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Una ciudad encadenada: Cómo la ley de seguridad de Pekín ha transformado a Hong Kong en apenas un mes

Categorías: Asia Oriental, China, Hong Kong (China), Derecho, Derechos humanos, Elecciones, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Política, Protesta
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La policía de Hong Kong ondea un cartel morado que advierte de las violaciones de la ley de seguridad. Foto por Stand News, utilizada con permiso.

El artículo original fue escrito por Jennifer Creery y se publicó [2] en Hong Kong Free Press (HKFP) el 1 de agosto. La siguiente versión editada se publica en Global Voices en virtud de un acuerdo de asociación de contenido.

La ley de seguridad nacional [3], que antes solo era una vaga amenaza, se hizo realidad en Hong Kong en julio cuando, en menos de mes y medio, Pekín impuso una ley que concede a las autoridades plenos poderes para detener a los disidentes.

La ley fue redactada en secreto aparentemente sin ningún aporte de la legislatura local, y abarca los actos de la ciudad que se consideran una amenaza para la seguridad del Estado, como el terrorismo y la colusión con fuerzas extranjeras, tras meses de protestas [4] democráticas que a veces se tornaron violentas.

Con amplias disposiciones generales, que abarca actos cometidos en el extranjeros y cargos punibles hasta la cadena perpetua, la ley ha hecho temblar a los activistas que temen que sea una manera fácil de arrebatar las apreciadas libertades civiles del país.

La medida fue bien acogida por el bando a favor de Pekín, ya que anunciaba el regreso de la «estabilidad» social, mientras que los activistas y las organizaciones no gubernamentales avisaron que marcará el fin [5] del principio «Un País, Dos Sistemas».

En 15 días, las autoridades locales han declarado ilegales [6] varias frases de protesta y detenido a activistas [7] por supuesta incitación a la secesión. Los críticos advirtieron de un «efecto paralizante» ya que varios Gobiernos extranjeros, como Australia y Nueva Zelanda, suspendieron sus tratados de extradición con Hong Kong. El exlegislador Nathan Law voló a Reino Unido, y Downing Street creó un plan «salvavidas» para la ciudadanos [8] titulares de pasaportes británicos que quisieran emigrar de Hong Kong.

Ya que siete millones de residentes enfrentan un cambio radical en el orden político de la ciudad, HKFP trató de resumir los acontecimientos claves en Hong Kong mientras que la nueva legislación se pone en marcha.

Cinco detenciones en virtud de la ley de seguridad

A pesar de la ley recién promulgada y de las restricciones a las reuniones por coronavirus, miles de personas salieron a las calles de la isla de Hong Kong el 1 de julio [6]. En virtud de la nueva ley, la Policía hizo sus primeras detenciones, incluidos quienes llevaban carteles de la independencia de Hong Kong. El mismo día, la Policía introdujo una nueva bandera púrpura que advertía a las multitudes que podían haber violado la ley de seguridad.

Lemas de protestan son un delito

El canto «Liberen a Hong Kong, revolución de nuestros tiempos», que resuena en todos los centros comerciales de la ciudad, llegó a definir el último año de protestas.

Dos días después de la promulgación de ley de seguridad, el Gobierno señaló [9] que ese lema de protesta popular implicaba separatismo y advirtió que cualquiera que lo pronunciara o lo exhibiera podría ser arrestado.

Los expertos jurídicos han cuestionado el carácter vinculante de la prohibición. Sin embargo, la Policía rápidamente amonestó al grupo político Tin Shui Wai Connection [10] en un puesto callejero y detuvo a un manifestante por llevar un cartel con el lema prohibido en Yuen Long el 27 de julio.

Los manifestantes han respondido con soluciones alternativas creativas, como los casi homónimos, un tipo de letra geométrico de ocho caracteres, o con las iniciales del lema romanizado. Muchos expresaron su oposición con pancartas en blanco mientras que otros pegaron notas en blancos en los muros para imitar a los «Muros de Lennon», tableros de exhibición pública que una vez estuvieron llenos de mensajes de apoyo al movimiento de protesta.

Retiran libros democráticos

Días después de la promulgación de ley, al menos nueve libros a favor de la democracia desaparecieron de las estanterías de las bibliotecas públicas [11], lo que provocó temores por la censura.

Entre los libros retirados para una «revisión» está «Mis viajes por comida y justicia» de la demócrata Tanya Chan, » El discurso no libre» cuyo coautor es Joshua Wong, así como «Sobre la ciudad-estado de Hong Kong y los supervivientes del estado de Hong Kong» de Horace Chin, escrito bajo el nombre de Chin-Wan.

Prohíben canciones de protesta en las escuelas

El 7 de julio, Kevin Yeung, secretario de Educación de Hong Kong, declaró que nadie en las escuelas debe [12] «realizar ninguna actividad para expresar su postura política» y los profesores no deben permitir que los estudiantes toquen, canten o emitan la popular canción de protesta «Gloria a Hong Kong» en las escuelas.

