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«Nacidos para morir»: El Caribe mira las protestas por George Floyd y echa un vistazo retrospectivo

Categorías: Caribe, Barbados, Jamaica, Trinidad y Tobago, Derecho, Derechos humanos, Etnicidad y raza, Historia, Medios ciudadanos, Política, Protesta
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Protesta de George Floyd cerca de la Casa Blanca, 30 de mayo de 2020. Foto de Geoff Livingston en Flickr (CC BY-NC-ND 2.0).

Como el pionero jamaicano del reggae Bob Marley declaró en su canción «So much things to say [2]» [Tantas cosas por decir]: «Recuerda que cuando cae la lluvia, no cae en el tejado de un solo hombre».

La horrorosa muerte de George Floyd [3] el 25 de mayo, uno [4] de muchos afroamericanos [5] que han muerto [6] a manos [7] de la Policía [8], está resonando con fuerza por el Caribe, una región antes colonizada que todavía lidia [9] con el legado de su propia historia de opresión por la raza.

«Esta es nuestra causa»

Aparte del común dicho caribeño, «cuando Estados Unidos esturnuda, el Caribe se resfría», que hace referencia a la enorme influencia –económica y de otros tipos– que el país ejerce sobre la región, muchos antillanos han jugado un papel activo en la lucha negra en Estados Unidos, como el héroe nacional panafricanista jamaicano Marcus Garvey [10], el trinitense Kwame Ture [11], destacada figura del movimiento estadounidense por los derechos civiles, y Malcom X, cuya madre era granadina y cuyos padres fueron activos [12] en la Asociación Universal de Desarrollo Negro y la Liga de Comunidades Africanas de Garvey (UNIA [13] por su nombre en inglés).

El vicepresidente de la Universidad de las Indias Occidentales (UWI por su nombre en inglés), el profesor wir Hilary Beckles, que ha estado al frente [14] de la campaña de reparaciones de la región, emitió un comunicado [15] en el que reconoció esta historia entrelazada [16]:

This Minneapolis fight was Marcus Garvey’s fight; it was Martin’s fight; it was Malcolm’s fight; it was Marley’s fight. It’s a Caribbean fight and it’s a global fight. […]

From that horrible history when Europeans stole 15 million of our ancestors from Africa and scattered them across plantation America—the Caribbean getting the lion’s share—shattering family bonds, the future was cast in the concrete again, in which the face of George was crushed. […]

It is this culture of centuries upon which the American nation is built that continues to choke the air from black lungs. […] This is our cause.

La lucha de Mineápolis era la lucha de Marcus Garvey; era la lucha de Martin; era la lucha de Malcom; era la lucha de Marley. Es una lucha del Caribe y es una lucha global. […]

Desde esa horrible historia cuando los europeos raptaron a 15 millones de ancestros nuestros de África y los desperdigaron por plantaciones en América –el Caribe se llevó la mayor parte– y destrozaron vínculos familiares, el futuro quedó grabado en cemento, el mismo cemento contra el que aplastaron la cara de George. […]

Es esta cultura centernaria sobre la cual está construida la nación estadounidense la que continúa ahogando pulmones negros. […] Esta es nuestra causa.

«Nacidos para morir»

Los usuarios de redes en todo el archipiélago y en otros lugares estaban atentos [17]. Aunque algunos se preguntaban por qué había caribeños preocupados de problemas estadounidenses (muchos de esos comentarios [18] han sido borrados), y otros sugirieron [19] que la experiencia estadounidense no puede ser transpuesta a las complejidades del contexto caribeño, muchos hicieron conexiones [20] entre el racismo sistémico [21] de Estados Unidos y el de la región [22].

A la vez que incitaba a otros usuarios de redes sociales a no controlar a «quienes pueden elevar nuestro pensamiento más allá de preocupaciones nacionalistas insulares», la abogada Margaret Rose, nacida en Trinidad y residente del Reino Unido, resumió [23] sucintamente el meollo de la cuestión:

For those who have eyes to see the issue playing out in America today is not only about police brutality and it is not only about America. It is a manifestation both literally and metaphorically of the meta-crisis we are all experiencing worldwide. It is about systemic oppression, structural violence, economic, social and physical violence perpetuated through an indifferent global economic system that operates to reward the accumulation of wealth with power. […]

Derek Chauvin’s knee was not just a white man’s knee casually crushing the breath of life out of a black man. Chauvin is an instrument of system enforcement against George Floyd who represents the poor, the powerless, and the downtrodden in society.

