Entre protestas Black Lives Matter, nuevas peticiones para eliminar estatuas llenan narrativa histórica del Caribe
Las protestas de Black Lives Matter (BLM) han visto un resurgimiento mundial tras el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de un agente de policía blanco en Mineápolis, Minnesota, Estados Unidos.
Un efecto dominó de las protestas ha sido la denigración y la desfiguración de los símbolos de la opresión de los negros. El Caribe, con su larga historia de ocupación, tiene sus propios símbolos de opresión que hay que reconsiderar.
El 2 de junio, en Richmond, Virginia, cientos de manifestantes se reunieron frente a la estatua del general Robert E. Lee, general confederado de la Guerra Civil de Estados Unidos, gritando: «¡Derríbenla!». El gobernador del estado, Ralph Northam, anunció que la estatua de Lee sería retirada; luego el proceso fue bloqueado por una orden judicial.
El 7 de junio, manifestantes del Reino Unido derribaron una estatua del comerciante de esclavos de Bristol Edward Colston y la pisotearon antes de arrojarla al puerto. Una estatua del comerciante de esclavos Robert Milligan también fue retirada frente a los Muelles Occidentales de la India en Londres.
Algunos han apoyado el acto simbólico de reclamar la dignidad y exponer a los racistas largamente celebrados, mientras que otros han condenado este método de protesta.
En el Caribe, han surgido peticiones para renombrar ciertos lugares. El parque Rey Jorge V en Puerto España, Trinidad, por ejemplo, también se llama Parque Nelson Mandela. Sin embargo, la colección de estatuas ha permanecido en gran parte..
La mayoría de los territorios de la región cuentan con sólidos ejemplos de arte público que rinden homenaje a la lucha de los esclavos, entre ellos Bussa, que lideró la mayor rebelión de esclavos en la historia de Barbados; Cuffy, líder de una revuelta de 2500 esclavos en Guyana; y la estatua «Redemption Song» (NdT: canción de Bob Marley «La canción de la redención») en el Parque de la Emancipación en Jamaica, pero también hay innumerables ejemplos de estatuas que refuerzan el relato viciado del descubrimiento y la propiedad.
Varias naciones caribeñas están desafiando la prudencia de tener tales estatuas en exhibición pública. Gab Hosein, feminista y profesora de Universidad, observó en Facebook:
I don’t think there has been a global uprising of this geographical scope and diversity since the 1970s. […] Sparked by the BLM movement in the US and now expanded into decolonial struggle and dismantling racism more broadly, it does seem like — for almost the first time in 50 years — we are listening to another world breathing.
No creo que haya habido un levantamiento global de este alcance y diversidad geográfica desde la década de 1970. […] Provocado por el movimiento BLM en Estados Unidos y ahora expandido a la lucha descolonial y el desmantelamiento del racismo más ampliamente, parece que –casi por primera vez en 50 años– estamos escuchando respirar a otro mundo.
En Martinica, donde fue derribada la estatua del abolicionista francés Victor Schoelcher, dos de las jóvenes involucradas explicaron su decisión en un video de YouTube:
We, the young people of Martinique, are sick and tired of being surrounded by symbols that insult us. We were not the first to attack these symbols. Many before us have tried in vain to get rid of them […]
What is a statue? It is stating this is someone we admire for the impact he or she has had in the course of our history. […] Schoelcher was in favour of the compensation of the plantation owners; there are many transcripts proving that claim. If he had not, maybe it would have been different.
Los jóvenes de Martinica estamos hartos y cansados de estar rodeados de símbolos que nos insultan. No fuimos los primeros en atacar estos símbolos. Muchos antes que nosotros trataron en vano de deshacerse de ellos […]
¿Qué es una estatua? Es la afirmación de que se trata de alguien a quien admiramos por el impacto que ha tenido en el curso de nuestra historia […] Schoelcher estaba a favor de la indemnización de los propietarios de las plantaciones; hay muchas transcripciones que prueban esa afirmación. Si no lo hubiera hecho, tal vez hubiera sido diferente.
Como señalaron la dos chicas, la discusión no es nada nueva.
Por ejemplo, los barbadenses han estado agitados por retirar una estatua de Horatio Nelson durante décadas. En 2017, Sir Hilary Beckles, vicerrector de la Universidad de las Indias Occidentales y presidente del Comité de Reparaciones de la Comunidad del Caribe (CARICOM) se refirió a Nelson como «un vil, racista, supremacista blanco [que] se deshizo de los negros y dedicó su vida militar y política a la causa de proteger la posesión criminal por parte de Gran Bretaña de los 800 000 africanos esclavizados que tuvo en vida».
