Coronavirus de Wuhan representa también una catástrofe económica para China 

Billete de cien yuanes, el más utilizado en China continental, que muestra a Mao con una mascarilla protectora. Imagen de Oiwan Lam, utilizada con autorización.

Cuando una epidemia coincide con la vorágine de gasto que tradicionalmente acompaña las festividades del Año Nuevo chino, la salud económica de un país también sufre un fuerte estrés. La retórica del Gobierno chino está jalonada de promesas de prosperidad económica para su creciente clase media, y es probable que la amenaza de inseguridad fiscal –que estamos viendo durante el brote del coronavirus de Wuhan– tenga un amplio efecto social y político.

El crecimiento del PIB como «religión de estado»

El acontecimiento más significativo de las cuatro últimas décadas en el mundo ha sido la transformación de China, que ha pasado de ser un país subdesarrollado a uno de los grandes poderes económicos del planeta. El Gobierno y el Partido Comunista Chino (PCC) utilizan a menudo este hecho para reclamar la lealtad y el apoyo de sus 1300 millones de ciudadanos. China comenzó sus reformas económicas en 1979, y durante décadas ha experimentado un impresionante crecimiento de su PIB, con frecuentes cantidades de dos cifras. Desde que Xi Jinping se convirtió en presidente de China en 2012, estos números han oscilado entre el 6 y el 8 %. Hay que señalar que la fiabilidad de los datos proporcionados por fuentes oficiales chinas exigen un análisis más profundo, dada la influencia política vinculada a estas cifras, que se enmarcan en la narrativa de «estabilidad social» tan utilizada por los funcionarios chinos en sus declaraciones y discursos.

La base del control que ejerce el PCC sobre el país es un contrato social que puede resumirse como «prosperidad sin libertad«. En otras palabras, mientras los 400 millones de chinos que conforman la sólida clase media crezcan y disfruten de un buen nivel de vida, el partido no se verá seriamente cuestionado por los innumerables casos de corrupción, manipulación de la justicia y censura creciente de medios e información.

Esto explica por qué el crecimiento del PIB se considera un indicador nacional del cumplimiento de dicho «contrato social», y por qué cualquier anomalía causa una gran ansiedad en el Gobierno y el partido, pero también en los ciudadanos –que suelen reaccionar con protestas en la red, raramente con manifestaciones en la calle– y en los más ricos, que trasladan capitales o incluso negocios y familias completas al extranjero.

El coronavirus de Wuhan es un desastre para el turismo y la industria del cine

Si bien los mercados se han mostrado nerviosos por las noticias sobre el coronavirus de Wuhan, y muchos predicen consecuencias para las inversiones globales y el comercio internacional de China, la economía más directamente afectada es la interna. Algunas industrias ya muestran signos de una fuerte desaceleración.

Aunque durante años se consideró un lujo, el turismo nacional e internacional ha florecido en China desde que la creciente clase media comenzó a ver los viajes como signo de éxito social. La época del Año Nuevo chino representa un auge en los viajes nacionales, ya que la tradición exige que se reúnan todas las generaciones de la familia. Para la celebración de 2020 se esperaban 3000 millones de despazamientos, pero el Gobierno ha restringido los traslados, y muchos ciudadanos asustados han renunciado a sus planes de viaje.

Como señala Ting Lu, experto en turismo de Nomura Asset Management, la primera vez que el sector turístico nacional chino tuvo problemas fue después de la epidemia de SARS de 2002-2003:

“China’s real GDP growth dropped by 2 percentage points from 11.1% in the first quarter of 2003 to 9.1% in the second quarter, before recovering to 10% in the third quarter of that year. Growth was largely dragged by the tertiary sector, especially by two major subcomponents of GDP: (1) transport, storage, and post, and (2) hotel and catering services”.

El crecimiento real del PIB chino bajó 2 puntos porcentuales, del 11,1 % en el primer trimestre de 2003 al 9,1 % en el segundo trimestre, antes de recuperarse al 10 % en el tercer trimestre de ese año. El crecimiento se vio muy perjudicado por el sector servcios, sobre todo por dos importantes componentes del PIB: (1) transporte, almacenamiento y correo y (2) hostelería y restauración.

La industria del cine, que se considera la segunda más importante del mundo, también ha recibido un duro golpe debido al momento en que se ha producido el brote. Siempre se programan los estrenos de las películas más populares del año para que coincidan con las largas vacaciones del Año Nuevo chino –que pueden duran de 10 días a dos semanas–, cuando la gente tiene tiempo de ir al cine. Este año, estos importantes estrenos se han pospuesto indefinidamente. Además de los estudios de cine, como los estudios Hengdian, considerados los mayores del mundo, se han clausurado más de 70 000 salas de cine para prevenir la propagación del virus. Esto tiene también consecuencias políticas en la industria china del cine, estrictamente controlada por la ideología del partido, que impone cuotas de películas extranjeras, que suelen atraer audiencias mucho mayores que las películas nacionales.

En el tuit siguiente se incluye una foto del anuncio oficial de que los estudios de cine Hengdian permanecerán cerrados debido a la alerta por el coronavirus de Wuhan.

Hengdian Film y Television City suspenden filmaciones y el inicio del rubro escénico.

Es muy probable que la economía nacional se vea afectada. Es demasiado pronto para que haya cifras, pero basta decir que el Año Nuevo chino es una época de compras masivas, regalos, ofertas especiales y salidas a restaurantes. Aunque muchas compras se hacen en línea, las entregas se han suspendido o van más lentas por los riesgos del coronavirus.

Wuhan es también un importante centro industrial, como explica Benny Liu, copresidente de KPMG en China:

«Wuhan serves as a critical industrial, research and education base, and integrated transport hub for the nation.  Wuhan’s GDP growth was 7.8 per cent in 2019, 1.7 percentage points higher than the national average, local government data showed”.

Wuhan constituye una crítica base industrial, educativa y de investigación, y un centro de transporte integrado para el país. El PIB de Wuhan creció un 7,8 % en 2019, 1,7 puntos porcentuales más que el promedio nacional, según muestran los datos del Gobierno local.

De hecho, Wuhan alberga las oficinas y plantas de muchas de las 500 empresas más importantes.

En este contexto, las declaraciones de los Gobiernos central y local podrían no bastar para restablecer la confianza en que el Gobierno y el partido puedna cumplir el «contrato social». Como el propio Xi Jinping dijo en el XIX Congreso del PCC en 2017,

“What we now face is the contradiction between unbalanced and inadequate development and the people’s ever-growing needs for a better life.”

Lo que ahora enfrentamos es la contradicción entre un desarrollo desequilibrado e inadecuado y la siempre creciente necesidad de la gente de una vida mejor.

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