Para quienes tienen ojos para ver, el problema que se desarrolla en Estados Unidos hoy no es solo sobre la brutalidad policial y no es solo sobre Estados Unidos. Es una manifestación literal y metafóricamente de la metacrisis que estamos experimentando en todo el mundo. Es sobre la opresión sistémica, la violencia estructural, económica, social y física perpetuada por un sistema económico global indiferente que opera recompensando con poder la acumulación de riqueza. […]

La rodilla de Derek Chauvin no es solo la rodilla de un hombre blanco aplastando el aliento vital de un hombre negro. Chauvin es un instrumento de imposición sistémica contra George Floyd, que representa a los pobres, los impotentes y los oprimidos en la sociedad.

En ese mismo estilo, a la bloggera Annie Paul no le pasó por alto [24] la ironía de que los jamaicanos se escandalizasen ante el asesinato de Floyd. El Cuerpo de Policía de Jamaica a menudo opera con impunidad [25] en su violencia [26] contra los habitantes de comunidades pobres:

I see the outrage being expressed on local social media re #GeorgeFloyd [27] but honestly? I don’t think the way Jamaican police treat poor youth here is any better. They are socially black in the Jamaican hierarchy and ‘born fi dead’ as far as police are concerned. #Selectiveoutrage [28]

Veo la indignación que se expresa en las redes sociales locales respecto sobre George Floyd pero ¿honestamente? No creo que la forma en que la Policía jamaicana trata a la juventud pobre aquí sea mejor. Son socialmente negros en la jerarquía jamaicana y «born fi dead» en lo que a la policía le concierne. Indignación selectiva.

El término «born fi dead» significa «born to die» [nacido para morir].

En tiempos de pandemia, cuando la posibilidad de la muerte es muy real, muchos comentarios reconocieron [29] que no es coincidencia que este desenmarañamiento social ocurra al mismo tiempo. Margaret Rose apuntó [23]:

COVID-19 began the systematic dismantling… this is part of the COVID-19 domino effect.

COVID-19 comenzó a desmantelar el sistema… esto es parte del efecto dominó de COVID-19.

Racismo caribeño

El 2 de junio, en solidaridad con la difícil situación negra estadounidense, muchos cibernautas caribeños cambiaron su foto de perfil a una pantalla negra [29] para el Blackout Tuesday [30] [martes de apagón], acción colectiva que el sector de entretenimiento llevó a cabo en protesta contra la brutalidad policial contra la gente de color.

Esta medida llegó tras la muerte de Floyd, y también de Ahmaud Arbery [31], corredor negro asesinado por dos justicieros blancos, y Breonna Taylor [32], negra a quien la Policía mató en su casa pese a no estar armada. El movimiento Black Lives Matter [33] [Las vidas negras importan] luego explicó [34] cómo esta muestra de apoyo perjudicaba sus propios esfuerzos, pues tomó la etiqueta #BLM [35] [abreviación de Black lives matter] y desvió el tráfico de los intentos de la organización de educación y diálogo.

Por su parte, el Twitter caribeño se llenó [36] de testimonios [37] de racismo local:

Racism is so prevalent in Trinidad and as a DARK SKIN AFRO TRINI WOMAN, I just want yall to know that the people that don't see it are privileged.

— JUSTICE (@mela_nin_fae) June 1, 2020 [38]

El racismo es muy prevalente en Trinidad y como MUJER AFRO DE PIEL OSCURA TRINITENSE solo quiero que sepan que la gente que no lo ve es privilegiada.

El racismo no existe en Trinidad pero conozco a gente real que no quería una chica negra porque no quería niños con pelo rizado eh… pero en fin de vuelta con ustedes en estudio.

En la sociedad multicultural de Trinidad y Tobago, donde los dos grupos étnicos principales están compuestos de gente de origen indio y africano, los usuarios de las redes sociales señalaron [41] que incluso las políticas del país están basadas en la raza, que el odio entre los dos grupos [42] se usó  [43] históricamente como una herramienta colonial [44] de control y manipulación, y que hay prejuicios derivados que surgen del racismo [45], que está enraizado en la ignorancia [46].

Isaac Rudder, un trinitense negro, reveló al público [47] sobre un grupo de WhatsApp racista al cual, curiosamente, fue invitado a unirse, organizado por indotrinitenses. [Advertencia: las capturas de pantalla publicadas por Rudder contienen lenguaje perturbador.]

