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Zanzíbar se apoya en la fuerza comunitaria para enfrentar el COVID-19

Categorías: África Subsahariana, Tanzania, Ciencia, Desarrollo, Desastres, Educación, Gobernabilidad, Ideas, Medios ciudadanos, Salud, Viajes, COVID-19

Nafisa Jiddawi (izquierda) de Wajamama Health Center frente al Hospital Mnazi Moja con la ministra adjunta de Salud Harusi (derecha) en Stone Town, Zanzíbar, luego de distribuir mascarillas y otros artículos de protección personal (PPE) entre los trabajadores de salud, 8 de abril de 2020. Foto de LULURAY PHOTOGRAPHY [1], usada con autorización.

Revisa la cobertura especial de Global Voices sobre el impacto del COVID-19 [2] sobre las comunidades de todo el mundo.

La pandema de COVID-19 no perdonó a Zanzíbar, la isla semiautónoma cercana a la costa de Tanzania, en África Oriental. Gracias a sus impresionantes playas y a sus ciudades históricas, las dos islas principales de Zanzíbar, Pemba y Unguja, han atraído viajeros de todo el mundo durante siglos.

Hoy, aquellas calles y playas están casi desiertas [3], ya que los ciudadanos de esta comunidad cerrada de casi 1,3 millones de personas entre ambas islas se protegen del coronavirus.

El 9 de abril, la ministra de Salud, Ummy Mwalimu, anunció [4] los primeros casos de transmisión comunitaria de COVID-19 en Zanzíbar. Hasta el 24 de abril, se registraron 98 casos en las islas, según un comunicado de prensa oficial.

Zanzíbar prospera gracias a la comunidad, y con el espíritu de umoja («unidad», en suajili), se fortaleció la presencia de iniciativas de salud comunitarias en las islas para generar consciencia y educar a los isleños sobre esta enfermedad tan contagiosa.

Innovación para el lavado de manos ‘sin tocar’

A mediados de marzo, aun antes de registrarse los primeros casos en Zanzíbar, muchos hoteles de las islas que recibían a miles de viajeros de las zonas calientes de COVID-19, como Italia y España, decidieron cerrar sus puertas y poner en práctica medidas preventivas [5], como la distancia física y el lavado de manos frecuente, recomendadas por la Organización Mundial de la Salud y los Centros de Control de Enfermedades.

El 18 de marzo, los hoteleros y el grupo Desarrollo Local del Turismo de Zanzíbar [6] (ZTLD) se reunieron en la costa este de Zanzíbar con el fin de educar e informar a los miembros de la comunidad sobre el virus, y organizaron un plan para distribuir higienizante de manos y agua para almacenar en los hogares, además de afiches educativos.

El hostel Mustapha's Place [7], situado en Bwejuu, decidió mantener la mente abierta a pesar de tener las puertas cerradas: Junto con el ZTLD, diseñaron y construyeron varias estaciones de lavamanos o lavabos que se usan sin manos y se activan con los pies, y las distribuyeron en puntos estratégicos a lo largo de la costa este, una región conformada por pequeñas poblaciones pesqueras.

Mustapha' s place is temporary closed, but our mind is open and creative! Desing and buiding "foot operated hands-free" hands washing stations. Together with our communities we fight the spread of corona virus, supporting each other, learning from one another. Big up #zanzibartourism&localdevelopment #staysafe #washstations #zanzibar #mustaphasplace #creativeminds #coronavirusinafrica #coronavirus

Geplaatst door Mustapha's Place [7] op Woensdag 8 april 2020

Hacia mediados de abril, miembros del ZTLD entregaron varios lavatorios «sin contacto» en mezquitas, comisarías, clínicas y hospitales locales, y en varios pueblos de la región.

El grupo de Desarrollo Local del Turismo de Zanzíbar instala sistemas de lavabos «sin contacto» en la clínica Charawe, en Charawe, Zanzíbar, 14 de abril de 2020. Foto de Shebbi Shabban, usada con autorización.

Un sistema sanitario frágil y una comunidad fuerte

El Centro de Salud Wajamama [8], situado en Stone Town, Zanzíbar, elogió la iniciativa de los lavabos «sin contacto» del ZTLD, que «reducen la necesidad de abrir y cerrar llaves o, incluso, de tocar el dispensador de jabón. Estamos maravillados ante el ingenio de cada sistema y agradecidos de ver estos esfuerzos«, escribieron en su página de Facebook. 

Wajamama, [9] que significa watoto, jamii, mama («niños, sociedad, mamá»), fue fundado por Nafisa Jiddawi en respuesta a la necesidad de un espacio seguro para que las mujeres recibieran asistencia médica de calidad con prácticas sanitarias y de bienestar.

Anteriormente, Jiddawi y su equipo estuvieron en la primera fila de lucha contra el COVID-19 en las islas, se movilizaron para educar e informar a los isleños sobre el coronavirus cuando Zanzíbar informaba sus primeros casos importados de COVID-19, a fines de marzo de 2020. Para ese momento, Jiddawi y su equipo habían instalado cien estaciones de lavado de manos a lo largo de Unguja.

También llevaron a los líderes locales la información más reciente sobre lavado de manos, uso de mascarillas y distanciamiento social, y exhortaron a los ciudadanos a mantener la calma y solo difundir información fundamentada en datos científicos.

El presidente de Tanzania, John Magufuli, fue criticado por alentar a los ciudadanos a seguir congregándose en sitios de culto [10] a pesar de los firmes consejos científicos de no hacerlo. Magufuli cerró escuelas y universidades durante 30 días, pero se mostró reacio a imponer una cuarentena oficial, incluso después del primer caso, registrado el 16 de marzo. Según la BBC, para el 23 de abril, 284 personas de Tanzania continental dieron positivo [11] para el coronavirus.

