Ante falta de recursos, mozambiqueños improvisan el combate al COVID-19

Mascarillas hechas a base de capulana (tejido local), en la ciudad de Tete, Mozambique. Foto de Fungai Caetano, usada con autorización.

El 22 de marzo, Mozambique entró en la lista de países con casos confirmados de COVID-19. Según el Ministerio de Salud, al 17 de abril había 34 casos en el país: 26 de transmisión local, de los cuales 23 provenían de un único foco de transmisión de la provincia de Cabo Delgado. Hasta ese momento no había muertes registradas, y dos personas se habían recuperado, según el ministerio.

No obstante, esos números pueden no reflejar la realidad, teniendo en cuenta la baja capacidad de pruebas del sistema de salud.

Con cerca de 30 millones de habitantes, el país realizó 898 pruebas hasta el 17 de abril, según el Instituto Nacional de Salud. Así, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja que las autoridades de salud prueben todos los casos sospechosos, Mozambique hace pruebas solamente a quienes presenten sintomas graves o que hayan tenido contacto con un caso confirmado.

En paralelo, el Gobierno decretó estado de emergencia, e inicialmente adoptó algunas medidas drásticas, como la prohibición de circulación de mototáxis. Después de manifestaciones contrarias, y hasta violentas, de los mototaxistas, las autoridades dieron marchas atrás y flexibilizaron la medida, y permitieron el servicio siempre que el cliente y el conductor usaran mascarillas.

También se tornó obrigatorio usar mascarillas en todo el transporte público.

Con todo, y como en muchos otros países, hay gran escasez del producto en el mercado.

Máscaras de fabricación casera

Pese a que el Gobierno había orientado a la población a producir mascarillas caseras con capulana –tejido tradicional de Mozambique, usado geralmente por las mujeres para ceñor el cuerpo– y otros materiales fácilmente disponibles, no se anunciaron planes para financiar esa fabricación.

Mascarilla improvisada hecha de una botella plástica en Mozambique – Jornal da Noite, 14 de abril.

El Gobierno se comprometió a distribuir apenas 12 000 mascarillas artesanales –el equivalente a una masacarilla para cada 2500 personas.

Los precios de las mascarillas artesanales varían entre 50 a cien meticales (cerca de un dólar estadounidense) en el mercado, lo que las vuelve inaccesibles para la mayoría.

El Centro para la Democracia y Desarrollo, organización de la sociedad civil local, criticó las medidas del Gobierno:

A verdade é que, mais uma vez, o governo impõe medidas restritivas sem criar a logística necessária para o seu cumprimento efectivo por parte da população.

La verdad es que, una vez más, el Gobierno impone medidas restrictivas sin crear la logística necesaria para que la población las cumpla efectivamente.

Ya el Centro de Integridad Pública ha distribuido mascarillas gratuitamente a los trabajadores de los mercados locales, además de hacer una concientización sobre las medidas de prevención.

La distribuición de mascarillas continúa, esta vez para los vendedores doel Mercado Mayorista del Zimpeto.

Protégete y protege a otros.

Muestra de mascarilla hecha con capulana (tejido local) en Mozambique. Foto del Centro de Integridad Pública, usada con autorización.

Como informa Agência Lusa, las mascarillas del Centro de Integridad Pública se hacen de capulana y entretela –tejido de algodón engomado con mayor capacidad de filtrar partículas en el aire.

De tejido descartable a capas protectoras del personal médico

La escasez de material de protección se extiende a los profesionales de la salud. Para evitar la situación, un grupo de médicos del Hospital Central de Maputo, la mayor unidad hospitalaria del país, se vio obligado a recurrir al tejido descartable para producción de batas, gorros y capas protectoras de zapatos y botas.

La producción de este material, según el hospital, es posible gracias a la participación de funcionários vinculados al sector de la costura.

Espera-se se com este material de protecção individual haja redução considerável dos riscos de contaminação a que o pessoal médico está sujeito.

Se esperaque con este material de protección individual se reduzcan considerablemente los riesgos de contaminación a los que está sujeto el personal médico.

El material es esterilizable, y se puede usar más de una vez, además de tener un bajo costo de producción.

Baños de vapor para aliviar síntomas de COVID-19

Las proyecciones del peor de los casos sobre la propagación del COVID-19 indican que el pico de casos confirmados en Mozambique se daría a mediados del año, con más de mil contagiados y decenas de muertos.

Mozambique cuenta con apenas 536 camas y 35 ventiladores en el país –por tanto, poco más de uno para cada millón de habitantes. Hay planes para adquirir más de 300 ventiladores.

Las condiciones significan un alto riesgo de colapso de la red de salud. Así, las autoridades se han esforzado para retrasar el puico para enero o febrero de 2021, mientras el Servicio Nacional de Salud gana tiempo para movilizar recursos, fortalecer el sistema, entender mejor la epidemia y hasta que surja un tratamiento o vacuna.

Desde ya, el ministro de Salud, Armindo Tiago, recomendó a quienes tengan síntomas leves de COVID-19 que realicen baños de vapor para aliviarlos, dijo en una entrevista a Televisión de Mozambique.

Los bafos consisten en inhalación de vapores de una mezcla de hierbas o plantas medicinales en agua hervida. Se trata de una práctica común en Mozambique, que se hace generalmente de hojas de eucalipto y guayaba. Se hace una mezcla en un caldero, y la persona que se hará el bafo se envuelve en un cobertor durante algunos minutos para transpirar bastante.

Las hojas usadas para hacer el bafo circulan para comercialización en varias ciudades del país, como ilustró el diario Verdade, a 50 meticales (menos de un dólar estadounidense:

Espíritu emprendedor: COVID-19 en el epicentro del nuevo coronavirus en Mozambique, cada manojo de eucalipto 50 meticales.

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.