‘Born Ya': Charla con Judy Ann MacMillan, artista de bellas artes jamaiquina, sobre su nueva autobiografía

Judy Ann MacMillan, artista de bellas artes. Imagen cortesía de MacMillan, usada con autorización.

La artista jamaiquina Judy Ann MacMillan concluye su autobiografía con estas palabras enérgicas:

We spend so much of our lives making the best of the consequences of earlier choices, doubting often whether those choices were the right ones […] At this stage of my life, I am still painting not because I’m in the trap of habit but simply for the love of it. I know that one day the paintbrush will drop out of my hand but if I had never sold a painting, I would still have done it because it helped me to appreciate the extraordinary gift of life and life’s beauty.

Dedicamos mucho tiempo de nuestras vidas a sacar el mejor partido de las consecuencias de las decisiones que tomamos en el pasado y, a menudo, dudamos si esas decisiones fueron las correctas […] En esta etapa de mi vida, aún pinto no porque forme parte de mi rutina sino simplemente porque me encanta. Sé que algún día soltaré el pincel, pero si nunca hubiera vendido una pintura, aún lo hubiese hecho porque me ayudó a valorar el extraordinario regalo de la vida y su belleza.

Su autoretrato contemplativo, práctico e irónico se denomina «Born Ya: La vida y los amores de una pintora jamaiquina«. «Born Ya» es el título de una canción popular que significa «Aquí nací».

Autoretrato «Usando una corona de espinas» realizado por Judy Ann MacMillan, usada con autorización.

MacMillan, quien nació en Kingston en 1945, es famosa por sus retratos perspicaces, paisajes extensos pero íntimos y vastas pinturas de naturaleza muerta que creó mayormente con óleos. Su mentor, el célebre artista jamaiquino Albert Huie, la invitó a pintar con él cuando era una niña.

Recibió su formación en la Escuela de Arte y Diseño Duncan de Jordanstone en Dundee, Escocia, y a los 22 años organizó su primera exhibición en Jamaica. Desde entonces, ha realizado exhibiciones en muchas ocasiones en su país y en el extranjero. En 2007, ingresó al Salón de la Fama de la Fundación Caribeña para el Arte por su extraordinaria contribución en el campo de las bellas artes. En la actualidad, divide su tiempo entre Kingston y su casa de campo en Rockfield, bahía de Santa Ana, Jamaica.

MacMillan creció en un hogar próspero como hija de un comerciante exitoso y una madre de convicciones férreas originaria del área rural de Jamaica. A diferencia de la mayoría de las mujeres jamaiquinas de clase media de ese tiempo, no le interesaba sentar cabeza y convertirse en esposa y madre, en cambio forjó su propio camino.

En sus memorias, MacMillan brinda observaciones sutiles y a menudo humorísticas sobre la sociedad jamaiquina, particularmente su estructura de clases sociales y las relaciones entre los hombres y las mujeres. Esto lo representa en sus diversos retratos sensibles de jamaiquinos, que incluyen personas indigentes, rastafarís, mujeres del área rural, agricultores y sirvientes domésticos.

A pesar de que vivió en el extranjero y ha viajado por todo el mundo, su amor más grande es la isla que la vio nacer –pintar sus paisajes y sus habitantes– algo que es claramente evidente en dos de sus libros, «Still Painting» (Sigo pintando) y «My Jamaica» (Mi Jamaica).

Realicé una entrevista virtual (vía correo electrónico y WhatsApp) con MacMillan sobre su autobiografía, su vida como pintora y las complejidades y contradicciones de la sociedad jamaiquina y estructura de clases sociales.

Emma Lewis (EL): Comencemos desde el inicio. ¿Cómo resumirías tu infancia?

Judy Ann MacMillan (JAM): Innocent and happy. Even though I was terrified of my parents’ wrath, I felt completely loved, and that security was a good preparation for adulthood.

Judy Ann MacMillan (JAM): Inocente y feliz. Aunque me aterraba la ira de mis padres, me sentí amada totalmente y esa seguridad fue una buena preparación para la vida adulta.

