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¿Cuál es el futuro de la «ley contra la propaganda» de Moldavia?

Categorías: Europa Central y del Este, Moldavia, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, Política

Un hombre en Gagauzia,  región autónoma de Moldavia, ve el discurso de Vladimir Putin ante la Asamblea Federal de Rusia, 15 de enero de 2020. Foto (c): Olga Chayuk. Usada con autorización.

Este artículo ha sido posible gracias a la colaboración con Transitions [1], organización editorial y de formación en medios de comunicación con sede en Praga. 

Hace poco más de dos años, el 12 de enero de 2018, entró en vigor la «ley contra la propaganda» de Moldavia. La ley, que restringe la difusión de los canales de noticias rusas en el país, fue una iniciativa del Partido Democrático de Moldavia (DPM), el expartido gobernante que se presentó como la principal fuerza política proeuropea de Moldavia. La ley fue controvertida desde el primer día; pero fue aprobada por el Parlamento en 2017, el presidente Igor Dodon se negó dos veces a firmarla. Por ello, Dodon fue suspendido temporalmente de sus funciones por el Tribunal Constitucional, lo que permitió al entonces presidente del Parlamento, Adrian Candu, firmar la ley.

Pero entonces llegó 2019. En junio, el DPM fue derrocado por una improbable coalición que incluía al Partido de los Socialistas (PSRM) y al ACUM, alianza de partidos reformistas proeuropeos. Esa coalición cayó en noviembre [2], lo que dejó al prorruso PSRM con la ventaja.

El PSRM y Dodon, el líder informal del partido, han redoblado sus llamamientos para revocar la ley, que el partido describe como «discriminatoria para los ciudadanos moldavos» en su lista de prioridades para 2020. [3] Sus ideas no son compartidas por la oposición; el PDM, con quien se creía que el PSRM compartía influencia a pesar de sus inclinaciones geopolíticas opuestas, tampoco está entusiasmado con la revocación de la ley. Pero incluso con su renovada influencia, los expertos creen que los socialistas de Moldavia aún no lograrán anular la «ley contra la propaganda».

Es importante señalar que el texto de la ley no menciona en absoluto a Rusia. En cambio, establece que para proteger la esfera audiovisual y garantizar la seguridad de la información, los únicos programas de televisión de temática objetiva, analítica, militar o política que pueden emitirse en Moldavia son los producidos en la Unión Europea, Canadá, Estados Unidos y todos los demás Estados que han ratificado el Convenido Europeo sobre la Televisión Transfronteriza. Es ampliamente conocido que Rusia aún no ha ratificado [4] esta convención.

Después de la entrada en vigor de la ley, los únicos operadores que se negaron a obedecer las nuevas normas fueron los de Gagauzia (región autónoma del sur de Moldavia ampliamente considerada prorrusa). Argumentaron que solo operaban con licencias expedidas en Comrat, la capital de la región.

Los legisladores socialistas a menudo citan ejemplos como estos como prueba de que la ley es ineficaz. Adrian Lebedinschi, presidente de una comisión parlamentaria encargada de los medios de comunicación, declaró a Publika TV [5] (propiedad de Vlad Plahotniuc, expresidente del PDM y magnate de medios) que el PSRM está a punto de derogar la «antipropaganda». «Dejemos que las personas piensen por su cuenta. Son lo suficientemente inteligentes como para entender qué información es objetiva y cuál no», dijo Lebedinschi el 5 de diciembre. Durante una reunión de la comisión el 18 de diciembre, Lebedinschi declaró que una pequeña parte de la población moldava todavía puede recibir televisión extranjera por satélite sin ninguna restricción, a menudo utilizando decodificadores piratas. En efecto, es bastante fácil encontrar anuncios en línea [6] que ofrecen la instalación de antenas parabólicas que permiten a los moldavos acceder a los canales populares de la televisión rusa.

El primer ministro de Moldavia, Ion Chicu, que fue elegido en noviembre de 2019 por los parlamentarios del PSRM y DPM, ha planteado preocupaciones similares. «Creo que la prensa debe ser libre y que los consumidores deben tener acceso a toda la información, salvo la que distorsiona la verdad, difunde el extremismo o llama al odio. Cualquier medio de comunicación que cumpla con el Código de Ética tiene derecho a acceder al mercado de los medios de comunicación de Moldavia», dijo Chicu en una rueda de prensa el 9 de diciembre. Además, durante una entrevista [7] el 27 de noviembre para NTV Moldavia, la presidenta del parlamento y líder del PSRM, Zinaida Greceanîi, declaró que la decisión de restaurar los derechos de emisión de los canales de televisión rusos tenía que tomarse por mayoría parlamentaria. «Nadie debería dictar qué programas debe ver la gente. Pero, por desgracia, el gobierno anterior tenía el mando a distancia de la televisión en una sola mano», señalo Greceanîi.

