Al menos 15 alumnas quedaron «embarazadas de instructores» en Escuela de Policía en Mozambique, según documento interno

Foto ilustrativa de la clausura del curso de formación para policías en Mozambique | captura de pantalla, 19 de agosto – Televisão STV – YouTube, tomada por el autor.

A comienzos de agosto, se filtró a la prensa mozambiqueña un documento privado de la Policía de la República de Mozambique (PRM) que daba cuenta de que había 15 alumnas embarazadas en una escuela de formación policial de Matalane, en la provincia de Maputo, la capital del país.

El documento afirma que los embarazos son resultados de relaciones de las alumnas con sus instructores, sin especificar si esas relaciones fueron consentidas o no.

También afirma que las alumnas embarazadas no podrán concluir el curso por el momento y emprenderán viaje de vuelta a sus provincias a costa de la Policía, y que los instructores involucrados serán «suspendidos».

El 8 de agosto, en declaraciones al diario O País, el comandante general de la Policía, Bernardino Rafael, afirmó que los involucrados serán sometidos a procesos disciplinarios.

En redes sociales, el caso fue ampliamente condenado. Varios usuarios manifestaron su repudio a las medidas tomadas por la escuela y exigieron justicia para las muchachas.

La activista Fátima Mimbire dijo en su página de Facebook:

Tratem o assunto Matalane com a devida seriedade. Estou de coração partido com esta notícia de 15 instruendas grávidas no Centro de Treinos de Matalane. Isso é grave. É grave porque, como o próprio documento refere, envolve os instrutores.

Ora, uma pessoa que detém autoridade sobre outra a engravida e o fim é um «processinho»? Isso me lembra o professor que exige sexo às alunas em troca de notas ou para não serem humilhada na sala de aulas por serem, na visão do professor, «burras», no lugar de ser processado é transferido para ir dar aulas em outro lugar. E lá, continua as suas façanhas.

Traten el asunto Matalane con la debida seriedad. Estoy con el corazón partido con esta esta noticia de 15 alumnas embarazadas en el Centro de Entrenamiento de Matalane. Es grave. Es grave porque, como el propio documento refiere, involucra a los instructores.

Ahora, ¿una persona que ejerce autoridad sobre otra y embaraza, y el final es un “procesito”? Eso se parece al profesor que exige sexo a las alumnas a cambio de notas o para no ser humilladas en las aulas por ser «burras», en opinión del profesor, que en lugar de ser procesado y transferido termina dando clases en otro lugar. Y ahí sigue con sus hazañas.

Txeka, colectivo de mujeres activistas, también condenó el caso:

«Caso de Matalane»

La edificación de una sociedad de justicia social en la defensa de la igualdad de derechos de los ciudadanos pasa por una política de educación y formación equilibrada, valorización de la formación de los ciudadanos con preparación científica y educación moral, cívica y patriótica.

Caso Matalane

La culpabilización de la violencia contra la mujer es una práctica común en las sociedades machistas/patriarcales, conocidas por la desvalorización de la mujer y sumisión a las voluntades del hombre, lo que causa juzgamientos sobre la conducta de la víctima y atenúa la conducta del agresor.

El profesor universitario Carlos Serra dijo:

Matalane? Apenas a ponta do Iceberg, somos formatados para reproduzir Matalane. Imagino o dia em que elas começarem a narrar as suas histórias, começando pela mais tenra infância.

¿Matalane? Es apenas la punta del iceberg, estamos formateados para copiar lo ocurrido en Matalane. Imagino el día en que comiencen a contar sus historias, desde sus primeros años.

Es igual en lo que se refiere a la periodista y activista Selma Inocência:

Tomo acción para poner fin a la violencia contra mujeres y niñas.
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Pocos profesores comparecen ante la justicia, tienen un juicio y reciben condena. Son responsables por la infancia perdida de miles de niñas. La escuela no es segura.

Las estadísticas revelan que cientos de niñas quedan embarazadas en la escuela, gran parte de tutores, profesores, directores.

También ha iniciado una petición que exige un castigo para los policías involucrados. Hasta ahora, más de 3800 personas han firmado la petición.

El 19 de agosto, el presidente de la República, Filipe Nyusi, finalmente se pronuncio sobre el caso y dijo que será investigado por la Policía:

Para o Governo, este caso é sério e está a ser investigado ao detalhe ao nível ministerial e do Comando-Geral da Polícia da República de Moçambique. O Estado não deve nem vai tolerar situações como esta. A lei deverá ser cumprida e ela é igual para todos nós. Ninguém está acima da lei.

Decorrem inquéritos para aferir os contornos de cada um dos casos, procurando salvaguardar o estado psíquico e emocional das gestantes, porque elas merecem respeito humano.

Para el Gobierno, este caso es serio y será investigado con detalle a nivel ministerial y del Comando General de la Policía de la República de Mozambique. El Estado no debe tolerar y no tolerará situaciones como esta. Se debe cumplir la ley y debe ser igual para todos. Nadie está por encima de la ley.

Se está investigando para evaluar los límites de cada caso, teniendo en cuenta el estado psíquico y emocional de las gestantes, porque merecen respeto humano.

Otros casos

El caso se suma a situaciones de violencia que enfrentan mujeres mozambiqueñas, que en su gran mayoría no tiene atención de los medios.

En la provincia de Gaza, hay un proceso penal contra el diputado Alberto Niquice, del Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo) por violación de una niña de 13 años en 2018.

A inicios de 2020, 30 organizaciones de la sociedad civil mozambiqueña exigieron la suspensión de la toma de posesión de Niquice, relegido en 2019. El diputado tomó posesión y ejerce normalmente sus funciones en la Asamblea de la República.

Otro episodio que apareció en la prensa fue el caso de vinolencia doméstica sufrida por Josina Machel, hija del primer presidente de Mozambique, Samora Machel.

En octubre de 2015, Josina fue agredida por su pareja Rofino Licuco, con quien tenía tres años de relación, que la dejó ciega de un ojo. Licuco fue condenado a tres años y cuatro meses de prisión, y a pagar 300 millones de meticales (cerca de 4,2 milones de dólares estadounidenses) de indemnización a Josina.

Mientras tanto, Rofino apeló a la sentencia y, en junio de este año, el Tribunal Superior de Apelaciones la anuló por «insuficiencia de pruebas» en torno al caso.

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