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Sociedad civil de Kirguistán se moviliza para combatir la COVID-19

Categorías: Asia Central y Cáucaso, Kirguistán, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Política, Salud, Últimas noticias, COVID-19

Voluntarios en Biskek, capital de Kirguistán, muestran paquetes de alimentos listos para ser distribuidos a personas necesitadas en cuarentena. Foto (c): Bakhtiyar Kubatbekov y Mikhail Dudin / Sede Nacional. Utilizada con autorización.

Revisa la cobertura especial de Global Voices sobre el impacto global de la COVID-19 [1].

Incluso antes de que apareciera el primer paciente con un resultado positivo, la gente de Kirguistán ha estado observando de cerca cómo la pandemia de coronavirus engullía al mundo. Tenían una buena razón: su pequeño país montañoso de Asia Central limita con China, donde comenzó el brote.

Los kirguisos en las redes sociales expresaron su preocupación por cómo el virus afectaría a la débil economía del país. A la gente del rubro de servicios le preocupaba si afectaría a la temporada turística de 2020; los comerciantes y agricultores se preguntaban si interferiría con la siembra de primavera y, por lo tanto, con la cosecha.

Sin embargo, la mayoría en Kirguistán simplemente no puede permitirse el lujo de encerrarse y esperar hasta que la crisis termine. El país busca ahora un punto intermedio entre una cuarentena estricta y una economía que funcione, por temor de que, de lo contrario, más personas puedan morir de hambre que de coronavirus.

Ese reconocimiento ha llevado a kirguisos de todo el país a tomar cartas en el asunto, que se ofrecieron como voluntarios para ayudar a sus vecinos y conciudadanos de todas las maneras que puedan.

Algunos cínicos podrían decir que es porque nunca tuvieron mucha fe en la respuesta del Gobierno. Entonces, ¿qué tan preparadas estaban las autoridades de Biskek cuando el coronavirus llegó a Kirguistán?

Cronología de una cuarentena

Hacia el 9 de abril, había 270 casos confirmados de coronavirus en Kirguistán, según el mapa de coronavirus de la Universidad Johns Hopkins [2].

Con la propagación del coronavirus, muchos países impusieron restricciones a la vida pública. Cerraron fronteras y escuelas, e implantaron cuarentenas. Kirguistán no es una excepción, aunque la respuesta del Gobierno se retrasó un poco. Hasta principios de marzo, las autoridades solo recomendaban la cancelación de actos públicos, y rechazaron propuestas de cierre de escuelas y universidades.

Todo eso cambió el 12 de marzo, cuando el Gobierno restringió oficialmente todas las actividades masivas. Dos días después, entró en vigor una prohibición de entrada a los ciudadanos de siete países, aplicable a China, Italia, Irán, Corea, Francia, Alemania y España. A los ciudadanos extranjeros que han visitado o pasado por estos países en 30 días anterior se les prohibió entrar en Kirguistán

El 16 de marzo, Kirguistán cerró completamente escuelas y universidades y restringió actividades y funerales de familias numerosas. El 18 de marzo, el país informó de su primer caso positivo de coronavirus. O mejor dicho, casos. El virus se detectó en tres personas que habían llegado al país el 12 de marzo después de realizar el pequeño Hajj, o Umrah, peregrinaje a Arabia Saudita. Además, 135 ciudadanos kirguisos llegaron en el mismo vuelo, 90 de los cuales fueron puestos en aislamiento.

Estos primeros casos se identificaron en la región de Jalal-Abad, al sur de Kirguistán. Ahí fue donde Kirguistán declaró su primer estado de emergencia. Se impusieron restricciones a la entrada y salida de la región, con excepciones para los funcionarios estatales.

Al cabo de una semana, hubo 44 casos confirmados de coronavirus en Kirguistán. La persona infectada tenía menos de un año y la mayor tenía 86 años. Esta cifra aumentó cada día a medida que la pandemia se extendía a más regiones de Kirguistán. El 25 de marzo, las autoridades declararon el estado de emergencia en Biskek, Osh y Jalal-Abad, las tres mayores ciudades del país, y en muchos distritos.

Ahora hay un toque de queda en Biskek. A partir del 9 de abril, los ciudadanos kirguisos no pueden salir de sus casas sin una buena razón, como ir al médico o ir a comprar comida o medicinas.