MacMillan pintando con Rocky, su fiel perro Rottweiler. Fotografía cortesía de MacMillan, usada con autorización.

EL: Jamaica es tu hogar, el lugar donde naciste. ¿Cuáles consideras que son las cualidades únicas de la isla?

JAM: Jamaica’s physical beauty is its own reason for being. Its culture as climate to a unique degree, because the island is a sensual experience. Few places feel as good on one’s skin as Jamaica. The sea is the temperature of your body, you can stay in it for hours. The combination of temperature and the visual beauty of nature create[s] a seductive harmony that is hard to beat.

JAM: La belleza física de Jamaica es en sí la razón de su existencia. Su cultura, así como su entorno es de un grado único porque la isla es una experiencia sensual. Son pocos los lugares que se sienten tan bien como la propia piel, como es el caso de Jamaica. El mar es la temperatura de tu cuerpo, puedes permanecer ahí por horas. La combinación de la temperatura y la belleza visual de la naturaleza crea una armonía seductora que es incomparable.

Madre de MacMillan en su casa de la infania ubicada en West Avenue, Kingston, Jamaica. Fotografía cortesía de MacMillan, usada con autorización.

EL: Tus observaciones sobre las costumbres de la clase media jamaiquina son exactas e ingeniosas. ¿Crees que la sociedad ha cambiado de alguna manera fundamental en el transcurso de los últimos 10 o 20 años?

JAM: Yes, the class structure has changed enormously. In my youth, the staff in elegant resort villas lowered their voices when guests entered the house. Now they raise them. My insights are from the inside, and that’s where you see that Jamaica’s vision of itself is quite different to the way we are seen by outsiders. For example, Jamaica does not see itself as a poor country, and just as our poor people do not see themselves as poor, our middle class modelled themselves on the English upper class and had no idea that they were middle class. These attitudes are very puzzling to outsiders, and compounded by the insider language of the island — as in the title ‘Born Ya’ — are the source of a great deal of Jamaica’s identity crises, which is puzzling, surprising and very amusing.

JAM: Sí, la estructura de las clases sociales ha cambiado enormemente. En mi juventud, el personal de los elegantes chalets en los centros vacacionales hablaba en voz baja cuando los visitantes ingresaban a la casa. Ahora, alzan la voz. Mis observaciones provienen de lo que experimenté en carne propia, y allí es donde te percatas de que la visión que Jamaica tiene de sí misma es bastante diferente de la manera en que nos perciben los forasteros. Por ejemplo, Jamaica no se considera un país pobre y, así como nuestra gente pobre no se considera pobre, nuestra clase media imita la clase alta inglesa sin tener ninguna idea de que pertenecieron a la clase media. Estas actitudes son muy desconcertantes para los forasteros y, combinada con el lenguaje interno de la isla –como en el título de la canción ‘Born Ya’– constituyen el origen de una gran parte de las crisis de identidad de Jamaica, que es desconcertante, sorprendente y muy divertido.

EL: ¿Te describirías como feminista? ¿Aún perdura la cultura machista en Jamaica?

JAM: I would not have described myself as a feminist when I was young because although I respect them intellectually, I considered the lack of a man to take care of me to be a profound failure. But the fact that I was able to take care of myself made me a feminist. The macho culture is very much alive and well, aided by the complicity of the women.

JAM: En mi juventud no me hubiese descrito como feminista porque, a pesar de que las respeto a nivel intelectual, consideraba que no tener un hombre que cuidara de mí era como un fracaso profundo. Pero el hecho que pude cuidarme me convirtió en feminista. La cultura machista aún perdura, secundada por la complicidad de las mujeres.

EL: ¿Cuál es tu pintura favorita y por qué?

JAM: It’s impossible to choose one painting out of all my favourites. One of my most admired contemporary painters is Lucian Freud.The humanity in his nudes and portraits has reduced me to tears on occasion.

JAM: Es imposible elegir una pintura de todas mis favoritas. Uno de los pintores contemporáneos que más admiro es Lucian Freud. La humanidad en sus desnudos y retratos me ha hecho llorar ocasionalmente.

