Censores de China informan cómo las autoridades ocultaron resultado de la prueba de secuencia del genoma COVID-19 durante 14 días

Captura de pantalla del informe de la Televisión Central China sobre la publicación de «China combate COVID-19 en 2020″, a través de Hong Kong Citizen News.

Los medios chinos han sido acusados de repetir la propaganda política del Partido Comunista Chino y subestimar la gravedad del brote de COVID-19. Recién el 20 de enero de 2020 Pekín admitió finalmente la existencia de transmisión de persona a persona.

Pero el aumento en el número de casos infectados confirmados y el cierre repentino de Wuhan el 23 de enero probablemente alentaron a varios periodistas de China continental a superar su temor a represalias y a informar sobre la situación real en el terreno.

Caixin es uno de los sitios de noticias económicas y financieras más conocidos que ha resistido la presión del departamento de propaganda de China con sus exhaustivos informes de investigación.

Pocos días después de que el destacado neumólogo chino Zhong Nanshan confirmara la transmisión de humano a humano del nuevo coronavirus en la Televisión Central de China el 20 de enero, Caixin entrevistó al microbiólogo de Hong Kong Guan Yi, quien estimó que la magnitud del brote de COVID-19 podría ser 10 veces mayor que el brote del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS) en 2003. Pero la advertencia fue ignorada ya que la mayoría de medios de comunicación siguió las instrucciones de la autoridad de propaganda para evitar crear pánico social en China.

China retiene la secuencia del genoma de COVID-19 durante 14 días

La última investigación de Caixin publicada el 26 de febrero descubrió que desde diciembre de 2019, al menos nueve muestras recolectadas de pacientes con neumonía viral inexplicada se habían enviado a múltiples laboratorios para su análisis. Luego de entrevistar a varios médicos que estaban a cargo del tratamiento de pacientes en la etapa inicial del brote, los periodistas de Caixin obtuvieron una lista de laboratorios que habían ayudado a los hospitales a realizar un análisis del nuevo virus. Luego de las pruebas, un laboratorio en Guangzhou descubrió que la secuencia del genoma del nuevo virus era un 87 % similar al coronavirus tipo Bat SARS. El laboratorio compartió los resultados con el Instituto de Biología de Patógenos de China y el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China el 27 de diciembre. Sin embargo, la Comisión Nacional de Salud emitió una nueva regulación que prohibía a todos los laboratorios difundir y publicar los resultados de sus pruebas a principios de enero.

China recién permitió que se diera a conocer la secuencia del genoma de COVID-19 a la Autoridad Mundial de la Salud (OMS) el 11 de enero, dos semanas después de haber obtenido el resultado. El informe de Caixin es explosivo, pues mostró cómo Pekín había retenido una información muy importante de salud pública durante 14 días. La secuencia del genoma es esencial no solo en la producción de una prueba de diagnóstico sino también en el seguimiento del origen del virus y la prevención de un brote en el futuro.

El informe de investigación se eliminó rápidamente en línea, pero los internautas han archivado el informe aquí.

Autoridades de Hubei encubrieron el brote

Esta no es la primera vez que la autoridad de propaganda elimina una investigación de Caixin. A principios de febrero, también censuró una investigación que cuestionó los datos confirmados de la infección y del número de muertos. Un médico de la sección de fiebre de un hospital de Wuhan le dijo a Caxin que de los 120 pacientes con fiebre que recibieron en un solo día, aproximadamente 80 tenían neumonía, pero solo cinco ingresaron, mientras que el resto tuvo que ponerse en cuarentena en casa. Los reporteros de Caixin también entrevistaron a una docena de familias que contaron que muchos de sus familiares habían muerto de neumonía inexplicable antes de que la prueba para COVID-19 se convirtiera en un procedimiento regular.

Otra investigación censurada fue una entrevista a un experto de la Autoridad Nacional de Salud que visitó Wuhan el 8 de enero e informó dos días después que el brote estaba bajo control mientras refutaba cualquier rastro de transmisión de humano a humano. El experto agregó que habían visitado el ala de fiebre de siete hospitales principales, pero no recibieron informes de trabajadores médicos infectados con COVID-19. Aunque el equipo sospechaba que ya había una transmisión del virus de persona a persona, no habían recogido ninguna evidencia en su visita, que atribuyeron a los testimonios poco confiables dados por las autoridades sanitarias locales y los administradores del hospital.

El 10 de febrero, dos altos dirigentes de la Comisión de Salud en Hubei fueron despedidos de sus cargos, los responsabilizaron del brote en Wuhan.

En una entrevista a Li Wenliang, denunciante que murió de COVID-19 el 6 de febrero, Li dijo que las autoridades locales estaban al tanto de la transmisión de persona a persona desde el 8 de enero.

Además de ser objeto de censura, las investigaciones de Caixin a menudo son etiquetadas por las autoridades como un rumor. El 20 de febrero, Caixin informó sobre el brote de COVID-19 en un centro para ancianos en Wuhan que, según los informes, cobró 11 vidas. Sin embargo, la mayoría de casos no se contaron entre el número de muertos, ya que las muertes no se analizaron para COVID-19. Las autoridades de Wuhan marcaron el informe como un rumor al día siguiente en el popular sitio de redes sociales chinas Weibo y afirmaron que la Oficina de Asuntos Civiles de Wuhan había examinado a todos los ancianos en el centro, que identificaron 12 casos confirmados y una muerte COVID-19. En respuesta, Caixin publicó una lista de 19 muertes entre el 23 de diciembre y el 15 de febrero. La lista mostró que al menos siete habían muerto de neumonía, tres de infecciones virales desconocidas, dos eran muertes súbitas y siete fueron producto de insuficiencia cardíaca.

A partir del 1 de marzo, el número total de infecciones confirmadas por COVID-19 en China es de 79 971 y el número de muertos es de 2873. Si bien la cifra sigue siendo alta, el número de nuevos casos confirmados ha disminuido desde fines de febrero, y la agencia de propaganda china ya ha publicado un libro titulado «China combate COVID-19 en 2020″ (大 國 戰 疫 2020) para glorificar el logro del Estado en el manejo de COVID-19. Esto es un indicador de que el control del sector de los medios podría volverse más estricto para manipular el flujo de información sobre el COVID-19.

Consulta la cobertura especial de Global Voices sobre el impacto global del COVID-19.

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.