
Fotografía de Santiago Arau. Libre de uso. Tomada el 8 de marzo de 2020, durante la marcha del Día Internacional de la Mujer en la Ciudad de México. La leyenda dice: «Somos el grito de las que ya no están».
Vea la cobertura especial de Global Voices sobre cómo las mujeres luchan contra la violencia de género en América Latina.
Hablar sobre violencia de género en México implica reconocer que, en este país, al menos diez mujeres mueren asesinadas al día; que más del 27 por ciento de las mujeres han sido víctimas de violencia sexual o acoso en el espacio público; que el fenómeno de la violencia hacia las mujeres ha ido al alza y se ha complejizado; y que, desafortunadamente, la mayoría de estas violencias quedan en la impunidad.
Frente a este contexto, diversas iniciativas y activaciones de los feminismos han surgido como formas de exigir un cambio. Apenas el 9 de marzo, por ejemplo, las mujeres mexicanas decidieron parar: ausentarse del espacio público, de sus trabajos, de las escuelas, de los comercios, de las redes sociales y de las actividades diarias que realizan y que, aunque imprescindibles y productivas, tienden a ser invisibilizadas y no remuneradas, como es el caso de los trabajos de cuidado y del hogar.
De esta manera, se buscó demostrar el peso económico y social que tienen las mujeres y, al simular la desaparición, fomentar la reflexión en torno a las mujeres que en verdad desaparecen y no vuelven a sus actividades rutinarias en México.
La convocatoria a parar se viralizó a partir de que el colectivo feminista Brujas del Mar, originario del estado costal de Veracruz, México (lugar en donde se registró el mayor número de feminicidios en el país durante 2019), formalizó la convocatoria por redes sociales, bajo el lema #UnDíaSinNosotras.
En palabras del colectivo Sorora para el medio digital Animal MX, con el paro se buscaba:
hacer visible la violencia estructural que vivimos las niñas y mujeres en el país. Para enfatizar el impacto de nuestra ‘ausencia’ en un sistema patriarcal-capitalista que cosifica y comercializa nuestros cuerpos y que se sostiene por el trabajo de cuidados no pagados y la precarización laboral de las mujeres.
Las mujeres indígenas del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), se sumaron a la convocatoria y, el 1 de marzo, lanzaron un comunicado en el cual explican el valor agregado de este tipo de organización feminista: «¿Qué tal que nos organizamos más y mejor? Porque a veces, del dolor y la rabia no sigue la desesperación o la resignación. Puede ser que siga la organización.»
NO NECESITAMOS PERMISO PARA LUCHAR POR LA VIDA.
Las mujeres zapatistas se unen al Paro Nacional del 9 de marzo.
Comandantas y Coordinadoras de Mujeres Zapatistas del EZLNhttps://t.co/ICffxDdJyT pic.twitter.com/5FDDxaADT1
— Enlace Zapatista (@notienlacezap) March 1, 2020
Otras iniciativas simbólicas
Las movilizaciones feministas adquirieron una renovada vitalidad tras darse a conocer dos terribles casos de feminicidio ocurridos con un par de días de diferencia en febrero: Ingrid Escamilla, una mujer de 25 años quien fue brutalmente asesinada por su pareja y cuyas fotos, sumamente gráficas del cuerpo violentado, fueron filtradas a la prensa de nota roja, sumando a la indignación colectiva; y Fátima Cecilia Aldrighett, una niña de 7 años de edad quien fue secuestrada afuera de su escuela primaria, y su cuerpo fue encontrado envuelto en una bolsa de plástico en la vía pública, con signos de abuso sexual y tortura.
Tras la exposición mediática del cuerpo violentado de Ingrid Escamilla, surgió una iniciativa en Twitter que buscó redignificar su vida:
Amigas, una vez vi un caso de un feminicidio a una chica de EEUU en el que filtraron las imágenes de su cuerpo y sus familiares y amigos compartían fotos de cosas bonitas para que cuando buscaran su nombre no aparecieran las desafortunadas fotos. Así que aquí les va un spam.
— Cit (@citcitcitcit_) February 12, 2020
#IngridEscamilla #IngridEscamila #ingridescamillacuerpo pic.twitter.com/9yAQyDsbNM
— rebeca🌸 (@rebcap_) March 1, 2020
Así, cientos de usuarias de esa red social, se dieron a la tarea de compartir fotos hermosas con la etiqueta de #IngridEscamilla y con esto impedir que las búsquedas asociadas condujeran a las imágenes de su cuerpo brutalmente violentado.
En palabras del laboratorio universitario especialista en análisis de redes, Signa Lab:
Ingrid fue brutalmente asesinada. Entre el coraje y dolor, las redes se convirtieron en espacios de propagación del horror. La inteligencia y los afectos colectivos irrumpieron para apagar el horror y exigir justicia.
Estoy llorando por culpa de @citcitcitcit_ y su hermosísima idea#IngridEscamilla pic.twitter.com/OLeRV8aboP
— Mala Madre (@malamadremx) February 12, 2020
Otras acciones han incluido el teñir de rojo fuentes emblemáticas como la Diana Cazadora en la Ciudad de México, y La Minerva en la ciudad de Guadalajara, en el estado de Jalisco:
La Diana se pintó de rojo. Los feminicidas nos han arrebatado a miles de mujeres, pero su memoria sigue viva.
No vamos a parar hasta que dejen de matarnos. No vamos a parar hasta que dejen de violentarnos.
No vamos a parar hasta ser LIBRES.
— Mariana Limón (@marianaliru) March 7, 2020
#ZONALocal | Este sábado la fuente de la glorieta de La Minerva amaneció teñida de color rojo junto con una lona que dice «México Feminicida», frente a la avenida Vallarta ⚠⬇⬇ pic.twitter.com/rLX4KeTriL
— ZONA 3 (@zona3noticias) March 7, 2020
Asimismo, previo al arranque de la marcha multitudinaria por el Día Internacional de la Mujer en la Ciudad de México, un grupo de activistas mujeres pintaron los nombres de algunas de las mujeres asesinadas en la plaza central de la capital, lugar en donde tradicionalmente concluyen las movilizaciones:
Hoy #8M nombramos a todas las que nos faltan, a las que hoy no pueden marchar con nosotras, a las que nos arrebató la violencia patriarcal. Todas ellas tienen un nombre, una cara, una historia.
Hoy sus nombres son el grito de justicia.#NiUnaMenos pic.twitter.com/JAv9koE8nn— Ixchel Cisneros Soltero (@Chelawuera) March 8, 2020
Esto es apenas una pequeña muestra de que, frente a la adversidad, las mujeres en México han decidido tejer redes, sumar esfuerzos, reivindicar la rabia y organizarse para hacerle frente a la violencia de género.