En Túnez, las mujeres están en primera línea de discursos de incitación al odio en línea

Mujer grita por un altavoz en una protesta en Túnez, agosto de 2013. Foto de Amine Ghrabi vía Flickr (CC BY-NC 2.0).

En 2011, un levantamiento en Túnez derrocó el régimen de 23 años del autocrático presidente Zine el Abidine Ben Ali. Desde entonces, el espacio digital tunecino ha sido testigo de debates acalorados sin precedentes sobre política y sociedad.

Este período de gran carga política –formado en gran parte por los medios sociales– ha avivado tensos debates en línea que incluyen contenidos perjudiciales, discursos de odio y ataques verbales contra las mujeres.

Estas campañas en línea suelen atacar en particular a mujeres activistas, periodistas y políticas.

En febrero de 2020, la Unidad de Supervisión del Sindicato Nacional de Periodistas Tunecinos (SNJT) informó de una disminución de las agresiones físicas contra periodistas. Sin embargo, la unidad de supervisión del SNJT también advirtió del aumento de las agresiones en línea contra periodistas.

«Hay menos ataques en comparación con diciembre de 2019, pero hay más violencia en internet y en los medios sociales», dijo la unidad de vigilancia del SNJT.

Con frecuencia, el SNJT publica declaraciones que condenan la propagación de ataques y campañas de difamación contra periodistas en los medios sociales. En marzo, advirtieron contra el uso de medios sociales como «campo para campañas de difamación e incitación contra la identidad de género».

En su declaración, el sindicato se refirió a las campañas dirigidas a dos mujeres periodistas: Fadwa Chtourou y Malak al-Bakari.

Chtourou, que trabaja con la emisora pública Wataniya 1, fue blanco de una campaña en Facebook que la intimidó y se burló de ella por cubrir las secuelas de un ataque terrorista el 6 de marzo sin usar maquillaje. Los partidarios de Chtourou lanzaron contracampañas en su defensa y las mujeres periodistas de Túnez y la región publicaron fotos de ellas sin maquillaje en solidaridad.

Bakari, que trabaja con la televisora privado Attesia, fue atacada después de aparecer en un programa de televisión con un vestido corto.

Mujeres en las primera líneas

Muchas mujeres activistas y políticas han enfrentado campañas de ataques de género desde 2011.

En 2017, un informe elaborado por la Comisión de Libertades e Igualdad Individuales –creada en 2017 por el difunto presidente Beji Caid Essebsi– recomendó un conjunto de reformas legales para mejorar las libertades individuales, como la despenalización de la homosexualidad y la igualdad en la herencia. El presidente del comité, Bochra Bel Haj Hmida, que además fue diputada tunecina, fue objeto de campañas de incitación al odio en los medios de comunicación social. El contenido se volvió tan violento que algunos comentaristas pidieron el asesinato de Hmida.

«Casi cada diez minutos, hay una publicación que llama al asesinato y difunde rumores para levantar un movimiento popular y violento contra nuestro trabajo», dijo Bochra Bel Haj Hmida en una entrevista publicada por NouvelObs en junio de 2018.

Lina Ben Mhenni, bloguera y defensora de los derechos humanos ya fallecida, también sufrió ataques en línea como conocida figura feminista. En un panel en el que se debatió la violencia contra la mujer en línea durante el Foro de Túnez sobre igualdad de género 2019, Mhenni relató su experiencia con las campañas de difamación en línea, y afirmó que en su caso esos ataques qwue de comentarios en Facebook a acecho continuo.

El escenario político tunecino en línea también está lleno de discursos racistas. Jamila Ksiksi, parlamentaria tunecina, fue objeto de comentarios racistas publicados por otro parlamentario en su página de Facebook. Durante una sesión plenaria dedicada a examinar el proyecto de ley de financiación suplementaria de 2019, Ksiksi calificó de «bandidos» a los diputados del PDL, Partido Desturiano Libre. Después de este incidente, Saleh Neji, diputado del PDL, publicó en su página de Facebook insultos que apuntaban a Ksiksi con connotaciones racistas que se refirían a ella como «esclava» y «mono».

¿Cómo responden las víctimas al discurso de odio?

En un estudio sobre violencia contra la mujer en línea realizado por el Centro Tunecino de Investigación, Estudios, Documentación e Información sobre la Mujer (Credif), se comprobó que las mujeres reaccionan ante sus perpetradores de diversas maneras. El primer paso más común es la eliminación inmediata de los perpetradores de las listas de amigos. Algunas optan por el silencio mientras que otros responden directamente a sus perpetradores. Otros informan de los intercambios perjudiciales a los familiares o presentan una denuncia legal.

En una entrevista con Global Voices, la activista feminista Feryel Charfeddine habló de una serie de publicaciones en Facebook que la atacaron a ella y a su trabajo de activista en 2017. Le dijo a Global Voices:

As a victim of online hate speech myself, I reported the harmful content attacking me to Facebook. The platform was only responsive when I proceeded and followed the reports with the help of Access Now’s helpline. I recognize that I had a privilege compared to other victims. This is why many victims choose to leave Facebook. It’s not a safe place for women.

Como víctima del discurso de odio en línea, denuncié el contenido dañino que me atacaba a Facebook. La plataforma solamente respondió cuando procedí y seguí las denuncias con ayuda de la línea de ayuda de Access Now. Reconozco que tuve un privilegio en comparación con otras víctimas. Es por eso que muchas víctimas eligen dejar Facebook. No es un lugar seguro para las mujeres.

La línea de ayuda de la organización de derechos humanos “brinda asistencia de respuesta rápida de emergencia y ayuda de seguridad para personas y organizaciones en todo el mundo’.

