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Pese a COVID-19, la represión a los derechos humanos no da tregua en Egipto

Categorías: Derechos humanos, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, COVID-19, GV Advox, UPROAR

Alaa Abd El Fattah, dando un discurso en el Foro de Democracia Personal, 2011. Imagen de PDF vía Flickr (CC BY-SA 2.0 [1]).

En medio de la pandemia de COVID-19, los activistas, defensores de derechos humanos y políticos egipcios encarcelados están en riesgo en las hacinadas prisiones del país.

Las múltiples solicitudes para liberar a los defensores de los derechos humanos detenidos han sido ignoradas. Entretanto, Alaa Abd El Fattah, destacado bloguero y activista por los derechos humanos, conocido como «Alaa» en su comunidad, inició una huelga de hambre, mientras que las capturas y detenciones continúan.

Actualmente, Alaa se encuentra realizando una huelga de hambre para protestar contra de prolongada detención, dijo su familia en una declaración [2] publicada el 22 de abril de 2020.

Según la declaración, el 13 de abril, la Fiscalía recibió un informe de la Prisión de Máxima Seguridad Tora, donde Alaa permanece recluido, en el que comunicaron que inició una huelga de hambre.

El 22 de abril, la familia pudo tener acceso a otro informe sobre la salud de Alaa y la huelga de hambre:

Today we were able to see the medical report dated April 18, 2020, which stated that Alaa’s blood sugar level was at 54 mg/dL [milligrams per deciliter], heart rate at 76, blood pressure at 100/70, and that he refused to suspend a glucose drip.

Hoy pudimos ver el informe médico con fecha de 18 de abril que 2020, que decía que el nivel de azúcar en la sangre de Alaa era de 54 mg/dL [miligramos por decilitros], frecuencia cardíaca de 76, presión arterial de 100/70 y que se rehusó a suspender administración intravenosa de glucosa.

Este informe confirma que Alaa realiza una huelga de hambre total a diferencia del informe previo que mencionó [3] que solo ingería líquidos, escribió [4] su hermana Mona Seif.

El famoso bloguero y activista ha ingresado y salido de la prisión desde 2011. En 2011, estuvo recluido por dos meses [5], por lo que no pudo presenciar el nacimiento de su primer hijo, Khaled. En 2013, fue arrestado [6] y recluido durante 115 días sin derecho a juicio.

Alaa fue arrestado [7] y separado del hogar de su familia en noviembre de 2013. Más de un año y medio después, en febrero de 2015, finalmente lo sometieron a juicio y recibió una condena de cinco años en prisión, en virtud de una ley de protesta de 2013 que prohíbe las manifestaciones no autorizadas, por «organizar» una protesta contra los juicios militares. Aunque sí participó en la manifestación que se llevó a cabo el 26 de noviembre de 2013, Alaa no estuvo involucrado en su organización.

Recuperó su libertad [8] el 28 de marzo de 2019. Sin embargo, esta libertad fue condicional ya que se le exigió permanecer recluido en una estación de la policía local de 18:00 horas a las 06:00 horas del día siguiente durante un periodo de prueba de cinco años. Alaa denunció su libertad condicional en reiteradas ocasiones -la describía [9] como una «humillación».

No obstante, ni su «libertad parcial [10]» duró.

Las autoridades lo arrestaron [11] nuevamente el 29 de septiembre de 2019, en medio de una represión generada por unas poco comunes protestas contra el Gobierno que no se habían llevado a cabo desde el golpe militar de 2013 que derrocó a Mohamed Morsi, presidente electo de manera democrática que falleció [12] en prision el 17 de junio de 2019. Alaa no formaba parte de esas protestas, pero aún así lo arrestaron. En la noche de su arresto, «donde los guardias le vendaron los ojos, lo desnudaron, le propinaron retiradas patadas y golpes y lo amenazaron e insultaron», Amnistía Internacional dijo [13].

Su abogado, el defensor de derechos humanos Mohammed el-Baqer, fue arrestado [14] posteriormente ese mismo día cuando se presentó ante la Fiscalía Suprema de Seguridad del Estado (SSSP) para representarlo. También fue víctima de maltrato.

Ambos permanecen recluidos en el mismo caso [15] por los falsos delitos de «difundir noticias falsas», «asociarse a una organización ilícita», «recibir financiamiento extranjero» y «utilizar inadecuamente los medios sociales».

El 20 de febrero de 2020, a solicitud de la Fiscalía, renovaron por 45 días más su detención. Desde entonces, ambos permanecen recluidos de manera ilícita luego de que expirara el plazo de 45 días sin que se renovara su detención.

«Desde que la solicitud de renovar su detención presentada por la Fiscalía fue aceptada el 20 de febrero de 2020, Alaa no ha asistido a ninguna otra audiencia, lo que vuelve ilícita su detención prolongada, y la de otros como él’, indicó [2] su familia y añadió:

Exceptional circumstances do not cancel the rights of those held in temporary custody, nor should they be an excuse to strip them of their rights to counsel and defense.

