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Nuevo informe hace sombrías predicciones para «Fortaleza RuNet»

Categorías: Europa Central y del Este, Rusia, Activismo digital, Gobernabilidad, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Tecnología, RuNet Echo, GV Advox

Mapa del informe [1] de Agora y Roskomsvoboda «Libertad de Internet 2019: Plan ‘Fortaleza'» que muestra los incidentes de cierre de Internet en toda Rusia en 2019 (Moscú: 3, Ingushetia: 2, Buryatia: 1, Región de Archangelsk: 1, Región de Pskov: 1.)

El año 2019 marcó muchos hitos en la larga lucha del Gobierno ruso por controlar Internet. Se aprobaron leyes contra la distribución de «noticias falsas» o la falta de respeto a las autoridades [2] en línea. Se aumentaron las multas contra las empresas digitales que se negaban a mantener datos sobre usuarios rusos en territorio ruso. Se publicó una ley que extiende el concepto de «agentes extranjeros» [3] a los usuarios individuales de internet. Por último, pero no menos importante, entró finalmente en vigor el tan esperado proyecto de ley sobre «Internet soberana [4]«.

Durante diez años consecutivos, Agora [5], organización legal rusa, y Roskomsvoboda [6], ONG que vigila los derechos digitales en Rusia, han publicado un informe anual conjunto sobre el estado de la libertad de internet en Rusia. Su informe más reciente [1], publicado el 4 de febrero, saca algunas conclusiones preocupantes sobre lo que le espera a la RuNet en los próximos años.

El informe señala un aumento significativo de los intentos de desconectar algunas regiones o zonas de internet en momentos de conflictos políticos. Esta posibilidad, aunque permitida por la ley federal rusa sobre comunicaciones, no la habían utilizado plenamente las autoridades a gran escala hasta 2019, cuando se produjeron bloqueos de internet en la región de Arkhangelsk, Buriatia, Ingusetia, la región de Pskov y, más notoriamente, en Moscú [8], durante las protestas contra la negativa de las autoridades a permitir que candidatos independientes de la oposición se presentaran a las elecciones locales.

No obstante, el informe también cita una marcada disminución del número de enjuiciamientos penales por actividades en línea: de 384 casos en 2018 a 200 en 2019. Los autores lo atribuyen a la despenalización parcial del controvertido artículo 282 del Código Penal, relativo a la incitación al odio. La despenalización parcial de este acto dio lugar a un acto adicional al Código Administrativo, en virtud del cual la responsabilidad penal por incitación al odio ahora solamente se produce después de violaciones repetidas durante un año. Solamente en el primer semestre de 2019, 158 personas fueron procesadas en virtud de este nuevo acto administrativo. Sin embargo, se sigue aplicando plenamente el artículo 282, como lo demuestra el caso destacado del bloguero Vladislav Sinitsa, que fue condenado a cinco años de prisión [9] en 2019 por sus comentarios en Twitter sobre la suerte de los hijos de policías antidisturbios responsables de golpear a manifestantes en Moscú. El enjuiciamiento por actividad en línea se está convirtiendo aparentemente en una táctica más común para complementar las condenas existentes contra opositores políticos, como lo demuestran los intentos de restringir el acceso a internet de Yegor Zhukov [10], activista libertario con muchos seguidores en YouTube.

Otro acto administrativo que repercutió en los usuarios de RuNet fue la ley de redaccióm imprecisa por faltar el respeto en línea a las autoridades estatales y los titulares del poder federal. En 2019, se aplicó 78 veces, 44 se referían específicamente a un lenguaje irrespetuoso sobre Vladimir Putin.

Indudablemente, según el informe, una de las mayores novedades fue la campaña «internet soberana» del país. Este paquete de leyes y enmiendas tiene por objeto permitir que el Estado asuma el control de la infraestructura digital en Rusia en tiempos de inestabilidad, con lo que RuNet quedaría separada del resto de la red mundial. En consecuencia, los autores del informe predicen una marcada intensificación de la presión sobre las empresas de tecnología de la información y los proveedores de Internet, que serán los responsables de aplicar las exigencias cada vez más difíciles de cumplir en materia de vigilancia e inspección del DPI de todo el tráfico entrante. Las empresas digitales ya están sujetas a mayores multas por negarse a entregar datos de los usuarios a las autoridades rusas, que también exigieron que todos los dispositivos digitales vendidos en el país vinieran con programas informáticos preinstalados aprobados por el Gobierno.