El 10 de abril, Wajamama advirtió a través de su cuenta de Facebook: «NO es momento de teorías de conspiración ni de reuniones». La semana siguiente, escribieron: «Con nuestro sistema de salud y economía ya frágiles, frenar la transmisión de COVID-19 en nuestra comunidad es la única esperanza».

Pocos días antes, Wajamama hizo una generosa donación de insumos de protección personal (PPE) al Ministerio de Salud para los trabajadores sanitarios de Zanzíbar, con el apoyo del Rotary Club de Stonetown y patrocinantes de Estados Unidos.

Continuaron trabajando con diseñadores locales y ciudadanos para distribuir mascarillas reutilizables en la comunidad, entre ellos, Recycle At Ozti,  [12]Kumi Zanzibar [13]Jenga Zanzibar [14], Zanzibar Apparels y Doreen Mashika [15], que se unieron al movimiento #mask4all [‘mascarillas para todos’].

En el plazo de diez días, Wajamama logró recaudar casi 8500 dólares estadounidenses de la meta de 10 000 para apoyar la iniciativa de respuesta al COVID-19 [16].

Salud mental y COVID-19

La mayor parte de la población de Zanzíbar se encuentra por debajo de la línea de pobreza internacional y subsiste con menos de un dólar [17] por día, declaró [18] Pamela Allard, consejera de programas de Health Improvement Project Zanzibar [19] (HIPZ).

La pandemia de COVID-19 agregó aún más presión a las comunidades locales de Zanzíbar, que se suma a la preocupación existente por la pobreza crónica, la débil infraestructura de salud y la dependencia de una industria turística [20] que se ha detenido por completo.

Durante más de una década, el HIPZ trabajó en conjunto con el Ministerio de Salud de Zanzíbar para dar apoyo a los hospitales Makunduchi y Kivunge de las zonas rurales de Zanzíbar, donde la asistencia sanitaria es dolorosamente precaria. El HIPZ también observó una gran necesidad de ampliar el servicio de salud mental [21] frente al COVID-19 y aprovechó el programa radial sobre salud mental para brindar información crucial sobre el coronavirus a las comunidades locales.

Esta es una de las únicas iniciativas comunitarias de las islas que han reconocido el daño a la salud mental que puede traer este virus a las sociedades.

El coordinador de salud mental de HIPZ, Haji Fatawi, asumió el rol de personalidad radial, y el 23 de abril visitó la alejada isla de Tumabatu para conducir conversaciones de radio sobre salud diseñadas para sensibilizar a las comunidades sobre todos los aspectos del virus y su impacto sobre la vida cotidiana.

Haji Fatawi, líder del equipo de salud mental con el Proyecto Heath Improvement de Zanzíbar, asume el rol de personalidad radial en salud mental, con una difusión específica sobre la covid-19. Foto usada con autorización del HIPZ.

Cuando los casos de COVID-19 empezaron a aparecer en las islas [22] el 21 de marzo, el HIPZ empezó de inmediato a patrocinar talleres de capacitación en los hospitales locales para desmitificar el virus y disipar temores entre los trabajadores de salud, según explicó Allard en un correo electrónico a Global Voices.

Many staff believed many patients may be carriers of COVID-19, and therefore the health care could be improved due to a lot of fear-based assumptions within the local staff.

Gran parte del personal pensaba que muchos pacientes podrían ser portadores de COVID-19 y, por lo tanto, tendrían que mejorar los servicios sanitarios debido a las suposiciones fundadas en el miedo de los trabajadores locales.

Allard siguió explicando que el HIPZ ha tenido que revaluar sus programas con un enfoque fino dedicado a mantener al personal sanitario de la primera línea seguro y contendido:

With an already fragile health system, we have had to reassess everything and try to prepare for COVID-19, focusing on keeping our staff as safe as possible to perform the critical work that will most likely be required of them. We have refocused many aspects of our budget to support the staff, with PPE and soap, and equipment and innovative systems of patient flow at this time. We have been fundraising like mad [23], and are preparing for the potential weeks to come, knowing that the curve in Zanzibar may not  be as flattened as it is in other countries due to the living conditions and socio-economic challenges that face most of the Zanzibaris.

Con un sistema de salud ya frágil, tuvimos que revaluar todo y tratar de prepararnos para el COVID-19, centrados en mantener a nuestro personal lo más seguro posible para llevar a cabo el trabajo esencial que se le requerirá. Hemos replanteado muchos aspectos de nuestro presupuesto para apoyar al personal, con PPE y jabón, y con equipos y sistemas innovadores para el actual flujo de pacientes. Estuvimos recaudando fondos como locos [23] y nos preparamos para las semanas que vienen, a sabiendas de que la curva no se va a aplanar tanto en Zanzíbar como en otros países debido a las condiciones de vida y los problemas socioeconómicos que sufren la mayoría de sus habitantes.

Según escribió [24] el político Seif Sharifin en African Arguments, abril demostró ser un mes decisivo para Zanzíbar y Tanzania en materia de COVID-19.

El Gobierno no emitió una orden oficial de confinamiento [25] ni anunció grandes medidas de alivio de deudas o programas de incentivos [26]. Sin embargo, el Ministerio de Salud [27] de Zanzíbar ha trabajado sin cesar —junto con estas iniciativas comunitarias locales— para mantener al país informado y seguro.

En Zanzíbar, donde la mayoría honra el sagrado mes del Ramadán que empezó el 24 de abril, mayo también se definirá por ese espíritu de solidaridad para mantener a la gente conectada a través de las comunidades de cuidado.