Procedimientos judiciales: ¿Discurso de odio o libertad de expresión?

Varios activistas y organizaciones de la sociedad civil expresan su temor de que la lucha contra las expresiones de odio se use como pretexto para excluir a los opositores políticos y restringir la libertad de expresión.

«Como defensora contraria a las penas de prisión, no pude continuar con los procedimientos legales contra mis agresores, sin embargo, respeto la decisión de quienes optaron por hacerlo así», dijo Charfeddine.

Normas internacionales sobre la libertad de expresión

Las normas internacionales de derechos humanos consagran los derechos a la libertad de expresión y de opinión. Sin embargo, estas normas permiten restricciones limitadas y no arbitrarias a la libertad de expresión con fines «legítimos». El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR), del que Túnez es Estado Parte, permite restricciones si están «previstas por la ley» y son «necesarias» para el «respeto de los derechos o la reputación de los demás». Por su parte, la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial pide que se prohíba «toda difusión de ideas basadas en la superioridad o en el odio racial».

En un contexto similar, en diciembre de 2019, la Asociación Tunecina de Mujeres Democráticas (ATFD) presentó una denuncia por difamación, insultos y chismes ante el tribunal primario de Túnez, contra un hombre que atacó a Wafa Fraoues, activista de la asociación, a través de Facebook.

Fraoues trabaja con Beity, organización sin fines de lucro que procura poner fin a toda forma de discriminación contra la mujer y apoya a las mujeres víctimas de la violencia doméstica.

El tema de la queja fue una publicación en Facebook usando explícitamente el nombre y la profesión de Fraouses para insultarla y publicar acusaciones. El hombre que lo publicó quitó su nombre después. Escribió que un hombre pagó a Fraoues por sexo. También escribió que la esposa de este hombre había recibido apoyo de Beity después de que el hombre abusó físicamente de ella.

En marzo de 2020, el tribunal de primera instancia condenó al autor a seis meses de prisión suspendida y una multa por la publicación.

En una declaración publicada conjuntamente, ATFD y Beity describieron la decisión judicial como:

…[a]n appropriate judicial response to the demand of feminists and women in the necessity of stopping the impunity and it may be an incentive for women victims of violence, including digital violence, to resort to the judiciary in cases of moral, sexual, economic, political or physical abuse that affects them, regardless of their perpetrators.

…una respuesta judicial adecuada a la demanda de las feministas y las mujeres en la necesidad de poner fin a la impunidad y puede ser un incentivo para que las mujeres víctimas de la violencia, incluida la violencia digital, recurran al Poder Judicial en casos de abusos morales, sexuales, económicos, políticos o físicos que les afecten, independientemente de sus autores.

La organización pidió antes a las autoridades que aplicaran la ley 58 de 2017 sobre la lucha contra la violencia contra la mujer «para proteger a las mujeres y, en particular, a las defensoras de los derechos humanos de la violencia y luchar contra la impunidad».

Traducir legislación en práctica comunitaria

En 2017, Túnez aprobó una ley orgánica sobre la eliminación de la violencia contra la mujer en la que se establece el compromiso del Estado en materia de prevención, enjuiciamiento de los autores y prestación de apoyo a las víctimas. En un fallo sin precedentes, el 8 de mayo, un tribunal tunecino dictó una orden de protección a favor de las víctimas de acoso en línea que se convierte en acecho según el artículo 33 de la ley, que permite a los jueces de familia emitir órdenes de restricción.

En octubre de 2018, el Parlamento tunecino aprobó la ley de eliminación de todas las formas de discriminación racial, que define y tipifica como delito la discriminación racial.

Esta nueva legislación –además de la Constitución de 2014 que garantiza la libertad de conciencia y de pensamiento, y la libertad de expresión– brinda un marco jurídico sólido contra la incitación al odio.

Sin embargo, la mayor parte de esta legislación no cubre explícitamente los casos de acoso y ataques de género y raza que ocurren en línea.

Los agentes gubernamentales y no gubernamentales deben velar por que los magistrados conozcan y conozcan bien la aplicación de las disposiciones jurídicas y en las referencias apropiadas para las víctimas de expresiones de odio cibernético.

Los partidos políticos también pueden desempeñar un papel en dar a conocer a los ciudadanos sus derechos humanos en línea. En 2019, durante las campañas electorales parlamentarias y presidenciales, varias organizaciones de la sociedad civil, como Article 19 y la Liga Tunecina de Derechos Humanos (LTDH), pidieron a los candidatos que «levantaran [la] voz en favor de las minorías y los grupos vulnerables, y condenaran las expresiones de odio y cualquier otro acto discriminatorio en su contra».

La violencia de género y el discurso de odio en línea cobra un alto precio en las víctimas de salud mental.

La lucha contra este tipo de contenido nocivo en línea es responsabilidad de múltiples interesados: Más allá de las soluciones jurídicas y técnicas, las víctimas deben recibir mucho apoyo para enfrentar las graves consecuencias para su salud mental y su bienestar.

Este artículo forma parte de una serie llamada «La matriz de identidad: Plataforma de regulación de las amenazas de expresión en línea en África». En esos mensajes se cuestiona el discurso de odio o la discriminación en línea por identidad por motivos de idioma u origen geográfico, la información errónea y el acoso (en particular contra las mujeres activistas y periodistas) que prevalece en los espacios digitales de siete países africanos: Argelia, Camerún, Etiopía, Nigeria, Sudán, Túnez y Uganda. El proyecto está financiado por el  Africa Digital Rights Fund de la Colaboración para la Política Internacional de las Tecnologías de la Infpormación y la Comunicación para África Oriental y Meridional (CIPESA).

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