La COVID-19 ha afectado en todo aspecto de la vida en todo el mundo, incluso el Caribe. En el extremo más al sur del archipiélago, Trinidad y Tobago contaba con 114 casos de coronavirus al 17 de abril. En el extremo norte, en Jamaica, los casos superan los 143. Además, distintos territorios nacionales se encuentran bajo alguna forma de confinamiento o de ordenes de quedarse en casa.
En medio de esta «nueva normalidad», los ciudadanos han estado contando sus experiencias a través de las redes sociales. Los tres ejemplos aquí destacados son diferentes: uno es un relato apasionante de una sobreviviente de COVID-19, otro es un viajero que pasó la cuarentena en una instalación estatal y el testimonio final es el de un adolescente con autismo que escribe sobre cómo sobrellevar el auto-aislamiento.
Todos han tenido que buscar fuerzas en lo más profundo para salir de la adversidad.
La «paciente cero» de San Vicente
Ranelle Roberts-Williams, que se describe como «una mujer de 34 años, madre y abogada sanvicentina», fue el primer caso confirmado de San Vicente y las Granadinas tras dar positivo en la prueba de COVID-19 el 11 de marzo de 2020.
Después de su recuperación, contó su experiencia «no solo para tranquilizar a quienes tienen preguntas o temores sino también como parte de [su] propia terapia después de lo que llama un «doloroso calvario».
El 10 de marzo, la mujer se puso en contacto con el Ministerio de Salud, Bienestar y Ambiente de la isla para informar de una tos seca persistente que le preocupaba pues acababa de regresar del Reino Unido, donde la COVID-19 se estaba convirtiendo rápidamente en una pandemia.
Aunque inicialmente no le creyeron, insistió hasta que no le hicieron la prueba e inmediatamente se puso en autocuarentena, con lo que impidió la potencial difusión del virus:
I dare not imagine what the consequences would have been had I not insisted that I be tested for COVID-19 after having been told that I ‘did not fit the criteria’, as I would have been commuting daily and conducting business as usual.
No me atrevo ni a imaginar cuáles habrían sido las consecuencias si no hubiera insistido para que me hicieran la prueba de COVID-19 tras haberme dicho que no «cumplía los requisitos». Habría estado trasladándome diariamente y haciendo negocios como de costumbre.
El dolor por su diagnóstico se agudizó cuando descubrió que su confidencialidad médica había sido violada:
My name and photos were being circulated on social media […] Imagine having to cope with a medical diagnosis for an emerging virus, while being in isolation away from your family and loved ones, with your business and staff impacted, while much inaccurate and malicious rumors are swirling around about you and your family.
Mi nombre y fotos estaban circulando en las redes sociales […] Imagina tener que hacer frente a un diagnóstico médico de un virus emergente, mientras estás aislado de tu familia y tus seres queridos, con tu negocio y tu personal impactados mientras circulan rumores inexactos y maliciosos sobre ti y tu familia.
Aunque reveló que el «aislamiento fue difícil y una montaña rusa emocional», sus síntomas eran leves y se recuperó sin intervención médica. Para ella, las consecuencias de la difusión no autorizada de su información médica fueron mucho peores que el propio virus, incluido el hecho de que se estigmatizó a quienes nunca estuvieron en contacto con ella.
Tras 23 días en cuarenta, Williams está completamente recuperada y dio negativo en la prueba en dos ocasiones seguidas. Sin embargo, tuvo algunos consejos para sus compatriotas sanvicentinos:
STAY AT HOME. Be kind to one another. COVID-19 does not require the stigma attached. Desist from shaming and discriminating against suspected or confirmed cases and their family and persons in quarantine. […]
No man is an island. We need each other. It is important to let our loved ones know that we love and appreciate them. Leadership involves listening and making and communicating critical decisions with humility and with empathy.
QUÉDENSE EN CASA: Sean amables con los demás. La COVID-19 no viene con un estigma. Dejen de avergonzar y discriminar a casos sospechosos o confirmados y sus familias y las personas en cuarentena […]
Nadie es una isla. Nos necesitamos unos a otros. Es importante que nuestros seres queridos sepan que los queremos y valoramos. El liderazgo implica escuchar, tomar y comunicar decisiones criticas con humildad y empatía.
