Gobierno de Serbia deroga polémico decreto relacionado con COVID-19 utilizado como pretexto para detener periodistas

Edificio del Gobierno de la República de Serbia en Belgrado. Foto por Matija, usuario de Wikipedia (CC BY-SA 3.0).

Este artículo esta basado en el reportaje de Meta.mk News Agency, proyecto de la Fundación Metamorphosis y socio de contenidos de Global Voices. Revisa la cobertura especial de Global Voices del impacto global de COVID-19

El 2 de abril, la primera ministra serbia, Ana Brnabić, anunció que su gobierno derogara el decreto [una orden ejecutiva] para la información centralizada sobre el nuevo coronavirus, después de que el miércoles 1 de abril arrestaran a una periodista por «sembrar el pánico e incitar a disturbios».

Brnabić recalcó que el decreto se derogará a petición del presidente de Serbia, Aleksandar Vučić, mientras ella asumió la culpa por la «estúpida» regulación de emergencia, alegando que todo fue obra suya:

Moja je glupost i moja krivica što smo nešto ovako doneli, moja je glupost što to nisam obrazložila i što bacamo senku na zaista fantastičan posao koji smo do sada uradili, o tome kako smo do sada i kako ćemo nadalje informisati građane i o tome ko daje informacije.

Fue el resultado de mi estupidez y soy la única culpable de que se promulgara este [decreto], fui tonta por no haberlo explicado correctamente y haber arrojado una sombra sobre todo el fantástico trabajo que hemos hecho hasta ahora, sobre cómo habíamos estado informando a los ciudadanos y cómo les vamos a informar en el futuro, y sobre quién ,se supone deba proporcionar la información.

Brnabić afirmó que creía que el decreto protegería a los ciudadanos de la información no verificada, mientras Vučić temía efectos negativos sobre la entera esfera informativa.

El decreto, titulado oficialmente «Conclusión del Gobierno«, entró en vigor el 31 de marzo y decretaba que el único ente autorizado para informar el público sobre la situación y las consecuencias de la pandemia era el Cuartel General de Crisis liderado por la primera ministra, mientras que la difusión de noticias de personas no autorizadas no debía considerarse exacta ni verificada, y amenazaba con acarrear consecuencias jurídicas por la difusión de desinformación durante el estado de emergencia.

Ana Lalić, periodista del portal Nova.rs fue liberada el 2 de abril, después de pasar la noche en la cárcel después de que el Centro Clínico de Vojvodina con sede en Novi Sad presentara cargos en su contra ante el fiscal y la Policía por molestar al público y dañar la reputación de la institución. Antes de esto, el hospital expresó «amargura debido a la información inexacta, no verificada y maliciosa del portal Nova.rs sobre el trabajo de esta institución sanitaria».

En su artículo publicado el 1 de abril y titulado «Centro Clínico de Vojvodina en un punto crítico: enfermeras sin ropa de protección», Lalić describió la situación «caótica» del hospital e informó de la falta crónica de equipamiento de base –ropa de protección personal, material sanitario y medicamentos. El Centro no contestó a sus preguntas sobre las informaciones proporcionadas por los denunciantes que mencionó en su artículo.

Tras su detención, Ana Lalić fue condenada a 48 horas de cárcel pero las autoridades revocaron la decisión antes del plazo.

La detención provocó las reacciones de Freedom House, Article 19 y otras organizaciones que defienden el derecho al trabajo de los periodistas, sobre todo bajo las condiciones de la pandemia de COVID-19.

Los partidos políticos nacionales, organizaciones cívicas como Iniciativa Juvenil por los Derechos Humanos y Asociación de Periodistas Independientes de Vojvodina y los medios de información de Serbia también reaccionaron ante el arresto, y muchos ciudadanos expresaron su desaprobación a través de las redes sociales.

