Protesta solitaria en Países Bajos por la causa uigur: Un hombre enfrenta al Estado chino

Captura de pantalla de video de YouTube publicado por Gheni para buscar apoyo a sus familiares desaparecidos.

Se ha mantenido anónima la identidad del autor por razones de seguridad.

Desde 2017, la comunidad uigur que vive en China ha estado sometida cada vez más a ataques y prisión indiscriminada por parte de las autoridades chinas. Esta política de trazar perfiles raciales y religiosos llevó a que muchos jóvenes uigures salieran de China o prefirieran el exilio, sobre todo en Europa. Los 11 millones de uigures en la región de Sinkiang, en el oeste de China, son una nación túrquica musulmana a la que Pekín ataca sistemáticamente desde la llegada al poder de líder chino Xi Jinping, en 2012. A los uigures se les acusa de ser ‘separatistas de la patria’ o simplemente ‘terroristas’ en el discurso de China continental –incluidas declaraciones gubernamentales y medios–, y los han privado de sus derechos humanos más básicos, incluidos libertad de religión, movimiento y de usar su propio idioma.

La persecución de los uigures toma diferentes formas, que van desde prisión con sentencias de hasta diez años de encierro, y más recientemente internamiento en campos. Según muchos testimonios y fuentes diferentes, más de un millón de uigures –y otras minorías musulmanas— están detenidos. Dada la seguridad que rodea esos campos de internamiento y que China los presente como ‘centros de capacitación vocacional’, es difícil conocer números exactos. Pero se cree que cientos y posiblemente miles de personas han muerto estando detenidas. Hay información más detallada en la base de datos de víctimas de Sinkiang de Shahit.

Global Voices entrevistó a Abdurehim Gheni, de 43 años, natural de Aksu, prefectura del sur de Sinkiang. Actualmente, Gheni vive en Países Bajos, y en junio de 2018 comenzó una protesta en solitario en el centro de Ámsterdam.

La entrevista fue realizada por teléfono en uigur. Esta es una versión editada.

Sin contacto con familiares

Abdurehim Gheni (no es su nombre real) es un hombre instruido: se graduó de la universidad y luego trabajó como maestro de química en su ciudad natal por unos años. Pero por la discriminación contra los uigures, salió del país y vive en Países Bajos desde 2007.

La última vez que Abdurehim vio a sus familiares fue en 2014 en Turquía. Puede parecer que no fue hace mucho tiempo, pero se siente como toda una época diferente. En resumen, cerca de 2014, las autoridades chinas flexibilizaron las medidas a las que los ugures están sometidos. Les fue relativamente fácil recibir pasaportes para viajes internacionales, algo que siempre había sido difícil para quienes no tenían las conexiones adecuadas. Pero esta aparente flexibilización terminó abruptamente para Gheni el 23 de mayo de 2017, como cuenta a Global Voices:

Since that day I have lost contact with all my relatives in China. Before I could always contact them by phone. May was the fasting month of Ramadan, so I tried to call everybody back home, but strangely, no one picked up. At first I thought they were all busy because of the festivities. At last my father answered the phone. He said: “Don't call us again. Just take care of yourself and your children.” Then after a few days I got a text message from my brother in which he wrote “You must not call us again! Don't contact us under any circumstances!” I was so confused. We didn't know anything about the camps or the intensified crackdown on the Uyghurs by the authorities. By the end of the year, we had heard about the camps, and from 2018 bad news just kept coming, each new piece of information worse than the last.

Desde ese día, he perdido contacto con todos mis parientes en China. Antes siempre podía contactarlos por teléfono. El mes de ayuno por Ramadán fue en mayo, así que traté de llamar a todos en casa. Extrañamente, nadie respondió. Al comienzo pensé que estaban todos ocupados por las festividades. Al fin, mi padre contestó el teléfono. Dijo: “No nos vuelvas a llamar. Cuidate y cuida a tus hijos». Después de unos días recibí un mensaje de texto de mi hermano, que decía: “¡No debemos volver a llamarnos!». Estaba muy confundido. No sabíamos nada de los campos ni de la represión contra los uiguires por parte de las autoridades. Al final del año, ya sabíamos de los campos, y desde 2018 solamente llegaron malas noticias, cada noticia peor que la anterior.

