En Sri Lanka, familiares superan el miedo en el Día Internacional de Víctimas de Desapariciones Forzadas

A family member of a victim commemorates enforced disappearance at the Raddoluwa Missing Persons Memorial in Seeduwa, Western Province, Sri Lanka. Image via Flickr by Vikalpa. CC BY 2.0

Mujer homenajea a un familiar en el Monumento a los Desaparecidos de Raddoluwa en Seeduwa, Provincia del Oeste, Sri Lanka. Foto de 2013 en Flickr del usuario Vikalpa (CC BY 2.0).

El 30 de agosto, los familiares de víctimas de desapariciones forzadas de Sri Lanka se reunieron en varias ciudades para conmemorar el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, mientras que el Gobierno no llevó a cabo ninguna actividad oficial.

Se estima que miles de personas, principalmente de la etnia tamil, fueron secuestradas por agentes estatales durante los últimos años de la guerra civil (1983-2009) que enfrentó al Gobierno con el grupo separatista Tigres de Liberación de Eelam Tamil (LTTE), cuando Mahinda Rajapaksa era presidente (2005-2015) y su hermano, Gotabaya Rajapaksa, era secretario del Ministerio de Defensa.

Tras un breve gobierno de la oposición entre 2015 y 2019, los hermanos Rajapaksa volvieron al poder en calidad de primer ministro y presidente respectivamente. En las elecciones parlamentarias de 2020, su partido Alianza por la Libertad del Pueblo de Sri Lanka también obtuvo una mayoría de escaños.

Durante mucho tiempo, Gotabaya Rajapaksa ha negado las acusaciones de crímenes de guerra que hay en su contra, y Mahinda Rajapaksa también negó las teorías de que trató de mantener el poder por la fuerza tras haber perdido las elecciones de 2015.

Ruki Fernando, activista de derechos humanos. informó sobre las protestas y otras actividades conmemorativas del 30 de agosto para el medio ciudadano Groundviews:

In Digana (Central province), families held a fair at a Catholic church. In Jaffna (Northern province), families from across the North joined a protest march. In Batticaloa (Eastern province), families from the East staged a protest march across the town. The day before, families of the disappeared in Vavuniya (Northern province) had religious observances and in Colombo (Western province). […]

Paangshu, a film highlighting the struggle of a mother looking for her missing son, has been screened in cinemas across Sri Lanka from August. In many cinemas, there were discussions after the screenings.

En Digana (Provincia Central), las familias organizaron una feria en la Iglesia católica. En Jaffna (Provincia Norte), se unieron las familias de todo el norte en una marcha de protesta. En Batticaloa (Provincia Oeste), hicieron una gran marcha de protesta en la ciudad. El día anterior, los familiares de desaparecidos de Vavuniya (Provincia Norte) llevaron a cabo prácticas religiosas, al igual que en Colombo (Provincia Oeste). […]

También se proyectó el film Paangshu, que muestra la lucha de una madre que busca a su hijo desaparecido, en varios cines de toda Sri Lanka durante agosto. En algunos cines, hubo debates luego de la proyección.

Buvini Liyanagamage, diseñadora web de Colombo, tuiteó:

Protestas de ayer en Jaffna por el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.

Por su parte, Groundviews tuiteó:

Una pregunta, dos personas, el mismo dolor:
https://maatram.org/?p=8065
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Conmovedora secuencia de fotos que captura la verdad oculta detrás de las desapariciones forzadas. El dolor de perder seres queridos es una realidad que viven cingaleses y tamiles, madres y padres del sur y el norte de Sri Lanka, que siguen buscando con esperanza.

Los entes de orden público restringieron algunas actividades. Ruki Fernando escribe:

Many of the events faced restrictions and intimidation. Intelligence agents questioned the priest who hosted the event in Digana. Some families in Jaffna were asked not to join the protest and some bus operators pulled out of transporting them due to intimidation.

Hubo restricciones e intimidaciones contra muchas de las actividades. Los funcionarios de inteligencia interrogaron al sacerdote que organizó la actividad de Digana. Se instó a varias familias de Jaffna a no participar de la protesta, y algunos operadores de autobuses desistieron de trasladarlos debido a las intimidaciones.

