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Uzbekistán como caos creativo: Interpretación de un fotógrafo de la búsqueda de identidad de su país

Categorías: Asia Central y Cáucaso, Europa Central y del Este, Uzbekistán, Arte y cultura, Fotografía, Medios ciudadanos

”Logomania: poseer el mundo a mitad de precio», 2019. Foto de Hassan Kurbanbaev, utilizada con autorización.

Uzbekistán, país ubicado en Asia Central, es conocido sobre todo por la impresionante arquitectura de la Ruta de la Seda [1] y su rico patrimonio cultural. Sin embargo, detrás de esta imagen «postal» hay una sociedad que sigue luchando por su propia identidad.

Tras el derrocamiento de la Unión Soviética en 1991, la difícil transición del país desde el socialismo ha dejado a muchos en apuros económicos [2], pero como están tan interesados en promover el país como un destino turístico de ensueño, las autoridades uzbekas son muy sensibles a cómo los fotógrafos retratan el país.

En la tradición soviética, la fotografía era un arte político [3] cuyo objetivo era mostrar solo aspectos positivos del Estado para servir a sus fines propagandísticos. Después de su independencia, Uzbekistán aplicó las mismas normas: en 2010, la fotógrafa independiente Umida Akhmedova fue acusada [4] de «insultar a la nación» pues, presuntamente, sus fotos no reflejaban de manera positiva la sociedad uzbeka. Fue condenada [5] en un tribunal uzbeko.

Para comprender el estado actual de la fotografía moderna e independiente, Filip Noubel, editor de Global Voices, habló con el fotógrafo emergente Hassan Kurbanbaev, que ha empezado a exhibir su trabajo en el extranjero, en línea y espera pronto también exhibirlo en la ciudad de Taskent [6], donde vive.

Filip Noubel (FN): Muchas de tus fotos se centran en las distintas interpretaciones de identidad y, a menudo, contraponen la modernidad, y su obsesión con las marcas, con la realidad de la vida cotidiana en Uzbekistán. ¿Cómo describirías tu trabajo?  

Hassan Kurbanbaev (HK): It seems to me that these things are complementary — the search for self-identification and the country itself in the context of time. What is modern Uzbekistan? I think this question ultimately leads to a global reflection on everything that surrounds us, including our everyday life. Our behavior, the way we dress, all demonstrate in a very revealing way our desire for a certain luxury that we could not afford but watched on TV. These symbols for me are a reflection on the question of identity and of a search for it.

Recently, I talked with a guy from Albania who now lives in Tashkent — he said that for him, Uzbekistan is a sort of chaos, where everything is mixed — the beautiful East, the Soviet Union and the imitation of the West, both visually and mentally. It seems to me he determined the state of the country in very accurate terms. We all need to think about this.

In my case, I didn't take pictures for a while. After a break, [I] returned to photography and realized I was in fact taking a course on studying my country while using a camera. I felt like a student, a kind of a child who re-opens his own country. Therefore, my series of photos is, at first glance, very simple. For example, [my piece] «Logomania» is based on the irony found in everyday life and in street chic that can be obtained in the most affordable way.

Hassan Kurbanbaev (HK): Me parece que todo esto es complementario, la búsqueda de la autoidentificación y del propio país en el contexto del tiempo. ¿Qué es el moderno Uzbekistán? Creo que esta pregunta nos lleva definitivamente a una reflexión general sobre todo lo que nos rodea, incluso nuestra vida cotidiana. Nuestro comportamiento, lo que llevamos puesto, todo demuestra nuestro deseo de cierto lujo que no podíamos permitirnos pero que veíamos en la televisión. Para mi, estos símbolos son una reflexión sobre la cuestión de la identidad y de su búsqueda.

Hace poco, hablé con un albanés, que ahora vive en Taskent, que me dijo que para él, Uzbekistán es como una especie de caos, donde todo se mezcla, el maravilloso Oriente, la Unión Soviética y la imitación del Occidente, tanto visual como mentalmente. Me parece que definió el estado del país en términos muy acertados. Todos necesitamos pensar en esto.

En mi caso, no fotografié durante un tiempo. Tras una pausa, volví a la fotografía y me di cuenta de que estaba tomando un curso para estudiar mi país mientras usaba una cámara. Me sentía como un estudiante, un niño que vuelve a abrir su propio país. Por lo tanto, mi serie de fotos es muy simple a primera vista. Por ejemplo, [mi pieza] «Logomania» se basa en la ironía que se encuentra en la vida cotidiana y en la elegancia de la calle que se puede obtener de la manera más asequible.

Un joven tendido en el techo de un auto soviético Zhiguli [7], Oksoy, cerca de Samarcanda, junio de 2019. Foto de Hassan Kurbanbaev, utilizada con autorización.

FN: Ser un fotógrafo no comercial en Uzbekistán no es nada fácil. ¿Cómo has llegado a esta forma de arte y, cómo perciben tus sujetos tu trabajo cuando te acercas a ellos? 

HK: I think it's important to define what we mean by non-commercial photography. If you [compare me] with wedding or advertising photographers, then yes, I am not a commercial photographer. But I can work, for example, for the Financial Times, and get paid for my work — so I am an independent photographer who also works in the commercial field.

