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Por qué están en huelga contra aplicativos los repartidores en Brasil

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Repartidores en Brasil protestan por sus condiciones de trabajo | Imagen: Magno Borges/Agência Mural

Este texto es de Lucas Veloso y Jéssica Moreira. Se publica aquí en virtud de una asociación para compartir contenido entre Global Voices y Agência Mural [1].

Cuando cumplió 18 años, Michel da Silva, que vive en Cidade Tiradentes [2], en la zona este de São Paulo, se registró como repartidor para iFood, uno de los principales aplicativos de entrega en Brasil.

En los seis meses que pasaron desde entonces la rutina no fue fácil. A pesar de hacer entregas de comida diarias, no siempre logra tener tiempo para alimentarse. “No tengo un horario para almorzar, tal vez puede tomar un café, porque me levanto temprano para salir. Cuando consigo almorzar no tengo un lugar específico para comer”, dice.

La solución es sentarse en mitad de la acera, pararse en medio de la calle o en alguna plaza para para lograr comer. Según Michel, otras necesidades básicas también se vuelven difíciles en la calle, como la falta de baños. “No podemos usar el baño, debemos aguantar”.

Las condiciones que menciona tienen puntos en común con los reclamos de los repartidores que llegaron hasta Agência Mural. La diminución de ingresos a causa de la pandemia del nuevo coronavírus [3] también es uno de los puntos que mencionan los profesionales registrados en aplicativos como Rappi, iFood, UberEats, Loggi y James.

La segunda paralización nacional para pedir mejores condiciones para la categoría fue convocada el 25 de julio. A comienzos del mes [4], miles de repartidores en São Paulo y otras grandes ciudades brasileñas, como Rio de Janeiro, Belo Horizonte, Porto Alegre, Salvador y Recife, ya se habían adherido al movimiento.

Esencial

La crisis por el COVID-19 y la falta de apoyo de los aplicativos a los repartidores están entre los principales problemas que enfrentan ahora.

Con la pandemia, la cantidad de repartidores de aplicativos de la capital paulista y del Gran São Paulo aumentó al menos 20 %, según SindiMotoSP (Sindicato de mensajeros Motociclistas del Estado de São Paulo). Los datos de la entidad apuntan a que hay cerca de 280 000 profesionales con moto o bicicletas trabajando región.

El trabajo en ese período se tornó más peligroso, teniendo en cuenta la exposición al virus en tiempos en que es necesario el aislamiento social. Un decreto del presidente Jair Bolsonaro consideró los servicios de entrega como actividades esenciales que no podían detenerse.

Adriano Almeida, 35 años, vio en los aplicativos de entrega una oportunidad de conseguir ingresos. Vive en Capão Redondo [5], zona sur de la capital, y trabaja con la moto hace dos años. Diariamente sale de casa cerca de las 8:00 horas rumbo al centro de la ciudad, donde pasa el día y regresa después de las 22:00 horas.

Con cuentas que pagar y sin empleo fijo, dice que hace cerca de 15 entregas por día. Lo que ganan al mes cubren las deudas, pero las ganancias son bajas y los repartidores dicen que casi no tienen apoyo de los aplicativos. “Ganamos muy poco por entrega. Tengo cuentas que pagar y no consigo cubrir ni la gasolina”.

Sin baños y con rutinas que pasan de diez horas al día, los repartidores exigen mejores condiciones en Brasil | Imagen: Roberto Parizotti/FotosPúblicas [6].

Investigadores de Remir Trabalho (Red de Estudios y Seguimiento de la Reforma Laboral) conversaron con 252 trabajadores del sector em 26 ciudades por medio de un cuestionario en línea, entre el 13 y 20 de abril.

Entre los entrevistados, el 60,3 % señala una diminución en la remuneración, en comparación con los días anteriores a la pandemia. Otro 27,6 % dijo que las ganancias se han mantenido y el 10,3 % afirmó que sus ingresos aumentaron durante la cuarentena.

Entrar en el ramo exige inversión del propio repartidor. iFood [7], uno de los aplicativos más famosos, cita los artículos necesarios para quien se registre: tener un celular con sistema Android y paquete de datos, vehículo para entregas (moto o bicicleta), y una caja térmica o baúl y equipo obligatorio de seguridad del tránsito, como casco y chaqueta con fajas reflectivas.