Saquean institutos de encuestas

En la noche del 10 de julio, la Policía entró [13] a las oficinas del Instituto de Opinión Pública de Hong Kong (NHPORI en inglés) con una orden para confiscar los computadores portátiles.

La redada sobre una presunta fuga de datos coincidió con la participación de los encuestadores en las elecciones primarias democráticas para seleccionar candidatos para las elecciones legislativas de septiembre. Como estaba programado, las elecciones primarias tuvieron lugar días después. Los funcionarios se fueron de la oficina sin llevarse ningún dispositivo electrónico.

Enviado especial de Taiwán deja Hong Kong

Kao Ming-tsun, principal representante en funciones de Taiwán en Hong Kong, dejó la ciudad [14] el 16 de julio, tras negarse a firmar un declaración jurada en favor de «Una China» para renovar su visado.

«Una China» es un principio diplomático que reconoce un solo gobierno chino y a Taiwán como parte de China, pues ha sido regido por el Gobierno de China desde 1945 pero sigue considerándose una país independiente.

Kao se convirtió en el principal representante del país después de que la renovación del visado de Lu Chang-shui, el funcionario designado, quedara pendiente desde 2018. Los funcionarios taiwaneses han acusado al Gobierno de Hong Kong por aplicar «condiciones políticas adicionales» para tramitar las renovaciones y solicitudes de visado desde la promulgación de la ley de seguridad.

Transfieren a personal de oficina de medios

El 14 de junio, sin previo aviso, The New York Times reveló [15] que iba a trasladar su equipo de noticias en línea de Hong Kong, cerca de un tercio de su personal, a Seúl, Corea del Sur. Mencionó los crecientes temores sobre libertad de prensa derivados de la nueva ley y las inusuales dificultades para conseguir permisos de trabajo, lo que antes «casi nunca era un problema», añadió.

El periódico dijo que dejaría a algunos de sus corresponsales en el territorio para seguir su cambiante panorama político.

Detienen a estudiantes

El 29 de julio, la Policía detuvo a cuatro exmiembros del grupo a favor de la independencia [16] «Studentlocalism»: el excoordinador Tony Chung, el exportavoz Ho Nok-hang y Yanni Ho y Chan Wai-jin, sospechosos de incitación a la secesión, en la primera gran redada tras una investigación en virtud de la ley de seguridad.

Más tarde, el superintendente del Departamento, Steve Li, habló con la prensa y señaló publicaciones en las redes sociales presuntamente hechas tras la promulgación de ley y que, supuestamente, abogaban a la «unión de todas las fuerzas independientes» para establecer una «república de Hong Kong».

El día antes de que el Gobierno promulgara la ley, el grupo Studentlocalism anunció [17] que trasladaría todas las operaciones locales al extranjero. Los críticos dieron la alarma [18] por una potencial aplicación retroactiva de la ley tras las detenciones.

Descalifican a demócratas

Menos de 24 horas después del arresto de los estudiantes, los funcionarios electorales [19] invalidaron las candidaturas de 12 candidatos demócratas a las elecciones legislativas de septiembre.

La lista incluye al importante activista Joshua Wong, una espina para el Gobierno desde hace tiempo, los legisladores Kwok Ka-ki, Dennis Kwok y Kenneth Leung, que antes eran considerados moderados, así como los consejeros de distrito Tiffany Yuen, Lester Shum y Fergus Leung y la recién llegada experiodista Gwyneth Ho.

Una de las razones mencionadas para esta decisión fue haberse opuesto a la ley de seguridad que, «en principio» significaba que el candidato no tenía la intención sincera de defender la Ley Básica.

En una inquietante declaración, el Gobierno dijo que no descartaría la posibilidad de invalidar más candidaturas en futuro. El viernes 31 de julio, Wong advirtió que las autoridades estaban tratando de eliminar a todas las figuras de la oposición [20] para mantener la mayoría del bando a favor del sistema.

«Se busca» a activistas exiliados

Al parecer, el 31 de julio, la Policía de Hong Kong [21] ordenó la detención de seis activistas demócratas: Nathan Law, Simon Cheng, Ray Wong, Wayne Chan, Honcques Laus y Samuel Chu, ciudadanos estadounidense, por sospecha de haber violado la ley de seguridad nacional.

La controvertida ley incluye unas disposiciones muy imprecisas que abarcan a todo el mundo, lo que pone a los hongkoneses en el extranjero en riesgo de ser arrestados si regresan a la jurisdicción de Hong Kong o de China.

Postergación de elecciones

Siempre el 31 de julio, la jefa ejecutiva, Carrie Lam, anunció [22] que Hong Kong pospondría las elecciones de septiembre al año siguiente por un repunte de casos de coronavirus indetectables.

Sin embargo, los demócratas de Hong Kong dijeron [23] que el Gobierno estaba conspirando con los legisladores a favor del sistema para demorar a las elecciones utilizando la COVID-19 como excusa.