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Abordar las «lagunas en la historia» a través el té de arbusto: Conversación con la artista visual barbadense AnnaLee Davis

Categorías: Caribe, Barbados, Ambiente, Arte y cultura, Historia, Ideas, Medios ciudadanos, Mujer y género, Pueblos indígenas, Salud

Servicios del té (de arbusto) en The Empire Remains Shop, London, Reino Unido, 2016. Foto de Tim Bowditch. Imagen cortesía de Annalee Davis, usada con autorización.

Imagina ir a Londres y montar una tienda fugaz de té [1] como parte de una exhibición [2] que explora las implicaciones de «volver a vender lo que queda del Impero Británico[…] hoy en día» y utilizarla como una oportunidad para replantear la conversación sobre una historia compartida y traumática utilizando cepas indígenas –conocidas en todo el Caribe como tés de arbusto– de la bebida británica por excelencia.

Eso es exactamente lo que hizo AnnaLee Davis [3], artista visual y defensora de la cultura barbadense, como parte de su actual labor sobre las formas en que se revela el sufrimiento histórico compartido y cómo se ha gestionado este trauma –aunque gran parte queda sin solución– tanto a nivel individual como nacional.

Su exploración es una profunda intersección entre el arte, la agricultura, las economías y la historia que, lejos de quedar relegadas a las sociedades de plantación del siglo XVII, tienen relevancia en las problemáticas modernas. En esta segunda entrega, discutiremos las consecuencias.

AnnaLee Davis en la lechería Walkers, St. George, Barbados. Foto por Davis, usada con autorización.

Janine Mendes-Franco (JMF): Un aspecto de tu concepto de té de arbusto ha sido un proyecto llamado «Servicios del té de arbusto». ¿Cómo te las arreglaste para tener conversaciones sobre nuestra historia transatlántica compartida creando la bebida favorita de Gran Bretaña?

Annalee Davis (AD): Commissioned by the UK-based curatorial team, Cooking Sections [4], for their [London-based] 2016 pop-up exhibition, «The Empire Remains Shop,» [5] I made this in collaboration with Barbadian master potter, Hamilton Wiltshire [6].

Referred to as a blood-sweetened [7] beverage by abolitionist Robert Southey [8], the British drank tea grown on plantations in the East sweetened by sugar grown on plantations in the West.

Dismantling the English tea set, I inlaid 18th and 19th century porcelain and clay shards unearthed from the soil, repurposing fragments from which I served unsweetened varieties of bush tea, harvested from the fields, including cerasee [9], bay leaf [10], blue vervain [11] and lemongrass [12]. An imperfect tea service which spills while being poured or drunk, it addresses gaps in history highlighting the inadequacy of inherited understandings about our collective past.

AnnaLee Davis (AD): Hice la exhibición por encargo de Cooking Selections [4], equipo de curadores de Londres, para su muestra de 2016 [en la ciudad] «The Empire Remains Shop» [5] (Tienda de lo que queda del Imperio). La hice en colaboración con el maestro alfarero barbadense Hamilton Wiltshire [6].

El abolicionista Robert Southey [8] se refirió al té como una bebida endulzada con sangre [7], y los británico bebían té cultivado en plantaciones de Oriente endulzado con azúcar cultivado en plantaciones de Occidente.

Desmontando el juego de té británico, empasté porcelanas y arcilla de los siglos XVIII y XIX desenterradas, reutilizando los fragmentos de los que se servían variedades no endulzadas de tés de arbusto, recolectadas por los campos, incluso melón amargo [13], hojas de laurel [14], verbena azul [15] y lemongrass [16]. Un servicio de té imperfecto se derrama mientras se sirve o se bebe, aborda las lagunas de la historia destacando la insuficiencia de los conocimientos heredados sobre nuestro pasado colectivo.

Servicios de té (de arbusto), 2016. Foto por Tim Bowditch. Imagen cortesía de AnnaLee Davis, usada con autorización.

JMF: ¿Cómo crees que las infusiones de té de arbusto pueden ayudarnos a sanar hoy en día?

AD: Returning to the land today can feed us, contributing to food sovereignty and the wellness sector by expanding our knowledge and use of wild botanicals and their healing properties thereby repairing and renewing our relationship to the land.

AD: Hoy en día, volver a la tierra puede alimentarnos, contribuir a la soberanía alimentaria y al sector del bienestar mediante la ampliación de nuestros conocimientos y usos de las plantas silvestres y sus propiedades curativas solo así repararemos y renovaremos nuestra relación con ella.

JMF: ¿Cuál son tus tés de arbusto favoritos y por qué?

