En Hong Kong se cumplió un año desde que estallaron las protestas contra la ley de extradicción a China. The Stand News, medio de noticias en línea de Hong Kong, publicó una serie de artículos para reflexionar sobre el movimiento opositor. Global Voices está publicando versiones editadas de estos artículos en virtud de un acuerdo de asociación de contenido. La versión original en chino de este artículo fue escrita por Susanne Choi, profesora del Departamento de Sociología de la Universidad de Hong Kong.
Cuando las protestas contra la ley de extradicción a China en Hong Kong llegaron a su punto máximo en 2019, la atención de los medios se centraron en los jóvenes protestantes. En realidad, el movimiento de protesta –que ahora lucha bajo la sombra de la nueva ley de seguridad impuesta por Pekín– ha sido variado en términos de clase, edad, género, orientación sexual y composición étnica.
Las amas de casa
La participación de las mujeres fue uno de los momentos más importantes de las protestas. En mayo de 2019, antes de la protesta de un millón de persona del 9 de junio, una mujer anónima lanzó una campaña conjunta de firmas contra la ley de extradicción con el seudónimo «ama de casa».
En pocos días, recogió más de 3700 firmas.
La carta abierta decía:
師奶每日都好盡力去完成照顧家庭的工作,但唔代表我地唔關心社會。無論幾疲憊,作為社會一份子,我地有責任出黎反送中。 …我地知道內地啲師奶,唔見左律師老公好耐好耐,千里尋夫不果,審訊無得睇,係監獄都不能探。我地知道內地師奶,不能公開拜祭川震死難女兒,揭豆腐渣尋冤未雪被封殺。我地知道內地啲師奶,為左假疫苗問題被監控,有冤不能訴。我地知道內地師奶,為強拆被非法拘禁。除左敬佩和支持這些師奶外,我地盡量唔想成為下一個。
Como amas de casa, tenemos que cuidar del hogar todos los días, pero esto no significa que descuidemos la sociedad. No importa lo cansadas que estemos, tenemos la responsabilidad de enfrentar al proyecto de ley de extradicción de China… Conocemos las condiciones de las amas de casa en China. Sus esposos abogados podrían haber desaparecido de repente y tienen que seguir buscándolos; ni siquiera pueden asistir a las audiencias judiciales ni visitarlos en la cárcel. Sabemos que no pudieron llorar públicamente a sus hijos muertos en el terremoto de Sichuan (2008) y no pudieron hablar del problema de las construcciones de residuos de tofu. Sabemos que se les prohíbe abordar el problema de las vacunas falsas y que los arrestan por oponerse a los desalojos forzados y a la confiscación de tierras. Si bien respetamos y apoyamos a estas amas de casa, no queremos ser las próximas.
El 12 de junio, “Big sister Shing” (la «hermana mayor Shing»), ama de casa de 47 años con dos hijos, impresionó profundamente a los hongkoneses.
Cuando la policía antidisturbios lanzó gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes reunidos frente al edificio del Consejo Legislativo, ella entró caminando a la tormenta sin máscara para persuadir a los policías que dejaran de disparar a los jóvenes manifestantes.
Las madres
Ese mismo día, la Policía calificó las manifestaciones como alborotos. La jefa ejecutiva, Carrie Lam, también madre, justificó el uso del gas lacrimógeno y de las balas de goma con un proverbio clásico chino. En el original Clásico de Tres Caracteres, hay una frase que dice: «alimentar al hijo sin enseñarle [con la caña] es culpa del padre». Lam modificó el proverbio con (養不教 父之過) «culpa de la madre».
La foto de «Big sister Shing» caminando dentro del gas lacrimógeno se hizo viral en internet y creó un marcado contraste con el comentario de Carrie Lam.
Esa noche, nueve mujeres (incluida la autora de este artículo) iniciaron una campaña de firmas en línea «Una respuesta al comentario sobre la ‘maternidad’ de Carrie Lam por un grupo de madres hongkonesas». En menos de 24 horas, más de 30 000 madres firmaron la carta abierta.
