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WhatsApp es la nueva herramienta para feministas venezolanas durante la pandemia

Categorías: Venezuela, Activismo digital, Medios ciudadanos, Mujer y género, COVID-19, Panorama de las redes sociales

Mujer usa su celular en medio de un apagón en Caracas. Foto de Cristian Hernández. Usada con autorización.

Desde el inicio de la pandemia, los colectivos feministas en Venezuela y ONG internacionales han advertido sobre el aumento de la violencia doméstica durante las estrictas medidas de cuarentena implementadas en la mayoría de ciudades venezolanas. Save The Children, organización internacional de derechos infantiles, informó de un aumento de 33 % de pedidos [1] de apoyo para violencia de género física, sexual y emocional en Venezuela desde el inicio de la pandemia en marzo. En los primeros ocho meses de 2020, 172 mujeres fueron asesinadas [2] en Venezuela, esto es un feminicidio cada 43 horas.

Para compensar lo que se percibe como falta de apoyo del Gobierno [3], organizaciones de la sociedad civil y grupos feministas han recurrido a WhatsApp como herramienta para apoyar a la mujeres que enfrentan violencia durante la pandemia. Global Voices entrevistó a las lideresas de cuatro proyectos que tienen la finalidad de ayudar a las mujeres que enfrentan violencia durante la pandemia a través de WhatsApp.

Uquira enseña los principios del feminismo contemporáneo

Antes de la pandemia, integrantes del grupo feminista caraqueño Uquira [4] tomaban las calles para denunciar negligencia del Gobierno, la cultura de la violencia de género y el machismo en Venezuela. Con la pandemia, Uquira ha debido repensar su dinámica de trabajo. Han recurrido a organizar conferencias interactivas en WhatsApp, llamadas foro chats. Melanie Arguinzones, integrante de Uquira, dijo a Global Voices:

WhatsApp es una herramienta genial para el contexto venezolano. Hay muchas mujeres que no tienen computadora o una conexión estable de internet, así que les cuesta entrar a una reunión de zoom, por ejemplo. Para muchas esta puede ser la única y la forma más económica de compartir información, experiencias y pedir ayuda. […] Los foro chats se convirtieron en una buena herramienta para invitar a expertos a que compartan información de temas relacionados a género. Esta nueva dinámica es mucho más inclusiva, porque nos permite acercarnos a mujeres que están fuera de Caracas

Desde que comenzó la pandemia, Uquira ha organizado cuatro foro chats públicos sobre los fundamentos del feminismo [5], el autocuidado feminista [6] y a desmentir teorías de la conspiración [7] sobre las comunidades LGBTQ. El último foro chat, sobre política sexual, fue un curso privado para integrantes de Uquira.

En esos foros, las participantes se registran en un documento de Google y luego reciben enlaces para entrar a un grupo de WhatsApp. El día de la charla, las moderadoras saludan a las participantes, dan a conocer las reglas del grupo y presentan a las invitadas. Luego, analizan el tema con fotos, textos y mensajes de audio mientras las demás participantes están impedidas de enviar mensajes. Al final, las moderadoras abren para una ronda de preguntas de cerca de 40 minutos.

La experiencia ha enseñado a Uquira a tomar medidas de seguridad, como tener un registro obligatorio y mantener el grupo cerrado antes de la ronda de preguntas. “Al comienzo llegaban algunos troles que entraban a los grupos para insultarnos y enviar fotos obscenas. Pero sigue siendo un espacio necesario para nosotras. Queremos usar tantos canales de comunicación como podamos porque queremos que nuestro mensaje llegue, dijo Arguinzones.

