Líderes del sur de África se reúnen para tratar amenazas de seguridad urgentes en Mozambique

Puente limítrofe de Cabo Delgado, norte de Mozambique, 4 de agosto de 2009. Foto de F. Mira (CC BY-SA 2.0).

El órgano de la Comunidad de Desarrollo del Sur de África (SADC) centrado en la política, la defensa y la seguridad se reunió en Harare (Zimbabue) el 19 de mayo para debatir la situación de la seguridad en Mozambique, donde los insurgentes han desatado un reino de terror, matado a civiles y atacado la infraestructura del norte desde 2017.

Esta reunión llegó después de la más reciente lucha de Mozambique contra la insurgencia sin ningún apoyo regional.

El 13 de mayo, las Primeras Fuerzas de Defensa y Seguridad (FDS) de Mozambique sorprendieron a los insurgentes cuando interceptaron tres vehículos –supuestamente robados– en el distrito de Mocímboa da Praia, dijo Amade Miquidade, en una declaración a la prensa en Maputo. Durante estos enfrentamientos, las FDS mataron a 42 presuntos insurgentes y destruyeron sus vehículos. Dos días después, un grupo insurgente intentó invadir de nuevo el distrito. Las fuerzas de las FDS se enfrentaron a los insurgentes y les dispararon a ocho, mientras que otros resultaron heridos.

Los Estados de la Comunidad de Desarollo del Sur de Africa (SADC) han debido apoyar al Gobierno de Mozambique para luchar contra terroristas y grupos armados que atacan a civiles e infraestructura en la provincia Cabo Delgado, al noreste del país.

Los grupos armados que afirman tener vínculos con ISIS han estado atacando a civiles desde 2017; la Policía local y los funcionarios públicos son los más afectados por los ataques armados. La insurgencia ha matado a más de mil personas en Mozambique. El grupo armado islamista es conocido localmente como Al-Sunna wa Jama'a (ASWJ).

En un comunicado oficial, los dirigentes de SADC condenaron colectivamente lo que calificaron de «ataques terroristas» y prestaron un apoyo no especificado a Mozambique.

La reunión urgente conocida como «Cumbre de la Troika» fue convocada por el presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, y asistieron el presidente de Botsuana, Mokgweetsi Masisi, y el presidente de Zambia, Edgar Lungu, ambos miembros del órgano de seguridad de la SADC.

El presidente de Mozambique, Filipe Nyusi, inauguró la reunión con un informe a los asistentes sobre la situación de seguridad en su país.

«La cumbre extraordinaria de la troika además de Mozambique instó a los Estados miembros de la SADC a apoyar al Gobierno de Mozambique en la lucha contra terroristas y grupos armados en algunos distritos de Cabo Delgado», leyó en voz alta el ministro de Relaciones Exteriores y Comercio Internacional de Zimbabwe, Sibusiso Moyo.

Mnangagwa expresó que la amenaza del terrorismo en la última década había aumentado considerablemente. Dijo a la cumbre que cualquier ataque a un Estado miembro de la SADC es un ataque a otros miembros.

Los líderes de SADC ofrecieron garantías de que la región se mantiene «relativamente estable, a pesar de la aparición de algunas situaciones preocupantes, incluidos los actos de terrorismo perpetrados en Cabo Delgado».

En Twitter, este cibernauta no se mostró tan seguro:

Si hay algún país de SADC que no puede permitirse un insurgente es Mozambique. El país apenas se recuperó de la guerra civil. Si el reciente insurgente es yihadista o una cortina de humo para la corrupción en los recursos de gas, está por verse.
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Es realmente preocupante que esté sucediendo prácticamente en nuestra puerta y que haya silencio de SADC.

Mnangagwa dijo en la reunión:

Regions that previously did not perceive seriousness of the threat, or seemed immune to terrorism, are being targeted by terrorists. The threat is now becoming increasingly complex, blurring boundaries between political, religious and ideological extremism and crime. In addition, the modus operandi of the terrorist groups and their networks are intricate and elaborate.

