Cuando un sismo de 6.0 grados en la escala de Richter sacudió la costa de África Oriental a las 8:15 horas del 12 de agosto, los tanzanos recurrieron rápidamente a Twitter para informar del poco habitual fenómeno natural que generó balanceos en los candelabros, roturas en ventanas y rajaduras en las paredes.
El sismo golpeó debajo del océano Índico, aproximadamente a 82 kilómetros de las costas de Dar es Salaam, la capital cultural y financiera de Tanzania, ubicada al sudeste del país. Los habitantes del archipiélago de Zanzíbar y de la costa de Kenia también sintieron la sacudida. No se informó de muertes ni heridos. Se informó que al día siguiente hubo una réplica moderada.
Today's earthquake here in dar es salaam, Tanzania.. The video shown here is at Akemi revolving restaurant #earthquake #tanzaniaearthquake pic.twitter.com/6lR8ZRPtJ8
— . (@ageingpiers) August 12, 2020
El temblor de hoy en Dar Es Salaam, Tanzania… El video que se muestra acá es en el sacudido restaurante de Akemi.
Este sismo sin precedentes en la historia reciente llamó la atención de los tanzanos en Twitter, pero las noticias fueron atenuados con nuevas regulaciones de contenido en línea que prohíben que los ciudadanos informen sobre la «ocurrencia de calamidades naturales» —como terremotos— «sin la aprobación de las autoridades respectivas».
En julio, el doctor Harrison Mwakyembe, ministro de Información, Cultura, Artes y Deportes de Tanzania, firmó las nuevas Regulaciones, para Comunicaciones Electrónicas y Postales (contenido en línea) 2020, que reemplazaron las regulaciones de 2018 con algunas estipulaciones adicionales que reprimen más la libre expresión en línea.
Según LEX África (Abogados por África), las regulaciones para contenido en línea de 2020 «se aplican a todo el contenido transmitido al público por medio de sitios web, foros blogs, microblogs, cuentas públicas, herramientas de mensajería instantánea como WhatsApp, transmisión en vivo en línea, agregadores y otras plataformas relacionadas como YouTube».
Las multas son de hasta cinco millones de chelines tanzanos (cerca de 2151 dólares estadounidenses), 12 meses de prisión, o ambos.
Según la categoría de la ley de «información pública que puede causar caos o desorden público», a los ciudadanos tanzanos no se les permite mencionar un terremoto antes de que el Gobierno haya aprobado oficialmente los mensajes al respecto.
Pero ¿se puede esperar que la gente no diga nada cuando sienten un temblor?
Cerca de una hora después de que las personas sintieron el sismo en Tanzania, el cibernauta Gaure Mdee tuiteó las regulaciones con una advertencia sarcástica «pero justa» a quienes tuvieran la intención de tuitear sobre el temblor:
Fair warning for those mentioning an earthquake in #Tanzania ?? pic.twitter.com/zbUkt5vUzm
— Gaure Mdee (@Profesy) August 12, 2020
Advertencia justa para quienes mencionan un terremoto en Tanzania. ??
A eso le siguió rápidamente algunos tuits llenos de humor:
All you people talking about ‘I felt the tremor!’ – please make sure a govt official has verified your tweet. ? https://t.co/aF2qS65Y0a
— Wayua Muli (@MizMuli) August 12, 2020
A todos los que están diciendo «sentí el temblor», por favor, asegúrense de que un funcionario gubernamental haya verificado su tuit.
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Silenciar la pandemia
Los sismos no son el único asunto que están silenciando.
Las nuevas regulaciones de contenido en línea prohíben a los ciudadanos difundir cualquier «contenido con información sobre el brote de una enfermedad mortal o contagiosa», sin aprobación gubernamental, incluidas conversaciones sobre medicaciones y curas.
Esta enmienda se agregó después de que el nuevo coronavirus llegó a Tanzania en marzo de 2020.
A comienzos de abril, el Parlamento tanzano decidió promover una estrategia de infusión herbal contra el virus conocida como kupiga nyungu, que se puede traducir como «dale a la poción». La estrategia alentaba a los ciudadanos a hacer infusiones herbales faciales y a comer pociones mezcladas de limón, picante y jengibre.
El presidente John Magufuli también instó a los ciudadanos tanzanos a rezarle a Dios, e insistió que los lugares de culto siguieran abiertos. A comienzos de mayo, Magufuli suspendió el laboratorio nacional de Tanzania, que realizaba pruebas de COVID-19 después de cuestionar la precisión de las pruebas.
