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¿El «enfoque descendente» de Singapur para manejar el COVID-19 merece todos los elogios recibidos?

Categorías: Asia Oriental, Singapur, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Política, Salud
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«En efecto, la OMS elogió nuestros esfuerzos».
Primer ministro Lee Hsien Loong habla al publico sobre el COVID-19. Fuente: YouTube.

La respuesta de Singapur al brote de COVID-19 ha sido elogiada [2] en todo el mundo por su eficiencia y, a menudo, se cita como un modelo para otras naciones. A pesar de esto, algunos cibernautas han planteado preguntas sobre su sostenibilidad e, incluso, sobre su eficacia.

Principalmente se atribuye al sistema sanitario integral del país la contención de la difusión de COVID-19. Hacer pruebas generalizadas, una rápida localización de quienes se sospechaba habían sido sinfectado con el coronavirus, tratamiento médico y hospitalización de personas con síntomas serios y una agresiva campaña de información están entre las medidas adoptadas en el «enfoque de todo el Gobierno» de la nación para lidiar con la crisis.

Hacia el 134 de marzo, Singapur tenía 178 casos [3] de COVID-19 en una población de más de 5 millones.

El primer ministro, Lee Hsien Loong, también ha sido aplaudido [4] por sus discursos públicos que proporcionan informaciones claras sobre el virus y la enfermedad y los pasos tomados por el Gobierno para enfrentarla. Su discurso televisado del 12 de Marzo subrayó [5] la temprana preparación del Gobierno en caso de que la situación sanitaria se deteriore:

We are not locking down our city like the Chinese, South Koreans or Italians have done. What we are doing now is to plan ahead for some of these more stringent measures, try them out, and prepare Singaporeans for when we actually need to implement them.

No vamos a cerrar nuestra ciudad como lo han hecho los chinos, los surcoreanos o los italianos. Lo que estamos haciendo ahora es planear con antelación algunas de estas medidas más estrictas, probarlas y preparar a los singapurenses para cuando realmente necesitemos implementarlas.

Pero algunos usuarios de redes sociales que comentan sobre los informes de prensa, han planteado preguntas sobre el enfoque del Gobierno.

Por ejemplo, algunos cibernautas han rechazado la afirmación [6] del vice primer ministro, Heng Swee Keat, de que el Gobierno ha sido completamente transparente al tratar la crisis sanitaria.

Además, el ministro de Comercio e Industria, Chan Chun Sing, ha sido criticado [7] por algunas acciones percibidas como reacciones retardadas o instintivas que casi han socavado la campaña contra la enfermedad. No ayudó que se filtrara al público una grabación de audio del ministro en la que insulta y se burla ndose de los compradores en pánico.

Terry Xu, editor de la página independiente de noticias The Online Citizen, comentó [8] la confusión inicial en torno a la disponibilidad de mascarillas en el país:

If the government does not have enough masks for everyone to wear daily, then just be frank with it. It is simply irresponsible to be telling people that there is no need to wear a mask so as not to incite a situation where people would be clamouring to get masks.

Si el Gobierno no tiene suficientes máscaras para que todos usen diariamente, entonces sean francos. Es simplemente irresponsable decirle a la gente que no hay necesidad de usar máscara para no incitar una situación en que la gente estaría clamando por conseguir máscaras.

A medida que se reportan más casos de COVID-19, el Gobierno ha atribuido el incremento a personas «socialmente irresponsables [9]«. Para Roy Yi Ling Ngerng, activista y bloguero singapurense que vive en Taiwan, esta actitud refleja la tendencia del Gobierno de «avergonzar a las personas y culpar a las victimas para se conformen a [su] estrategia» (en 2014, el primer ministro de Singapur demandó [10] a Roy por difamación).

En sus declaraciones sobre la crisis, Roy reconoció la excelente infraestructura de salud pública de Singapur, pero advirtió sobre las «lagunas [11]» del sistema. Señaló que «quienes realizan visitas de corta duración no están cubiertos por el régimen de bajo costo/gratuito para el coronavirus, lo que significa que algunos podrían no querer someterse a las pruebas y caer fuera del sistema».

Como escribió [12] Roy en Facebook:

Singapore's coronavirus strategy cannot be just a top-down approach that does not account for the feelings of people on the ground. It cannot be a do-what-I-say-because-I-have-everything-put-in-place approach. It doesn't work that way because in times of crisis, people do react, whether in a rich or poor country, democracy or authoritarian. People are the same no matter how much you control them or if they run free.

La estrategia de Singapur contra el coronavirus no puede ser solo un enfoque descendente que no tenga en cuenta los sentimientos de las personas. No puede ser un enfoque de «hacer lo que digo porque tengo todo bajo control». No funciona así porque en tiempos de crisis, la gente reacciona, ya sea en un país rico o pobre, democrático o autoritario. La gente es la misma, no importa cuánto la controles o si se mueven libremente.

En otra publicación en Facebook, Roy recordó [13] a los funcionarios ser sensibles a las razones de las iniciales compras por pánico en el país, e insinuó que el sistema político del país también necesita una reforma democrática:

It would require the government to take immediate steps to be transparent and to engage citizens in helping out in the management of the crisis. You need to trust citizens, instead of accuse them of being idiots, stupid or an embarrassment. When people are trusted, they will come together to support not only the government, but one another. The question is whether, the government, which has operated on a system that has denied Singapore's participation, would be able to do so, and change its approach.

Se necesita que el Gobierno tome medidas inmediatas para ser transparente y que los ciudadanos se comprometan a ayudar en la gestión de la crisis. Es necesario confiar en los ciudadanos en lugar de acusarlos de ser idiotas, estúpidos o una vergüenza. Cuando se confía en la gente, se une para apoyar no solo al Gobierno, sino también a los demás. La cuestión es si el Gobierno, que ha funcionado con un sistema que ha negado la participación de Singapur, podría hacerlo y cambiar su enfoque.

En general, Singapur está teniendo éxito en sus esfuerzos por contener el COVID-19. Pero algunas perspectivas alternativas que se están expresando en los medios sociales también ayudan a comprender la complejidad de abordar el brote de COVID-19 a nivel estatal.

Revisa la cobertura especial de Global Voices sobre el impacto global del COVID-19 [14].