«Mi tierra» por Judy Ann MacMillan: paisaje que forma parte del panorama de la casa de campo de la artista en Rockfield, Bahía de Santa Ana, Jamaica. Imagen cortesía de MacMillan, usada con autorización.

EL: Si no hubieras descubierto Rockfield (tu casa de campo), ¿qué –o dónde– hubiese sido tu fuente de inspiración?

JAM: The museums, the temples of the great paintings of the past are still my inspiration for my work. Finding Rockfield was a result of my ongoing appreciation of nature. That appreciation could have happened anywhere.

JAM: Los museos, los templos de las grandes pinturas de la antigüedad continúan siendo mi fuente de inspiración para mi trabajo. Descubrir Rockfield fue el resultado de mi constante admiración por la naturaleza. Esa admiración podría haber ocurrido en cualquier parte.

EL: En tu libro, te llamas «excéntrica» en varias ocasiones. ¿Crees que las personas creativas son excéntricas por naturaleza?

JAM: Yes.

JAM: Sí.

EL: Tratas con displicencia al mundo del «arte nacional» en Jamaica. ¿Cómo crees que la comunidad del arte jamaiquino podría evolucionar de una manera más inclusiva?

«Moisés de la ciudad Riverton,» retrato hecho por Judy Ann MacMillan, usado con autorización.

JAM: I give short shrift to the universal art world of which Jamaica is just a small imitative part. The art world has changed so much from the one of my youth as to be unrecognisable and I don’t have or want a place in it. I wanted to be a painter, not a marketeer — but the art of marketing to the mass market has replaced the art of painting. In these new skills I am at a disadvantage, because I have no idea how to create a brand of myself on the commercial market. Taping a banana to a wall, as happened at last year’s Art Basel, with a price tag of many hundreds of thousands of dollars is where these marketing stunts have led contemporary art.

JAM: Trato de manera displicente al mundo del arte universal del cual Jamaica constituye una simple imitación. El mundo del arte cambió demasiado del que conocí en mi juventud y se volvió irreconocible, por lo tanto, no tengo o no deseo tener un lugar en ahí. Quería ser pintora, no mercantilista, pero el arte de la comercialización dirigido al mercado masivo reemplazó al arte de la pintura. Con estas nuevas habilidades estoy en desventaja, porque no tengo la menor idea de cómo crear una marca personal en el mercado comercial. Pegar en la pared un banano con una cinta adhesiva, como ocurrió en la exhibición de Art Basel [feria de arte contemporáneo] en 2019, valorado en varios cientos de miles de dólares, es a donde estas tretas comerciales condujeron al arte contemporáneo.

EL: ¿Cuál es el futuro de las bellas artes en Jamaica?

JAM: Fine art itself is under intense challenge in Jamaica, as it is elsewhere. The tenets of what used to be known as fine art are in conflict with social improvement, political messages and democratic ideas. Marketing a commercial product has displaced the artist in his garret.

JAM: Las bellas artes están experimentando un desafío intenso en Jamaica, como en otras partes del mundo. Los principios de lo que se conocía como bellas artes no son compatibles con la mejora social, los mensajes políticos y las ideas democráticas. Promocionar un producto comercial ha desplazado al artista en su desván.

EL: ¿Cómo describirías el acto físico de pintar?

JAM: Painting is like dancing on a tightrope. It’s a balancing act of tone, colour, drawing, heart, hand and brain. Keeping all these elements balanced creates a tension that feels impossible while it is going on. But sometimes when the search to put the experience in paint is over, there is an elation that is for me addictive.

JAM: Pintar se asemeja a bailar sobre una cuerda floja. Es un acto en el que debes encontrar un equilibrio del tono, color, dibujo, corazón, mano y cerebro. Mantener todos estos elementos en armonía genera una tensión que se siente imposible mientras se está llevando a cabo. Pero a veces cuando esa búsqueda de plasmar la experiencia en pintura termina, surge una euforia que para mí es adictiva.

EL: ¿Cuál es el único lugar donde sientes que realmente «perteneces»?

JAM: Jamaica, of course.

JAM: Jamaica, por supuesto.

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