#JusticiaParaTodas ofrece grupo de apoyo para familias de victimas de feminicidio

Cuando asesinaron a la madre de Ketsy Medina en 2018, ella sabía que le esperaba un largo camino para que encontrara justicia. Ciertamente, el proceso legal para encontrar al asesino de su madre ha sido lento y difícil. Pronto de se cuenta de que no valía la pena pelear sola contra el sistema legal de Venezuela. Creó un grupo de apoyo en WhatsApp llamado «#JusticiaParaTodas» para mujeres que pasan por su misma odisea. En una llamada telefónica, Medina dijo:

Creamos este grupo de apoyo  para que las familias de las víctimas pudieran construir un espacio para compartir información, actualizaciones de los casos y  buscar apoyo. Presionamos a las instituciones a través de las redes sociales con la información que recopilamos; pero el grupo ofrece algo fundamental para curar una herida tan grande como el feminicidio de un ser querido: compañerismo, comprensión y apoyo.

Ketsy explicó que el nombre del grupo es la misma etiqueta que usaba en medios sociales para denunciar violencia de género y negligencia estatal:

En Venezuela es común ver denuncias de feminicidio en Twitter. Usan el nombre de la víctima: #JusticiaParaGreicy, #JusticiaParaAngela, #JusticiaParaKarla. Nosotras usamos la etiqueta #JusticiaParaTodas, porque juntas somos más fuertes».

Tinta Violeta es una línea de ayuda para victimas de violencia de género durante la cuarentena

En 2019, Daniella Inojosa, fundadora del colectivo feminista Tinta Violeta, vio la necesidad de una línea de ayuda de mujeres. Explicó por WhatsApp:

Cuando comenzó la pandemia, empezamos a pensar: ¿Qué tipo de apoyo tienen las mujeres si son víctimas de violencia? ¿De dónde obtienen ayuda, atención y un espacio para denunciarlo? Lamentablemente, en Venezuela no hay.

Así, Tinta Violeta [8] hizo públicos los teléfonos de algunas integrantes y crearon una línea de ayuda en WhatsApp. Las voluntarias trabajan desde las 6 am. hasta las 10 pm para apoyar, escuchar y aconsejar a mujeres que viven con sus agresores durante el confinamiento.

“Empezamos a invertir en nuestro proyecto de apoyo en 2019 porque queríamos entender cómo apoyar a las mujeres de maneras alternas en una situación de violencia», dijo. Inojosa también explicó que un gran porcentaje de mujeres que las han llamado o escrito ya habían denunciado agresiones de sus parejas a las instituciones legales pertinentes. “El sistema las ha abandonado», continuó.

Inojosa describe la experiencia como una gran responsabilidad que cae en los hombros de su equipo. “A la distancia, debemos lidiar con situaciones muy violentas y alarmantes”, dijo Inojosa. Desde el inicio de la pandemia, Tinta Violeta ha dado apoyo a 215 mujeres, y a 500 personas en total. “También apoyamos a victimas directas o indirectas de violencia, que suele ser el caso de los niños”.

Alimenta la Solidaridad enseña a su red de cocineros cómo ayudar a sus comunidades

Al grupo Alimenta la Solidaridad [9] no le sorprendió saber que sus cocineros son también pilares fundamentales de sus comunidades. “Son mujeres confiables, en contacto con muchas familias de las comunidades en los comedores comunitarios», dijo por teléfono Mariana Luengo a Global Voices. Es psicóloga voluntaria para lo que se han convertido en foros de chat sobre violencia de género organizados por Alimenta la Solidaridad. El objetivo era apoyar a los cocineros para ayudar a las victimas de abuso. “[Los cocineros] también estaban dispuestos a aprender cómo ayudar y asesorar a mujeres y menores que confesaron ser víctimas de violencia en casa,» agregó Luengo.

Alimenta la Solidaridad invitó a psicólogos y abogados de la Universidad Católica Andrés Bello a conversar con los cocineros sober cómo ayudar mejor a la comunidad. Luengo dijo:

La experiencia fue particularmente enriquecedora por las preguntas que las cocineras traían a la mesa: cada uno tuvo un enfoque muy particular después de haber escuchado a los vecinas hablar sobre sus experiencias de violencia y haber vivido situaciones de abuso en un momento u otro de su vida. Las mujeres estaban particularmente enfocadas en la idea de ayudar a los demás, y les ayudó mucho contar con un equipo de psicólogos y abogados para entender cómo apoyar y asesorar sobre qué hacer contra los abusadores.