Rusia amplía votación electrónica para referéndum clave, pero olvida asuntos de seguridad

Afiche insta a los ciudadanos a votar en el referéndum constitucional de Rusia, y destaca las enmiendas sobre la política social. Moscú, junio de 2020. Foto (c): Alexey Kovalev. Usada con autorización.

El aplazado referéndum ruso sobre la reforma constitucional se celebró a comienzos de julio, mientras el país sale de muchas medidas de cuarentena impuestas en los últimos meses para controlar la propagación del virus COVID-19. El referéndum se celebró para modificar la Constitución rusa, y se convocó en enero. Los cambios propuestos significan, en particular, que el presidente Putin puede permanecer legalmente en el poder hasta 2036, con lo que puede postular en dos elecciones presidenciales más, si así lo desea.

La ley no exige la celebración de un referéndum para estos cambios. Esas enmiendas pueden y han sido autorizadas por las asambleas legislativas regionales de Rusia. Sin embargo, al referéndum se le considera una muestra de la legitimidad pública de estos cambios. Por eso, es importante para las autoridades que la participación sea alta. Los movimientos opositores divididos debatieron si debían boicotear las elecciones o no. Mientras tanto, el paso a la votación en línea ha sido presentado por las autoridades como una medida para proteger la seguridad pública durante la pandemia de COVID-19, pero también representa una oportunidad para que el Kremlin fomente una mayor concurrencia de votantes.

¿Cómo funciona?

Dado que es la primera experiencia de Rusia de votación en línea para una votación nacional, era de esperar que el material de promoción de la votación en línea destacara la utilidad y la conveniencia de la votación en línea, pero también que tratara de tranquilizar a los usuarios en cuanto a la seguridad de su voto. Para el referéndum, solo los ciudadanos con derecho a voto de Moscú y la región de Nizhny Novgorod, las dos regiones más afectadas por la pandemia de COVID-19 en Rusia, emitieron su voto en línea. Estos ciudadanos de Moscú y la región de Nizhny Novgorod fueron a las urnas en línea entre el 25 y 30 de junio. La población de Moscú es de alrededor de 11,9 millones y la región de Nizhny Novgorod de 3,3 millones, por lo que son un número significativo de votantes. También se ha ampliado el tiempo permitido para el voto presencial para cubrir este período, a fin de evitar filas en las urnas, pero ha habido un fuerte impulso para que los ciudadanos utilicen la tecnología de votación en línea.

El proceso de votación en línea para estos ciudadanos aptos para votar fue: los usuarios se registraron con las autoridades locales para votar en línea con el portal de servicios estatales Gosuslugi. Para registrarse, los usuarios usaron su número de pasaporte nacional, el número de pensionista o el número de identificación fiscal como validación. Luego, autentificaron esta cuenta con su número de teléfono. Las cuentas de los usuarios utilizan una simple protección con contraseña. Una vez que la cuenta quedó validada con los datos anteriores, los usuarios podían acceder al portal en línea desde cualquier computadora o dispositivo inteligente y emitir su voto digitalmente.

Los videos que promueven la votación en línea eran entusiastas sobre la integridad de la boleta, afirmaban que estaba asegurada por una cadena de bloques que usaba registros distribuidos. Esta plataforma es el resultado de la colaboración del Estado con la empresa privada Bitfury, empresa muy conocida por buscar datos para Bitcoin.

Sin embargo, faltaban algunos procedimientos básicos de seguridad para asegurar que el votante es quien dice ser en línea. Además, aunque el video destaca cómo los registros distribuidos protegen la integridad de los votos individuales, la atención a los detalles de seguridad estaba casi totalmente en la posibilidad de que haya ataques cibernéticos. No abordaba la posibilidad de abuso interno ni consideraba el posible abuso de los propios votantes.

Por ejemplo, no explicaba las salvaguardias para impedir acciones como que los electores voten dos veces (en línea como y luego en persona). El mismo video promocional afirmaba que este sistema era el único del mundo que proporcionaba una votación anónima en línea, afirmación que se puede demostrar que es falsa. Ciertamente, como destaca este análisis, existen sistemas alternativos de votación electrónica con procedimientos de seguridad mucho más rigurosos.

¿Quién más vota en línea?

En Estonia, país vecino de Rusia, las votaciones son en línea desde 2005. La experiencia de Estonia con la votación en línea es la mayor del mundo y el país sigue siendo el único que celebra todas sus elecciones (locales, europeas y nacionales) con la opción de votar en línea para todos los ciudadanos. El objetivo original de la introducción de la votación en línea en Estonia era estimular el número de electores y reducir los costos de la celebración de elecciones. Si bien el primer objetivo ha sido relativamente infructuoso (la participación es constante y refleja a la mayoría de las democracias occidentales), el segundo ha sido un éxito. Las estimaciones sugieren que un voto emitido en línea implica la mitad de costos de emitir votos en papel. Si bien la participación general no se ha visto afectada hasta ahora, con el tiempo ha aumentado el número de personas que emiten su voto en línea, ya que ha aumentado la confianza en un sistema que también utiliza cadena de bloques para garantizar el anonimato del voto.