Tras el horrible asesinato de Floyd, la discusión en torno a estos monumentos se ha vuelto más urgente.
Hay varias peticiones en línea que circulan en la región, como el impulso barbadense de eliminar la presencia de Nelson en la capital de la nación.
La artista Annalee Davis difundió la petición y señaló:
[…] while I don't think to destroy the statue of Nelson is useful, I do think that relocating it to the museum or somewhere outside of National Heroes Square is viable and worth a national discussion. It is no longer called Trafalgar Square and he is not a hero. Wherever his statue is relocated to, it should include complete signage to clearly demonstrate who he was, what he did and his role in the colonial machinery that oppressed people.
[…] aunque no creo que destruir la estatua de Nelson sea útil, sí creo que trasladarla al museo o a algún lugar fuera de la Plaza de los Héroes Nacionales es viable y merece una discusión nacional. Ya no se llama Plaza Trafalgar y él no es un héroe. A donde sea que se traslade su estatua, debería incluir una descripción completa para demostrar claramente quién era, qué hacía y su papel en la maquinaria colonial que oprimía a la gente.
Como respuesta a un comentarista que refutó la idea de quitar la estatua con un argumento de ¿Dónde terminará?, Davis aclaró:
I don't believe that our tourism product should only tell the story from the perspective of those who enslaved people. There is a term being used around the world called ‘dark tourism’ and this is used in places like Auschwitz for example, to speak about concentration camps and tell the uncomfortable narratives that we want to turn away from.
No creo que nuestro producto turístico deba contar solo la historia desde la perspectiva de quienes esclavizaron a la gente. Hay un término utilizado en el mundo «turismo oscuro» y se usa en lugares como Auschwitz por ejemplo, para hablar de los campos de concentración y contar las narraciones incómodas de las que queremos alejarnos.
Mientras tanto en Bahamas, más de 3000 personas han firmado una petición para pedir el retiro de la estatua de Cristóbal Colón, que se alza sobre los escalones frontales de la Casa de Gobierno de Nassau.
Una petición en Trinidad y Tobago que pide el retiro de dos estatuas de Colón, explica:
We must face the fact […] that we continue to publicly glorify the murderous colonizer who initiated two of the greatest crimes in human history: the genocide of the Indigenous people of the Caribbean and the Trans-Atlantic slave trade, both of which are at the root of the racial injustice that our generation is protesting today.
Debemos enfrentar el hecho […] de que seguimos glorificando públicamente al colonizador asesino que empezó dos de los mayores crímenes de la historia de la humanidad: el genocidio de los pueblos indígenas de los Caribe y la trata transatlántica de esclavos que están en la raíz de la injusticia racial que nuestra generación protesta hoy en día.
El músico y actor Nickolai Salcedo, que hizo pública la petición en su página Facebook, preguntó:
Hey wouldn’t it be a cool bit of foresight if instead of waiting for a mob to tear down the statue of Columbus in [Port of Spain], the government was to preemptively remove it followed by removing any homages to our colonial past? […]
Our society […] still has monuments […] that literally litter and stain our landscape. Time for these monuments to the bloodthirsty to meet their blind dates; the sledgehammer of justice.
¿No sería una buena previsión si en lugar de esperar a que una multitud derribe la estatua de Colón en [Puerto España], que el Gobierno la retire preventivamente y luego eliminara cualquier homenaje a nuestro pasado colonial? […]
Nuestra sociedad […] todavía tiene monumentos […] que literalmente ensucian y manchan nuestro paisaje. Es hora de que estos monumentos a los sedientos de sangre cumplan con sus cotas a ciegas; el mazo de la justicia.
La comentarista Polly Rawlings no esta de acuerdo:
We can't pick and choose history, this is a significant part of history — Keep it, not glorify it — attach the correct story to it — hostile takeovers must always be remembered for the damage they are responsible for.
No podemos seleccionar y elegir la historia, esta es una parte importante de la historia. Mantenerla, no glorificarla –adjuntarle la historia correcta– siempre se deben recordar las tomas de posesión hostiles por el daño de las que son responsables.
Sin embargo, la periodista Judy Raymond, comentando el retiro de la estatua de Milligan, captó la importancia del gesto con mucha precisión:
[People] see a statue & assume that must be a great man. A plaque on an empty plinth might be more appropriate & useful. This is a discussion about visual memory.
[La gente] ve una estatua y asume que debe ser un gran hombre. Una placa en un zócalo vacío podría ser más apropiada y útil. Esta es una discusión sobre la memoria visual.