Regiones que anteriormente no percibían la gravedad de la amenaza, o parecían inmunes al terrorismo, son ahora blanco de los terroristas. La amenaza es ahora cada vez más compleja, desdibuja las fronteras entre el extremismo político, religioso e ideológico y el crimen. Además, los grupos terroristas y sus redes operan de modo intrincado y elaborado.

Mnangagwa se había reunido con Nyusi en abril para deliberar sobre la situación de seguridad de Mozambique, en medio de informes que indicaban que ya había desplegado tropas de élite para ayudar a lidiar con la insurgencia.

Los analistas de seguridad creen que la cumbre urgente de SADC tenía como objetivo dar el visto bueno al despliegue de tropas de Zimbabue en Mozambique en retrospectiva. Sin embargo, el Gobierno de Zimbabue, negó la supuesta intervención militar.

En la reunión, Mnangagwa dijo:

The possible impact that these developments have on the peace and security of the people of Mozambique and the entire region are indeed dire.

Las posibles repercusiones de estos acontecimientos en la paz y la seguridad de la población de Mozambique y de toda la región son realmente nefastas.

Aún no hay indicación de si el órgano de seguridad ha informado a otros Estados miembros sobre la situación.

Dyck Advisory Group, contratista militar privado de Sudáfrica dirigido por Lionel Dyck, militar retirado del Ejército de Rodesia (Zimbabue), ha prestado asistencia militar a las fuerzas de seguridad de Mozambique con ataques con helicópteros de combate.

Aunque Mozambique nunca ha confirmado la presencia de mercenarios militares, mercenarios rusos han aparecido en operaciones de combate, lo que ha provocado un activo debate. Según se informa, el régimen de Nyusi descartó los ataques como actos delictivos básicos, pero el aumento de los ataques ha obligado a Maputo a reconocer la realidad de esta amenaza.

La urgente reunión de seguridad de la SADC fue impulsada por esta amenaza regional para poner la situación en la agenda. Sudáfrica, Zimbabue y Tanzania han instado a Nyusi a reconocer la escala de la amenaza en medio de los temores de que la insurgencia se extienda a los países vecinos.

Después de la Cumbre de la Troika, Sudáfrica planea discutir la prestación de asistencia para combatir la insurgencia islamista, según el ministro de Relaciones Internacionales y Cooperación, Naledi Pandor.

Se vienen desafíos políticos

La situación en Mozambique podría convertirse en lo que es hoy Nigeria con Boko Haram, el grupo militante islamista que ha reivindicado cientos de ataques terroristas y secuestros en el norte de Nigeria, según el investigador británico Alex Vines.

El bloque regional ha sido criticado durante mucho tiempo por no reconocer la gravedad de la situación, más aún después de que la Unión Africana (UA) expresara su preocupación por la insurgencia en febrero.

Es realmente preocupante que esté sucediendo prácticamente en nuestra puerta y que haya silencio de SADC.
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La troika de SADC se celebró hace unos días. Pero parece que la respuesta es bastante lenta ya que este problema comenzó en 2017.

El Comisionado de Paz y Seguridad de la Unión Africana, Smail Chergui, instó a la Unión Africana a ayudar a Mozambique, pero es probable que la cuestión se plantee porque se supone que el bloque regional de SADC es el primero en intervenir, según el protocolo de la Unión Africana.

Los Estados miembros de SADC también podrían verse sin posibilidad de intervenir porque ya han desplegado tropas y recursos para contrarrestar COVID-19.

El periodista Marcelo Mosse instó a los líderes regionales a considerar una intervención en Mozambique que vaya más allá de un enfoque militar:

Ahora que SADC está lista para intervenir en Cabo Delgado, la región debe evitar un enfoque puramente militarizado. Se debe abordar la pobreza y la exclusión social. La educación. El saneamiento. ¿Y puede la población local obtener más beneficios directos del petróleo y el gas?

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