Califican como «diplomacia de rehenes» la detención de presentadora sino-australiana Cheng Lei en China

Cheng Lei in Lisbon, Portugal at Web Summit 2019

Cheng Lei durante la conferencia «Web Summit 2019″ en Lisboa, Portugal. Foto de Piaras Ó Mídheach, cortesía de la cuenta de Web Summit en Flickr (CC BY 2.0)

El arresto de la periodista y presentadora televisiva Cheng Lei en China ha provocado temores de otro ejemplo de la llamada «diplomacia de los rehenes». Cheng es ciudadana australiana.

Según se informa, ha estado bajo arresto domiciliario desde mediados de agosto según el Gobierno australiano. Los diplomáticos australianos pudieron contactarla por video el 27 de agosto. Como Cheng no ha sido detenida formalmente sino que se encuentra bajo «vigilancia residencial en un lugar designado», actualmente las autoridades australianas adoptan un enfoque de diplomacia blanda al prestar asistencia y apoyo a Cheng y su familia.

Cheng es presentadora de un programa de negocios en la Red Global de Televisión de China (CGTN en inglés) de la televisión estatal, y es considerada como alguien que no cruza fronteras políticas en sus reportajes. No se ha dado ninguna explicación sobre su detención. En marzo, escribió en su página de Facebook sobre el encubrimiento de COVID-19 en Wuhan. Esta no puede ser la razón dado el tiempo transcurrido.

Kenneth Roth, director ejecutivo del Observatorio de Derechos Humanos, comentó en Twitter:

El silencio de China sobre el arresto de una periodista australiana.
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El Gobierno chino ni siquiera explica po rqué detuvo a esta presentadora de televisión australiana, lo que nos deja concluir que el arresto de Cheng Lei es simplemente el último ejemplo de la «diplomacia de rehenes» de Pekín.

Peter Greste, periodista australiano que pasó 440 días en una cárcel en Egipto por su trabajo con Al Jazeera, cree que puede ser un peón político:

Cheng Lei, periodista y ciudadana australiana, ha estado detenida en China durante dos semanas. Lo confirma la oficina de Marise Payne.
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Esto es profundamente inquietante. Si Cheng Lei ha cometido un delito, China debería acusarla y tratarla con rapidez y transparencia. De lo contrario, deberían dejarla ir. Cualquier otra cosa parece que la están usando como rehén política o diplomática.

Los colegas de los medios de comunicación de todo el mundo destacaron la difícil situación en la que se encuentra Cheng en las redes sociales y en otras plataformas. Tony Walker, periodista y académico, ha instado a una acción urgente en The Conversation:

When it seemed relations between Australia and China could not get much worse, the detention of an Australian citizen working for Chinese state television risks a further deterioration.

…Canberra should be doing all it can to ensure she is released from “residential surveillance” as soon as possible.

Cuando parecía que las relaciones entre Australia y China no podían empeorar, la detención de una ciudadana australiana mientras que trabaja para la televisión estatal china corre el riesgo de deteriorarlas aún más.

…Camberra debería hacer lo posible para asegurarse de que salga del arresto domiciliario lo antes posible.

Esto viene luego del fracaso de la diplomacia silenciosa para obtener la liberación de Yang Hengjun en China o de Kylie Moore-Gilbert en Irán.

Este último acontecimiento se produce en un momento de deterioro de las relaciones entre los Gobiernos de China y Australia, que ha visto crecientes restricciones a las importaciones de China. Esto se debe a la petición de Australia de una investigación independiente sobre el origen del coronavirus.

Al parecer, el perfil de Cheng ha sido eliminado de la página web de CGTN. Un periodista veterano de la BBC tuiteó una preocupación general sobre las acciones del Estado chino:

Cheng Lei, presentadora sino-australiana de noticias, ha desaparecido de las pantallas de China Global TV y su perfil ha sido borrado de la página web CGNT. El Gobierno australiano dice que ha sido arrestada. ¿Por qué? Es preocupante que la gente pueda desaparecer así en China.

El periodista indio Abhijit Majumber expresó preocupaciones similares:

Detienen a presentadora de televisión australiana en China.
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Cheng Lei, presentadora australiana está detenida en China.
Debo admitir que no entiendo la estrategia de China de enfrentarse a todos en múltiples frentes. Pero tal vez es parte de un plan bien pensado.

La artista Marionne Van Katwijk tiene una sugerencia propia sobre la estrategia de China:

Diplomáticos australianos trabajan a fondo para desentrañar la «extremadamente delicada» situación que rodea a la impactante detención del periodista Cheng Lei por parte de China, dice un exembajador australiano en China.
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El exembajador de China afirma que la situación en torno a la periodista detenida Cheng Lei es «extremadamente sensible». Sí, China está enviando ese mensaje de nuevo… ¿dominio del mundo, el fin del juego?

Global Voices también habló con el activista chino-australiano Badiucao y le pidió su opinión sobre la detención de Cheng Lei:

The arrest of Cheng Lei comes as a surprise, but the message is very clear: if we, the CCP, do not hesitate to arrest journalists who work for our own propaganda news agency, you better be careful when you cover China. There is also another chilling message: regardless of your current citizenship, if you were born in China, you are still property of China.

This is why I am afraid Cheng Lei might not be the last case like that, we already witnessed it with Yang Hengjun. Clearly this is a sign of desperation on the side of Xi Jinping who wants to reign in the media, having in mind the role it played in the fall of the Soviet Union in the late 1980s.

What is interesting is that in this climate of high tension in Sino-Australian relations, the Australian government is reaching a “can’t do this anymore” turning point that is unprecedented. The Australian government is offering special visas to Hong Kong students, it is also commissioning a research on academic freedom in Australia in regard to Chinese pressure. There are also discussions about following the US in the ban of Tik Tok and WeChat social media platforms.

But as of now, the message for us activists born in China and living abroad remains the same: we are potential hostages and each of us is facing the same danger as met by Cheng Lei, even if she was actually working to promote China’s official line.

El arresto de Cheng Lei fue una sorpresa, pero el mensaje es muy claro: si nosotros, el Partido Comunista Chino, no dudamos en arrestar a los periodistas que trabajan para nuestra propia agencia de noticias, es mejor que tengan cuidado cuando cubran [las noticias] de China. Hay también otro mensaje escalofriante: pese a tu ciudadanía actual, si naciste en China, sigues siendo de su propiedad.

Por eso tengo miedo de que Cheng Lei podría no ser el último caso así, ya lo presenciamos con Yang Hengjun. Claramente esto es un signo de desesperación por parte de Xi Jinping, que quiere reinar en los medios de comunicación, teniendo en cuenta el papel que jugó en la caída de la Unión Soviética a finales de la década de 1980.

Lo que es interesante es que en este clima de alta tensión en las relaciones sino-australianas, el Gobierno australiano está llegando a un punto de inflexión de «ya no puede hacer esto» que no tiene precedentes. El Gobierno australiano está ofreciendo visados especiales a los estudiantes hongkoneses, también está encargando una investigación sobre la libertad académica en Australia con relación a la presión china. Hay también discusiones sobre si seguir a Estados Unidos en la prohibición de las plataformas de medios sociales TikTok y WeChat.

Pero a partir de ahora, el mensaje para nosotros, los activistas nacidos en China que vivimos en el extranjero, sigue siendo el mismo: somos rehenes potenciales y cada uno enfrenta el mismo peligro que conoció Cheng Lei, aunque ella estaba trabajando para promover la línea oficial de China.

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