Juventud empobrecida en Oriente Medio recurre al alcohol barato — y en ocasiones letal

Fotografía de bebida alcohólica con rotulación en árabe. Fotografía de Ben Abdallah Abdel Karim en Flickr (CC-BY-NC-SA-2.0).

En mayo, unos jóvenes tunecinos que buscaban un poco de emoción mediante el consumo de bebidas alcohólicas de fabricación casera terminó en tragedia.

Por lo menos, siete jóvenes murieron y 56 fueron hospitalizados por intoxicación etílica en Kairuán, antiguo centro islámico ubicado a 130 kilómetros de Túnez, la capital y una de las provincias más pobres de Túnez, donde aproximadamente 40 % de la población vive por debajo del umbral de pobreza.

Un vecino de uno de los jóvenes fallecidos dijo en un video que publicó en Facebook:

Young people want to forget their situation. They don’t care about dying. In fact, they say sometimes they want to die. Look at their environment, at the poverty. We don’t even have roads; the water is dirty. We are not stupid, but we don’t have the means. We are forgotten by the authorities.

Los jóvenes quieren olvidar su situación. No les importa morir. Es más, manifiestan en algunas ocasiones su deseo de morir. Observen su entorno, la pobreza. Ni siquiera tenemos carreteras; el agua está contaminada. No somos estúpidos, pero no tenemos los recursos. Las autoridades nos olvidaron.

Los padres de tres hermanos que murieron por intoxicación añadieron:

My sons were unemployed. One of them was 37 and unable to get married and start his own life. We don’t even have toilets at home.

Mis hijos estaban desempleados. Uno tenía 37 años y no pudo casarse e iniciar su propia familia. En casa, ni siquiera tenemos inodoros.

Esta no es la primera vez que el tóxico alcohol de fabricación casera ha causado la muerte a jóvenes en Medio Oriente. El consumo de alcohol y estupefacientes está aumentando en la región, donde los jóvenes que no pueden pagar una bebida alcóholica de producción local o importada optan por tomar brebajes de metanol de fabricación casera, mejunjes fuertes preparados por distribuidores ilícitos.

El metanol –utilizado para propósitos industriales y automotrices– es una sustancia altamente tóxica y potencialmente letal que puede causar ceguera, insuficiencia renal y convulsiones, y la muerte si se consume en cantidades elevadas.

El islam prohíbe el consumo de alcohol, por lo que muchos países árabes prohíben o aplican regulaciones estrictas a su venta, No obstante, se encuentra ampliamente disponible, ya sea que se obtenga de manera clandestina o en los estantes.

En Túnez, el problema del consumo de agua de colonia revela una dura realidad.
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En Túnez, la muerte de siete personas tras consumir alcohol adulterado generó agitación. Más allá de la tragedia, la precariedad de la población y la indiferencia del Estado son lo que están remarcando.

La sed por alcohol barato

La región de Medio Oriente tiene la población más joven en el mundo, más de la mitad es menor de 25 años, pero esto también constituye la causa del índice de desempleo más elevado, que alcanzó 27 % en 2019. En 2011, las protestas encabezadas por jóvenes –conocidas como la «Primavera Árabe«– surgieron tras años de frustración generada por la exclusión social, económica y política.

En un informe de 2019, el Instituto Brookings sostiene que esta demora en la transición al mercado laboral afecta «otros caminos de la vida adulta, entre los que se pueden mencionar el matrimonio, la adquisición de una vivienda y en la participación ciudadana».

Los jóvenes, considerados tradicionalmente como proveedores económicos por sus familias, no pueden cumplir con sus obligaciones sociales.

Dentro de las sociedades patriarcales en Egipto, Líbano, Marruecos y Palestina, los hombres «experimentan un estrés enorme para ser proveedores. Los hombres se sienten avergonzados de enfrentar a sus familias por falta de dinero», según un reportaje de la BBC sobre el patriarcado en Medio Oriente.

El alcohol circula libremente en los restaurantes, bares y comercios en Oriente Medio, para quienes pueden pagarlo. En Libia, por ejemplo, se podía adquirir una botella de Chivas Regal en 2014 por cien dólares, mientras que una brebaje libio de fabricación casera costaba únicamente 15 dólares el litro.

Pero en estos países conservadores –donde el consumo de alcohol es costoso y constituye un tabú social– se puede convertir en un intento desalentador y riesgoso. El activista tunecino Mohamed Cheik dijo a Global Voices:

Homemade alcohol is widespread among idle young people, especially in poor remote areas. But it only makes the news when it ends in tragedy.