In the West, independent photographers can be represented by galleries [and] sell prints but here, there is no domestic art market for photographers. I would really like this situation to change, because [there is] a growing interest from local young people who want to be independent, to make their own series about themselves or their country, but they don't have the resources to do it. I very often have to face financial difficulties in order to make a project; sometimes I feel desperate. Therefore, I have to focus more on the Western market.

I believe that independent photography can be commercially successful and the state itself should be interested in this, if it wants to develop art. If we talk about my working methods, I just try to tell very simply why I take photographs, and sometimes this is enough for people to agree to a portrait.

HK: Creo que es importante definir lo que entendemos por fotografía no comercial. Si [me comparas] con los fotógrafos de boda o de publicidad, pues si, no soy un fotógrafo comercial. Sin embargo, puedo trabajar, por ejemplo, para el Financial Times y me pagan por éso. Así que soy un fotógrafo independiente que también puede trabajar en el campo comercial.

En Occidente, las galerías pueden representar a los fotógrafos independientes [y] vender sus obras, pero aquí no existe un mercado de arte local. Me gustaría que esta situación cambiara, porque [hay] un creciente interés de los jóvenes que quieren ser independientes, hacer sus propias series sobre ellos o su país, pero no tienen los recursos para hacerlo. A menudo tengo que enfrentarme a dificultades financieras para llevar a cabo un proyecto: a veces me siento desesperado. Es por eso que tengo que centrarme más en el mercado occidental.

Creo que la fotografía independiente puede tener éxito comercial y el propio Estado debería estar interesado en esto, si quiere desarrollar el arte. Si hablamos de mis métodos de trabajo, trato de decir muy simplemente por qué tomo fotografías, y a veces esto es suficiente para que la gente acepte un retrato.

Ozodbek, joven actor en Samarcanda, septiembre de 2018. Foto de Hassan Kurbanbaev, utilizada con autorización.

FN: Hay un reconocimiento de la fotografía contemporánea en la sociedad uzbeka y un espacio para que los fotógrafos como tú se conozcan y exhiban su trabajo? ¿Cuál es tu público principal?  

HK: Such a community existed, but among the older generation photographers, such as photo correspondents. There is no domestic art market in the country as such; this, of course, also applies to contemporary photography. The absence of curators and years of state censorship have eventually led to a crisis in art. But there are good changes — last year in Tashkent, photographer and human rights activist Timur Karpov opened an independent space for artists, the 139 Documentary Center. [8] He has great plans to develop independent photography, to do well curated exhibitions. For me, this is an important event considering our context.

Today, the whole world has switched to online and we need to use it, especially for artists for whom this is, sometimes, the only opportunity to show their work. For example, I write on Instagram [9] in English to reach a large audience, although I don't speak English very well. [This] is a chance not only to share my vision, but also to show Uzbekistan, which still seems completely unknown as a country.

HK: Tal comunidad existía, pero entre la vieja generación de fotógrafos, como los corresponsales de fotografía. No hay un mercado de arte local como tal. Esto también se aplica a la fotografía contemporánea. La ausencia de curadores y años de censura estatal han llevado a una crisis en el arte. Sin embargo, hay cambio positivos: en 2019 en Taskent, Timur Karpov, fotógrafo y activista de derechos humanos, abrió un espacio para los artistas, el Centro Documental 139 [8]. Tiene grandes planes para desarrollar la fotografía independiente, para hacer exposiciones bien gestionadas. Para mí, este es un hecho importante considerando nuestro contexto.

Hoy, el mundo entero está en línea y necesitamos utilizarla, especialmente los artistas, para quienes esta a veces es la única oportunidad de mostrar su trabajo. Por ejemplo, en Instagram [9] escribo en inglés para alcanzar un mayor público, pese a que no lo hablo muy bien. [Esta] es una oportunidad para compartir mi visión, y también para mostrar Uzbekistán, que todavía parece completamente desconocido como país.

Manta con dos tigres enamorados en la cordillera Zeravshan, sur de Uzbekistán, junio de 2019. Foto por Hassan Kurbanbaev, utilizada con autorización.

FN: Actualmente, ¿en qué temas estás trabajando?  

HK: I am working on a series about youth from all countries of Central Asia. They are the first generation of people in the so-called five Stans — “new countries” created after the demise of the Soviet Union in 1991 — that continue to emerge as independent societies. These young people are the grandchildren and great-grandchildren of Indigenous people, immigrants, people who were deported to Central Asia for political reasons. They interest me because they are the ones who will make our countries better in every sense. If I manage to find a budget along with the series, I would like to shoot a documentary film.

HK: Estoy trabajando en una serie centrada en la juventud de todos los países del Asia Central. Son la primera generación de personas de los llamados cinco istanes [10], «nuevos países» que se crearon tras la desaparición de la Unión Soviética en 1991, que siguen emergiendo como sociedades independientes. Estos jóvenes son los nietos y bisnietos de los indígenas, de los inmigrantes, personas deportadas en Asia Central por razones políticas. Me interesan porque son los que harán que nuestros países sean mejores en todos los sentidos. Si consigo encontrar un presupuesto junto con la serie, me gustaría rodar un documental.

Descubre más sobre los cambios en la sociedad uzbeka [11]