¿Una mano que ayuda?

Con una nación bloqueada, el Gobierno de Kirguistán ha tenido que considerar cómo hacer la vida más fácil a los esforzados ciudadanos.

El viceprimer ministro Erkin Asrandiyev estimó en una reunión informativa de prensa [3] el 26 de marzo que Kirguistán ya ha perdido entre 27 000 y 28 000 millones de soms (entre 347 y 360 millones de dólares) debido al cierre de las fronteras y a la recesión económica de los últimos meses. Ese mismo día, la junta de gobernadores del FMI aprobó un préstamo de 120,9 millones de dólares [4] solicitado por el presidente de Kirguistán, Sooronbai Jeenbekov. Esta fue la primera solicitud de asistencia financiera urgente de este tipo hecha por un estado miembro del FMI desde que comenzó la pandemia.

Además, el 3 de abril el presidente ratificó una ley [5] destinada a estabilizar la situación económica durante la pandemia. Estas medidas temporales, que durarán hasta octubre, incluyen un subsidio para que las empresas puedan aplazar sus declaraciones y el pago de impuestos hasta 2021.

Pero muchos kirguisos siguen estando escépticos –las redes sociales están llenas de acusaciones de que el Gobierno estaba mal preparado para la pandemia. La gente común y corriente está haciendo todo lo posible por sobrevivir y ayudarse mutuamente, dicen, mientras que el liderazgo del país vive una realidad paralela. ¿De qué otra forma pueden explicar la decisión de las autoridades del 1 de abril de anunciar un referéndum [6] sobre el sistema de Gobierno del país? El referéndum, propuesto por el diputado Kurmankul Zulushev para celebrarse en octubre, daría más poder a la presidencia.

La decisión del presidente Jeenbekov de despedir [7] a la viceprimera Ministra, Altynay Omurbekova, y al ministro de Salud, Kosmosbek Cholponbayev, el 1 de abril también ha sido motivo de muchas especulaciones. El día anterior, Jeenbekov había criticado a los miembros del Gobierno por lo que calificó de esfuerzos insuficientes para combatir el coronavirus. En Facebook [8], la bloguera y gerenta de medios Gulnura Toralieva criticó la medida el movimiento en Facebook:

Все держалось на Алтынай Омурбекова (экс-вице-премьер-министр), в такой кризисный момент – это опасное решение освободить ее от должности! И да, никогда не хвалите чиновника, который хорошо работает, уволят

Todo dependía de (la ex viceprimera ministra) Altynai Omurbekova en este momento de crisis; es una decisión peligrosa retirarla del cargo. Así que, sí, nunca alabes a un funcionario que trabaja duro –lo despedirán.

Solidaridad al estilo kirguiso

La situación en Kirguistán probablemente sería mucho peor sin la autoorganización de los ciudadanos. Un ejemplo es el Cuartel General del Pueblo en Biskek, en el que soy voluntario. Es fácil; los potenciales voluntarios deben simplemente unirse al canal de Telegram [9] del movimiento.

Más de 2000 voluntarios trabajan en su sede en Biskek. El movimiento cuenta con más de 500 voluntarios en el terreno, que ayudan a familias pobres, personas con discapacidad, personas socialmente vulnerables y madres solteras en estos momentos difíciles. Los organizadores dicen que reciben cientos de solicitudes de ayuda cada día; la Sede del Pueblo también ofrece ayuda de forma espontánea. Eldar Shabanov, uno de los coordinadores del grupo, dijo a Global Voices:

Идея народного штаба появилась из-за страха, что нашим гражданам будет очень тяжело, если введут карантин. Еще 10 марта я писал пост, где уже выражал озабоченность. Тогда еще не было у нас вируса и карантина. Было страшно за людей, которые перебиваются изо дня в день – водители такси, маршруток, низкоквалифицированный персонал, которые получают оплату ежедневно. В случае карантина они протянут максимум три-четыре дня. Эта мысль не давала покоя и уже тогда было твердое решение – помогать нуждающимся в случае объявления карантина. Позвонил другу – поделился идеей, он без замедления поддержал.

