El grabador mexicano que reanima el imaginario del sur de México

“!comenzamos! xilografía y puntaseca 10x10cm

El grabador Antonio Waco Ponce Muñoz, artista y grabador, quiere continuar expandiendo la enseñanza del grabado mexicano tradicional en uno de los estados máempobrecidos de México, Chiapas.

México como país es considerado uno de los países más prolíficos en la disciplina del grabado, y es reconocido en la escena artística nacional. El bagaje visual gráfico que ha existido tanto en su pasado prehispánico como en la modernidad, con una gran variedad de movimientos que se han valido del grabado como herramienta de expresión y de identidad, generando así un compendio de temáticas propias mexicanas.

Antonio trabaja al sureste de México que cuenta con una importante población maya (las lenguas indígenas más habladas en Chiapas son el tzeltal, tzotzil, chol y el zoque), naturaleza abundante (sus ríos, cascadas, lagunas y su selva lacandona son sus emblemas turísticos). El imaginario chiapaneco y silvestre alimentan su arte.

Como artista gráfico, Antonio quiere levantar el arte de Chiapas promoviendo el grabado tradicional. Pude tener una entrevista con él, misma que fue editada para mayor claridad.

Alejandro Barreto (AB) ¿Cómo es que decidiste dedicarte al grabado?

AP: A los 21 años y ahí conocí la técnica del grabado, y decidí dedicarme al arte impreso. Quise conocer la historia de la gráfica mexicana, por ejemplo, con el Taller de la Gráfica Popular —TGP—, o la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, que fueron movimientos que me atrajeron mucho, porque causaron un despertar a la sociedad mexicana del siglo XX.

A la par, la gráfica chiapaneca me es importante ya que en el pasado, hemos tenido a buenos artistas de renombre como Franco Lázaro Gómez, Ramiro Jiménez Pozo y Máximo Prado, que fueron a trabajar a la ciudad de México por invitación de Jorge Olvera Hernández y regresan más empoderados al estado, todo eso fue lo que logró ampliar el espectro artístico en Chiapas, y en lo personal, me motivó a lograr ese objetivo de ser grabador. También porque el grabado me daba muchas posibilidades expresivas ya que en ella encontré la herramienta para poder crear imágenes.

«Trasatlántico», aguafuerte, aguatinta y barniz de azúcar, 23 x 33 cms, 2017

AB: ¿Influye la historia, tradición y el contexto chiapaneco dentro de tu trabajo?

AP: Sí influye de manera directa haberme criado en un pueblito llamado Sabanilla, donde la casa de la abuela tenía su gallinero enorme y tenía diferentes animales, también recuerdo el secar de los granos de café de Yajalón, (Municipio cabecera de la región Tulijá Tseltal Chol). Esos recuerdos que aún puedo respirar, son parte de mi imaginario visual y mi producción artística. A partir de mis experiencias al haber tenido contacto directo entre la  capital y la comunidad —la cual estaba entre la región selva alta y frontera con Tabasco.

«La Sociedad de espectáculo», grabado en mdf, 46 x 63 cms, 2019

AB: Cuéntame un poco más sobre donde creciste y cómo influye tu obra.

AP: Cerca de los ríos y sus pozas, vivían animales en su hábitat natural e incluso había gente que los tenía como mascotas, venados, tejones, tucanes, tortugas. Las historias que contaba mi abuelita «doña Chole», las leyendas del mismo pueblo, la iglesia y su arte sacro del siglo XVII, donde de niño veía esas imágenes impactantes de santos y pasajes bíblicos.

Dentro de mi obra, por ejemplo, hay un gallo dentro de un televisor simbolizando el contraste de que en la ciudad lo primero que se hace en el día, es prender la televisión, y en las comunidades es el gallo quien canta para iniciar el día. Utilizo animales híbridos con grandes inventos de la humanidad como una ballena-barco como dualidad contrastante, aunque también retomo temáticas más personales, alegorías o situaciones sociales a veces experimentando fusionando técnicas, jugando a resolver imágenes.

«Aburro», grabado en madera, 34 x 25 cms, 2015

AB: Antonio, ¿Qué opinas de la escena artística actual del estado de Chiapas?

AP: Hay muy buena escena artística y cada vez salen más propuestas en todas las disciplinas: visuales, música, escénicas etc. y uno de los principales motivos siento que fue el desprendimiento social que ha existido en la historia de Chiapas, ya que ha sido marginado y olvidado en aspectos económicos y educativos por parte del gobierno y la cultura.

Sin embargo gracias al Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas vinieron al estado artistas plásticos renombrados como Jorge Olvera Hernández, Armando Duvalier, Guillermo Lowe y el grabador Alberto Beltrán. Ellos impulsaron la educación artística incluso enviando maestros chiapanecos a capacitarse a la ciudad de México, y así siento que el arte aquí se fue profesionalizando y dejó de ser sólo un oficio, para darle paso un arte más complejo e identidario.

Producción artística realizada en el «Taller San Caralampio» de San Cristóbal de las Casas.

AB: ¿Qué importancia consideras que tiene la generación de espacios independientes como el Taller San Caralampio, el que creaste?

AP: Mucha, gracias al taller, varios se han interesado más en aprender, coleccionar, tener contacto directo con las técnicas, darle ese valor real a la estampa gráfica que se crea en nuestro estado. Estoy en contra del argumento con en el cual algunas galerías dicen que el grabado está devaluado por su cualidad de reproducción múltiple, dan a entender que un grabado no es una pieza única ni original. Por mi parte la aportación social que da el taller de gráfica «San Caralampio» es tratar de promover calidad y presentarle al público la oportunidad de tener el contacto directo con el taller, las herramientas, que se sepa que las piezas de una serie son originales múltiples y son parte todas de una edición.

Taller de gráfica «San Caralampio». 

AB: ¿Cuál es el papel que juega el arte en el contexto actual que estamos viviendo en México?

AP: La gráfica mexicana fue un movimiento que ayudó proporcionar una educación visual e imaginario popular directamente al pueblo en el tiempo de la post revolución mexicana con un gran número de impresos del TGP por ejemplo. Se esparcieron entre las clases populares. Incluso ahora lo comparo con el arte urbano que trata de darle un acercamiento al arte al público, darles un entendimiento lógico, digerible y directo con la imagen gráfica sin significados rebuscados.

«No hay Rey Sin Palacio», aguafuerte y aguatinta, 15 x 15 cms, 2018

Puedes ver más arte de Ponce en su cuenta de Instagram.

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