No ha habido noticia de los 17 parientes perdidos de Abdurehim Gheni, y teme lo peor:

Did the Chinese regime kill them all? I´m missing my father, stepmother, my brothers, my sisters in law and their children, my wife's siblings. They are all ordinary people, law-abiding citizens. My father is a retired bank manager, my older brother a businessman, and my younger brother used to work for the government at the Water Agency in our hometown in Aksu prefecture.

¿El régimen chino los mató a todos? He perdido a mi padre, madrastra, hermanos, cuñadas y sus hijos, los hermanos de mi esposa. Son personas comunes y corrientes, cumplidoras de la ley. Mi padre es gerente de banco retirado, mi hermano mayor es un hombre de negocios, mi hermano menor trabajaba para el Gobierno en la Agencia de Agua de nuestra ciudad en la prefectura de Aksu.

Activismo creativo: protesta solitaria

La protesta en solitario se conoce en Rusia como manifestación de una sola persona (por la legislación local que pide autorización policial para manifestaciones de más de una persona). Es menos conocida en Europa Occidental, pero es la manera que Gheni ha elegido para denunciar la situación de su familia y el destino de miles de otros uigures que han perdido contacto con sus parientes en Sinkiang.

Como explica, se unió a una manifestación uigur en Ámsterdam, en la que se coreaban lemas contra China. Pero como recuerda:

I noticed that of the bystanders, no one came up to ask us who we were or what we were demonstrating for. It seemed like no one cared, and that we were just doing this for ourselves. Some time later, I saw a man standing all by himself on Dam square, with signs and folders to raise awareness of the Palestinian issue. I saw people coming up to him to talk and ask questions. I did the same, and got to know him. This way I realized that a dialogue seemed like the best way for me to raise awareness of how the Chinese regime is oppressing Uyghurs, including my family.

Vi que de los peatones, nadie vino a preguntarnos quiénes éramos ni por qué nos manifestábamos. Parecía que a nadie le importaba, y que lo estábamos haciendo por nuestra cuenta. Un tiempo después, vi a un hombre parado solo en la plaza Dam, con carteles y carpetas para dar a conocer el problema palestino. Vi a gente que se acercaba a hacerle preguntas. Hice lo mismo y llegué a conocerlo. Así me di cuenta de que un diálogo parecía la mejor manera para dar a conocer cómo el régimen chino está oprimiendo a los uigures, incluida mi familia.

Desde el 23 de junio de 2018, Gheni ha estado protestando en solitario los fines de semana hasta que la pandemia de COVID-19 llegó a Países Bajos en marzo de 2020. Reinició su protesta el 13 de julio, como se puede ver en este video de Facebook, y ha logrado mucho apoyo, incluidos diplomáticos:

‪Today, the US ambassador in the Netherlands, Mr. Pete Hoekstra, met with Uighurs in the Netherlands to hear about the…

Posted by Abdurehim Gheni Uyghur on Wednesday, July 15, 2020

Hoy, el embajador de Estados Unidos en Países Bajos, señor Pete Hoekstra, se reunió con uigures en Países Bajos para tomar conocimiento de…

Publicado por Abdurehim Gheni Uyghur el miércoles 15 de julio de 2020

Como dice, ya no está solo. “He hablado con mucha gente que nunca antes habían oído hablar de los uigures. Ahora hay dos personas que se unen a la protesta en la plaza”.

Gheni está decidido a tener alta visibilidad, ha escrito cartas al rey de Países Bajos, el primer ministro y ministro del Exterior del país, para pedir información sobre el paradero de su familia. También ha publicado un video en sltio de la base de datos de víctimas de Sinkiang de Shahit (con subtítulos en inglés):

Gheni concluye: «Sé que si siguiera viviendo en China, probablemente estaría detenido en un campo, en prisión o hasta muerto. Pero tuve la suerte de vivir fuera. Tal como lo veo, tengo esta oportunidad de ser la voz de los que no tienen voz”.

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