El consumo del alcohol de fabricación casera es generalizado entre los jóvenes desocupados, particularmente en las zonas remotas pobres. Pero únicamente acapara la atención de las noticias cuando termina en una tragedia.

La Facultad de Medicina de Alejandría, en Egipto, informó que el 5 % de las intoxicaciones mensuales están relacionadas con el alcohol, una cifra que probablemente es menor a la magnitud real. Debido al estigma social, la vergüenza y el miedo, muchos consumidores de metanol no visitan los hospitales para obtener tratamiento, a menos que estén en una condición crítica.

Tabú: Atrapados entre la tradición y la modernidad

El alcohol se puede conseguir fácilmente en Oriente Medio, pero continúa siendo un tabú con asociaciones y connotaciones negativas. Los jóvenes en estas naciones a menudo se les dificulta hallar un equilibrio entre los valores islámicos tradicionales con el deseo de vivir un estilo de vida liberal y globalizado.

Túnez mantiene una relación polémica con el alcohol, donde el consumo incrementó repentinamente de 20 % a un 30 % desde la revolución de 2011. A pesar de esto, una encuesta realizada por el Centro de Investigación Pew, en 2013, reveló que 82 % de los tunecinos no están de acuerdo con el consumo de bebidas espirituosas.

La clase social influye también en las actitudes. Los tunecinos cultos y adinerados que viven en las grandes ciudades y que a menudo son más laicos tal vez beban públicamente, mientras que los menos pudientes que viven en áreas más rurales y conservadoras tal vez beban de manera discreta, pero aún consideran la conducta deshonesta desde el punto de vista moral. Taher al-Saidi, graduado universitario subempleado originario de Irak, dijo a Global Voices:

We are like schizophrenics. We drink and enjoy drinking while at the same time thinking it is bad and we should not be drinking. I can’t drink in front of my family and society. They would think I am a bad guy and lose my respected social status.

Somos como los esquizofrénicos. Bebemos y disfrutamos de la bebida, y al mismo tiempo pensamos que es malo y que no deberíamos hacerlo. No puedo beber enfrente de mi familia y la sociedad. Pensarían que soy un hombre malo y perdería mi valorado prestigio social.

Legislación compleja sobre la venta de alcohol

En Medio Oriente, la venta de alcohol comercial está restringida en gran medida por razones religiosas. En Túnez, desde la década de 1990, por ejemplo, las tiendas no pueden vender alcohol los viernes, día que el islam dedica al rezo, o durante el mes sagrado de Ramadán ni los días festivos religiosos, a excepción de bares y hoteles. En algunos países como Libia, Arabia Saudita, Kuwait, Sudán e Iraq el alcohol está prohibido totalmente.

En Baréin, Qatar, Omán y Emiratos Árabes Unidos, con grandes comunidades extranjeras, aplican prohibiciones parciales solo a los musulmanes.

En Yemen, la ley es más ambigua: oficialmente es seco, pero se puede consumir alcohol dentro de la propiedad privada y vender a los extranjeros en los hoteles y clubes nocturnos en Saná y Adén. Estas restricciones dejan espacio suficiente para que surjan contrabandistas en el mercado negro.

En Kairuán, Túnez, ninguna tienda está autorizada a vender alcohol, sin embargo, los jóvenes pueden elegir entre las más de cien tiendas que venden metanol.

Han ocurrido varias intoxicaciones etílicas en la región. La más letal fue en 2013, en Libia, cuando 101 personas murieron y 1066 resultaron intoxicadas, y decenas de personas quedaron con daño cerebral irreversible o ceguera tras tomar brebajes a base de metanol de fabricación casera. Después de este suceso trágico, el Gobierno intentó imponer medidas enérgicas a los comerciantes de alcohol. Pero esta represión por sí sola no disuade a los jóvenes de beber.

«El Gobierno debería legalizar el alcohol porque los libios continuarán consumiéndolo de todas maneras, y, por lo menos, al legalizarlo se asegurarán de que lo que consuman es seguro», dijo Mohammed, pequeño productor casero que habló en 2014 con The World, programa radial en Estados Unidos.

Cuando los brotes de intoxicación etílica ocurren a gran escala, aparecen en las noticias. En comparación, la voluntad política para abordar este problema delicado y controvertido continúa en silencio.

Este problema afecta principalmente a la juventud desfavorecida que las autoridades olvidaron. Para que la juventud prospere en Medio Oriente, los Gobiernos pueden restaurar un sentido de propósito y esperanza en el futuro a través de la creación de más oportunidades.

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