Dos días después, el mismo grupo de madres organizó una reunión pacífica en el Jardín Chater donde acudieron unas 6000 madres.
Es la primera vez que en la protesta de Hong Kong que mujeres que se identifican como madres se movilizan en masa. A lLam, de 63 años, le gusta recordar al público que es una madre con dos hijos.
El 17 de julio, miles de «canas» acudieron a otra protesta. Su enviada de prensa fue Yeung Bohei, activista estudiantil de primera generación con cuatro décadas de experiencia como activista
Las mujeres en primera línea
La participación de las jóvenes en primera línea de la protesta ha desafiado la imagen estereotipada de la chica materialista y «principesca» de Hong Kong.
Ya el 12 de junio, los internautas del foro LIGHK, portal dominado por un sentir misógino, dijeron que estaban escandalizados por el hecho de que tantas chicas hayan protestado desde la primera línea.
Si bien muchos internautas disuadieron a las protestantes de unirse a las protestas, con razones estereotipadas como falta de fuerza física y peligro de abuso sexual, las mujeres siguieron manifestando.
Según las cifras de la Policía, cerca del 8 % de los detenidos en junio de 2019 fueon mujeres. De julio de 2019 a marzo de 2020, esas cifras han aumentado entre el 20 y el 30 %.
La mayoría de las manifestantes se identifican como «hongkonesas» antes que mujeres cuando salen a manifestar por las calles. No culpan a los hombres por los estereotipos de género y tienden a considerar sus comentarios como expresiones de preocupación por su seguridad. Independientemente de las redes sociales que dicen «hermanos en primera línea, hermanas como apoyo»(前線巴,後勤絲), las activistas siguieron estando en la primera línea durante todo el año de protestas.
Las mujeres han estado activas en los movimientos cívicos de Hong Kong desde la Segunda Guerra Mundial.
Desde la década de 1950, hicieron campañas contra la violencia sexual. En la década de 1960, las organizaciones y los sindicatos de mujeres lucharon por la igualdad de salarios y una licencia de maternidad remunerada. A partir de la década de 1980, las organizaciones feministas se unieron al movimiento democrático en favor de las elecciones directas y el sufragio universal.
En los últimos años, Pekín ha extendido sus intervenciones en el campo educativo. En 2012, los padres, especialmente las madre, apoyaron la campaña contra la introducción de la educación nacional en la educación primaria. En este sentido, la participación de las mujeres en las protestas contra la ley de extradicción de China sigue siendo un legado bien establecido.
La falta de liderazgo de las protestas ha generado espacios para que las mujeres asuman diversos papeles prominentes y se libren de estereotipos de género.
Sin embargo, la violencia de género sigue prevaleciendo en las protestas. Las manifestantes fueron objeto de insultos sobre la forma del cuerpo y la belleza facial. Las activistas feministas importantes suelen ser blanco del ciberacoso. Lo más inquietante de todo es el aumento de las denuncias de que algunas manifestantes fueron agredidas sexualmente por la Policía durante las represiones de las protestas o mientras estaban detenidas dentro de las estaciones policiales.
La pandemia de COVID-19 y la intensificación de la represión contra la sociedad civil, según la nueva ley de seguridad, hace que las movilizaciones a gran escala de un millón y dos millones de personas sean poco probables en un futuro próximo. Sin embargo, las protestas se han arraigado cada vez más en las luchas cotidianas, incluida la creación de nuevos sindicatos y la táctica de la llamada «economía amarilla» en la que los consumidores a favor de las protestas apoyan a los comercios a favor de las protestas y boicotean los comercios (azul) que apoyan al sistema.
Si acaso, las mujeres serán más proactivas que los hombres en estos ámbitos, ya que las mujeres, la mayoría con un alto nivel de educación y parte activa del mercado laboral, tienden a ser las principales responsables de la toma de decisiones en relación con el consumo de los hogares.