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Diferencias monumentales: Praga, Moscú intercambian pullas por la Segunda Guerra Mundial

Categorías: Europa Central y del Este, República Checa, Rusia, Censura, Historia, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, Relaciones internacionales

Vista del 13 de mayo de 2020 del anterior monumento a Marshal Konev, sin la estatua. El texto rociado en la estructura de madera dice «Koněv = vrah» que significa «Kónev = asesino». Foto de Filip Noubel, usada con autorización.

Las preparaciones por los 75 años del fin de la Segunda Guerra Mundial a inicios de mayo han exacerbado una antigua disputa sobre cómo se deben percibir las controvertidas figuras históricas en la República Checa y Rusia.

En Praga, una de esas figuras –la estatua de un controvertido mariscal soviético– fue retirada abruptamente de una destacada plaza en abril de 2020, en medio de furiosas objeciones de Moscú. De otro lado, otra figura vio cómo su monumento, geopolíticamente controvertido, fue develado el 9 de mayo, en el aniversario del fin de la guerra.

Parte importante de esta situación entre los dos países es la discusión por la liberación de Checoslovaquia en 1945, que ayudó al país a entrar a casi medio siglo de comunismo en Europa Central y del Este.

¿Antes hermanos y hoy enemigos?

La República Checa y Rusia disfrutan de una relación rica, aunque con frecuencia conflictiva, en la que la histora del siglo XX tiene gran peso.

Entre 1948 y 1989, la entonces Checoslovaquia fue oficialmente comunista y se unió a la alianza militar del Pacto de Varsovia [1] en 1955. La primera grieta del eje Moscú-Praga ocurrió en agosto de 1968 [2] cuando la Unión Soviética envió tropas a Checoslovaquia para reprimir un brote político que rechazaba las ortodoxias comunistas.

Tras este sangriento episodio, las relaciones oficiales se normalizaron. En realidad, cuando el reformista Mikhail Gorbachev [3] llegó al poder en Moscú en la década de 1980, fueron los líderes checoslovacos quienes resistieron la necesidad de cambio político.

Pero el cambio solamente pudo resistirse un tiempo.

Después de que la perestroika [4] llegó finalmente a Praga, se sucedieron novedades anteriormente inimaginables. Primero, las tropas soviéticas salieron de Checoslovaquia. Luego la Cortina de Hierro cayó y Europa se reabrió.

En 1993, la propia Checoslovaquia se dividió en dos entidades –República Checa y Eslovaquia– y ambas se unieron a la Unión Europea en 2004. Entre 1989 y 2003, la República Checa estuvo dirigida por Václav Havel [5], exdisidente y abierto crítico del comunismo.

Desde la perspectiva de Moscú, todo esto significó una enorme pérdida de influencia y prestigio.

En 1999, Praga dio la espalda completamente a su exaliado y se unió a la OTAN.

Durante este periodo, la historia nacional checa que había estado fuertemente censurada por la línea del Partido Comunista durante más de cuatro décadas, fue reevaluada.

¿Quién liberó Praga en 1945?

La visión defendida por Moscú –y Praga hasta 1989– es que el Ejército Rojo soviético, al mando del mariscal Iván Kónev, [6] tuvo un rol destacado en la liberación de Praga, y que expulsó a los remanentes de la Wehrmacht alemana.

Ahora, esta idea tiene el respaldo del revisionista Partido Comunista de Moravia y Bohemia [7] (KSČM), partido checo que cuenta con más de 33 000 miembros [8] y suele apoyar al presidente Miloš Zeman.

Esta historia es la que persiste en los monumentos en el país que fueron erigidos durante el periodo comunista.

Pero desde 1989, otras interpretaciones de los hechos han retratado que el Ejército Rojo soviético tuvo un rol menor en la liberación.

Estas cuentas destacan el rol que tuvo [9] un grupo de rusos que fueron reclutados por la Alemania nazi para combatir a la Unión Soviética –los «vlasovtsy» [10], llamados así por su líder, Andrey Vlasov [11]– pero que luego se rebelaron contra los alemanes.

El debate continúa muy apasionado y es muy usado en la geopolítica moderna.

Para Moscú, es parte de la narrativa de ‘Europa desagradecida’ [12] según la cual Europa Central y Occidental restaron importancia a la liberación de Europa del Ejército Rojo.

Este sentir se vio recientemente reforzado en Rusia, después de que una resolución del Parlamento Europeo [13] adoptada el 19 de septiembre de 2019, culpó al pacto entre nazis y soviéticos suscrito por Berlín y por la Segunda Guerra Mundial.