La idea del cuartel general del pueblo surgió por el temor de que fuera muy difícil para nuestros ciudadanos si se les ponía en cuarentena. El 10 de marzo, escribí un artículo en el que ya expresé mi preocupación. No teníamos el virus y la cuarentena en ese entonces. Temía por la gente que apenas se las arregla, taxistas, conductores de minibuses, personal poco calificado que recibe un pago todos los días. En el caso de la cuarentena, durarán un máximo de tres o cuatro días. No podía dejar de pensar en eso, así que decidí que si se anunciaba una cuarentena tendríamos que ayudar a la gente necesitada. Llamé a un amigo y le conté la idea, e inmediatamente me apoyó.

Los voluntarios también ayudan al personal médico, les proporcionan trajes y máscaras protectoras, y entregan comidas calientes al personal que trabaja en los centros de cuarentena. Los trajes, adquiridos por donaciones, son fabricados por una empresa local en Biskek y, según se informa, cuestan 240 som (tres dólares).

Сшито более 300 защитных костюмов для медиков продолжаем шить, роздано более 5000 порций горячей еды, обеспечены более 200 семей только в Бишкеке и его окраинах продуктами питания. Корзина продуктов формируется из расчета на полторы две недели семье из пяти человек. В кассе имеется достаточно денег, чтобы обеспечить еще 1000 семей. С каждым днем желающих оказать помощь растет. Активную работу ведут наши единомышленники почти по всей стране. Есть штабы в Караколе, Токмаке, Канте, Кара-Балте, Оше и Джалал-Абаде. Статистику по другим городам, к сожалению, на данный момент не успеваем собирать.

Hemos cosido más de 300 trajes protectores para médicos y continuamos haciéndolo, hemos distribuido más de 5000 porciones de comida caliente, proporcionamos comida a más de 200 familias solo en Bishkek y sus suburbios. La cesta de provisiones que ofrecemos está calculada para durar de una semana y media a dos semanas para una familia de cinco personas. Hay suficiente dinero en la caja para proveer a otras mil familias. Cada día, más y más gente quiere ayudar. Personas con mentalidad similar en casi todo el país están haciendo lo mismo. Hay sedes en Karakol, Tokmak, Kant, Kara-Balta, Osh y Jalal-Abad. Desafortunadamente, no tenemos tiempo para recopilar estadísticas de otras ciudades en este momento.

Este movimiento está creciendo. Cada día, las actualizaciones aparecen en Twitter con las etiquetas #ЭлдикШтаб (Casa del Pueblo en kirguiso), #НародныйШтаб (Cada del Pueblo en ruso), y #БизБарбыз («Somos» en kirguiso):

Somos la Casa del Pueblo, sede nacional para combatir el coronavirus. Creemos que nuestra sociedad debe apoyar al Estado en este difícil período. ¡Ven y únete!

Los migrantes kirguisos en el extranjero también han comenzado a recaudar fondos para los trabajadores médicos. El 25 de marzo apareció un anuncio [13] en la plataforma de recaudación de fondos en línea GoFundMe. Su fundador ha recibido desde entonces 23 000 dólares. Señalaba que los médicos de Kirguistán necesitaban desesperadamente equipo de protección personal:

Урматтуу кыргыз элим! Кыргызстандагы даарыгерлерибиздин абалы Covid-19 убагында абдан кыйын болуп жатат. Маскаларды оз акчасына сатып жумушка такси менен келип жатышат. Айлык акчасын дагы кыскартыптыр. Сюжетная книга и книга о том, как учить ишта жатышат. Чогулуп биз ушундай убакта врачтарыбызды колдоп кетели. Канча бере алсанар, кошулгула. Даарыгерлерибиз буттан тайса бутту дей бер. Чогулалы!!!

¡Querido pueblo kirguiso! Durante la COVID-19, la situación de nuestros médicos en Kirguistán es terrible. Tienen que venir a trabajar en taxi y comprar mascarillas con su propio dinero. Sus salarios han sido reducidos. Esta es una historia sombría sobre lo duro que puede ser el trabajo. Si cometen un error y se infectan, es el fin para ellos. Así que unámonos y apoyemos a nuestros médicos en este momento. ¡¡Unámonos!!

