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¿Qué estaba en juego en las elecciones presidenciales de Taiwán de enero de 2020?

Categorías: Asia Oriental, Taiwán (RdC), Ambiente, Desarrollo, Economía y negocios, Elecciones, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Política, Protesta

Entrada al Museo del Palacio Nacional [1] en Taipéi, con una inscripción que dice 天下為公, expresion atribuida a Confucio que se traduce como ‘la sociedad pertenece equitativamernte a todos». Foto de Filip Noubel, usada con autorización.

Aunque se suele aclamar a Taiwán como una de las democracias más avanzadas de Asia [2], es una democracia todavía bastante joven, ya que la isla salió de una dura dictadura hace poco más de 30 años. Por lo tanto, las grandes cuestiones de lo que debería ser su modelo político, social, económico, ambiental y cultural dominan el debate político y surgen durante las elecciones.

Taiwán comenzó su transición democrática [3] a finales de la década de 1980. En 1986, se estableció el primer partido de oposición al dominante del Kuomintang [4] (KMT), el Partido Progresista Democrático [5] (DPP), al que se permitió presentarse a las elecciones locales ese mismo año. En julio de 1987, se levantó oficialmente la ley marcial [6], después de haber estado vigente durante casi 40 años. Luego, se permitió la libre circulación de medios, y el multipartidismo se convirtió en una característica habitual de la vida política taiwanesa. Desde entonces, la sociedad taiwanesa ha estado explorando activamente diferentes modelos de desarrollo, un proceso que continúa hasta hoy.

Economía: ¿De tigre de Asia a estancamiento?

Un tema muy disputado durante la campaña electoral es el futuro económico de Taiwán. La isla tuvo una rápida industrialización que la convirtió de receptora de ayuda extranjera de Estados Unidos en las décadas de 1950 y 1960 a un importante actor económico en Asia, donde es la séptima economía [7] para una población de 23 millones de habitantes en promedio. Al igual que otros Tigres Asiáticos [8], diversificó su economía e invirtió en tecnología, creció a un ritmo superior al 7 % durante la mayor parte de las décadas de 1980 y 1990. Actualmente, el comercio exterior sigue siendo la fuerza motriz de la economía, con una gran dependencia de Estados Unidos y de China. En 2019, el salario mensual promedio se acercaba a los 40 000 dólares de Taiwán [1300 dólares] y la tasa de desempleo estaba por debajo del 4 %.

A pesar de los indicadores económicos positivos en general, Taiwán enfrenta ahora varios desafíos, entre los que destacan los salarios comparativamente bajos [9] en el contexto de otras economías asiáticas. Esto, combinado con los crecientes precios de los inmuebles [10], explica por qué algunos taiwaneses tienen la sensación de estancamiento económico.

Mientras que el DPP busca una menor dependencia comercial de China y apunta a fortalecer los lazos con el sur y el sureste de Asia [11], el KMT ve futuro en una mayor integración con la economía china, una estrategia activamente promovida por Pekín a través de una serie de medidas especiales, como privilegios económicos especiales [12] en China continental para trabajadores y empresas taiwaneses.

Relaciones con China

Este es probablemente el tema más sensible y polarizante, y no solamente durante la temporada electoral. Las relaciones a través del estrecho de Taiwán [13], en referencia al estrecho que separa la isla de Taiwán de China continental, siguen dando forma y remodelando al discurso político, económico, militar y cultural de todos los actores políticos de Taiwán.

Para la Coalición Panverde [14], dirigida por el gobernante Partido Democrático Progresista (DPP), a China se le considera desde una amenaza hasta, en el mejor de los casos, un socio económico al que hay que gobernar. Se dice que aunque es poco probable que China lance un ataque militar, está tratando de «colonizar» económicamente Taiwán y de manipular la democracia de Taiwán a través de la desinformación. La oposición al estrechamiento de relaciones con China lanzó el Movimiento Estudiantil Girasol 2014 [15]. Las novedades en Hong Kong [16] también han reforzado esta opinión. La última expresión de una sospecha general de las intenciones de Pekín hacia Taiwán es la adopción en diciembre de 2019 de la ley contra la infiltración [17] que busca evitar que países extranjeros difundan desinformación, ley que puede llevar hasta cinco años de prisión si se demuestra su culpabilidad.

Para el Kuomintang (KMT), una integración económica más estrecha con China es la mejor vía para un acercamiento a través del Estrecho de Taiwán. Por tanto, el KMT ha apoyado activamente en el pasado el Acuerdo Comercial de Servicios a través del Estrecho [18] (CSSTA) en 2013, que forma parte del Acuerdo Marco de Cooperación Económica [19] (ECFA) de 2010.

Asuntos de soberanía

Aunque no está directa o abiertamente articulado en las campañas de los partidos, el asunto de la soberanía y posible independencia de Taiwán está muy presente en el actual discurso político.

