Libertad de prensa amenazada; China expulsa a periodistas estadounidenses

Imagen de Tje Stand News.

El 18 de marzo, China anunció que expulsaría a periodistas estadounidenses que trabajan para tres importantes medios informativos, The New York Times, The Wall Street Journal y The Washington Post. La prohibición se extendería a Hong Kong y Macao pese al hecho de que ambas ciudades excoloniales presuntamente son autónomas bajo el principio de «un país, dos sistemas».

Reporteros Sin Fronteras, organismo que vela por la libertad de prensa a nivel internacional, criticó ferozmente la decisión de Pekín y la denominó una «acción hostil de parte de China contra la libertad de prensa en el mundo» y destacó la relevancia de la transparencia en medio de la pandemia por la COVID-19.

En su declaración del 18 de marzo, China recalcó que implementó esta medida después de que el Gobierno de Estados Unidos designara a cinco medios estatales chinos como agentes de un Gobierno extranjero el 19 de febrero. De acuerdo con la Ley de Misiones Extranjeras, los miembros del personal de los cinco medios chinos que aparecen en la lista –Xinhua, China Global Television Network (CGTV), China Radio International, China Daily y Hai Tian Development USA– tendrían que registrarse en el Departamento de Estado de Estados Unidos. Los medios también tienen que declarar sus activos inmobiliarios en Estados Unidos y solicitar una aprobación para realizar adquisiciones en el futuro.

El mismo día que el Departamento de Estado de Estados Unidos tomó esa decisión, China expulsó a tres periodistas de The Wall Street Journal luego de que el periódico se negó a ofrecer una disculpa por un titular en la columna de opinión que aludía a China como el «verdadero enfermo de Asia«.

El Gobierno estadounidense procedió a emitir una reducción de personal el 3 de marzo para los medios chinos mencionados anteriormente, de 160 a cien empleados. Mike Pompeo, secretario de Estado de Estados Unidos, indicó que la restricción es una represalia por los «crecientes acoso e intimidación» que Pekín ejerce sobre los periodistas estadounidenses, que tiene por objetivo restablecer un «campo de juego equilibrado» e «instar a Pekín a que adopte un enfoque más justo y recíproco» con la prensa extranjera en China.

No obstante, China decidió expulsar a más periodistas estadounidenses. El Ministerio de Relaciones Exteriores exigió que todos los periodistas estadounidenses que laboran para The New York Times, The Wall Street Journal y The Washington Post devuelvan sus credenciales de periodista (cuya vigencia caducaría este año) en un plazo de 10 días. Se estima que serían expulsados por lo menos 13 periodistas.

Asimismo, el ministerio también exigió que los tres medios mencionados junto con la revista Time y Radio Free Asia registraran a su personal, su estado financiero y activos en China con las autoridades chinas. En la declaración también se recalcó que a los periodistas expulsados no se les permitiría ejercer en Hong Kong y Macao.

En la conferencia de prensa que ofrece diariamente el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Geng Shuang, dijo que China estaría «obligada» a tomar contramedidas más extensas orientadas a los medios y periodistas estadounidenses si Estados Unidos se rehúsa a cambiar su política.

Hong Kong ha sido un espacio seguro para los periodistas extranjeros que trabajan en Asia por décadas dado el estado administrativo especial según el principio de «un país, dos sistemas». En respuesta a la nueva política de Pekín, Edward Yau Tang-wah, secretario de Comercio y Desarrollo Económico de Hong Kong, comentó que el Gobierno actuaría conforme al principio de «un país, dos sistemas».

La respuesta es extremadamente contradictoria puesto que la Ley Básica de Hong Kong ha garantizado la libertad de expresión y la libertad de prensa en el país desde su promulgación, en 1997. También estipula que el Gobierno de Hong Kong puede aplicar controles de inmigración al momento que las personas provenientes de estados y regiones extranjeras ingresen, permanezcan y salgan del territorio. Al mismo tiempo, en 2018, el Gobierno hongkonés denegó una renovación de visa del vicepresidente del Club de Corresponsales Extranjeros (FCC) Victor Mallet, que también es editor de noticias sobre Asia de Financial Times. Esta acción política se dio después de que Mallet presidió una charla del activista a favor de la independencia Andy Chan en el club de prensa.

El FCC criticó ferozmente la reciente medida de parte de Pekín de extender la prohibición de los medios estadounidenses en Hong Kong como una «erosión grave» del principio «un país, dos sistemas». Un portavoz de la Oficina del Comisionado del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular de China en la Región Administrativa Especial de Hong Kong defendió la postura de Pekín y dijo al FCC que «dirigiera sus quejas a la administración de Estados Unidos, para exhortar que esta cambie inmediatamente su modo de proceder, enmiende el daño y cese la opresión política y las restricciones arbitrarias impuestas a las organizaciones mediáticas chinas»

El líder del Partido Cívico de Hong Kong, Alvin Yeung, describió como «inédita» la reacción de Pekín:

It is as if Beijing is directly imposing its authority on Hong Kong’s Immigration Department and prohibiting the issuance of work permits.

Es como si Pekín estuviera imponiendo directamente su autoridad en el Departamento de Inmigración de Hong Kong y prohibiera la emisión de permisos de trabajo.

El director del Departamento de Asia Oriental de Reporteros Sin Fronteras, Cédric Alviani, señaló que el suceso constituye una acción «contra la libertad de prensa en el mundo». Destacó lo siguiente:

The media targeted by China enforce and abide by the principles of ethical journalism—including editorial independence and the verification of facts for the public benefit—while the Chinese state media officially serve as mouthpieces for the Chinese Communist Party.

Los medios que China atacó aplican y acatan los principios del periodismo ético –entre los que se pueden mencionar la independencia editorial y la verificación de los hechos para el beneficio del público– mientras que los medios estatales chinos sirven como portavoces oficiales del Partido Comunista Chino.

El secretario general de RSF Christophe Deloire recalcó la relevancia de la libertad de prensa en medio de la pandemia por la COVID-19:

The despotic control of news and information by Beijing had a very negative impact at the starting point of this coronavirus epidemic… Chinese president Xi Jinping has a huge responsibility in front of all human beings.

El control despótico que ejerció Pekín sobre las noticias y la información tuvo un impacto muy negativo al inicio de esta epidemia por el coronavirus… El presidente Xi Jinping tiene una enorme responsabilidad ante todos los seres humanos.

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