Activista de lengua yoruba lucha por la diversidad lingüística en espacios digitales

Sacerdotisa en el santuario Ọ̀ṣun, en el suroeste de Nigeria. Imagen de Carsten ten Brink, 15 de noviembre de 2018 (CC BY-NC-ND 2.0).

Nota del editor: El presente ensayo personal se escribió tras una campaña de Twitter organizada por Global Voices de África Subsahariana y Rising Voices en la que, cada semana, un activista lingüístico diferente expresba su perspectiva sobre la intersección de los derechos digitales y las lenguas africanas dentro del proyecto «La identidad Matrix: Plataforma de regulación de las amenazas a la expresión en línea en África».

A lo largo del mundo, cada grupo de personas se identifica a través de una cultura y una identidad propias. Lamentablemente, la incursión colonial en África trastocó el orgullo que sienten la mayoría de los africanos por sus identidades culturales: por ejemplo, está la narrativa errada de que la historia de África recién empezó a partir de la intrusión de los exploradores europeos.

Esta narrativa ya perdió sustento gracias al innovador trabajo de historiadores africanos como Kenneth Dike, que se valen de las narrativas orales de nuestras culturas en lugar de la historia escrita. Además, la codificación de la literatura yoruba en libros impresos y digitales refuerza la historicidad de la lengua.

El yoruba es una lengua tonal que cuenta con unos 30 millones de hablantes en el suroeste de Nigeria y en los países vecinos de Benín, Togo y Sierra Leona. La lengua tiene también unos 100 000 hablantes en Reino Unido y otros 190 000 en Estados Unidos.

El yoruba no está registrado entre las lenguas en riesgo de extinción del mundo, pero ¿están totalmente fuera de riesgo la lengua y la cultura yoruba? ¿Se identificará la próxima generación con la cultura yoruba o, incluso, se hablará el idioma dentro de cien años?

Estas preguntas me motivaron a crear el Patrimonio Cultural Yobamoodua, organización de defensa dedicada a revivir y documentar la lengua yoruba en los espacios digitales.

¿Por qué es importante la diversidad de lenguas en la red?

«Ninguna persona es una isla», ni tiene el monopolio del conocimiento. Mi gente dice ibi tí ọgbọ́n ẹnìkan pin sí ni ti ẹlòmìíràn ti bẹ̀rẹ̀ (‘donde termina la sabiduría de una persona, comienza la de otra’).

Para que nuestro mundo prospere, debemos aprovechar los conocimientos presentes en otras regiones, así como el adẹ́mu (‘extractor de la palma de vino’) saca el vino de la palma para nuestro consumo. Además, hay millones de formas de hacer las mismas cosas. Decimos kò sí ibi tí a ì í kó ẹdìẹ alẹ́, omi ọbẹ̀ ló dùn ju ara wọn lọ (‘todos hacen guisos, pero unos quedan más suculentos que otros’).

Los valores culturales son los principios e ideales fundamentales sobre los que existe toda una comunidad. Agrupan todos los elementos de la visión del mundo de una persona: las costumbres hechas de tradiciones y rituales; los valores o creencias, y la cultura o los valores rectores de un grupo. Los elementos culturales incluyen comidas, cuentos populares, moda, filosofía, medicina, música, conceptos y mucho más.

La lengua se ha descrito como la cinta transportadora de la cultura. Èdè ẹni ni ìdánimọ̀ ẹni (‘Nuestra lengua es nuestra identidad’). La identidad está integrada en la cultura: es la expresión creativa mediante la cual contamos nuestras historias, recordamos el pasado e imaginamos el futuro.

Por desgracia, la lengua yoruba está relegada a la parte trasera de internet y, generalmente, queda aplastada o ignorada.

Por ejemplo, no se puede mencionar una oficina o a un representante gubernamental de origen yoruba en un tuit escrito en yoruba y esperar respuesta. Alguna respuesta esporádica suele venir con la indicación: «Por favor, tuitée en inglés». Cuando esto pasa, me siento tonto por tuitear en mi lengua, y parece que me comunico de una manera que nadie quiere oír.

Y ni hablar del discurso de odio, o más bien, «odio lingüístico», que predomina en la internet nigeriana. Recuerdo haber enviado un mensaje directo a un influente de origen yoruba que escribía en yoruba con los diacríticos. Aún así, decidió ignorar mi cándida pregunta, ¿quizá porque elegí escribirle en yoruba?