Perfil de los repartidores

Allan de Almeida Lima, 24 años, de Guarulhos [14], en Gran São Paulo, hace entregas desde diciembre de 2019. Era chofer de una empresa de logística, pensó que como repartidor su vida financiera mejoraría, pero después de seis meses de haberse registrado en tres plataformas de aplicativos quedó decepcionado con la realidad. “Llegué pensando que iba a cumplir con un horario y que ganaría dinero trabajando ocho horas, pero es relativo”.

Allan dice que las ganancias no pasan de mil reales (o 192 dólares) por mes. Para compensar, hace otros trabajos informales, como plomero y ayudante de albañil para aumentar sus ingresos. “Es difícil salir a trabajar, no ver resultados y que te maltraten en algunas casas”, resume.

Una investigación de Aliança Bike (Asociación Brasileña del Sector de Bicicletas), después de una encuesta realizada en seis regiones de São Paulo, muestra el perfil social de los repartidores. Según los hallazgos, la mayoría vive en la periferias, son jóvenes (50 % tienen hasta 22 años), negros (71 %), con enseñanza secundaria completa (53 %) y que estaban desempleados (59 %).

Con la actual situación, más de la mitad de esos profesionales (57 %) trabaja los siete días de la semana. En promedio, la jornada diaria es de 9,24 horas, para hacer nueve entregas, con una remuneración mensual de 936 reales. Diariamente, cumplen una jornada pedaleando que supera los 60 km, de los cuales 40 km son para prestar el servicio y 20 km en el trayecto de casa a la región central.

Entre los reclamos, la falta de seguridad en el tránsito (44 %), falta de infraestructura vial (34 %) y falta de seguridad contra robos (20 %), ocupan las primeras posiciones. También reclaman el bloqueo indebido del registro.

Los repartidores cuenta que tuvieron el contacto desactivado las semanas que no trabajaron todos los días o por falta de servicio del clasificación de los aplicativos. Algunos se negaron a atender el pedido para la encuesta por temor a represalia y no poder seguir con las entregas. Las empresas niegan represalias.

Durante cinco días, Agência Mural acompañó a un grupo de repartidores en el aplicativo de mensajería de Whatsapp. La incertidumbre por el ingreso diario también suele ser un problema.

«Llegué a las 6:30 a Vila Madalena, eran las 10 de la mañana y sólo había hecho dos entregas», se lamentó un repartidor. «Me rendí y me fui. Quemar gasolina para nada, me quedo sin gasolina».

Otro repartidor escribió:

Esse trabalho nosso não é muito valorizado. É taxa pequena, você pode ser assaltado, atropelado, pode morrer aí na rua e eles não se responsabilizam por nada, eles não vêm com nada, não te dá vínculo de ajuda, se você sofrer um acidente, a única coisa que eles fazem é mandar para você “umas melhoras” e acabou. Você tem que arcar com tudo, com custo de hospital, com custo de tudo, então, são coisas que deveriam mudar no iFood. Agora, vou me jogar nas pistas e 10h da noite, nóis para, se Deus abençoar, com aquela quantia que a gente tem na mente.

Este trabajo nuestro no es muy valorado. Es una pequeña cuota, te pueden asaltar, atropellar, puedes morir en la calle y no se responsabilizan de nada, no vienen con nada, no te dan ninguna ayuda, si tienes un accidente, lo único que hacen es enviarte «unas mejoras» y se acabó. Tienes que pagar por todo, la cuenta del hospital, la cuenta de todo, así que esto es lo que debería cambiar en iFood. Ahora, voy a las calles y a las 10 de la noche, acabaremos, si Dios nos bendice, con la cantidad de dinero que tenemos en mente.

Se consultó a los aplicativos Rappi, UberEats, Loggi y James que respondieron a Mural sobre la paralización de las condiciones de trabajo.

iFood afirmó que el “ingreso promedio mensual del grupo que tiene la actividad de entregas como fuente principal de ingreso aumentó un 70 % en mayo a comparación de febrero”. Según la empresa, el valor promedio hora es de 21,80 reales (4.12 dólares) y el valor promedio por viaje es de 8,46 reales (1.60 dólares).

Sobre el bloqueo de repartidores, la empresa dice que en los casos de necesidad de desactivación de las cuentas de reparto, el profesional recibe un mensaje a través del aplicativo y se le dirige a un chat específico para saber la razón y solicitar el análisis del caso. Si se comprueba un error del aplicativo, la cuenta se reactiva.

La empresa también dice que ha tomado medidas para hacer frente al COVID-19 como una ayuda financiera para quienes presentan síntomas y forman parte de los grupos de riesgo, además de la distribución de equipo de protección personal.