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Familia de escritores y músicos kazajos atrapada en vórtice de Xinjiang

Categorías: Asia Central y Cáucaso, China, Kazajistán, Censura, Derechos humanos, Literatura, Medios ciudadanos, Migración e inmigración

Los Oralbai –otra familia destruida por la represión de China en Xinjiang. Fotografía usada con autorización.

Cuando eran niñas, Bagila y Baktygul Oralbai a menudo iban a nadar. El pueblo donde vivieron estaba ubicado a orillas del río Ilí, por lo que los recuerdos de su infancia giran en torno a esta enorme masa de agua que fluye desde la prefectura autónoma kazaja de Ilí en la región de Xinjiang, China, hasta la provincia Almatý del vecino Kazajistán.

Su hermano mayor, Dilshat [1], a menudo las acompañaba. En los meses más calurosos, Dilshat pescaba en el río, y durante el invierno, con el río congelado, practicaba snowboard allí. A los seis hijos de la familia Oralbai les encantaba la música, pero eran Bagila [2] y Baktygul [3] quienes cantaban y bailaban cada vez que Dilshat tocaba su dombra [4], tradicional instrumento de cuerda kazajo.

Su infancia pacífica, que la hermana del trío Gulaisha Oralbai recuerda, se repite [5] en las historias familiares de muchos otros kazajos de Xinjiang. Pero esta forma de vida, junto con la de los grupos turcos y en su mayoría musulmanes que viven en la región (uigures, kirguís, hui y tártaros) se desvanece rápidamente bajo la represión encabezada por el Partido Comunista de China (PCCh), que muchos argumentan equivale a un genocidio cultural.

Hacia el 22 de enero de 2020, Gulaisha, ciudadana kazaja de 47 años de edad, no ha tenido comunicación con sus hermanas Bagila (38) y Baktygul (42) ni su hermano Dilshat (57) y, se enteró por múltiples fuentes que los tres están detenidos. Su madre Auahan Kurmankyzy, y su hermano mayor Zhurat, actualmente se encuentran bajo arresto domiciliario en la región.

Aunque no ha esclarecido quién de los tres fue el primero en ser aprehendido, Gulaisha se enteró de que Dilshat, Baktygul y Bagila estuvieron retenidos en los campos de concentración a finales de mayo de 2018.

Dado que el PCCh comenzó a transformar la región en una distopia del siglo XXI desde hace tres años, más de tres millones de miembros de las comunidades musulmanas han experimentado circunstancias similares a las de la familia Oralbai.

¿Qué radicales?

Baktygul Oralbai con sus tres hijos.

Las autoridades del PCCh defendieron reiteradamente los encarcelamientos arbitrarios masivos en Xinjiang como parte de sus medidas para combatir la «radicalización», y describieron los campos como ‘centros de formación vocacional [6]‘, en medio de las críticas generadas por grupos internacionales que velan por los derechos y más de 20 Gobiernos extranjeros [7].

La persecución de los Oralbai, familia principalmente laica y culta sin historial alguno de oposición al partido, demuestra la improbabilidad de esa afirmación.

El hermano mayor, Zhurat [8], empleado bancario nacido en 1959, fue detenido en la ciudad de Gulja aproximadamente al mismo tiempo, pero lo liberaron para colocarlo bajo arresto domiciliario por razones médicas el año pasado tras permanecer nueve meses en un campo.

Después de ser liberado, a través de una videollamada que realizó desde la cama de un hospital se comunicó con sus familiares, quienes se percataron de que Zhurat sangraba por la nariz.

Persona de letras

Los hermanos Bagila, Baktygul y Dilshat al final dejaron atrás su vida a orillas del río Ilí para trasladarse a Kuitum, pequeña ciudad en la prefectura autónoma kazaja de Ilí en Xinjiang. La mayoría de las amistades de los hermanos eran chinos de la etnia han, por lo que los tres dominaban el idioma mandarín.