Sin embargo, estos encuentros no me impedirán usar mi idioma —un almacén de experiencias que se debe preservar en internet— porque ‘ẹnìkan kì í pa ohùn mọ́ agogo lẹ́nu’ (‘nadie se atreverá a silenciar el sonido del gong’). Cualquiera que trate de impedir que me comunique en mi lengua franca nativa trata de frenar la difusión de mi cultura, y esa persona pone trabas sobre mi derecho a la libertad de expresión.

La cultura es la amalgama que une a la gente, crea solidaridad social e impulsa a una comunidad vibrante. Por encima de todo, los beneficios económicos a través del conocimiento cultural y la creatividad sostienen las economías pujantes.

Y la cultura es un derecho, en línea y fuera de línea.

El Patrimonio Cultural Yobamoodua manifiesta este derecho a usar el yoruba para difundir el patrimonio cultural yoruba: El derecho a acceder a la información de internet en la lengua de los Ọmọ Káàárọ̀-o-ò-jí-ire (‘los yoruba’, en referencia a la cultura del saludo), el derecho a usar la lengua yoruba en todas las plataformas digitales.

Abrir los espacios digitales a todas las lenguas

Mi tuit de la semana se centró en los indicadores universales de internet o los principios ROAM que promueve la Organización Educativa, Científica y Cultural de las Naciones Unidas (UNESCO). Los principios ROAM son cuatro esquemas que miden el respeto de la internet por los derechos humanos, la apertura, la accesibilidad y la participación de múltiples interesados.

Señalé que los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) —el plan de Naciones Unidas para alcanzar un «futuro mejor y sostenible para todos»— solo tendrán éxito si internet es abierta para todos.

Cada lengua y cultura tienen el derecho de estar disponible de forma fácil y gratuita en línea. Sin embargo, no es el caso en la actualidad. El inglés predomina en casi el 50 % del contenido en línea.

La mayoría de lenguas, como la yoruba, no son fácilmente accesibles en la red debido a una brecha digital exacerbada por un acceso lento y costoso a internet en África.

Tristemente, esto también ha obstaculizado la participación para promover la diversidad cultural y lingüística en línea.

Durante cuatro días, estuve tuiteando sobre la lengua yoruba y su derecho a la presencia en internet. Presenté información de contexto sobre el desarrollo de la ortografía yoruba, su aceptación y cómo usamos herramientas del espacio digital para su defensa.

La falta de apoyo adecuado desde los entes gubernamentales y otras organizaciones es un contratiempo para los esfuerzos de los activistas por revivir el patrimonio lingüístico y cultural. La mayoría de oportunidades de financiación solo provienen de organismos y agencias de subvención extranjeras, pocas vienen de dentro del continente.

Asimismo, no existen políticas gubernamentales en Nigeria para impulsar las actividades de resurrección de las lenguas, y los activistas lingüísticos suelen cargar solos con esa pesada cruz.

En mi cuenta de Twitter (@yobamoodua), difundo los antiguos conocimientos de mis ancestros con el fin de educar y motivar a mis seguidores para que preserven nuestro precioso patrimonio cultural. Por lo general, dedico los miércoles a las preguntas y respuestas, y quien gana suele recibir de premio un vale de tiempo de uso de datos.

Con el fin de poner a disposición terminologías que nunca existieron en yoruba, Yobamoodua crea nuevo vocabulario de ciencia y tecnología. Para favorecer esta iniciativa, voy a organizar una primera cumbre sobre el metalenguaje de yoruba antes de fines de 2020.

Es necesario que circule el conocimiento sobre el mundo, por eso también creé recursos educativos sobre el cambio climático en yoruba.

Si queremos alcanzar los ODS, debemos crear las condiciones para que florezcan las lenguas indígenas. Nuestro mundo prosperará cuando internet sea el lugar de todas las lenguas. Con sentido de pertenencia y orgullo, los hablantes de yoruba sentiremos que nuestra cultura e identidad están seguras en el espacio digital para las generaciones por venir.

Identidad Matrix es financiada por el Africa Digital Rights Fund de la Colaboración sobre los Políticas TIC para el Este y Sur de África (CIPESA).

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