Sin embargo, no está claro que el PSRM pueda encontrar un consenso parlamentario para anular el proyecto de ley. El PSRM tiene 36 diputados en el Parlamento de 101 miembros de Moldavia; el PDM tiene 29. El bloque ACUM-DA tiene 25 diputados. Tras el colapso de su coalición con este último el año pasado, el apoyo a la medida del PSRM solo podría provenir, de forma plausible, del PDM. Pero los líderes del PDM no están a favor. «[La ley contra la propaganda] fue una iniciativa del Partido Demócrata y no veo ninguna razón por la que debamos cambiar nuestro enfoque del tema», dijo el presidente del partido, Pavel Filip, a PublikaTV [8] el 6 de diciembre.

El exdiputado del PDM Corneliu Mihalache, que actualmente es miembro del Consejo Estatal de Radiodifusión, también señaló durante un debate en PublikaTV [9] que las posibilidades de que se revoque la ley son mínimas, ya que depende del Partido Demócrata, que la presentó. El propio Mihalache votó a favor de la ley, y cree que debe mantenerse porque la propaganda rusa es «demasiado agresiva» y que, aunque se dirige a una audiencia nacional, «también agita nuestra sociedad». Andrey Andrievsky, periodista de Chisinau y editor en jefe de Ava.md, replicó que el PDM se ha vuelto mucho menos transparente en los últimos meses, lo que significa que es difícil predecir cómo podrían abordar el tema. Cree que hay un 50 % de posibilidades de que la ley sea revocada, dado que algunos diputados del PDM y los siete que representan al partido Șor podrían votar a favor.

«En el contexto político actual, dudo que los socialistas puedan cambiar la ley», dijo a Global Voices Petru Macovei, director ejecutivo de la Asociación de Prensa Independiente (API). «Hasta cierto punto, es una cuestión de orgullo para el PDM, que hizo mucho ruido con la introducción de la ley. Para el PDM, cualquier voto para derogar la ley demostraría su incompetencia política», dijo Macovei.

Los observadores también han discutido largamente sobre la supuesta ineficacia de la ley. Macovel cree que el supuesto fracaso de la ley no se debió a su ineficacia inherente, sino a que no se han aplicado de manera consistente en todo el país y a que los canales de televisión prorrusos han aprendido a eludir las restricciones. «Ellos simplemente insertan las noticias de propaganda rusa en sus propios comunicados de prensa, en moldavo, bajo el título de ‘noticias extranjeras'», explicó Macovei. El director del API también destacó que las películas populares y los programas de entretenimiento desempeñan un papel en la difusión de la propaganda. «En este caso, el Estado no ha llegado hasta el final. La propaganda rusa utiliza una gran cantidad de recursos para ampliar su influencia en nuestro país. [La red de noticias en línea y la emisora de radio] Sputnik Moldova es un buen ejemplo de ello», dijo Macovei.

El presidente del Consejo Estatal de Radio y Televisión, Dragoș Vicol, dijo a Global Voices que la ley contra la propaganda debe mantenerse vigente. «Si las disposiciones de la ley cambian, entonces por supuesto que las cumpliremos. Pero en mi opinión es, en esencia, que la ley debe ser preservada, sobre la base de que no acogemos la propaganda externa, en particular las emisiones de carácter militar y político. Creo que esta ley ha demostrado su eficacia y debe mantenerse», subrayó Vicol. Valery Demidetsky, representante de la red estatal rusa de noticias TASS en Moldavia, apoya la anulación de la ley contra la propaganda. En diciembre, dijo [10] al portal de noticias moldavo eNews que la ley era totalmente ineficaz, dado que «en la era de internet, aprobar esas leyes es inútil».

Independientemente de las restricciones, los noticieros rusos siguen siendo muy populares en Moldavia.