En cuarentena en Trinidad y Tobago
En una carta anónima dirigida al editor de Wired868, la virtud de empatía apareció en la descripción de un paciente de la cuarentena forzada.
Life in quarantine is sometimes being disappointed by the lack of empathy of your fellow countrymen.
A veces la vida en cuarentena se decepciona por la falta de empatía de tus compatriotas.
Señalando que el hecho de que se le pida que haga una cuarentena en una instalación estatal es «ante todo un deber nacional […] para su seguridad y la de sus compatriotas», el autor también reconoció que es más difícil de gestionar, «y no es más segura»:
It is policing your co-residents because your health depends on them as much as it depends on you. It is reminding 21 other mates to: wash their hands after their vitals, before going to the fridge or to our make-shift kitchen counter, to not pick their nose, to keep on their masks, to keep their distance when they speak to you.
Es vigilar a tus compañeros porque tu salud depende tanto de ellos como de ti. Es recordar a otros 21 compañeros: lavarse las manos después de sus signos vitales, antes de abrir la nevera o ir al mostrador de la cocina, no tocarse la nariz, mantenerse en sus máscaras, mantener la distancia cuando te hablen.
El autor vio la imprevisibilidad de la cuarentena como uno de los aspectos más difíciles, pero encontró consuelo en la oración:
It is loving the God you cannot see and hating the neighbour you can. […]
It is being ostracised by those you thought were friends and being ‘befriended’ by some who are not. It is trying to keep your physical health while feeling the loss of your mental health.
It is being part of the forgotten; not positive for the virus so you can be treated—but seemingly ineligible to return home.
Es amar al Dios que no puedes ver y odiar al vecino que si puedes […]
Es ser condenado por quienes pensabas amigos y hacerte amigo de alguien que no lo es. Es tratar de mantener tu salud física mientras sientes la pérdida de tu salud mental.
Es ser parte del olvido: no dar positivo para el virus para que puedan tratarte pero aparentemente no apto para volver a casa.
Entre tanta desesperación, el autor destacó un hecho positivo –lo mejor de la humanidad:
It is pleasant when the strong console the weak, when you can still see gratitude from co-residents in spite of the grumblings. It is seeing loved ones outside drawn even closer in spite of the physical distance.
Life in quarantine is knowing that this too shall pass.
Es agradable cuando los fuertes consuelan a los débiles, cuando todavía se puede ver la gratitud de los compañeros a pesar de las quejas. Es ver a los seres queridos de afuera acercarse aún más a pesar de la distancia física.
La vida en cuarentena es saber que también esto pasará.
No está claro si el autor sigue como residente temporal en el centro de cuarentena de COVID-19.
Tener necesidades especiales en aislamiento
Cada persona experimenta el aislamiento de manera diferente, como puede atestiguar Rowan McEwan, estudiante del prestigioso Queen's Royal College de Trinidad y Tobago. En su blog causeaneffect, McEven se describe como «uno de los muchos adolescentes caribeños que viven con autismo».
Aunque admite que saber del primer caso de COVID-19 en Trinidad y Tobago fue «devastador» para él, también dice:
Throughout my life, I have overcome multiple barriers to get to where I am, and the one I’m currently facing is no different.
Durante toda mi vida, he superado múltiples barreras para llegar adonde estoy y la que estoy enfrentando ahora no es distinta.
A pesar de su determinación, la vida en cuarentena es ardua, sin duda. Echa de menos la escuela, el lugar donde socializaba y que era su refugio:
To not be able to visit this place at all was truly painful. And it wasn’t just school that was off-limits either. The entire outside world was suddenly beyond my grasp.
No poder ir a este lugar fue verdaderamente doloroso. Y no solo era la escuela fuera de alcance. De repente, todo el mundo exterior se quedó fuera.
Como exrefugiado de la guerra civil libia, el aislamiento de McEwen, bajo la actual medida de permanecer en casa por la COVID-19 de Trinidad y Tobago, le trae malos recuerdos de cuando su familia y él estaban «atrapados en casa, viviendo un miedo constante».
No hay duda de que la vida en reclusión puede ser horrenda, pero tal vez las medidas más estrictas son ahora, y pronto el mundo podrá salir de esta pandemia, con menos muertes y un mayor aprecio por nuestra humanidad compartida.