«No estoy lidiando con un problema de raza»

En Trinidad y Tobago, en el Blackout Tuesday, las expresiones de intolerancia racial llegaron a un punto culminante, y muchos comentaron sobre la situación no tanto desde el punto de vista dela muerte de Floyd sino desde la perspectiva de la agitación social que siguió. En Facebook, el usuario Dené Voisin respondió [48]:

I find TOO MANY TRINIS […] have TOO MUCH TO SAY about ‘riots’ and ‘looting’ being uncivilized and how you don't respect it. If it wasn't for the Canboulay riots there would be no Carnival.

There would be no Labour Day without riots. There would be no Emancipation Day without riots. There would be no Independence Day if it wasn't for riots across the then British Empire.

Stop being myopic about your own history when people are fighting for their lives.

Creo que DEMASIADOS TRINITENSES […] tienen DEMASIADO QUE DECIR de que los «disturbios» y «saqueos» son incivilizados y que no los respetan. Si no fuese por los disturbios de Canboulay no habría Carnaval.

No habría Día del Trabajo sin disturbios. No habría Día de la Emancipación sin disturbios. No habría Día de la Independiencia si no fuese por los disturbios a lo largo del entonces Imperio Británico.

Las publicaciones en las redes sociales de algunos propietarios de negocios que sintieron la necesidad de dar su opinión echaron leña al fuego. Michael Patrick Aboud, empresario local de descendencia siria [49] y figura polémica [50] debido a su arresto [51] por delitos relacionaoss con drogas y armas, publicó en Facebook que los manifestantes en Estados Unidos estaban usando la muerte de Floyd como excusa para «hacer lo que viene de manera natural» [52]. Más tarde publicó una disculpa y dijo [53] que su publicación fue malinterpretada.

A esto le siguieron otras actualizaciones insensibles de estados en redes sociales, incluida una publicación en Instagram –luego borrada– de Dianne Hunt, propietaria de una tienda de té, que declaró «All Lives Matter» [Todas las Vidas Importan], y una publicación en Facebook del empresario Gerald Aboud, que defendió el derecho de Hunt a decir lo que dijo y exhortó [54] a los negros a «alzarse» de su «estado mental».

Hunt dijo después que «no sabía que «All Lives Matter» [Todas las Vidas Importan] contradecía a «Black Lives Matter» [Las Vidas Negras Importan], pero luego culpó [55] de la redacción a una empleada: «Lo escribió mi camarera. Una chica negra lo escribió».

«¿Qué se necesita?»

Sin embargo, para la mayoría el centro de atención continuó en decir la verdad y encontrar soluciones.

Sarah Chong Sing, caribeña que vive en Estados Unidos, contó su experiencia [56] de vivir como una persona de color en Minnesota, el estado donde mataron a Floyd:

The one-dimensional way that POC are seen there was shocking – we were treated like criminals more times than I can remember – cops were called for us at least twice that we know of, and we were harassed by them a number of times beyond that. The only place that we felt ‘safe’ and ‘human’ was when we visited Native American reservations. Not even the Catholic Church there was able to give us that. […] All that being said, I have hope for the younger generations in Minnesota, but it will definitely take some time.

La manera unidimensional en que se ve a las personas son vistas ahí es chocante –nos tratan como delincuentes más veces de las que puedo recordar– llamaron a la Policía al menos dos veces que sepamos y nos acosaron otra veces más. El único lugar donde nos sentíamos «a salvo» y «humanos» era cuando visitábamos reservas nativas americanas. Ni siquiera la Iglesia católica podía de darnos eso. […] Todo dicho esto, tengo esperanza para las generaciones más jóvenes en Minnesota, pero definitivamente tomará tiempo.

Renee Cummings, criminóloga nacida en Trinidad que vive en Nueva York, preguntó en Facebook: [57]

How is this going to end and who or what is going to end it? What is it going to take?

¿Cómo va a acabar esto y quién o qué va a acabarlo? ¿Qué se necesita?

Las respuestas iban de «condenar por asesinato a todos los policías presentes» [58] [en el asesinato de George Floyd] a «echar mediante el voto [57]» al presidente Trump, pero los caribeños saben que la respuesta está mucho más profundo.

Un buen lugar para comenzar sería explorar los muchos recursos [59] que los cibernautas han estado difundiendo que, en palabras de Caroline Taylor [60] en Facebook, «puede ayudar a algunos a entender mejor y ayudar a mitigar la carga de la explicación constante».

Su lista incluye obras de los dramaturgos Anna Deavere Smith y August Wilson, películas de Ava Duvernay, y música de protesta por Nina Simone, y admite que todo «rasca la superficie».