Según una encuesta realizada [11] por TV MR MLD, representante de AGB Nielsen en Moldavia, el canal más valorado en el país entre el 16 y el 22 de diciembre fue RTR Moldavia, que retransmite contenidos del canal RTR ruso. El canal de televisión pública Moldova 1 ocupa el segundo lugar, seguido por PRIME TV, canal que hasta hace poco era propiedad del presidente del PDM y magnate de medios Vlad Plahotniuc, que antes retransmitía contenidos de Channel One en Moscú (después de que el PDM aprobara la ley contra la propaganda, la Duma Estatal de Rusia pidió a Channel One que rompiera su contrato con PRIME). En cuarto lugar se encuentra NTV Moldavia, perteneciente al político del PSRM Corneliu Furculiță, que también es propietario del canal de televisión Exclusive TV y es conocido por su cercanía al presidente Dodon. NTV Moldova también retransmite contenidos del canal ruso del mismo nombre. El quinto canal es el recientemente fundado Primul în Moldova (Primero en Moldavia), que retransmite programas de la cadena rusa Channel One.

También existen pruebas de que la influencia de los grandes conglomerados de medios rusos está creciendo en Moldavia. Aunque el presidente Dodon no posee oficialmente ningún canal de televisión, hay indicios de que la influencia del PSRM en el panorama mediático va en aumento. En diciembre, el gobierno de Chicu nombró [12] a Stanislav Vîjga, director de Accent TV, como representante del país ante la Organización de Radiodifusión Mir, red que opera en varios estados posoviéticos.

Ese mismo mes, el sitio web openmedia.io publicó un artículo [13] en el que se indicaba que Igor Chaika, hijo del fiscal general de Rusia, había adquirido recientemente un 51 % de las acciones de la empresa Media Invest Service. Esta empresa es propietaria de Primul în Moldova y Accent TV; esta última muestra un sólido historial de cobertura preelectoral [14] pro-PSRM. El 49 %% restante pertenece a Vadim Ciubara, empresario moldavo que ha sido descrito [15] por el sitio web de investigación RISE Moldova como un «asesor en la sombra» del presidente Dodon.

Estos movimientos importan. Según el Barómetro de la Opinión Pública [16] de Moldavia para diciembre de 2019, el 49,3 % de los moldavos citan la televisión como su fuente de información más importante, y el 33,8 % mencionan a internet.

Pero ¿qué es exactamente lo que atrae a los espectadores moldavos a los canales de televisión rusos?

Global Voices habló con varios habitantes de la capital, Chisinau, para averiguar por qué. El escritor Anatol Labunschi, de 73 años, dice que ve los canales en ruso simplemente porque habla el idioma. «Internet tiene una función de traducción, que me permite entender los artículos en idiomas extranjeros. Pero no puedo hacerlo con la televisión y la radio. Sin embargo, no solo veo canales en ruso desde Moscú; hoy en día, Ucrania no está muy a favor del Kremlin, pero todavía tiene muchos programas en ruso… Puedo comparar opiniones y sacar mis propias conclusiones, no simplemente creer en las que me dice un busto parlante en la televisión», explicó Labunschi.

Ruslan, investigador de religión de 44 años que se negó a dar su apellido, dice que ve diariamente canales de televisión rusos. «Es solo que son más accesibles. Hay más canales de televisión que ofrecen información en tiempo real. Yo veo los canales que están disponibles en Chisinau, pero aquí es bastante difícil. Están bajo presión», comentó. Antonina, agricultora de visita en la capital moldava, cree que los ciudadanos deberían tener el mayor acceso libre posible a la información. «Una persona debería poder elegir. Pero lamentablemente nuestros políticos solo piensas en sus propios intereses y nos atan a ellos. Esto no son políticos, son dictadores. No dejan que la sociedad se desarrolle libremente. Por eso prohíben cosas. Pero la gente sigue viendo [estos canales]», admitió Antonina.

Puede ser difícil saber si la prohibición ha hecho que los medios de comunicación rusos sean más atractivos como la «fruta prohibida», pero en un país con poca confianza hacia sus gobernantes, las prohibiciones de esos gobernantes podrían resultar espectacularmente contraproducentes. Es importante señalar que las encuestas señalan [17] una alta correlación entre la confianza en Igor Dodon y el apoyo al PSRM, y la disposición de los encuestados a ver los canales de televisiín de Rusia.

Petru Macovei cree que los medios de comunicación en Moldavia no se han enfrentado a una situación tan dura en 30 años, y se queja de que las autoridades no han hecho nada para apoyar el desarrollo económico de los medios de comunicación. El mayor problema, subraya, es la determinación de los líderes de varios partidos de subyugar los recursos de los medios influyentes para lograr sus propios objetivos políticos. Parece improbable, concluye, que los llamamientos para mantener o eliminar la «ley contra la propaganda» de Moldavia sean muy diferentes.