Las circunstancias excepcionales no suspenden los derechos de los que permanecen bajo custodia temporal, tampoco deberían constituir una excusa para despojarlos de su derecho a recibir asesoría y defensa.

La represión no da tregua

Pese a la pandemia de COVID-19, la opresión a los prisioneros políticos en Egipto no ha demostrado señal alguna de dar marcha atrás. Aunque las autoridades liberaron a algunos prisioneros –entre estos 15 políticos y activistas [16]– como parte de las medidas para controlar la propagación del virus, decenas de miles permanecen en prisión por ejercer pacíficamente sus derechos a la libertad de expresión, de protesta y asamblea.

Hasta el 26 de abril, el país registraba 4534 casos de COVID-19 y 317 muertes, según cifras oficiales [17]. Las prisiones del país están abarrotadas y la falta de higiene genera [18] serias inquietudes con respecto a cualquier propagación potencial de la enfermedad en semejantes condiciones.

Como parte de una campaña para liberar a miles de prisioneros, el Instituto de El Cairo para Estudios de Derechos Humanos tuiteó el 14 de abril:

Liberen de la pandemia a los prisioneros.
Firma la petición
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————–
Mientras el Gobierno egipcio impone toque de queda, continúa ignorando el problema de las prisiones densamente pobladas del país, que según se informa ¡exceden su capacidad por encima del 300 %! COVID-19
Firma la petición en este enlace: https://t.co/xvIpm54vYJ [25]

Pese a las múltiples solicitudes para liberar a los prisioneros políticos, las detenciones y las capturas continúan. El 20 de abril, el bloguero Wael Abbas fue arrestado [26] mientras tomaba fotografías en Wadi Degla, reserva natural ubicada a 35 kilómetros al sur de la capital, El Cairo. Abbas estaba tomando fotografías para su página de Facebook, Planet Egypt 360, en la que ofrece excursiones virtuales de las atracciones turísticas de Egipto. Lo liberaron [27] horas más tarde.

En 2018, Abbas permaneció [28] siete meses en prisión por acusaciones fabricadas que incluían «difusión de noticias falsas», «participación con un grupo terrorista» y «uso inadecuado de medios sociales».

«He sufrido de maltrato y discriminación por ser exactivista político, aunque he cesado mi activismo», dijo [27] en una publicación de Facebook sobre su más reciente arresto.

Durante el régimen del autoritario presidente Abdelfattah Sisi, que encabezó el golpe de estado en 2013 cuando ocupaba el cargo de comandante del Ejército y ministro de Defensa, antes de reclamar la presidencia en unos comicios que no cumplieron con las normas internacionales [29], se encarceló a miles de personas por ejercer pacíficamente sus derechos civiles y políticos.

A los que arrestaron por delitos políticamente motivados a menudo sufren [30] de desapariciones forzadas, tortura, detención preventiva prolongada y reclusión [31]. Incluso durante una crisis sanitaria como la pandemia del COVID-19, continúa el tormento de esos prisioneros, que ni siquiera debieron ser encarcelados.

Conoce los efectos fisiológicos que tiene una huelga de hambre con la siguiente infografía, creada por Visualizing Impact, socio de Global Voices:

Huelga de hambre Día 1: los retortijones del hambre y los espasmos estomacales desaparecen después del segundo y tercer día.
Día 7: finaliza huelga de Nelson Mandela a favor de prisioneros.
Día 14: «Catabolismo», el cuerpo comienza a desintegrar el tejido muscular para sobrevivir.
Día 15: pérdida de la sensación de sed; «aturdimiento» o «pereza mental» invertida; sensación de frío.
Día 18: ponerse de pie puede convertirse en una tarea difícil o imposible de realizar.
Día 21: Mahatma Gandhi finaliza su huelga más larga.
Día 22: Laila Soueif finaliza su huelga a favor su hijo Alaa.
Día 26: Más de 200 detenidos en Guantánamo (2015) fueron coaccionados para finalizar su huelga.
Día 27: 33 detenidos sudafricanos finalizan su huelga de hambre (1989).
Día 28: pérdida del 18 % del peso corporal.
Día 35: sensación de vértigo extremadamente desagradable; vómitos incontenibles; movimiento de ojos rápido e incontrolable; visión doble «dipoplía».
Día 42: indiferencia al entorno; incoherencia, la concentración se vuelve difícil o imposible; pérdida de la audición; posible ceguera.
Día 45: la muerte puede ocurrir en cualquier momento debido a una falla cardíaca «colapso cardiovascular».
Día 66: Bobby Sands muere en prisión; Khader Adnan estuvo en huelga por más de dos meses sin ser acusado ni enjuiciado.
Día 71: Arash Sadeghi, más de 71 días en huelga: ‘No buscamos la muerte, sino una vida real’, junio de 1989. Declaración de la huelga de hambre en la plaza Tiananmen.