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Periodista congoleño se ve obligado exiliarse por documental sobre desalojos violentos

Categorías: África Subsahariana, R.D. Congo, Arte y cultura, Derechos humanos, Gobernabilidad, Guerra y conflicto, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, Política, GV Advox, UPROAR

Bukavu, ciudad central, República Democrática del Congo, 6 de septiembre de 2017. Fotografía de EMMANRMS [1] vía Wikimedia (CC BY SA 4.0 [2]).

Este artículo pertenece a UPROAR [3], iniciativa de Small Media que insta a los Gobiernos abordar los desafíos de derechos humanos por medio del Examen Periódico Universal (EPU) [4].

El periodista congoleño Gaël Mpoyo afronta amenazas de muerte por dirigir un documental de 2018 que trató sobre el desalojo forzado de los pobladores que ocuparon un terreno que pertenece presuntamente al expresidente Joseph Kabila, al este de la República Democrática del Congo.

Mpoyo, periodista investigador con más de 13 años de experiencia, trabaja como corresponsal para Africa News, pero antes de recibir las amenazas, vivió en Bukavu, capital de la provincia Kivu del Sur, al este del país.

El periodista ha temido por su vida y la seguridad de su familia desde julio de 2018, cuando se estrenó su documental en las salas de cine de Bukavu y se publicó en YouTube.

El cortometraje titulado «Mbobero: Might is Always Right [5]» (Mbobero: El poder siempre tiene la razón) se filmó en Mbobero, en las afueras de Bukavu.

Debido al clima de inseguridad general, particularmente en la provincia Kivu del Sur donde varios periodistas han sido asesinados [6] bajo circunstancias nada claras, Mpoyo y su familia se vieron obligados a vivir exiliados.

En el cortometraje de 27 minutos de duración, entrevistó a los habitantes de Mbobero, que fueron desalojados con violencia extrema –demolieron sus casas– de un terreno que pertenece presuntamente a Kabila. Aproximadamente, 3000 residentes fueron obligados a evacuar violentamente el terreno, de acuerdo con un testigo anónimo que habló con Global Voices.

El documental saca a relucir las irregularidades y jugarretas involucradas en este caso, que, de acuerdo con el periodista, se convirtió en un verdadero asunto de Estado a los ojos de los implicados.

Mpoyo habló con Global Voices sobre las amenazas que recibió y cómo afectaron su trabajo y su vida, desde esa primera proyección en Bukavu realizada el 6 de julio, 2018.

Afirma que desde entonces, él y su familia se vieron obligados a vivir escondidos. También indicó a Global Voices que el documental tuvo como objetivo relatar la historia de las víctimas. «Tuve que mostrar al mundo lo que sucedió en realidad en esa parte del país con evidencia real».

«En Bukavu, tras concluir la proyección del video en la sala de cine algunos participantes lloraron. Comprendieron que eran inhumanas [las condiciones] en que vivió la población congoleña en el terrero que el expresidente Joseph Kabila [intentó] tomar», dijo.

Kabila logró recuperar todo el terreno que habitaron los antiguos residentes de Mborero.

Tan pronto como el documental estuvo disponible en línea, el periodista comenzó a recibir amenazas. El editor de la película, Franck Zongwe, y dos activistas de derechos humanos de la organización Nueva Dinámica de la Sociedad Civil en la República Democrática del Congo –la primera en advertir sobre los desalojos–, también recibieron amenazas [7].

Mpoyo dijo a Global Voices que recibió una llamada telefónica inquietante del entonces gobernador de la provincia Kivu del Sur, Claude Nyamugabo, quien insistió en que «no debería exponerse a peligros» al proyectar su película documental que, de acuerdo con la percepción de Nyamugabo, enfurecería aún más a Kabila.

«Me desmoralicé cuando recibí la llamada del gobernador de la provincia, para mí fue realmente desalentador», afirmó.

Durante la filmación del documental, Mpoyo solicitó la opinión de las autoridades locales, que se rehusaron y tuvieron miedo de hablar sobre el tema, dijo a Global Voices.

Bajo observación y amenazas

Para la primera proyección del documental fueron invitadas varias personalidades de Kivu del Sur, pero Mpoyo decidió marcharse de la ciudad incluso antes de que lo emitieran por su propia seguridad, pues había recibido amenazas antes del estreno. Estando escondido, continuó recibiendo amenazas.