Para el KMT, Taiwán sigue siendo la República de China [20] creada en China continental en 1912, y al final se mudaron a Taiwán después de que perdió con los comunistas en la guerra civil en 1949.

Para el DPP, la cuestión está mucho más matizada. Aunque no pide abiertamente la independencia de Taiwán, sobre todo porque se opondría a Pekín y a buena parte de la población taiwanesa, sostiene que Taiwán es un estado soberano. A veces, también sugiere solidaridad con la idea de eliminar la referencia al término «China» en su nombre. Uno de estos indicios es la elección de Tsai para su candidato a la vicepresidencia William Lai, conocido por haber declarado públicamente [21] en 2018 que «trabajaría por la independencia de Taiwán».

Pekín ha afirmado que toda declaración de independencia de Taiwán desencadenaría una respuesta militar [22].

En la campaña presidencial, este tema interviene en las relaciones diplomáticas. Tras el reconocimiento por parte de Washington de Pekín como la «única China» en 1979 [23], la mayoría de los antiguos aliados diplomáticos de Taiwán han cambiado a lo largo de los años su lealtad a la China continental. El número de socios diplomáticos de Taiwán disminuye cada año, y ahora se reduce a 15 [24], ya que Taiwán perdió dos aliados [25], Kiribati y las islas Salomón con Pekín en septiembre de 2019.

Relaciones con Estados Unidos

Estados Unidos desempeña un rol esencial en la estrategia económica y militar de Taiwán. Ayudó mucho a Taiwán en las décadas de 1950 y 1960, y ahora es el segundo socio comercial [26] de Taiwán, después de China y antes de Japón. Los dos países están evaluando un acuerdo comercial bilateral [27], tras la suscripción de Washington de la Ley de Taipéi [28] que promete apoyar a la isla más sólidamente. Más recientemente, ha habido indicios de que la economía taiwanesa se está beneficiando [29] de la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Militarmente hablando, Estados Unidos actúa como el principal garante de la sostenibilidad de la seguridad de Taiwán con diversos actos [30] y ventas regulares de armas [31]. A medida que China refuerza su capacidad militar, Taiwán depende cada vez más de su aliado estadounidense y recientemente ha exigido a Washington que evalúe su propia capacidad militar [32]. Las reacciones al accidente de helicóptero del 2 de enero en el que perdió la vida el jefe del ejército de Taiwán [33] demuestran lo importante que se ha vuelto el asunto.

Preocupación ambiental

En el parque central Da'an de Taipéi, los visitantes pueden andar en bicicleta y generar energía para impulsar fuentes de agua. Foto de Filip Noubel, usada con autorización.

El medio ambiente está ganando adeptos entre los votantes taiwaneses. Históricamente, el movimiento verde está vinculado a la democratización del país desde finales de la década de 1980, cuando las protestas medioambientales se multiplicaron [34] y desafiaron las políticas del KMT y, por primera vez, obligaron a las empresas contaminantes a cerrar. Actualmente, la gente está preocupada sobre todo por la contaminación del aire [35], resultado de las industrias nacionales y también de la contaminación procedente de China, y la energía nuclear. Taiwán es propenso a fuertes terremotos, y tras el desastre de la planta nuclear de Fukushima [36] en Japón en 2011, la oposición a las tres plantas nucleares actualmente [37] activas en Taiwán ha aumentado. Sin embargo, en un referéndum celebrado en 2018 se votó a favor de mantener la energía nuclear, aunque con un mero 59 % de votos a favor [38]. Mientras que la línea oficial del PPD ha sido eliminar la energía nuclear [39] por etapas, el KMT difunde mensajes contradictorios [40] sobre su posición sobre el tema.

Valores morales y modo cultural

Por último, algo que se suele situar en la línea de falla generacional se refiere a los valores morales, sobre todo en el contexto de familia, género y roles tradicionales. Como la mayoría de las sociedades de Asia Oriental, Taiwán está moldeada por el sistema de valores confuciano [41] al que optó el KMT y difundió en su discurso político, el sistema educativo y los programas sociales.

El fin de la ley marcial y la alternativa política con el DPP han diversificado los puntos de vista y han traído mejoras significativas en igualdad de género [42] y los derechos de la comunidad LGBTQI+ [43]. Es revelador que en 2016, Taiwán eligió a su primera presidenta, soltera y sin hijos, Tsai Ing-wen.

Escena del Orgullo Gay de Taipéi 2019, el mayor de Asia, que interpreta a figuras míticas de la historia antigua china antigua. Foto de Filip Noubel, usada con autorización.

Las fuerzas conservadoras, atraídas por gran parte del KMT, y varios grupos cristianos, han prometido contrarrestar lo que describen como un «ataque a los valores tradicionales» [44], con atención en el sistema escolar que ahora incluye educación sexual [45], lo que convierte a la escuela en nuevo campo de batalla político [46].