Macedonia del Norte ha abierto sus fronteras a los turistas de la Unión Europea y otros países europeos, pero las medidas relacionadas con la prevención del COVID-19 disuaden a los visitantes de elegir al país como un destino de viaje.
Un factor fundamental ha sido que algunos países de la Unión Europea, como Hungría por ejemplo, exigen a aquellos ciudadanos suyos que vuelven de Macedonia del Norte que pasen dos semanas en autoaislamiento al llegar a casa. Alemania pide a los viajeros que vuelven de uno de los 130 países designados como de riesgo que realicen pruebas de diagnóstico obligatorias. Estas normas varían de país en país, y la Unión Europea ha establecido el sitio web Re-Open EU para poder seguirlas todas.
La Organización Mundial de la Salud ha elogiado a Macedonia del Norte por su alto nivel de transparencia en la información de los casos de COVID-19. Con una población de cerca dos millones de habitantes, el país tiene registrados 10 617 casos confirmados desde el inicio de la pandemia, con 480 muertes hasta la fecha. En las últimas semanas, el número de casos nuevos ha oscilado entre cien y 200 al día.
Los operadores turísticos que traen extranjeros a Macedonia del Norte deben someterse a los reglamentos contra la pandemia, empezando por el requerimiento de que los autobuses deben proporcionar un distanciamiento físico entre los pasajeros, con un límite del 50 % de asientos ocupados. Así, cada autobús turístico lleno que provenga de Polonia, por ejemplo, debe encontrarse con un autobús local vacío justo después de cruzar la frontera, y la mitad de los pasajeros deben transferirse al autobús local para continuar el viaje. Alquilar vehículos adicionales aumenta el precio general del plan, lo que lo hace menos atractivo para los operadores turísticos.
De esta manera, a diferencia de años anteriores, la mayoría de los turistas extranjeros que visiten el principal destino turístico del país —el área del lago de Ocrida— tendrá como destino Albania, que ha estado mucho más abierto a los visitantes y que, como consecuencia, tiene un mejor panorama financiero este periodo vacacional. Sin embargo, algunos europeos que han visitado el litoral albano, realizan excursiones diurnas en la pintoresca región protegida por la UNESCO de Macedonia del Norte, incluidos el casco antiguo de Ocrida y los lugares naturales de gran belleza que la rodean.
Daniel Medaroski, guía turístico de Experience Balkan, explica las dificultades actuales:
“I work with an incoming agency and as an authorized tourist guide; I haven’t earned any money since New Year. I share these difficulties with about 5,000 people like me who are in this sector. This season is certainly over and we are focusing on 2021, but what shall we do till then? Lately, I have been trying to rent my boat on Lake Ohrid, but the domestic tourists cannot afford it, and I still hope that some individual travelers or smaller groups will come to Ohrid, so that I can be of service to them for touring the area or renting my boat. And I am very much sure that the travelers will remember the beauty of the Ohrid region and will go back to their countries with pleasant memories and revelations of new destinations.”
Trabajo como guía turístico autorizado en una agencia nueva; no gano dinero desde Año Nuevo. Comparto estas dificultades con unas 5000 personas como yo en este sector. Sin duda, esta temporada se ha acabado, por lo que nos estamos centrando en 2021, ¿pero qué haremos hasta entonces? Últimamente he estado intentando alquilar mi barco en el lago de Ocrida, pero los turistas internos no lo pueden costear, y yo sigo esperando que vengan viajeros independientes o grupos pequeños a Ocrida para poder guiarlos por la zona o alquilarles mi barco. Y estoy muy seguro de que los viajeros recordarán la belleza de la región de Ocrida y de que volverán a sus países con buenos recuerdos y revelaciones de nuevos destinos.
El país ha establecido protocolos por la pandemia para proteger a los visitantes y a los trabajadores turísticos. Las playas, la mayoría de las cuales son arrendadas por operadores privados, deben ofrecer un distanciamiento físico entre las sillas de playa; los bares y restaurantes solo pueden dar asiento a cuatro personas por mesa, y los camareros y otros trabajadores deben llevar todos mascarillas e instaurar otras medidas de prevención.
El área del lago de Ocrida presenta una serie de atracciones, incluidas algunas accesibles solo por barco, como las llamadas «playas salvajes» bajo los acantilados del Parque Nacional Galichica.
Mientras tanto, los ciudadanos de Macedonia del Norte enfrentan un cierre de fronteras, excepto con sus vecinos Albania y Serbia. No se les permite visitar Grecia ni Montenegro, mientras que para entrar en Bulgaria o Croacia, donde el mar se encuentra mucho más alejado, deben mostrar en la frontera resultados negativos en pruebas recientes de PCR. En Croacia también deben presentar pruebas de sus reservas de viaje.
Por esta razón, los sitios turísticos se llenan de visitantes nacionales, especialmente durante los fines de semana, cuando las ciudades se despejan y los complejos turísticos en lagos y montañas se ven abarrotados de visitantes y basura (y donde una de las iniciativas locales es intentar contrarrestar el arrojo de basura en las playas de Ocrida mediante acciones de limpieza voluntaria).
Los visitantes del interior del país suelen emplear sus propias casas de fin de semana o habitaciones alquiladas de bajo presupuesto en lugar de hoteles, y, por lo tanto, aportan muchos menos beneficios. También compran menos recuerdos, y se interesan mucho menos por las visitas guiadas que explican la cultura y otros aspectos del patrimonio nacional, dado que la mayoría ya ha disfrutado de las vistas o sienten que conocen toda la información que podrían obtener de las guías pagadas.
El verdadero sustento de la industria del turismo en Macedonia del Norte son los huéspedes extranjeros, pero existen pocas posibilidades de que lleguen en masa este año. Esto es evidente en el otro destino turístico del país, la capital, Skopie. Su casco antiguo, con un Antiguo Bazar otomano muy bien preservado, el segundo mayor de los Balcanes detrás del Gran Bazar de Estambul, rebosaba de turistas en años previos. No obstante, desde el inicio de la pandemia, incluso después de retirarse los toques de queda y las restricciones de viaje, los comerciantes han tenido dificultades para llegar a fin de mes.
«Nos hemos visto obligados a dejar de trabajar los domingos, cuando antes era uno de nuestros días más ocupados de la semana. También cerramos mucho antes, sobre las 18:00 o 19:00 horas, y no a la 22:00 horas, porque por las tardes el bazar está vacío de gente», dice Xhemal Bajrami, gerente del restaurante Don Giovani, localizado en una de las calles más animadas del casco antiguo de Skopie.
Mientras 2019 marcó un récord como el año con mayor éxito para el turismo en Macedonia del Norte, las estadísticas oficiales de mayo de este año indican varias pérdidas para el sector turístico.
Muchas empresas tienen reservas de efectivo que solo pueden durar el verano, es decir, hasta agosto, y se les ha advertido que, a menos que consigan un apoyo sustancial, deberán despedir empleados en septiembre.
El 29 de julio, trabajadores turísticos se manifestaron en Skopie para exigir ayudas estatales bajo el lema «el turismo está con respiradores», en referencia a la etapa final del tratamiento de la enfermedad del COVID-19.
Pidieron subsidios estatales para pagar sus salarios mínimos hasta finales de año, así como varias formas de exoneraciones que evitaría la bancarrota de estas compañías.
El gobierno provisional, que dirige el país desde las elecciones que se celebraron el 15 de julio, ofreció algunos subsidios a compañías turísticas entre marzo y mayo, y otorgó a los ciudadanos con el salario mínimo vales de 50 euros. Sin embargo, no han respondido aún a la última ronda de pedidos de los representantes del sector turístico.