La lucha por la memoria histórica urbana

En la República Checa, las tensiones en torno a la liberación de Praga y la percepción general de Rusia se han visto agitadas por recientes novedades políticas.

[14]

En marzo de 2019, un monumento al mariscal Kónev fue pintarrajeado de rojo, y le escribieron con aerosol: “No al sangriento mariscal. No olvidaremos». Foto de Filip Noubel, usada con autorización.

La estatua del mariscal Kónev, que estaba en el Distrito 6 de la capital checa, aparecía pintarrajeado [15] con frecuencia. Alegando razones de gastos por la limpieza, el alcalde del distrito, Ondřej Kolář, propuso retirarlo. Kónev tiene condición de ícono [16] en la historia sovética y rusa.

El 3 de abril, en medio del estado de emergencia [17] declarado por las autoridades checas para combatir al COVID-19, la estatua fue retirada rápidamente [18].

La embajada rusa expresó su indignación en su página de Facebook:

Очевидно, что своими провокационными действиями инициаторы войны с памятниками добиваются ухудшения всего комплекса российско-чешских отношений. Снос памятника маршалу И.С.Коневу не останется без соответствующей реакции российской стороны.

Claramente, los iniciadores de guerras por monumentos, por medio de sus actos de provocación, están empeorando las relaciones ruso-checas. El retiro del monumento del mariscal Kónev no quedará sin respuesta y Rusia reacionará.

Por su parte, Pavel Novotný, alcalde de Řeporyje [19], pueblo de 4000 habitantes que ahora es parte del Distrito 13 de Praga, anunció que erigiría un monumento para celebrar el rol positivo que tuvo el ejército de Vlasov en su pueblo.

El monumento fue inaugurado el 9 de mayo, e incluye una cita [20] del escritor soviético disidente Aleksandr Solzhenitsyn [21]:

Zdali všichni Češi pak pochopili, kteří Rusové zachránili jejich město?

¿En verdad todos los checos se dan cuenta entonces qué clase de rusos salvó a nuestra ciudad?

En Twitter se publicaron fotos del monumento:

Un monumento a los patriotas rusos antiestalinistas, los «Vlasovci», que en mayo de 1945 contribuyeron efectivamente a la defensa de Praga contra las unidades de las SS.

Así, evitaron muchas otras víctimas en las filas de los insurgentes checos y se unieron a los héroes del Levantamiento de Praga.

¡Honor a su memoria!.

La batalla por monumentos sigue a otra disputa llena de simbolismos por el nombre de la plaza en Praga donde queda la embajada rusa.

El alcalde de Praga, Zdeněk Hřib [24], que representa al opositor Partido Pirata y a menudo se pronuncia a favor de los derechos humanos en Rusia y China, apoyó [25] la decisión del 24 de febrero de cambiar el nombre de la plaza llamada Pod kaštany (‘Bajo los castaños’) por el de Boris Nemtsov, [26] activista de derechos humanos y político opositor ruso asesinado en Moscú en febrero de 2015.

En la inauguración del 27 de febrero, Hřib publicó una foto del nuevo cartel de la plaza en su cuenta de Twitter:

Con motivo del triste quinto aniversario del asesinato de Boris Němcov, hoy cambiamos el nombre de la plaza Pod Kaštany original por el suyo. Con la participación de su hija, Žanna Němcovová.

Respuesta de Moscú

Moscú parecía preparado para responder a estos desaires con desaires propios.

El 17 de abril, se informó [29] al Miniserio de Asuntos Exteriores checo que se había cambiado la dirección postal oficial de su embajada en Praga a otra calle, llamada Korunovační, pues el gran complejo ocupa un espacio donde la plaza Boris Nemtsov es solamente una parte del lugar.

El 16 de abril, un grupo de funcionarios del Ministerio de Defensa ruso envió una propuesta [30] del ministro de Defensa, Sergey Shoygu [31], de cambiar el nombre de la estación de metro «Praga» de Moscú por el de estación mariscal Iván Kónev como reacción al retiro de la estatua de Kónev en Praga.

La propuesta es una recomendación y al 13 de mayo no había una respuesta oficial del Gboierno ruso.

Mientras las tensiones aumentan entre Moscú y Praga, la Policía checa confirmó [32] en mayo que a los tres alcaldes checos –Hřib, Kolář and Novotný– les habían brindado protección policial especial.