En la foto: Ana Lalić sujetaun cartel que tiene escrito ¡Abajo el fascismo!
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Esta es Ana Lalić, periodista de Novi Sad. Fue detenida esta noche por un artículo sobre el Centro Clínico de Vojvodina.

Registraron su apartamento, le confiscaron el móvil y el computrador portátil. ¡BUSCARÁN A SUS FUENTES! como hienas. ¡Aunque tiene el derecho de protegerlas y no revelarlas!

Si no la liberan, esta debería ser la única pregunta [que todo periodista debería hacer] en la conferencias de prensa. ¡Hasta la saciedad!

El caso de Lalić no fue el único. El Instituto Internacional de Prensa (IIP), red global de editores, ejecutivos de medios y destacados periodistas a favor de la libertad de prensa, criticaron la detención de tres periodistas en Serbia en una semana y pidió a las autoridades que aseguraran que la pandemia de la COVID-19 no dificultara la capacidad de los medios de informar libremente.

Los cargos contra Lalić no se han retirado y la investigación sigue en curso. Vladimir Radomirović, de la Asociación de Periodistas de Serbia (APS) dijo al IIP: «Este es el segundo caso en una semana en que se detiene a un periodista», y añadió «es verdaderamente preocupante».  

El 26 de marzo, un equipo de televisión de la emisora KTV fue detenido presuntamente por no someterse a la desinfección obligatoria mientras intentaba entrar en un edificio administrativo para realizar una entrevista. 

«Acogemos con satisfacción a la decisión de Brnabić y pedimos a las autoridades el pleno respeto de la decisión», dijo Oliver Money-Kyrle, jefe de Promoción y Programas del IIP en Europa. «También instamos al Gobierno serbio a que asegure que los periodistas puedan hacer su trabajo sin miedo a ser detenidos. La información correcta y actualizada de los periodistas será un aliado esencial de los Gobiernos para hacer frente a la pandemia».

Tras la liberación… relaciones públicas

Según una entrevista del 3 de abril a Lalić de Nova.rs, su medio de comunicación, aunque fue liberada y se le devolvió el móvil y el computador portátil, el proceso contra ella sigue en curso. No se han retirado las acusaciones basadas en el decreto derogado, ya que también el Código Penal de Serbia incluye una normativa sobre «incitación al pánico y a los disturbios» en el artículo 343. El cargo conlleva una pena de prisión de seis meses a cinco años.

El 2 de abril, el periódico serbio Danas informó que, como medida de mitigación del escándalo debido a la detención de Ana Lalić, el Centro Clínico de Vojvodina (CCV) invitó a los reporteros de Reuters a grabar su unidad de emergencia, «para que los periodistas extranjeros se aseguren de que todo está en orden».

El 2 de abril, el video de Reuters fue promocionado por los medios estatales de Serbia como prueba de la negación del Gobierno del reportaje de la Lalić, junto a una declaración del secretario provincial de Salud de Vojvodina, Zoran Gojkovi, en la que pide que «los periodistas no publicaran información no verificada».

Según Danas, fue una maniobra de relaciones públicas destinada a desairar a la comunidad mediática local.

U ovom slučaju nije „zaustavljen Rojters“, nego Ana Lalić, a preko nje su i svi domaći novinari i mediji dobili šamar od uprave KCV.

En este caso, el estado no «detuvo a Reuters» sino que a Ana Lalić y, mediante ella, todos los periodistas y medios recibieron una bofetada en la cara por la dirección del CCV.

El lema «detengan a Reuters» es parte de la historia del periodismo en Yugoslavia. Fue pronunciado en 1980 por el frustrado oficial Xhavid Nimani, cuando le dijeron que Reuters seguía informando sobre las protestas en Kosovo en el momento en que el Estado intentó imponer la censura en todos los medios nacionales.

Según covid19.rs, la página web oficial del Gobierno sobre la pandemia, el 7 de abril la cifra total de personas infectadas en Serbia subió a 2020, con 58 muertes documentadas.

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