Conoce el diario brasileño producido totalmente por personas que viven en las calles

Marcos Scher vende el diario en el semáforo antes de la pandemia. Foto: Charlotte Dafol/Usada con autorización.

Hace 19 años comenzó a circular en Porto Alegre, al sur de Brasil, un diario hecho por personas que viven en la calle o en situación de vulnerabilidad social. El Jornal Boca de Rua (Diario Boca de calle) surgió de la voluntad de un grupo de periodistas de ver que las propias personas cuenten sus historias, pues casi siempre las retratadas como víctimas o sufren el estigma de la miseria.

El proyecto fue concebido en 2000 y un año después, durante el primer encuentro del For Social Mundial, se lanzó la primera edición de Boca, como se le conoce. Hoy, el diario es el único de los afiliados a International Network Street Papers (INSP), asociación mundial de publicaciones producido e íntegramente elaborado por personas en situación de calle.

La publicación de Boca es trimestral y su cobertura abarca desde denuncias de violaciones que sufren quienes viven en la calle a historias positivas. Durante tres meses, el grupo se organiza para definir pautas, sair al campo, realizar entrevistas, fotografiar y buscar declaraciones para los artículos. La rotación de los miembros es alta, pero en promedio cerca de 50 personas trabajan en cada edición.

Después de la impresión, cada miembro del grupo recibe una cuota de ejemplares para comercializar en las calles de Porto Alegre. El monto recaudado va para los reporteros-periodistas. La publicación también se mantiene con donaciones de financistas, muchos son anónimos y no piden una contrapartida por su contribución.

Rosina Duarte, una de las creadoras de Boca de Rua y de la ONG ALICE (Agencia Libre para la Información, Ciudadanía y Educación), vinculada al diario, cuenta que el objetivo inicial era «dar voz a quien no la tiene». Con el tiempo, se dieron cuenta de que era pedante –las voces siempre estuvieron ahí, la sociedad casi no las escuchaba, dice.

En entrevista telefónica por Global Voices cuenta:

Quando nós chegamos, a gente tinha ainda aquele discurso bonito, que carrega muito resquício do “preconceito bonzinho”, como eu digo, que é o de querer dar algo a eles, de ajudar. Mas a gente percebeu que nós é que tínhamos que ser alfabetizadas na linguagem da rua. Eles não tinham a alfabetização da linguagem escrita, mas nós éramos analfabetas completas sobre a vida na rua.

Cuando llegamos, todavía teníamos ese hermoso discurso con muchos residuos de «buenos prejuicios», como digo, que es querer darles algo, ayudar. Pero nos dimos cuenta de que teníamos que conocer el idioma de la calle. Ellos no conocían el lenguaje escrito, pero nosotros éramos completamente ignorantes sobre la vida en la calle.

Catarina y Daniel, de Boca de Rua. Foto: Luiz Abreu/Usada con autorización.

La idea inicial de los periodistas era la creación de una radio transmitida por altoparlantes instalados en los de la ciudad. Pero al entrar en contacto con un grupo de personas de la calle, fueron tajantes: «Queremos un diario sobre nosotros». Rosina dice que la idea la asustó al principio, pero funcionó:

Quando eles disseram que queriam um jornal, fomos atrás de financiamento, ainda tateando no escuro, sem saber o que fazer. Mas um dia caiu a ficha: ao contar o que acontecia nas ruas, eles faziam notícia. E, se eles tivessem consciência disso, o texto se organizava de uma forma muito clara. Porque a gente faz notícia o tempo inteiro. Tem os que fazem de uma forma mais objetiva, outros menos objetiva, mas a gente faz.

Cuando dijeron que querían un diario, estuvimos atrás del financiamiento, aún tanteando en la oscuridad, sin saber qué hacer. Pero un día llegó: cuando contaron lo que ocurría en la calle, hicieron noticia. Y si tuvieran conciencia de eso, el texto se organizaba de una forma muy clara. Porque hacemos noticia todo el tiempo. Hay quienes lo hacen de manera más objetiva, otros menos objetiva, pero lo hacemos.

Con el tiempo, el diario también se volvió una especie de movimiento social. El grupo se reúne semanalmente para discutir demandas colectivas y posibilidades de apoyo a asuntos individuales de sus miembros. También se vincula con las iniciativas del medio, como el Movimiento Nacional de Población de la Calle y Amada Massa (panadería que tiene como objetivo generar la autonomía de personas en situación de vulnerabilidad y que viven en la calle en Porto Alegre).

