Nacionalista, socialista y, ahora, feminista: Las múltiples facetas de la autora checa Božena Němcová

Grabado de Božena Němcová. Imagen del artista checo Jan Vilímek, Wikimedia Commons (CC-BY 3.0).

Cualquiera que haya ido a una escuela checa automáticamente relacionará el nombre de Božena Němcová con su bucólica novela de 1855, Babička, que significa «abuela» en checo. Con más de 300 ediciones, el libro ha sido lectura obligatoria para las escuelas checas durante generaciones. La historia retrata una idílica infancia rural enclavada dentro de una comunidad de mujeres que dedican la vida a sus maridos y familias.

Nacida en 1820, la familia de Němcová la obligó a casarse con un inspector de impuestos 15 años mayor que ella. Con él tuvo cuatro hijos y lo acompañó a lo largo de todo el Imperio Habsburgo cuando lo trasladaban a distintas locaciones. Con mucha frecuencia, tuvo que mendigar dinero y comida a los amigos para alimentar a su familia, y murió de agotamiento en 1862, apenas un día después de la publicación de la novela Babička, que se volvió su obra más célebre.

El 4 de febrero de 2020 se cumplieron 200 años de su nacimiento. A lo largo de estos dos siglos, Němcová ha sido recordada por distintos aspectos de su vida y obra, en general, seleccionados para adaptarla al espíritu de la época: Primero, fue una nacionalista contra Alemania; luego, un ícono comunista; y hoy, finalmente, un símbolo feminista.

Ilustración que retrata al personaje principal de la novela de Němcova, «La abuela». Imagen del artista checo Adolf, Wikimedia Commons (CC-BY 3.0).

Božena Němcová, la nacionalista

La mitad del siglo XIX fue un punto de inflexión en la historia del multiétnico, multirreligioso y multilingüe Imperio Habsburgo: En 1948, surgió un movimiento paneslavo que luchaba por los derechos y la unificación de las naciones de habla eslava, y que fue el precursor de los estados nacionales que emergerían tras la caída del imperio en 1918.

Los intelectuales checos y eslovacos de la época estaban abiertamente involucrados en el movimiento. El marido de Němcová simpatizaba con esas ideas y, cuando lo trasladaron a lo que hoy es Eslovaquia y luego a Praga, ella conoció personalmente a algunos de los pensadores paneslavos más influyentes.

Si bien el alemán era el idioma de la movilidad social, la educación, los negocios y la prensa, Němcová optó por usar el checo en su escritura, ya que había sido educada en ambas lenguas. En varios obras reclamaba que se promoviera el checo frente al alemán que imponía el Estado.

Es probablemente por eso que se volvió un símbolo de la narrativa nacional checa, y así es retratada, por ejemplo, en el billete de 500 coronas checas. De los siete billetes en circulación, solo dos tienen mujeres: En el otro está Ema Destinnová, cantante de ópera del siglo XIX.

Billetes de coronas checas en circulación. Božena Němcová está retratada en el billete de 500 coronas. Imagen de Wikimedia Commons (CC-BY 3.0).

En 2005, la televisión estatal checa llevó a cabo una encuesta nacional para preguntar a quién nominar para el personaje checo más famoso: Němcová quedó en el puesto 10 y fue la primera mujer de la >lista.

Božena Němcová, la socialista

La República de Checoslovaquia que surgió del Imperio Habsburgo en 1918 no mantuvo mucho tiempo su independencia política: Luego de la Segunda Guerra Mundial, el Partido Comunista tomó el poder en 1948, y el país se convirtió rápidamente en un estado satélite de la Unión Soviética, que impuso su ideología de realismo socialista sobre todos los ámbitos del arte y la cultura.

Entonces Němcová pasó a tener una nueva interpretación como escritora protosocialista que describía la lucha de clases y la pobreza femenina en el capitalismo del siglo XIX. Es más, «La abuela» empieza con una cita del pensador izquierdista alemán Karl Gutzkow:

Z toho vidíš, že chudí nejsou tak docela ubozí, jak si myslíme; jsou opravdu blaženější, než si představujeme a než my sami jsme.

De esto puede deducir que los pobres no son tan patéticos como pensamos; en realidad, son más felices de lo que creemos, y más felices de lo que somos nosotros.

En la década de 1940, el periodista, escritor y líder comunista Julius Fučík escribió un ensayo llamado «Božena Němcová bojující» [‘La lucha de Božena Němcová’], donde la enaltecía como heroína socialista.

Božena Němcová, la feminista

Un aspecto que fue cuidadosamente censurado en todas las apropiaciones anteriores fue la vida de Božena Němcová como mujer libre, tanto intelectual como sexualmente.

