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Lenguas romances: ¿Se están volviendo más neutras en cuanto al género?

Categorías: Activismo digital, Lenguaje, Medios ciudadanos, Mujer y género

Imagen de Pixabay [1], con licencia Pixabay [2], editada y retocada por Global Voices.

Durante los próximos meses, Global Voices explorará las iniciativas hacia un de lenguaje no binario, inicialmente conocido como «lenguaje inclusivo». El presente artículo colaborativo empieza abordando el género en las lenguas romances [3].

A veces los idiomas se pueden percibir como una magia que impacta al mundo. Todo lo que decimos y cómo lo decimos influye sobre nuestro pensamiento, nuestra imaginación y nuestra realidad.

En la mayoría de las lenguas romances existen marcas morfológicas de masculino y femenino para los pronombres, sustantivos, adjetivos, artículos y demostrativos; y en las situaciones donde se desconoce el género de la persona o donde se hace referencia a un grupo mixto, las convenciones actuales de las lenguas romances priorizan la forma masculina como genérica. A diferencia del rumano –que mantiene el género neutro del latín–, el francés, el español, el portugués, el italiano y el catalán solo tienen marcas morfológicas de género binarias y, por ende, suponen dificultades particulares para la neutralidad. [4]

El activismo por la neutralidad de género en la lengua es parte de un movimiento más amplio que cuestiona, resiste y deconstruye el sexismo manifestado en las lenguas [5]. Se alega que [6] la predominancia del género masculino no es tan neutral como pretendía [7], sino que se fue imponiendo históricamente a través de procesos políticos e ideológicos.

Durante las últimas décadas, algunos movimientos han impulsado una mayor visibilidad de las mujeres y las personas de diversos géneros en las lenguas promoviendo el uso de pronombres neutros e inflexiones alternativas con distintas combinaciones de vocales y símbolos.

El francés se cuestiona las viejas normas

Foto de Chabe01, Wikimedia Commons [8] (licencia CC BY-SA 4.0 [9]).

En las escuelas de habla francesa, se aprende desde una edad muy temprana la vieja y repetida regla gramatical: “El masculino abarca lo femenino [10]”. Esto significa que, en las expresiones plurales que hacen referencia a diversos géneros, predomina el uso de la forma masculina. Sin embargo, una ortografía conocida como escritura inclusiva [11] viene ganando relevancia [12] dentro de las comunidades de habla francesa para combatir este sesgo lingüístico de género. [13]

La primera forma de escritura no binaria o inclusiva propone el uso, donde sea posible, de formas neutras ya existentes en el idioma, por ejemplo, “lectorat” (aproximadamente, ‘quienes leen’) en lugar de “les lecteurs” (‘los lectores’) o “les lectrices” (‘las lectoras’). La segunda forma es más explícita, donde se incluyen ambas formas al final de las palabras. Por ejemplo, las terminaciones «e» o «ice», que suelen corresponder a la forma femenina, seguirían a la masculina, como en «lecteur·ice·s» (‘lectores/as’).

Si bien esta ortografía ya ha sido adoptada por algunos medios [14], universidades [15] y unas pocas empresa [16], siguen siendo muy controvertidas [17], sobre todo en Francia [18], donde los críticos argumentan que es innecesaria.

En cuanto a los pronombres propuestos, el más usado para referirse a las personas no binarias o a un grupo mixto es “iel” –una contracción de “il” y “elle” (‘él/ella’). No obstante, aún no existe un consenso sobre cómo marcar el género neutro [19] en otras categorías de palabras. Es decir, aunque se use «iel», las personas aún se ven forzadas a seleccionar, en otra instancia, una de las opciones binarias para la terminación de adjetivos y sustantivos. Hasta el momento, los pronombres y las alternativas para género neutro no cuentan con sello de aprobación institucional [20] ni se usan con mucha frecuencia [21] fuera de los círculos queer, LGBTQI+ o feministas.

Debates muy activos en español y portugués

Activistas exhiben este letrero durante una marcha de mujeres en Santa Fe, Argentina, 2017. Foto de Wikipedia [22] (con licencia CC BY-SA 4.0 [23]).

Los movimientos dentro del mundo de habla hispana han impulsado enérgicamente la neutralidad de género gramatical. Este activismo lingüístico es especialmente fuerte en Argentina [24], donde se volvió una poderosa herramienta retórica y política [25] dentro del discurso público: El actual presidente, Alberto Fernández [26] usa algunas formas de lenguaje no binario en sus discursos, varias universidades [27] aprueban su uso en los trabajos académicos, y algunos organismos públicos, como el Banco Central [28], lo incluyen en comunicaciones formales.

