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Trinidad y Tobago informa de riesgo «entre bajo y nulo» por derrame de petrolero venezolano encallado

Categorías: Caribe, Trinidad y Tobago, Venezuela, Activismo digital, Ambiente, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, Política
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El buque FSO (unidad de flotación, almacenamiento y descarga) Nabarima, en peligro de hundimiento, ha creado una considerable marea negra en el golfo de Paria. Captura de pantalla de un video [1] publicado por Fishermen and Friends of the Sea [2], ONG de Trinidad y Tobago que dio la voz de alarma por este incidente.

Este artículo se publicó originalmente en Cari-Bois News [3]. Aquí se reproduce una versión editada y actualizada dentro del acuerdo de contenidos compartidos con Global Voices.

La primera valoración no venezolana de la situación del petrolero venezolano que se está hundiendo en el golfo de Paria [4], en el mar Caribe, ha confirmado que el riesgo de una marea negra es mínimo.

Fue un equipo de expertos de Trinidad y Tobago recomendado por el Ministerio de Industria y Energía del país el que llevó a cabo la valoración el 20 de octubre. Trinidad y Tobago podría sufrir los peores efectos de esa marea negra si esta llegara a producirse.

En los últimos meses ha habido preocupación regional [5] e internacional [6] por el potencial desastre ecológico que supone el barco dañado, encallado en aguas venezolanas cerca de Trinidad con alrededor de 1,3 millones de barriles de crudo en su interior.

El 22 de octubre, el ministro de Energía de Trinidad y Tobago, Franklin Khan, dijo [7] que las conclusiones del informe «confirman que el buque está en posición vertical y estable, y que hay un riesgo mínimo de que vuelque o se hunda». Se esperaba que el informe completo se publicase el 22 de octubre, pero antes de eso, Khan reveló sus resultados:

The FSO Nabarima is upright and stable with no visible tilt and there is no imminent risk of tilting or sinking. There was no water egress visible on the vessel to the team, it was confirmed that during the incident when the engine room was flooded, as was reported in September, there was no mixing of oil and bilge water, the oil did not leak from the containment tank. This implies that the double hulls are intact and poses minimum risk of an oil spill at this time.

El FSO Nabarima está en pie y estable, sin inclinación apreciable y sin riesgo inminente de volcar o hundirse. El equipo no pudo ver grietas en el casco: se confirma que durante el incidente, cuando la sala de máquinas se inundó, como se informó en septiembre, no hubo mezcla de crudo y agua de sentina, el crudo no se escapó del tanque de contención. Esto significa que el doble casco sigue intacto y el riesgo de una fuga de petróleo es mínimo en este momento.

Supuestamente, el equipo quedó satisfecho con el actual programa de mantenimiento, y recomienda una visita de seguimiento dentro de un mes.

El 16 de octubre, el activista medioambiental Gary Aboud, de la ONG trinitnese Fishermen and Friends of the Sea (FFOS), realizó una visita clandestina [8] al buque, y mostró que se estaba escorando peligrosamente. La visita se produjo dos meses después de que Aboud diera la voz de alarma por el peligro de que se produjera una devastadora marea negra en el golfo.

Desde entonces, el Gobierno de Trinidad y Tobago ha tenido que enfrentar a difíciles preguntas sobre cómo responder a una crisis más allá de su frontera marítima. Amery Browne, ministro trinitense de Asuntos Exteriores y de la Comunidad del Caribe (CARICOM), buscó aclarar los intentos del Gobierno por solventar la situación, después de que Aboud y otros activistas medioambientales acusaron [9] a las autoridades locales de no actuar y de seguir la línea marcada por el Gobierno venezolano:

There seemed to be an expectation in some quarters that the government, because of the concern, must act through some kind of illegal means. That simply is not possible.

Parecía haber expectativas en algunos sectores de que el Gobierno, llevado por la preocupación, actuara recurriendo a ciertos medios ilegales. Eso, simplemente, no es posible.

En los últimos tres meses, las notas de prensa de varios ministerios de Trinidad y Tobago han remitido [10] a las declaraciones de las autoridades venezolanas de que el barco se encuentra «estable», afirmación que el FFOS califica de «propaganda [11]«.