Groundviews también informó:

A pesar de los esfuerzos de la Policía por detenerlas, las familias de los desaparecidos de la Región Este marcharon a la ciudad de Batticaloa para conmemorar el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.

Un análisis de Sanjana Hattotuwa, miembro de TED y Ashoka, mostró que, aunque las conmemoraciones tenían gran impulso en las redes sociales de Sri Lanka, muy pocas cuentas de políticos se involucraron:

En el Día Internacional de los Desaparecidos, cinco cuentas de diplomáticos y un parlamentario tuitearon sobre las desapariciones forzadas. A primera vista, parece que este trágico asunto tuvo impulso en Sri Lanka, y eso es bueno. Un vistazo rápido sobre los datos indica que no es todo tan color rosa.

Esperanzas truncadas

Cuando Maithripala Sirisena derrotó a Mahinda Rajapaksa en las elecciones de 2015, surgió un rayo de esperanza para las familias de los desaparecidos.

Sirisena admitió por primera vez que 65 000 personas desaparecieron forzosamente durante la guerra civil. Prometió emitir certificados de defunción para que las familias pudieran acceder a los programas gubernamentales de bienestar y también disponer de las propiedades de sus familiares desaparecidos.

En 2015, el Gobierno auspició parcialmente la emblemática Resolución 30/1 del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, y prometió cooperar con Naciones Unidas para promover la reconciliación y la rendición de cuentas en el país.

En 2018, Sirisena creó la Oficina de Personas Desaparecidas, que prometía investigar y establecer el destino de cada desaparecido de Sri Lanka.

Los avances fueron lentos pero firmes hasta 2019, cuando los hermanos Rajapaksa retomaron el poder.

En febrero de 2020, retiraron los compromisos con Naciones Unidas. Según muchos grupos de derechos humanos, los hermanos Rajapaksa también crearon un clima de miedo entre los familiares de las víctimas, quienes sufren amenazas por quejarse o buscar justicia.

En febrero de 2020, Human Rights Watch declaró:

Sri Lankan security forces and intelligence agencies have intensified surveillance and threats against families of victims of enforced disappearance and activists supporting them since Gotabaya Rajapaksa became president in November 2019.

Desde que Gotabaya Rajapaksa asumió la presidencia en noviembre de 2019, las fuerzas de seguridad e inteligencia de Sri Lanka han intensificado la vigilancia y las amenazas contra las familias de las víctimas de desapariciones forzadas y los activistas que las apoyan.

Anteriormente, el presidente Gotabaya Rajapaksa había sido investigado por ser el “arquitecto de los secuestros en camionetas blancas”. En enero de este año, suscitó nuevos sentimientos de indignación cuando dijo, durante una reunión con un representante de Naciones Unidas, que los miles de desaparecidos estaban “muertos en realidad”.

Minoli De Soysa, editor de Groundviews, comentó en su declaración:

But how did they go missing, how did they die? Where is the evidence, where are the records? Can Sri Lanka just dismiss the fate of thousands of its citizens missing from all regions of the country as “actually dead?”

¿Y cómo desaparecieron? ¿Cómo murieron? ¿Dónde están las pruebas? ¿Dónde están los registros? ¿Acaso Sri Lanka puede desestimar el destino de miles de sus ciudadanos desaparecidos de todas las regiones del país porque ya están “muertos en realidad”?

Posteriormente, el despacho presidencial informó que la cobertura de los medios sobre sus declaraciones lo había citado de forma imprecisa, y que lo que el presidente quiso decir era que las investigaciones llevadas a cabo tendrían que haberse hecho antes de emitir un certificado de defunción.

Vindhya Buthpitiya, estudiante ceilandesa que vive en el extranjero, recordó en un tuit que casi nadie en Sri Lanka ha asumido responsabilidad por las desapariciones forzadas, crimen cometido por numerosos regímenes gobernantes a lo largo de la historia del país:

Desde 1971, las desapariciones forzadas han sido un instrumento predominante de terrorismo de estado contra todas las comunidades de Sri Lanka, y nadie jamás fue responsabilizado por eso. Decenas de miles de ceilandeses siguen viviendo con una pérdida no conciliada e irreconciliable.

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