Mpoyo declaró con franqueza a Global Voices que una persona no identificada le envió el siguiente mensaje [8] intimidatorio el 11 de julio de 2018:

Little one, stop playing with fire. You took advantage of our silence by posting your video on YouTube. Stop attacking Rais [‘president’ in Swahili] Joseph Kabila.  We'll give you 24 hours to remove this YouTube item if you need to live.  We know where you are hiding and we are following closely all your movements.

Pequeñito, deja de jugar con fuego. Te aprovechaste de nuestro silencio al publicar tu video en YouTube. Cesa los ataques a rais [‘presidente’ en suajili] Joseph Kabila. Te concederemos 24 horas para que elimines este contenido de YouTube si necesitas vivir. Sabemos dónde te escondes y seguimos de cerca todos tus movimientos.

El documental, no obstante, aún se encuentra disponible en internet y hasta la fecha ha recibido 21 000 vistas en YouTube.

El motivo que me ayudó a producir el documental también me ayudó a no eliminarlo de internet. Esto requirió de verdadera valentía», dijo Mpoyo.

«Requirió de coraje realizarlo porque fue un documental considerado desfavorable para el presidente. Muchos periodistas temieron escribir sobre el tema. Las amenazas me aguardaban».

Sus vecinos le dijeron que en 2018, observaron constantemente a personas sospechosas que merodeaban alrededor de su domicillio casi todos los días, aproximadamente a las 5:00 a.m. y en la noche alrededor de las 9:00 p.m.

«Extraños observaron y aseguraron todos mis movimientos. Estos mismos agentes supieron dónde me ocultaba. Mi familia se traumatizó», indicó.

La organización congoleña Periodistas en Peligro (JED) consideró [9] las amenazas contra el cineasta como «sumamente serias».

Exilio

Como respuesta a esas amenazas, las organizaciones que abogan por la libertad de prensa africanas e internacionales, como Reporteros Sin Fronteras (RSF), exhortaron [9] a las autoridades congoleñas a proteger a los cineastas y respetar la libertad de prensa. Pero estas peticiones fueron ignoradas, por lo que Mpoyo continuó recibiendo mensajes de odio.

Mpoyo escapó discretamente de la República Democrática del Congo en 2018 para dirigirse a Uganda con la ayuda de la oficina de derechos humanos de la Misión de Naciones Unidas en Congo y la embajada holandesa.

En 2019, el país eligió a un nuevo presidente, Félix Tshisekedi. Después de su ceremonia de investidura, Tshisekedi instó a regresar a todos los que se habían marchado del país debido a las amenazas, y prometió seguridad.

Como persona desplazada en Uganda, no fue fácil para Mpoyo y su familia, por lo que decidió aceptar la invitación emitida por el nuevo presidente de regresar a su país y comenzar una nueva vida en la provincia aledaña de Kivu del Norte.

Cuatro meses después, comenzó a recibir llamadas telefónicas y mensajes intimidatorios nuevamente. No cumplieron la promesa del presidente.

>Mpoyo indicó a Global Voices que incluso sus hijos recibieron amenazas de camino a la escuela. Poco tiempo después de regresar, se vio obligado a marcharse de nuevo hacia otro país extranjero y se negó a especificar su paradero por cuestiones de seguridad.

Las amenazas y el exilio han sido difíciles para el periodista y su familia. Mpoyo explicó:

Life in exile is not easy. … I don't have the means to do my work properly. Being far from my country cripples my productions. Even to survive, sometimes it's complicated.  It's better than living at home.  I'd like to go back to the Congo, but I don't know when the situation will be resolved.’

La vida en exilio no es fácil. … No tengo los instrumentos para realizar mi trabajo adecuadamente. Estar alejado de mi país perjudica mis producciones. Incluso sobrevivir, en ocasiones es complicado. Es mejor que vivir en casa. Me gustaría regresar al Congo, pero no sé cuando se solucionará la situación.

Finalizó la entrevista pidiendo seguridad para los periodistas en la República Democrática del Congo y exhortó a las autoridades a involucrarse para que la nación respete el trabajo del periodismo de investigación ético y la libertad de prensa se vuelva una realidad en el país.