Este usuario de Twitter elogió la iniciativa, señaló que mucho ciudadanos kirguises que han emigrado siguen dedicados a su patria:

Todas estas donaciones y toda esta organización me han convencido de lo mucho que el pueblo kirguiso aprecia y cuida de su país. La gente puede criticar a los que se han ido tanto como quiera, pero veo a tantos gente [en el extranjero] que han perdido su trabajo y apenas se mantienen, pero siguen intentando ayudar a nuestra gente allí [en Kirguistán].
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Para ser justos, hombres de negocios, políticos y grandes empresas no se han quedado al margen y están haciendo su parte. A pesar de su préstamo del FMI, el Ministerio de Finanzas de Kirguistán también abrió una cuenta el 12 de marzo [15] para recaudar donaciones para apoyar la lucha del Estado contra el coronavirus. Hasta el 9 de abril, la cuenta había recibido más de 121 millones de soms (poco más de millón y medio de dólares).

Una perspectiva sombría

A pesar de toda esta ayuda, la Jefatura Nacional recibe cada vez más peticiones de ayuda de madres solteras, discapacitados y personas sin medios de apoyo. Muchos antes se ganaban la vida en los mercados, que ahora están cerrados.

Según Eldar Shabdanov y otros dos coordinadores del movimiento, Urmat Nasykulov y Tilek Toktogaziyev, algunos médicos incluso han llamado a la línea de ayuda para solicitar ayuda:

Мы открыли номер для анонимного обращения врачей и за пару дней поступило более 300 обращений. Просят защитные костюмы, горячую еду, транспорт для перемещения по городу. Стараемся оказывать помощь им анонимно, так как в самом начале нашей кампании, когда врачи открыто благодарили нас, им объявляли выговор. Волонтеры, которые доставляют им горячую еду, говорят, что у врачей чуть ли слезы в глазах не заворачиваются. Было одно сообщение, что врач, который живет выходит из дома в 4 утра и идет пешком на работу около 4 км, и возвращается домой голодной.

Abrimos una línea telefónica para comunicarnos con los médicos de forma anónima, y en un día recibimos más de 300 pedidos. Piden trajes protectores, comida caliente y transporte para trasladarse por la ciudad. Tratamos de ayudarlos anónimamente, porque al principio de nuestra campaña, los médicos que nos agradecieron públicamente fueron reprendidos. Los voluntarios que les entregan comida caliente dicen que los médicos casi tienen lágrimas en los ojos. Oímos un informe de un médico que sale de su casa a las cuatro de la mañana y camina unos cuatro kilómetros hasta el trabajo, y vuelve a casa con hambre.

Esto sugiere que en Kirguistán, como en muchos otros países, los voluntarios tienen que sustituir al Estado. El mismo coordinador subrayó que los pobres del país pueden luchar aún más que en la era antes de la pandemia:

Картина с малоимущими более трагична. Отправляют множество фотографий с половиной куска хлеба, с пустым холодильником, с последними 20 сомами в кошельке. Несмотря на то, что выделен единый номер для обращений, много граждан звонят на личные номера координаторов днем и ночью. Недавно мне звонила одна женщина три дня подряд днем и ночью. У нее 9 детей и свекровка инвалид, им есть нечего. Друзьям рассказали, что у одной многодетной женщины из-за того, что дети несколько дней не ели, один ребенок уже не встает с постели и мучается от боли в животе. Это все очень эмоционально тяжело сопереживать. Помощь нужна прямо сейчас и ее надо много.

La imagen de los pobres es más trágica. Envían muchas fotos con medio pedazo de pan, un refrigerador vacío, y los últimos 20 som (0.23 dólares) en su cartera. A pesar de que se asigna un número único para estos llamamientos, muchos ciudadanos llaman a los números personales de los coordinadores día y noche. Recientemente, una mujer me llamó tres días seguidos, día y noche. Tiene nueve hijos y una suegra discapacitada, no tienen nada para comer. A los amigos se les contó la historia de una mujer con muchos hijos; un niño ya no se levanta de la cama y sufre de dolor abdominal por falta de comida. Es todo muy difícil emocionalmente. Necesitamos ayuda, necesitamos mucha ayuda.

El movimiento y sus voluntarios reciben ahora miles mensajes así cada día. Para un pequeño país montañoso con una población de seis millones, uno se pregunta si es poco o mucho.

En cualquier caso, esta solidaridad está mostrando un lado más brillante de la sociedad kirguisa. Cuando Kirguistán supere esto, tendremos muchas razones para volver a abrazarnos. Aunque quizás todavía a dos metros de distancia, como recomienda la OMS.