A lo largo de las últimas décadas, se han puesto en práctica varias tentativas que apuntaron a un lenguaje castellano no binario. Una de las primeras fue el uso de la “x” y la “@” para remplazar la vocal que marca el género, por ejemplo, en «tod@s». Más recientemente, las organizaciones de activistas adoptaron la “e” como vocal alternativa de género neutro, y se propuso el pronombre “elle” [29] como alternativa a “él” o “ella”.

Si bien estas formas se usan especialmente dentro de las comunidades feministas y LGBTQI+, un reciente informe [30] del sitio de verificación de noticias Chequeado revela que ya se están aceptando (o tolerando) algunas palabras de género neutro entre la comunidad de hablantes de Argentina. Además, una nueva investigación de la Fundación del Español Urgente (Fundéu) [31] destacó el creciente uso de la “x”, la “@” y la “e” entre usuarios de Twitter de los países de habla hispana.

El portugués, por su parte, se asemeja mucho al español en cuanto a las alternativas de género neutro. En 2015, la psicóloga brasileña Andrea Zanella [32] creó un manifiesto para una “comunicación radicalmente inclusiva” en portugués, en colaboración con la consultora Diversity Box [33]. Desde entonces, Diversity Box crea guías para uso del género no binario en empresas [34].

Al igual que en el español, el uso de la «x» o la «@» se hizo popular en internet, especialmente entre las agrupaciones feministas [35], a pesar de que no forma parte de la norma gramatical culta [36] del portugués. Para que cambie, se requieren modificaciones a las leyes [37] desde el Congreso brasileño. El tema aún no se encuentra en la agenda legislativa de Brasil.

En Italia, se pondera el uso de la schwa 

Tabla de vocales del sistema AFI, de Wikipedia [38] con licencia CC BY-SA 3.0> [39]

En Italia, aunque el tema del lenguaje de género no binario no está tan extendido como en el español, existe un debate [40] que lidera la lingüista italiana Vera Gheno con respecto al uso de la schwa scevà («ә»), un símbolo del Alfabeto Fonético Internacional (AFI [41]).

La schwa proviene de algunos dialectos del centro y el sur de Italia, y se está usando como terminación para referirse a un grupo mixto de personas de manera neutra. Viene a remplazar el asterisco o la «@» al final de las palabras con género marcado, que siguen siendo muy usados en línea pero resultan impronunciables en el italiano oral. En agosto de 2020, la bloguera italiana Alice explicó [42] cómo se pronunciaba la schwa.

Esta otra propuesta [43] data de hace cinco años y se presentó a través del proyecto ciudadano «Italiano Inclusivo» [44], aunque el organismo oficial de la lengua italiana, la Accademia della Crusca [45] se niega a [46] reconocer en la schwa (o en cualquier otra forma) una señal de evolución hacia una lengua italiana no binaria.

Las comunidades feministas y LGBTQI+ toman la delantera en Cataluña

En los territorios de habla catalana, la adaptación de algunas soluciones surgidas de los movimientos en español para un lenguaje no binario están ganando impulso entre las comunidades feministas y LGBTQI+. Se presentan los pronombres “elli” y “ellis” como alternativas a “ell/ella” (‘él/ella’) y los plurales “ells/elles” (‘ellos/ellas’).

Durante décadas se ha recomendado a través de numerosas instituciones, como el Gobierno de Cataluña [47], el uso de lenguaje no sexista. Por su parte, la Universidad Autónoma de Barcelona publicó guías [48] que presentan estrategias para este fin, por ejemplo, dar preferencia a las alternativas neutras existentes, como “el professorat” (‘el profesorado’); el desdoblamiento del masculino y femenino, como en “els professors i les professores” (‘los profesores y las profesoras’); o los femeninos genéricos.

Desafíos del rumano para el lenguaje no binario

Crear un lenguaje no binario en rumano resulta particularmente difícil. Las formas “@” o “e” no son viables, ya que la “o” no suele ser la marca de masculino, y los sustantivos femeninos se forman, generalmente, agregando un sufijo al masculino («activist»>»activistă»). En ocasiones, se usa la terminación con «x», por ejemplo, «activistx» en lugar de «activiști»/»activiste», masculino y femenino, respectivamente. Quienes defienden la igualdad de género en la lengua también utilizan los pronombres «ei» o «ele» (versiones del español «elle») para evitar las marcas de género binarias.

A diferencia de las lenguas antes descritas, el rumano ha mantenido las desinencias de género neutras del latín, pero solo se usan para referirse a objetos o entidades colectivas. Todos los sustantivos neutros son masculinos en singular y femeninos en plural, por lo tanto, la neutralidad gramatical no necesariamente refleja la misma neutralidad desde la perspectiva del lenguaje no binario. En fin, a pesar de la aparente ventaja lingüística que ofrece el rumano, la posibilidad de que prospere un lenguaje no binario sigue siendo remota.