De todos los hermanos Oralbai, Dilshat fue quien tuvo una carrera profesional más brillante.

Después de graduarse de la universidad en 1985, se convirtió en un miembro del Partido Comunista Chino, un largo proceso que requiere de verificaciones múltiples [9], y obtuvo un trabajo como periodista y editor en periódicos de circulación a nivel de la ciudad y la prefectura. Luego, ingresó al mundo académico y se convirtió en un nombre reconocido entre la inteligencia kazaja en Xinjiang, además publicó numerosos artículos en idioma kazajo y chino.

Dilshat también fue un traductor prolífico, que tradujo 15 libros y más de 30 historias del chino al kazajo en el transcurso de más de dos décadas.

Entre sus traducciones están «Los hijos del capitán Grant» de Julio Verne y «Carácter ruso» de Aleksei Tolstói. Obtuvo más de una docena de galardones por sus obras académicas y periodísticas antes de mudarse a Kazajistán, donde estableció un negocio en 2008.

Baktygul se convirtió en periodista para el periódico de la ciudad Kuitun –el mismo diario donde Dilshat inició su carrera– antes de establecer una pequeña editorial. Siempre permaneció cerca de Bagila, quien administraba un pequeño salón de belleza en el mismo establecimiento donde Baktygul imprimía sus libros

Ese establecimiento estaba ubicado justo enfrente de la Universidad Pedagógica de Kuitun, donde el esposo de Baktygul trabajaba como director del comedor de la universidad estatal.

La tiranía de no saber

A medida que aumenta el escrutinio internacional sobre los campos de reeducación en crecimiento de Xinjiang, algunos reclusos han sido liberados bajo la condición de permanecer en libertad limitada, arresto domiciliario o trabajo forzado. A otros simplemente los trasladaron a las prisiones [10].

En algún momento, Gulaisha creyó que este último destino terrible le había ocurrido a sus dos hermanas y Dilshat, después de que una fuente le informó que habían recibido condenas que oscilaban entre siete a 15 años.

Ahora, cree que es más probable que los hermanos estén en los campos. Gulaisha está preocupada particularmente por Dilshat, quien se sometió a tres cirugías antes de ser arrestado de manera arbitraria.

Dilshat es uno de los muchos kazajos nacidos en China que poseía un permiso de residencia de Kazajistán al momento de ser detenido. A diferencia de su hermano Kabyt Oralbai y su hermana Gulaisha, no es ciudadano kazajo pleno.

Kazajistán sostiene una política de permitir que las personas de etnia kazaja, independientemente de su ciudadanía original, vivan o migren a su país. Dichas personas, a quienes las autoridades kazajas denominan como «oralman [11]» (repatriadas), con el tiempo pueden solicitar su ciudadanía. Existen por lo menos 1,5 millones de kazajos que viven en Xinjiang. Atacar a quienes tienen conexiones en el extranjero [12], incluso en países como Kazajistán, con el cual China sostiene relaciones amigables aparentemente, ha constituido gran parte de la represión del Partido Comunista de China en la región.

Varios exdetenidos kazajos relataron [13] la manera en que fueron interrogados en las prisiones con respecto a sus vínculos con su histórica patria.

Dilshat había planificado visitar a la familia en China solo por un corto tiempo cuando viajó hacia allá en noviembre de 2016. Pero ese año las autoridades de Xinjiang comenzaron a confiscar todos los documentos de identificación de los ciudadanos que pertenece a etnias minoritarias, por lo que dejaron a muchos kazajos que viajaban entre los dos países atrapados en el vórtice de Xinjiang.

Al otro lado de la frontera que atraviesa el río de su infancia, Gulaisha y Kabyt imploran a la comunidad internacional para que no olviden la situación difícil de su familia.

La base de datos de las víctimas de Xinjiang [14] es la base de datos en inglés relacionada con las víctimas de la represión en curso en la región autónoma uigur de Xinjiang.