de madera que ayuda a aislarse del calor abrasador:

Escena de ceremonia de té en cerámica 3D ceramics en ña estación de metro de Chilonzor, Taskent. Foto (c): Filip Noubel, usada con autorización.

Alisher Navoi. Esta estación fue nombrada en honor al poeta y lingüista del siglo XV Alisher Navoi [29], a quien varios estados de Asia Central reclaman como suyo. Navoi nació en el actual territorio de Afganistán y escribió en persa, árabe y chagatai [30], antepasado del uzbeko moderno.

Alisher Navoi toca instrumento de cuerda, en la estación de metro de Alisher Navoi. Foto (c): Filip Noubel, usada con autorización.

Kosmonavtlar (Los cosmonautas). En las narraciones del Kremlin, los cosmonautas, astronautas de la Unión Soviética, eran la cúspide de la ciencia y el progreso soviéticos. Esta estación está decorada en azul cósmico con retratos de astrólogos medievales uzbekos y cosmonautas soviéticos.

Estación de metro de Kosmonovtlar con retrato de Yuri Gagarin [31], primer hombre en el espacio. Foto (c): Filip Noubel, usada con autorización.

Desde la época soviética hasta la postsoviética, desde la época socialista hasta la época islámica, el metro de Taskent celebra y conmemora la notable historia de Uzbekistán. Sus estaciones se han convertido en parte integral de cualquier visita a la capital de Uzbekistán, lo que tal vez indique que el turismo será el próximo capítulo en la larga historia de la construcción de la nación de Uzbekistán.