- Global Voices en Español - https://es.globalvoices.org -

La verdadera razón por la que la gente está huyendo de Honduras

Categorías: Honduras, Ambiente, Censura, Derechos humanos, Elecciones, Gobernabilidad, Guerra y conflicto, Juventud, Medios ciudadanos, Migración e inmigración, Mujer y género, Política, Protesta, Pueblos indígenas, Refugiados, Relaciones internacionales, Últimas noticias, The Bridge
[1]

Una madre llamada Doris sostiene el retrato de su hijo, Wilfredo Moncada, exlíder de las protestas antigubernamentales de 2018. Choluteca, Honduras, 29 de mayo, 2019. Crédito de la foto: Martín Cálix para Contraccoriente. Uso autorizado.

Según el Gobierno de Guatemala, entre el 15 y el 16 de enero de 2020, más de 3500 personas [2] cruzaron la frontera hacia ese país a pie, con la esperanza de construir una nueva vida en Estados Unidos o México. La mayoría eran hondureños. Según los informes de medios internacionales como NPR [3], Wall Street Journal [4]Reuters [5], quienes migran a través de Centroamérica están huyendo de la «pobreza y la violencia», pero estos términos apenas describen superficialmente la razón por la que la gente elige irse de aventón por miles de kilómetros y enfrentar un futuro incierto en la frontera entre Estados Unidos y México.

Una nueva caravana

Los hondureños han estado huyendo de su país durante años, pero el término «caravana» se popularizó en todo el mundo en 2018, cuando más de 10 000 centroamericanos  [6]viajaron juntos para apoyarse y protegerse mutuamente en la carretera que atraviesa Guatemala y México.

Más que vivir en «pobreza y violencia», los hondureños están envueltos en un narcoestado [7] cuyo liderazgo es apoyado por Estados Unidos. Sufren de corrupción generalizada, violencia de género, control de pandillas, expropiación de tierras y sequías generadas por el cambio climático.

Aunque en 2020 el camino que deberán enfrentar los migrantes es más difícil que antes por razones fuera del ámbito de esta historia, miles de personas han decidido que probablemente les espera un mejor destino fuera que dentro de Honduras.

[1]

La caravana de migrantes en Ayutla, Guatemala, 17 de enero de 2019. Crédito de la foto: Martín Cálix para Contraccoriente. Usada con autorización.

Qué está pasando en Honduras

Sabemos que el dinero proveniente de la corrupción y las drogas es, bueno, malo.

Sin embargo, cuando pensamos en lo que hacen los malos políticos, rara vez imaginamos que los han declarado culpables de transportar toneladas de cocaína [8] a Estados Unidos. Este es el cargo por el cual Tony Hernández, expolítico y hermano del presidente Juan Orlando Hernández, fue condenado en octubre de 2019.

Ahora el presidente Hernández, qu ha sido elogiado por la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos [9] por su lucha contra el narcotráfico, está bajo escrutinio por su presunta participación en el negocio de la cocaína.

Durante el juicio de Tony Hernández, testigos afirmaron que el presidente trató de proteger a su hermano de la extradición y recibió sobornos por millones de dólares para financiar las campañas políticas de su partido, según informes de The New York Times [8] y Reuters [10]. El presidente Hernández niega las acusaciones.

Se podría decir que los hondureños eligieron libremente a estos políticos y que, por lo tanto, depositaron su confianza en la capacidad de gobernar de Hernández, pero este razonamiento no tiene en cuenta que los hondureños no querían a este gobierno, para empezar. Los hondureños han protestado [11] —y han sido asesinados por las fuerzas estatales [12] durante las manifestaciones— para exigir un nuevo voto después de las supuestas elecciones fraudulentas de diciembre de 2017 que pusieron a Hernández en el poder. A pesar de eso, Estados Unidos decidió apoyar [13] la elección de Hernández.

En 2019, y en medio de fuertes sospechas sobre la participación de su presidente en el negocio de las drogas, otra vez los hondureños le pidieron a su presidente [14] que se fuera. La policía respondió lanzando gases lacrimógenos.

[1]

Un agente de policía hondureño lanza gases lacrimógenos contra manifestantes que exigían la renuncia del presidente Hernández después de que su hermano y expolítico, Tony Hernández, fuera declarado culpable de tráfico de drogas en los tribunales. Tegucigalpa, Honduras, 24 de octubre de 2019. Crédito de la foto: Martín Cálix para Contraccoriente. Usada con autorización.

La siguiente opción para Honduras sería crear un sistema anticorrupción para procesar criminales de alto nivel, ¿verdad? Bueno, en enero de 2020, durante los mismos días en que miles de hondureños caminaban hacia el norte, el presidente Hernández y los legisladores desecharon ese rayo de esperanza.

Las autoridades hondureñas decidieron poner fin al mandato [15] del organismo anticorrupción respaldado internacionalmente, la Misión de Apoyo a la Lucha contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH [16]). Según Insight Crime [17], MACCIH había encabezado casos de corrupción de alto perfil, y la «disolución de la MACCIH no es un buen augurio para la lucha contra la corrupción en una región acosada por la corrupción política.”