No obstante, Browne insiste en que el Gobierno se ha tomado la amenaza muy seriamente [12] desde el primer momento, y que inmediatamente hizo una petición por vía diplomática para visitar el barco, a pesar de las reiteradas confirmaciones por parte del Gobierno venezolano de que no había motivos de preocupación. Añadió que en principio se había aprobado una visita para el 28 de septiembre, que las autoridades venezolanas cancelaron repentinamente debido a «circunstancias que escapan a su control». Se sugirió cambiarla al 20 de octubre, por lo que Browne dijo:

We immediately got back to them and we informed them that we would not wish to wait until October; we want to do an immediate fly-by or sail around of the vessel at least to be able to lay eyes on the situation, to get an idea of the tilt […] or any of the other parameters so that we know if this is an unfolding environmental emergency. Venezuela responded that they would not be able to facilitate that.

Inmediatamente los contactamos y les informamos que no queríamos esperar hasta octubre: queremos realizar un vuelo de reconocimiento o circunnavegar el barco inmediatamente para al menos poder ver la situación con nuestros propios ojos y tener una idea de la inclinación (…) o de cualquier otro parámetro que nos permita saber si estamos ante una emergencia ambiental en pleno desarrollo. Venezuela respondió que no pueden facilitarnos este acceso.

Aboud y otros ciudadanos preocupados cuestionan por qué esta información se ha mantenido oculta a la opinión pública hasta ahora.

Trinidad y Tobago comparte un tratado con Venezuela [13] sobre delimitación de zonas marinas y submarinas en el golfo de Paria, por el que ambas partes están obligadas a «informarse mutuamente sobre cualquier indicación de contaminación real, inminente o potencial de importancia que suceda en la zona fronteriza marítima».

No obstante, Trinidad y Tobago pertenece a un pequeño grupo de países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños [14] (CELAC) estados cuyos Gobiernos han permitido poco examen público de la firma del Acuerdo de Escazú [15], tratado pionero que refuerza el vínculo entre la protección ambiental y los derechos humanos en América Latina y el Caribe.

Ratificar el Acuerdo de Escazú, al que solo le falta una firma para entrar en vigor, ayudaría a garantizar el derecho público a la información sobre amenazas ambientales como la que supone el FSO Nabarima.

Haciéndose eco del espíritu del Acuerdo de Escazú, Aboud, en un video publicado en Facebook el 20 de octubre, dice [16] que dado el potencial peligro de un derrame que afecte a todo el Caribe, la crisis actual exige una respuesta regional unida:

Five of the seven of the world’s marine turtles live in our Caribbean sea and each island has a tourism product that depends on whales, on dolphins, on fish, on crabs, on a clean and healthy sea.

Cinco de las siete especies mundiales de tortugas marinas viven en nuestro mar Caribe y todas las islas tienen un producto turístico que depende de ballenas, delfines, cangrejos, de un mar limpio y sano.

Pide un acuerdo vinculante de todos los miembros de CARICOM que permita a las naciones de la zona compartir información, recursos y capital humano para enfrentarse a las amenazas que afectan a todos.

Tras la visita de Aboud al barco encallado, la embajada de Estados Unidos en Trinidad y Tobago emitió una declaración [17] en apoyo de que se acometan «acciones inmediatas para acomodar al Nabarima según los estándares internacionales de seguridad, y para evitar cualquier posible daño ambiental», además de dejar claro que las «actividades para evitar un desastre ecológico» no contravengan las sanciones impuestas a Venezuela.

Recientes informes internacionales afirman [18] que la empresa estatal venezolana de petróleo, Petróleos de Venezuela (PVDSA), ha enviado un petrolero para participar en la descarga del crudo contenido en el FSO Nabarima. Un conocedor del asunto dijo a Reuters [19] que PVDSA planeaba recuperar parte del crudo trasvasándolo de un barco a otro.

El ministro Khan confirmó [7] que PDVSA ha comenzado el trasvase de crudo a su petrolero aframax Ícaro, pero insistió en que el informe de Trinidad y Tobago recomendó que el trasvase de crudo debería hacerse utilizando un barco mayor, ya que el Ícaro solo puede almacenar una cuarta parte de la capacidad del Nabarima, que es de 1,3 millones de barriles.

Mientras tanto, en otra entrevista [20] con el Trinidad Express, Browne alabó la «alarma e interés del pueblo de Trinidad y Tobago ante la situación del Nabarima» que ha incitado al Gobierno a buscar soluciones.