La reactivación de las economías caribeñas frente a la amenaza del COVID-19

Viajar en tiempos de COVID-19. Imagen de Prachatai en Flickr (CC BY-NC-ND 2.0).

En la primera parte de este artículo se hizo alusión a la situación de los países del Caribe en la lucha contra el COVID-19 a comienzos de junio de 2020. En esta segunda parte, nos centraremos en cómo la región planea la reapertura de la economía, que en su mayor parte depende del turismo.

El turismo en el Caribe tuvo su auge en 2019. Luego, llegado el último tramo del año, surgió el COVID-19. Como resultado de la pandemia, la Organización de Turismo del Caribe apodó al virus, en una tanda de pódcast, como el «visitante no deseado».

Debido a que representa uno de los mayores ingresos de divisas extranjeras y fuente de empleo para la mayoría de los países caribeños, la apertura de fronteras de forma segura a visitantes extranjeros se ha vuelto indispensable desde mayo, y más aún ahora que algunos países han logrado contener la cantidad de casos por coronavirus de forma exitosa.

Sin embargo, mientras algunos países han manifestado estar listos para abrir fronteras, e incluso han decidido la fecha, de forma opcional o definitiva, otros aún no han llegado a esa etapa. Algunos ni siquiera están dispuestos a establecer una fecha de reapertura.

Apertura al turismo

Entre los países que han informado que abrirán sus puertas a partir de junio están Antigua y Barbuda, que recibió el primer vuelo proveniente de Estados Unidos el 4 de junio, y Santa Lucia, que informó que «llevará a cabo un enfoque gradual responsable sobre la reapertura del sector turismo», también el 4 de junio, a pesar de haber extendido el estado de emergencia local hasta septiembre.

Belice, país caribeño ubicado a lo largo de la costa noreste de América Central, puede jactarse de no haber presentado casos de coronavirus en más de un mes; y junto a Granada y la isla holandesa de Aruba, parecen estar listos para abrir nuevamente sus puertas. No obstante, ninguno de los tres países han informado fechas todavía. Bonaire, vecino de Aruba, Bonaire, que tampoco presenta casos, dio por finalizada la restricción de viajes el 15 de junio.

Mientras tanto, Islas Vírgenes de Estados Unidos dio la bienvenida al turismo el 1 de junio, pero el estado de emergencia sigue vigente hasta el 11 de julio.

Hay que tomarlo con calma pese al despliegue publicitario

Islas Caimán, con una población de 64 000 habitantes, no ha indicado una fecha en la que volvería a la completa normalidad pero una institución sanitaria del país tiene en sus planes llevar a cabo un análisis de anticuerpos para verificar la inmunidad al coronavirus.

Esta isla, famoso destino de cruceros, ya ha examinado a cerca del 20 % de la población y cuenta con 150 casos. Agentes de turismo planean una etapa de recuperación, pero no han decidido la fecha. Sin embargo, el aspecto imprevisible del virus quedó en evidencia el 3 de junio cuando se informó que una niña de nueve años dio positivo, situación «aleccionadora» según el jefe del servicio médico.

Mientras tanto, los interesados en viajar y las cadenas hoteleras se están preparando, están tomando reservas y publicitando a la región como uno de los destinos preferidos. Un sitio web de viajes señaló que debido al índice de contagio relativamente bajo de la región, los viajeros provenientes de Estados Unidos volverían al Caribe en junio.

A pesar de eso, en algunos países que tienen pensado abrir sus puertas, el virus no se ha disipado por completo y se teme que grandes cantidades de visitantes sea riesgoso para las poblaciones locales así que el ánimo en el Caribe se mantiene cauteloso.

La actual presidenta de la Comunidad de Caribe (CARICOM), la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, expresó dijo así en una entrevista con la BBC el 26 de mayo:

We are not going to be driven by dates, we are going to be driven by protocols that make us safe. […] We are trying to balance lives and livelihoods, like everyone else […] but the scale of unemployment has been crippling.

No nos guiaremos por fechas, nos guiaremos por protocolos que nos mantengan a salvo. […] Estamos intentando encontrar el equilibrio entre la vida y la supervivencia, como todos […] pero el nivel de desempleo es devastador.

Mottley destacó que en adelante, el «gran problema» es el examen a los viajeros; también confirmó que está en marcha el debate entre las partes interesadas con respecto a los protocolos de viaje. Su isla natal, con 287 000 habitantes, no ha registrado casos de coronavirus por seis días; solo se detectaron 11 casos en mayo y se ha llevado adelante una toma de pruebas masiva. Por un lado se han levantado las restricciones comerciales y los ciudadanos pueden ir a las playas de la isla pero por otro lado el Gobierno de Barbados aún no ha anunciado la fecha en la que reabrirá las fronteras.

En Jamaica, el primer ministro, Andrew Holness, confirmó en conferencia de prensa que CARICOM busca colaborar en nuevos protocolos para turistas que lleguen a las costas caribeñas. Se refirió a la «nueva normalidad» y señaló:

These protocols probably won’t be much different to what other countries will have, but as a group, I think there is a general understanding of what the future of travel will look like.

Estos protocolos no serán muy distinos de los que han implementado otros países pero como grupo, considero que hay una concepción general de cómo será el futuro del turismo.

Acto de equilibrio

Los Gobiernos caribeños se encuentran en medio del dilema entre las preocupaciones actuales de salud pública y la realidad de la región, cuya economía depende del turismo y ahora cae en picada. El Instituto de Planificación de Jamaica predijo una fuerte contracción del Producto Bruto Interno (PBI) para el trimestre de abril a junio, en su mayoría como resultado de las medidas que se tomaron para contener la pandemia.

Además se suma otro factor a tener en cuenta, al que se refirió la presidenta de CARICOM: el 1 de junio comenzó oficialmente la temporada de huracanes en el Atlántico 2020, etapa que el Caribe enfrenta con inquietud, debido a que las consecuencias son cada vez más graves por el cambio climático. A lo largo de los últimos años, ha aumentado la intensidad de las tormentas y han sido devastadoras.

El año 2020 está demostrando ser un año imprevisible y de grandes desafíos para el Caribe. ¿La región ha superado lo peor con el COVID-19? Tal vez es muy pronto para decirlo, pero parece que quedan más pruebas por superar.

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