La corrupción generalizada, además de ser ilegal e inmoral, debilita a la sociedad.

Por ejemplo, cuando los «corruptos robaron 49 lempiras [US$1,99 aprox.] de cada cien lempiras [US$4,06 aproximadamente] del Ministerio de Salud», según los informes del Consejo Nacional Anticorrupción [18], llevaron al sistema de salud hondureño al borde del colapso [19].

En 2019, Honduras experimentó su peor epidemia de dengue en 50 años. Más de 400 personas murieron, según The New York Times [20], que también informó que la crisis de salud se vio agravada por los efectos del cambio climático y la disfunción gubernamental.

[1]

Niño con dengue en el Hospital Escolar Universitario de Tegucigalpa. En el momento en que se tomó la foto, la habitación estaba llena de pacientes. Tegucigalpa, Honduras, 24 de julio de 2019. Crédito de la foto: Martín Cálix para Contraccoriente. Usada con autorización.

El futuro del país también está en riesgo, ya que el sistema educativo es ineficaz. El día en que la caravana de migrantes salió de San Pedro Sula, los medios de comunicación hondureños publicaron otra estadística simbólica sobre la condición del país: un millón de niños hondureños [21] no asisten a la escuela. Son demasiado pobres o creen que la escuela no es necesaria porque, de todas formas, no encontrarán trabajo después de que terminen.

El 2019, el Congreso Nacional hondureño aprobó reformas a la salud y la educación, una medida que los hondureños vieron como puerta de entrada a más corrupción [22] y a la privatización de estos sectores. Los hondureños ventilaron sus quejas en las calles en mayo y junio de 2019, y fueron recibidos una vez más por gases lacrimógenos y balas. Los legisladores suspendieron [23] las reformas.

[1]

Radiografía del brazo de un estudiante universitario con un fragmento de bala después de la represión del 24 de junio de 2019 en la que el Ejército y la policía militar entraron en una universidad y dispararon a los estudiantes con gases lacrimógenos y municiones reales. Tegucigalpa, Honduras, 27 de junio de 2019. Crédito de la foto: Martín Cálix para Contraccoriente. Usada con autorización.

Además de ser oprimidos por las fuerzas de su propio gobierno, los hondureños deben seguir las reglas establecidas por las pandillas [24]. En muchos barrios, las pandillas, que a menudo están formadas por jóvenes empobrecidos que caen en la delincuencia, son los controladores de facto, que extorsionan y amenazan a los lugareños. La muerte es un hecho cotidiano [25] en un país en donde hubo más de 42 homicidios por cada 100 000 personas en el 2019. La forma en que el Gobierno hondureño responde a las pandillas es, bueno, con más soldados [26].

Si bien la violencia de las pandillas es una amenaza real, la violencia de género también impregna a la sociedad. Honduras tiene la segunda tasa más alta de feminicidios [27] en el continente americano, según la Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL). Quince mujeres  [28]fueron asesinadas durante las dos primeras semanas de enero.

[1]

Doña Blanca corta cebollas y zanahorias, sentada frente a la vitrina que mantiene la carne caliente en su comedor. Tegucigalpa, Honduras, 1 de marzo de 2019. Foto: Martín Cálix.

En las zonas rurales, los pueblos indígenas y los campesinos arriesgan sus vidas defendiendo sus hogares contra la expropiación de tierras [29]. El asesinato de la reconocida líder indígena y activista ambiental, Berta Cáceres, quien fuera asesinada por hombres armados en su casa en el 2016, es bien conocido y se le ha hecho justicia parcial [30].

El caso de Cáceres fue ampliamente reportado por los medios de comunicación, sin embargo, muchos otros asesinatos de activistas ambientales permanecen en las sombras.

En 2017 Global Witness [31] llamó a Honduras el «país más mortífero del mundo para el activismo ambiental». A principios de enero de 2020 el líder indígena Vicente Saavedra fue encontrado muerto [32]. Los garífunas, que también viven bajo la amenaza de expulsión [33] de sus tierras ancestrales por turismo o proyectos empresariales internacionales, que defienden sus territorios, también se enfrentan a la violencia [34].

Estas amenazas relacionadas con las empresas no tienen en cuenta los efectos crecientes del cambio climático que obligan a los agricultores a abandonar [35] sus cultivos de maíz y frijol, marchitos y moribundos.

Pero eso no es todo: esta historia solo explica superficialmente por qué los hondureños de todas las edades, géneros, orientaciones sexuales y etnias, encuentran la peligrosa ruta de los migrantes más esperanzadora que permanecer en Honduras.

Los hondureños no huyen solo de la «violencia y la pobreza». Huyen de un sistema asesino, explotador, racista, misógino y alimentado por el dinero de las drogas que no cambia a pesar de sus esfuerzos.