Los autores también relacionan estas tendencias con el arresto de Alexei Soldatov [11], destacada figura en la fundación de la RuNet, acusado de fraude. Los fiscales lo acusan de enviar al control extranjero cientos de miles de direcciones IP antes administradas por un instituto de investigación ruso. Dado que el impulso soberano de internet también exige la creación de un sistema de dominio nacional, en el informe se especula con que la detención estuvo motivada por la negativa de Soldatov a transferir al Estado el control [12] de los dominios .su (de «Unión Soviética») y .rf (de «Federación de Rusia»), que históricamente controlaba la Fundación para el Desarrollo de la Internet de Soldatov.

El bloqueo de sitios web «indeseables» continuó a ritmo acelerado. En los primeros nueve meses de 2019, el organismo estatal de vigilancia de las comunicaciones de Rusia, Roskomnadzor, y el Ministerio del Interior, clasificaron conjuntamente más de 270 000 páginas web como indeseables, casi un tercio más que en el mismo período de 2018. Los autores señalan que otros 4,74 millones de páginas web, aunque no están bloqueadas, están asociadas con direcciones IP en la lista de bloqueo de las autoridades. En 2019 también se produjo un último bloqueo del servicio de mensajería segura ProtonMail y otros fallos en la larga batalla estatal para restringir el acceso al servicio de mensajería prohibido Telegram. Varios sitios web populares de noticias independientes, como Meduza [13], The Village [14] y Batka, Da Vy Transformator [15], cayeron en los intentos del Estado de restringir la información en línea sobre narcóticos, y no estuvieron disponibles en Rusia en varios puntos. Sin embargo, muchos usuarios informaron que todavía podían acceder a estos sitios web y otros recursos bloqueados a través de las redes virtuales privadas, pese a que su acceso estaba formalmente bloqueado

La creciente cantidad de legislación, los audaces objetivos para el control digital y las expectativas poco manejables que se están poniendo ahora en las empresas digitales harán que 2020 sea un año difícil para RuNet. Pero los autores concluyen que, aunque el panorama es sombrío, no hay que subestimar la inventiva de los usuarios de RuNet:

Чиновники постепенно перестают считать ограничение свободы слова исключительной мерой, применяемой в крайних случаях, рассматривая блокировки сайтов, преследование пользователей и ограничение прав российских и зарубежных СМИ как инструмент политической борьбы и способ противостоять Западу в информационной войне. […]

Власти после ряда колебаний несколько лет назад определились с основным вектором политики в отношении российского сегмента интернета — контроль, цензура и изоляция. Конечная цель — создание суверенного интернета наподобие китайско-северокорейского. В ушедшем году для достижения этой цели были приняты ключевые нормативные акты.

Главная интрига заключается в том, насколько удастся реализовать задуманное. Пока подобные инициативы либо даже не стартуют (пакет Яровой о хранении и расшифровке трафика), либо не удаются (блокировка Telegram, запрет криптовалют), либо легко обходятся (многочисленные блокировки сайтов). Как и прежде, пользователи интернета довольно быстро обучаются, подстраиваются под среду, а технологии идут вперед, бесконечно расширяя фронт борьбы с охранителями и усложняя методы противодействия свободному распространению информации.

Los funcionarios están dejando gradualmente de considerar la restricción de la libertad de expresión como una medida excepcional que debe tomarse en situaciones extremas. Los bloqueos de sitios web, el acoso a usuarios y las limitaciones de los derechos de medios rusos y extranjeros se han convertido en instrumentos en una lucha política y en un modo de contrarrestar a Occidente en una guerra de información […]

Las autoridades, tras varias vacilaciones hace unos años, han determinado su trayectoria política en relación con el sector ruso de internet: control de censura y aislamiento. El objetivo final es la creación de una internet soberana que se asemeje a los modelos chino y norcoreano. En el último año, se aprobaron varios actos clave para lograr este objetivo.

La intriga clave radica en la medida en que este plan puede realizarse. Por el momento, estas iniciativas o bien no se han puesto en marcha en serio (como el paquete de Yarovaya sobre el almacenamiento y el descifrado del tráfico), o bien han fracasado (como el bloqueo del telegrama y la prohibición de las criptodivisas), o bien pueden evadirse fácilmente (como los múltiples bloques de sitios web).