AD: I love iced lemongrass tea on a hot day and enjoy combinations of lemongrass, bay leaf and blue vervain. I’m experimenting with roots, including ginger and turmeric, both grown locally and used widely all across Barbados. Steeping them and mixing them with tamarind pulp provides a powerful detoxifier and antioxidant drink. I’m also making stains and inks from them to draw with.

AD: Me encanta el té helado de limón en un día caluroso y disfruto de sus combinaciones con hojas de laurel y verbena azul. Estoy experimentando con raíces, incluido jengibre y cúrcuma, ambas cultivadas aquí y utilizadas mucho en todo Barbados. Remojarlas y mezclarlas con pulpa de tamarindo brinda un poderoso desintoxicante y bebida antioxidante. También estoy usándolas para hacer tintes y colorantes para dibujar.

Servicio de té (de arbusto), 2016. Foto por Mark Doroba. Imagen cortesía de AnnaLee Davis, usada con autorización.

JMF: Dado que estamos en medio de una pandemia, ¿qué crees que tienen que enseñarnos estos métodos autóctonos de autocuidado y curación sobre la interconectividad y la resistencia?

AD: Since August of 2019, I have been collecting and drying what Bajans call prickly pear cactus [17] which reportedly has healing properties [18], including combatting diabetes [and] cholesterol, and purifying contaminated water. This tenacious plant inspires me to consider adaptability and flexibility.

The Caribbean is a biodiversity hotspot increasingly threatened [19] by natural disasters and the climate crisis [20]. Taking care of ourselves means protecting, preserving and restoring the region’s declining plant life, conducting research to better understand the value of what grows [21] in this region, investing in our botanical gardens, training professionals in botany and conservation [22], and educating ourselves to understand that our biodiversity [23] is special [24] — something to be proud of. This intraregional at-risk resource is ours to protect and we must advocate for our own well-being and that of the archipelago.

AD: Desde agosto 2019, he estado recolectando y secando lo que los bahamenos llaman nopal [25] que se dice tiene propiedades curativas [18], como que combate la diabetes [y] el colesterol y la purificación del agua contaminada. Esta planta obstinada me inspira a considerar la adaptabilidad y la flexibilidad.

El Caribe es un punto clave de la biodiversidad y está cada vez más amenazado por los desastres naturales y la crisis climática. Cuidarnos significa proteger, preservar y restaurar la vida vegetal en declive de la región, realizar investigaciones para comprender mejoarr el valor de lo que crece [26] aquí, invertir en nuestro jardines botánicos, formar profesionales en botánica y conservación, y educarnos para entender que nuestra biodiversidad [27] es especial [28], algo de lo que debemos estar orgullosos. Este recurso intrarregional en riesgo es nuestro y debemos protegerlo y debemos abogar por nuestro propio bienestar y el del archipiélago.

Nopal en la pared del estudio. Foto por AnnaLee Davis, usada con autorización.

JMF: La primera ministra de Barbados, Mia Mottley, ha sido muy franca sobre la crisis climática y cómo amenaza a los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID). ¿Cómo pueden aplicarse las teorías que has estado explorando a cuestiones tan apremiantes a medida que nos acercamos a la temporada de huracanes del Atlántico de 2020?

AD: Since Hurricanes Irma [29], Maria [30] and Dorian [31], our prime minister and other Caribbean leaders have spoken on the world stage [20] about the unequal impact of the climate crisis on SIDS. While first world countries’ extractive practices are the main contributors to our environmental problems, we cannot ignore how resource-strained Caribbean governments pattern their own models of development on cloth cut by our colonial histories, unceasingly threatening the human and ecological well-being of this region.

For example, tropical coral reefs [32] have been negatively impacted and depleted by chemicals used in local industrial agricultural practices. We have been remiss in effectively monitoring those practices to protect our own biodiversity. In transitioning to tourism, rather than repeating the mistakes of monocrop farming in the extractive agricultural sector, we should have interrogated elected officials to better represent our interests and those of the environment.

This pandemic forces us to rethink sustainable futures in the context of SIDS to ask how we might reconsider the potential of wild botanicals. For example, we are noticing in the Bajan slow food movement [33] a trend in some chefs who envision inventive ways to include local wild plants into their menus. Organic farmers are selling local amaranth [34], pussley [35] and fat pork [36] at Bridgetown’s Cheapside Market [37], demonstrating how historically fatigued landscapes might become sites of genesis and regeneration.