Además de haber sido una escritora prolífica –escribió novelas, cuentos cortos, cuentos de hadas, trabalenguas e incluso ensayos etnográficos–, también se involucraba personalmente en la publicación de sus obras, algo poco común en su época. Franz Kafka, quien hablaba y leía checo, y tenía una compilación de sus cartas, veía en ella una extraordinaria autora.

Más recientemente, los historiadores destacaron el hecho de que, a pesar de su infeliz matrimonio, Němcová tenía una vida sexual activa y varios amoríos con importantes intelectuales de la época. En sus cartas, hablaba de su sexualidad en un tono poco habitual para las mujeres del siglo XIX.

Durante una entrevista para Global Voices, la escritora checa Radka Denemarková explicaba su fascinación por Němcová:

Dneska by z ní byla rebelka, bojovnice za lidská práva a bloggerka. Vnitřní nezávislost navzdory době, to je pro mě Božena Němcová. Nedovolí, aby v životě hrála jen stínovou roli dcery, manželky, matky, vždycky chtěla vědět, kdo je. Nechce být v životě otrokem.

Z literárního hlediska jí mnozí vytýkali, že měla takový talent a ztrácela čas právě korespondencí, která se ze záliby vyvinula ve vášeň. Ale copak měla volbu? Když v národních obrozeních malých národů zakotvila tradice, že spisovatel je svědomím národa a spisovatelé suplovali roli politiků, udržovali národní jazyk, obnovovali národní komunitu, povzbuzovali národní sebevědomí, tlumočili národní vůli? Nechtěla být pouhou milenkou. Díky své korespondenci je světová autorka.

Moc se taky nepřipomíná, že psala i německy, „jak jsem dorůstala, jsem velké zalíbení nacházela v knihách německých, a to české čtení a ta řeč zdálo se mi tuze sprosté.“ První německy psané texty spálila. Neměla poslouchat manžela panslavistu a měla psát dál německy, byla by součástí světové literatury, nejen té národní.

Hoy sería una rebelde, una defensora de los derechos humanos y una bloguera. La independencia interna contra el período en que vivió, eso es lo que Božena Němcová representa para mí. Se negaba a reducirse al sombrío papel de hija o madre, siempre quería saber quién era. No quería ser una esclava.

Desde el punto de vista literario, muchos la acusan de haber desperdiciado su talento con estas correspondencias. Pero ¿acaso tenía opción? Para las pequeñas naciones, el movimiento de renacer nacional estableció una tradición del escritor como la consciencia del pueblo y de los autores como sustitutos de los políticos. Ella no quería ser solo una amante. Por eso, gracias a sus cartas, es una autora universal.

Lo que casi no se menciona es que Němcová también escribió en alemán: «A medida que crecía, encontré placer en los libros alemanes, mientras leer en checo me parecía vulgar». Había quemado sus primeros textos en alemán. No tendría que haber hecho caso a su marido paneslavo, y tendría que haber escrito en alemán; así, no solo pertenecería a la literatura checa, sino a la universal.

Dado que el 4 de febrero fue su cumpleaños oficial (existe cierta controversia sobre la verdadera fecha), el semanario independiente checo Respekt la puso en la portada con la frase «Zázrak jménem Němcová«, o «Un milagro llamado Němcová»:

Respeto 6: Doscientos años del nacimiento de Božena Němcová • Es poco probable que se detenga el Koronavirus • Reportaje: Niños sin futuro • Cinco años de la corte de Terezie Kaslová • Entrevista con el nuevo decano de FAMU • Cómo explicar la asistencia sin precedentes en los cines checos .cz / semanal / 2020/6 ?

La cobertura especial comienza con un artículo del la renombrada periodista checa Sylvie Lauder, que escribe:

Sejdou se Franz Kafka, Julius Fučík a Vlasta Chramostová. A v čem by tato značně nesourodá trojice mohla najít společnou řeč? Odpověď je překvapivě prostá. Všichni obdivovali Boženu Němcovou, byť každý jinak. Pro Fučíka byla spisovatelka, od jejíhož narození tento týden uplyne dvě stě let, „první socialistkou“, pro Kafku „jasnozřivě chytrá“ mistryně slova, pro Chramostovou inspirací pro zápas s totalitní mocí.

Se reúnen Franz Kafka, Julius Fučík y Vlasta Chramostová [una de las pocas disidentes femeninas de la Primavera de Praga]. Y, ¿cuál sería el tema común del que este improbable trío podría hablar? La respuesta es asombrosamente simple. Todos admiraban a Božena Němcová, aunque cada uno de distinta manera. Para Fučík, la escritora fue «la primera socialista»; para Kafka, fue de una «inteligencia clarividente»; para Chramostová, una inspiración para luchar contra el totalitarismo.

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