Desde el 29 de abril, Tanzania no publica datos oficiales de COVID-19, y a principios de junio, el presidente Magufuli declaró a Tanzania libre de COVID-19. Sammy Awami, periodista de la BBC, describe cómo los ciudadanos viven la situación de COVID-19 en Tanzania.
La noche del terremoto, el cibernauta James Rut bromeó:
Has Magufuli approved that there was a huge earthquake in Tanzania? It might be a hoax from enemies of the country #Tremor
— James Rut (@james_Rut) August 12, 2020
¿Magufuli ha aprobado que hubo un gran terremoto en Tanzania? Puede ser un engaño de los enemigos del país.
Y la cibernauta Wavinya Kiagiri preguntó al día siguiente:
So you want us to pretend it didn't happen, the same way y'all are pretending there's no COVID? #AskingForAFriend https://t.co/pdoN40sPVK
— Wavinya Kiagiri (@wavinya_) August 13, 2020
¿Así que quieren que hagamos como si nada hubiera pasado, así como están haciendo como si no hubiera COVID? Pregunto para un amigo.
En Twitter, el usuario Jakom bromeó con una referencia a cómo el presidente había declarado que Tanzania estaba «libre de coronavirus»:
Magufuli just declared Tanzania Earthquake Free ? #tremor
— JAKOM? (@JakomRon) August 12, 2020
Magufuli acaba de declarar a Tanzania libre de terremotos.
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Dejando las bromas a un lado, algunos cibernautas indicaron que el Gobierno no ha podido emitir una advertencia de tsunami tras el terremoto, y asumió el riesgo de expresarlo en Twitter:
An earthquake of 5.9 magnitude,12 km in depth in Kilindoni,Pwani has been felt around East Africa. Tsunami warning is needed but still Meko [Magufuli] don't care about the citizens.@fatma_karume @MSalimu @MariaSTsehai @Greathinker12 pic.twitter.com/rVHKmhs1dz
— DR. Robert Kasainne (@KasainneRobert) August 12, 2020
Un sismo de magnitud 5.9, a 12 km de profundidad de Kilindoni, Pwani, se sintió en África Oriental. Se sigue necesitando la advertencia de tsunami, pero a siguen sin importarles los ciudadanos.
Sacudidas electorales
Las nuevas regulaciones fueron anunciadas poco antes de las elecciones presidenciales en Tanzania en octubre. El partido gobernante, Chama cha Mapinduzi, o Partido Revolucionario (CCM), está en el poder desde 1961. Las recientes elecciones han aumentado las dificultades a su position.
Las nuevas regulaciones prohíben llamados en línea para protestas, incluido todo «contenido relacionado con planificar, promover y convocar manifestaciones, marchas y similares que llevarían a desorden público».
La Autoridad de las Comisiones Reguladoras de Tanzania, que emitió las nuevas regulaciones de contenido en línea, tiene facultades de intervenir en todo contenido que consideren que «amenaza la seguridad nacional». Los críticos dicen que estas regulaciones violan la Constitución, incluido los artículos 13 y 18, que protegen la libertad de información, según The Citizen.
Los críticos dicen que estas nuevas regulaciones son un intento de acallar las voces opositoras antes de las elecciones de 2020, con lo que es casi imposible que ciudadanos y candidatos hablen abiertamente sobre los asuntos o los contendientes. En años recientes, periodistas y defensores de derechos humanos han desaparecido, están detenidos o en prisión con acusaciones dudosas.
Las campañas electorales están en marcha, y se dice que el Gobierno también ha prohibido la circulación de medios extranjeros referidos a Tanzania en el país sin aprobación gubernamental, lo que hace que los críticos se pregunten cómo pueden los periodistas informar libre y justamente las elecciones de 2020.
Magufuli ha recibido elogios y críticas por su rígido enfoque al liderazgo con su lema «hapa kazi tu«, que se traduce como «todo es trabajo aquí». Pero el montón de nuevas leyes y regulaciones que restringen la libertad de expresión y silencian el desacuerdo y la oposición en Tanzania va más allá de esto.
«A la maguforia le sigue la «magufobia», sugiere el escritor Sabatho Nyamsenda.
COVID-19, un terremoto y una elección inminente son tres asuntos muy diferente, pero cada uno tiene el potencial de impactar gravemente la vida de la gente. ¿De verdad es posible controlar las conversaciones en línea sobre temas que más le importan a la gente? Y si es así, ¿a qué costo?