Sobre el contenido de los asuntos, Rosina recuerda:

Parece que é só sofrimento, parece que é só dificuldade. E não é. Descobrimos essa alegria, essa resistência, valorizamos essa imensa, fantástica capacidade de sobreviver, não só de se manter vivo, mas de manter viva a esperança, a alegria, o afeto e todas essas questões.

Parece que es solamente sufrimiento, parece que es solamente dificultades. Pero no es así. Descubrimos esa alegría, esa resistencia, valorizamos esa inmensa, fantástica capacidad de sobrevive, no solamente de seguir vivo, sino de mantener viva la esperanza, la alegría, el cariño y todo eso.

Voces de la calle

Elisângela Escalante, que entró al grupo hace seis años, cuando vivía en la calle, enfatizó la importancia del diario en su vida en entrevista con Global Voices por teléfono:

Muita coisa aconteceu comigo através do jornal. Ele me tirou da rua. Porque eu vivi três anos e meio na rua e eu saí depois de uns meses indo pro jornal. Eu fui guardando um dinheiro e comecei a alugar o meu espaço. Antes eu não ganhava o meu dinheiro, dependia do meu companheiro pra tudo. Faz diferença pra mim, eu gosto de ter meu dinheiro.

Muchas cosas me pasaron a través del diario. Me sacó de la calle. Porque viví tres años y medio en la calle y salí después de tres meses de ir al diario. Fui guardando un dinero y comencé a alquilar mi espacio. Antes no ganaba dinero, dependía de mi compañero para todo. Hizo la diferencia conmigo, me gusta tener mi dinero.

Portada del número que llamó la atención sobre los retos de la maternidad en la situación de la calle. Foto: Agencia ALICE / Street Mouth, usada con autorización.

Elisângela recuerda especialmente una edición cuya portada cuestionó: «¿Por qué no podemos ser madres?». El reportaje hablaba de las dificultades que tuvieron mujeres que viven en la calle para ejercer la maternidad.

Durante la producción del artículo, algunas integrantes del diario pudieron retomar el contacto con sus hijos. que no habían visto por años, dice Elisângela:

Eu acho que o que a gente fala [no jornal] é a verdade. É o que a gente sente e o que a gente vive dentro da sociedade. Se não fosse o Boca, não teria outra maneira de fazer isso e ser ouvido por tanta gente. Através dele eu consegui muitas coisas e ajudei muitas pessoas também.

Creo que los que decimos [en el diario] es la verdad. Es lo que sentimos y vivimos dentro de la sociedad. Si no fuera el diario, no tendría otra manera de hacerlo y de que me oiga tanta gente. A través del diario conseguí muchas cosas y ayudé a muchas personas también.

Por primera vez en su historia, el diario no se puede vender en la calle debido a la pandemia de COVID-19. Para no parar ni afectar la generación de ingresos para los reporteros, Boca de Rua se transformó a versión digital.

Con una contribución mínima de 20 reales (3.75 dólares) cada tres meses, el lector accede a la edición más reciente del diario, y de ediciones antiguas más material adicional.

Para colaboradores y reporteros, lo más importante es que las voces de la calle sigan circulando durante la pandemia.

A Marcos Sher, integrante del diario hace 13 años, le preguntamos por teléfono sobre su sentir con respecto al diario:

Pra mim é bom, muito bom. Pra você ver que eu não largo, né? Às vezes eu dou um tempo, mas eu volto de novo. Pra mim o jornal foi uma maneira de sair do tráfico [de drogas] e voltar a trabalhar. É bom porque é alguma coisa pra fazer, pra me tirar de casa. Ter alguma coisa pra fazer é muito importante pra mim.

Para mí es bueno, muy bueno. Así que ves que no te dejo ir, ¿no es así? A veces lo dejo un tiempo, pero regreso. Para mí el diario fue una manera de salir del tráfico [de drogas] y volver a trabajar. Es bueno porque es algo para hacer, para salir de casa. Tenero algo que hacer es muy importante para mí.

Nota del editor: Talita Fernandes colabora con el diario Boca de Rua (Porto Alegre, Rio Grande do Sul) y escribió la disertación “Calle, sustantivo femenino: mujeres en movimiento y el derecho al cuerpo en la ciudad”, de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul (UFRGS).

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