Otras naciones que también han incursionado en la votación en línea, como Suiza, han ofrecido la posibilidad de votar en línea a los ciudadanos que viven en el extranjero en 2015 y han introducido periódicamente la votación en línea en determinados cantones. Sin embargo, como ocurre con muchos otros paíoses, el escepticismo sobre la seguridad ha limitado que se adopte el voto en línea de manera más generalizada, y los críticos han calificado el enfoque suizo de fragmentado. En Noruega se han utilizado enfoques similares y posteriormente se han dejado de lado.

La experiencia de voto en línea de Estonia se define en gran medida por la identidad digital (eID) de los usuarios. A partir de los 15 años, todo ciudadano estonio recibe automáticamente una identidad digital que se adjunta a su documento de identidad oficial (también hay una identificación electrónica móvil alternativa). La identidad digital es esencial para poder votar en línea en Estonia. Los votantes deben identificarse en línea con su identidad digital. Para autenticar la identidad, el usuario debe tener su tarjeta de identidad (que contiene un chip) y los dos códigos PIN de esa tarjeta. La tarjeta debe insertarse en un lector de tarjetas para generar la clave privada necesaria para votar. Por su parte, el proceso de MobileID requiere una tarjeta SIM compatible con MobileID, y una tarjeta física de identificación electrónica para la autenticación, lo que significa que el votante debe tener detalles y códigos de acceso válidos, y también documentación física simultáneamente.

El votante debe tener una tarjeta de identificación o un teléfono con la necesaria MobileID SIM y luego combinarlos con los códigos de seguridad válidos para que no se pueda emitir un voto en línea. Esto asegura, dentro de lo razonable, que la boleta la emite la persona correcta. Además, la boleta puede emitirse y posteriormente modificarse en cualquier momento durante el período de votación. Se trata de un mecanismo de seguridad adicional para evitar la coacción, de modo que si alguien conminara a un elector a votar de una manera presencialmente, podría cambiar su voto luego. Si bien incluso estas medidas han dejado a muchos críticos externos poco convencidos del sistema de votación en línea de Estonia, representan una capa adicional de seguridad que no hay en el actual sistema ruso.

Cuestión de confianza

Si bien las conclusiones sobre la experiencia rusa en votación electrónica en esta etapa son prematuras, sobre la base de la información disponible parece haber una notable vulnerabilidad en el extremo de los usuarios, en comparación con la experiencia estonia de votación electrónica utilizando una identidad digital. También hay una aplicación fragmentada que podría decirse que refleja la naturaleza del propio voto como un esfuerzo apresurado. Esto se produce también en un contexto de caída de los índices de aprobación del presidente (aunque estos índices son comparativamente bastante altos para los parámetros de los líderes occidentales).

Hay algunas concesiones que deben hacerse la primera vez que se usa un procedimiento. Es importante señalar que el voto electrónico se ha utilizado fugazmente para los votos locales más discretos en los últimos años. Esta experiencia podría y debería haberse utilizado para mejorar los procedimientos de seguridad, al igual que la consulta con otras naciones que ya utilizan el voto electrónico. La votación en línea no puede introducirse de la noche a la mañana y se desarrollará con el tiempo, como demuestra la experiencia de Estonia, pero el hecho de que no se aprenda de las experiencias de otros no debe infundir confianza a los votantes de que el actual sistema ruso de votación electrónica es lo suficientemente riguroso como para considerarse seguro.

Es vital tener en cuenta que cualquier transacción en línea nunca será totalmente segura y esto es cierto también en el caso del voto electrónico. La votación electrónica siempre conlleva un riesgo inherente y requiere una confianza significativa en el Estado para llevar a cabo el proceso de votación adecuada e imparcialmente, y para proteger la integridad de los propios votos. Los ciudadanos deben creer fundamentalmente que ni el Estado, ni los agentes externos, ni los propios votantes manipularán el proceso de forma encubierta. Esto se aplica por igual a Rusia y a los Estados occidentales citados en este análisis. La confianza proviene de las acciones más amplias de un Gobierno, pero puede mejorarse con las salvaguardias y procedimientos incorporados en el proceso en línea.

Se requerirá significativa investigación para explorar más a fondo la experiencia de voto electrónico de Rusia después del referéndum. Es más, la participación en línea promete ser uno de los aspectos más interesantes de un referéndum cuyo resultado es casi seguro. Especialmente teniendo en cuenta que ha habido informes de trabajadores de instituciones públicas que han sido obligados a registrarse para votar en línea.

Sin embargo, basándonos en lo que sabemos hasta ahora, hay algunas razones para dudar de la integridad del voto electrónico de Rusia, por los procedimientos y la falta de garantías.

Este artículo se publicó originalmente en oDR, la sección de openDemocracy sobre Rusia y el espacio posoviético. Se reproduce con autorización, y ha sido editado por estilo.

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