AD: Desde los huracanes Irma [38], Maria [39] y Dorian [40], nuestro ministro como otros líderes caribeños han estado hablando en ámbito internacional [41] sobre el desigual impacto de la crisis climática en los PEID. Si bien las prácticas extractivas de los países del primer mundo son los mayores contribuidores a nuestros problemas ambientales, no podemos ignorar cómo los Gobiernos caribeños con recursos limitados diseñan sus propios modelos de desarrollo sobre patrones cortados por nuestras historias coloniales, que amenazan incesantemente el bienestar humano y ecológico de esta región.

Por ejemplo, los arrecifes de corral [42] tropical se han visto impactados negativamente y se agotaron por los productos químicos utilizados en las prácticas agrícolas industriales locales. Hemos sido negligentes en la vigilancia efectiva de esas prácticas para proteger a nuestra propia biodiversidad. Al hacer la transición al turismo, en lugar de repetir los errores de la agricultura de monocultivo en el sector de la agricultura extractiva, deberíamos haber interrogado a los funcionarios electos para representar mejor nuestros intereses y los del medio ambiente.

Esta pandemia nos obliga a repensar los futuros sostenibles en el contexto de los PEID para preguntarnos cómo podríamos reconsiderar el potencial de los botánicos silvestres. Por ejemplo, estamos notando en el movimiento de comida lenta [33] de Barbados la tendencia en algunos chefs que imaginan formas inventivas de incluir plantas silvestres locales en sus menús. Los agricultores ecológicos están vendiendo amaranto [43], borzolaga [44] y cerdo gordo [45] local en el Mercado Cheapside [33] de Bridgetown, y demostrando cómo paisajes históricamente cansados pueden convertirse en lugares de creación y regeneración.

La pared que da al norte del estudio Milking Parlour de AnnaLee Davis, adornado con hojas secas de papaya y nopal. Foto por Davis, usada con autorización.

JMF: Con la recultivación de una relación con la tierra como su fundamento, ¿hacia dónde ves que se dirige tu trabajo en el futuro en lo referente a la historia, la identidad, el género y las normas económicas y sociales?

AD: A challenge in post-plantation economies is to foster love and care for lands from which we have felt alienated and traumatised. I am collaborating with Walkers Reserve [46] and the Caribbean Permaculture Research Institute of Barbados [47] on a new work, «(Bush) Tea Plot — A Restorative Apothecary,» fitting within their larger ethos of regenerative work, to offer an intimate space for more meaningful connectedness with the land, our history and the power of the feminine.

This work recognises interdependent relationships between well-being and nature, showing how wild plants remediate the landscape, offer reprieve and restoration. Cognisant that the focus of medical research on women’s health is comparatively less than that of men’s, the garden will spotlight plants used to promote women’s health and well-being, as well as for general first-aid. Complimenting the garden will be a series of drawings of the plants, made with dyes and stains from organic materials.

I have developed some of these ideas more fully in my 2019 publication, «On Being Committed to a Small Place» [48] — [which puts forward] critical positions from Central America, the Caribbean, and their diasporas — as well as in an article titled «Beach as plot?» [49]

AD: Un desafío en las economías posplantación es fomentar el amor y el cuidado de las tierras de las que nos hemos sentido despojados y traumatizados. Estoy colaborando con Reserva Walkers [33] y el Instituto de Investigación de Permacultura Caribeña de Bardados [47] en un nuevo trabajo «Parcela de té (de arbusto) – boticario reconstituyente» que encaja dentro de su mayor espíritu de trabajo regenerativo, para ofrecer un espacio íntimo para una conexión más significativa con la tierra, nuestra historia y el poder de lo femenino.

Este trabajo reconoce las relaciones interdependientes entre el bienestar y la naturaleza, muestra cómo las plantas silvestres reparan el paisaje, ofrecen alivio y recuperación. Sabiendo que el enfoque de la investigación médica sobre la salud de la mujer es escaso respecto al que hay sobre los hombres, el jardín destacará las plantas utilizadas para promover la salud y el bienestar de las mujeres, y para los primeros auxilios en general. Como complemento del jardín habrá una serie de dibujos de las plantas, hechos con tintes y manchas de materiales orgánicos.

Desarrollé algunas de esas ideas con más detalle en mí publicación del 2019 «On Being Committed to a Small Place» [48] [que plantea] posiciones críticas de América Central, el Caribe y sus poblaciones en el extranjero, como en un artículo titulado «Beach as plot?» [49].

En ese artículo más reciente, Davis reta [50] la noción unidimensional del turismo como el elixir panacea para las economías de las pequeñas islas y el «papel potencial de las artes visuales contemporáneas y de los artistas para ofrecer otras lentes a través de las que podemos vernos y considerar nuestros contextos».

La primera parte de está entrevista está aquí [51].