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Canciones en tiempo de coronavirus: Lista de canciones que Trinidad y Tobago da en la nota correcta

Categorías: Caribe, Trinidad y Tobago, Medios ciudadanos, Música

Las periodistas y podcasters Franka Philip (izq) y Ardene Sirjoo (dx), de Trini Good Media. Foto de Sean Drakes, utilizada con autorización.

Las periodistas trinitarias Franka Philip y Ardene Sirjoo –conocidas comúnmente como Trini Good Media [1] desde diciembre de 2017 cuando estrenaron su podcast– querían encontrar formas de unir a la gente durante la pandemia de la COVID-19 [2], por lo que hicieron lo contrario de lo que cabría esperar. En vez que emitir un nuevo programa sobre las medidas preventivas, hicieron una encuesta en Facebook [3] en la que pedían a sus amigos y seguidores que eligieran dos de sus canciones favoritas y explicaran por qué eran tan especiales.

Philip se inspiró en un amigo, Stefan Hull, que le presentó un concepto llamado «Stick It On» [4] en las fiestas en Brighton, Inglaterra, donde vivía. Permitió a quienes disfrutan de la música obtener, literalmente, sus 15 minutos de fama haciendo lo suyo en los platos del DJ. No tenía que ser mezclador de sonido, solo tenías que hacer suficiente música para llenar el tiempo y tocar. Lo que eso creó, recuerda Philip, fue «una verdadera diversidad de música, muy interesante, muy orgánica», y le encantó haber hecho algo para todos.

Después de más de cientos de comentarios en Facebook, la versión podcast de esta idea dio lugar a una diversidad musical [5] que fácilmente fusionó diferentes géneros [6] y trajo gratos recuerdos [7] a los oyentes de todo el mundo cuyos movimientos físicos, debido a la pandemia de la COVID-19, se han visto restringidos por medidas de aislamiento cada vez más fuertes. La lista de reproducción –y las historias relacionadas– ofrecen una mirada sobre la cultura y sociedad de Trinidad y Tobago. Aquí algunos hitos:

‘Song for a Lonely Soul’ de David Rudder

Uno de los calipsonianos (N d T: músico que ha estudiado y memorizado los ritmos y estrofas de la música calipso, ritmo afro-caribeño que se volvió característico del carnaval de Trinidad y Tobago) más innovadores, duraderos y con conciencia social  de todos los tiempos, David Rudder y su entonces grupo, Charlie's Roots, lanzaron esta canción en 1989 como parte del álbum «The Power and the Glory» [8] (El poder y la gloria). Un oyentes dijo que era un maravilloso recuerdo de la profunda conexión que los trinitenses tienen con su país, no importa en qué parte del mundo estén, mientras que otra dijo [9] que la canción era especial para ella porque cuando estaba embarazada, el bebé se movía cada vez que sonaba.

‘Stomp’ de The Brothers Johnson

La oyente Dominique Inniss sugirió [10] este clásico de funk/rhytmn and blues como un «[favorito] para bailes improvisados». Había bastante canciones en la mezcla que hacía que la gente se moviera, incluido «Let's Dance» [11] de David Bowie, «Let's Groove» [12] de Earth Wind and Fire, «It's Carnival» [13], enérgica colaboración entre los cantantes Destra Garcia [14] y el ídolo de la música soca (o calipso) Machel Montano [15] y –con todo el desdén de Franka Philip– «Frankie» [16] de Sister Sledge: «No puedes evitar cantar aunque lo odies», dice.

También es fantástico para bailar en «wining» [17], estilo único trinitense, el clásico de calipso «Sugar Bum Bum» [18] de Lord Kitchener, [19] y «Bassman» [20] de Shadows, ambos con hipnóticas líneas de bajo. En Facebook, Anton Nimblett señaló [21] la importancia de la última «por su lugar en la historia calipso y por qué habla tan claro [a] la carga/bendición de una vida creativa».

‘Virtual Insanity’ de Jamiroquai

Esta elección del grupo funk británico Jamiroquai fue [22] del usuario Facebook Q D Ross, porque la letra es muy apropiada a como se siente en estos tiempos, «además [el] video es fuego». Otros contaron que la canción –y todo el conjunto– fue agradablemente relajante y trajo maravillosos recuerdos. Dane Mayers, trinitense que vive en Houston, Texas, dijo «me siento como si estuviera en una [fiesta] en mi casa de lima [fiesta] con un pequeño grupo de amigos muy cercanos.

‘My Belief’ de Shadow

Había bastantes canciones alentadoras e inspiradora en la mezcla, como «Timeless» [23] de India Arie, «Overjoyed» [24] de Stevie Wonder, la versión instrumental [25] de la pianista Johanna Chuckaree del éxito mundial «Savannah Grass» [26] de la estrella del soca Kes y «Feel the Love» [27], colaboración entre Freetown Collective y el DJ Private Ryan.

Sin embargo, «My Belief» de Shadow ocupa un lugar especial en los corazones de los trinitenses. En palabras [28] del cantante de rapso [29] (rap más calypso) Wendell Mawarren, la canción –que insistió en que la fortaleza interior fuera mayor que las circunstancias exteriores– es «simple, potente, poética y sempiterna. Y que el violín de Tobago es VIDA.

La interpretación del himno «Sing out My Soul» [30] del coro escolar del Convento del Santo Nombre y del grupo Maria Goretti, también fue muy significativa para bastantes oyentes, independientemente de la base religiosa, Philip lo describió como una «canción consoladora univeral» que «te arropa con una cómoda manta [y] te hace sentir que todo irá bien».

‘Escape (The Piña Colada Song)’ de Rupert Holmes

De manera inesperada salieron algunas canciones, que por alguna razón desconocida, siempre han resonado entre los amantes de la música de Trinidad y Tobago. «Escape» es un recuerdo para mucho del apogeo de la música de la década de 1980 que fue, en palabras de Philip, «una época muy armoniosa para la música, [con] mucha mezcla [entre] Reino Unido y Estados Unidos».

Es una gran tonada para cantar, al igual que «The Gambler» [31] del difunto Kenny Rogers [32], que también estuvo a la altura pues la música country es bastante popular [33] en algunas partes [34] del Caribe de habla inglesa.

‘That Girl’ de Stevie Wonder

Quizás la historia más conmovedora de la sesión musical fue la de Bianca Savary, que pidió a Trini Good Media que pusiera la canción «That Girl» de Stevie Wonder..

En conversación telefónica con Global Voices, Savary explicó que su difunto marido, Egidio Bianco, gestionaba un destacado restaurante de Nueva York que atraía a celebridades. Wonder, que era uno de los clientes fijos, reservó una mesa la noche en que su hija cumplía diez años, y Bianco le habló de cuando había tocado «That Girl» para su esposa e hija el día que volvieron del hospital con ella. Conmovido por la historia, Wonder le pidió que llamara a su hija, tomó el teléfono y le cantó la canción.

«Fue muy conmovedor, estuve llorando durante todo el tiempo, pero así de romántico era mi marido», dijo Savary.

Esa reflexión –la consideración y la conexión con los demás– encapsula el mensaje que Ardene Sirjoo esperaba que el podcast diera a los oyentes. El maravilloso poder del espacio digital, explicó, nos da a todos la oportunidad de pensar que cambiará tras la COVID-19, sobre cómo avanzaremos como colectivo y cómo trataremos a los demás tras una pandemia que está cambiando la vida.