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Hongkoneses desanimados al desvanecerse posibilidades de reelección del presidente Trump

Categorías: Asia Oriental, China, Hong Kong (China), Elecciones, Medios ciudadanos, Política, Protesta, Relaciones internacionales
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Manifestantes con banderas estadounidenses en protestas contra las leyes chinas de extradición. Foto de The Stand News, con autorización.

Este artículo es de Rachel Wong y apareció [2] originalmente en Hong Kong Free Press (HKFP) el 6 de noviembre de 2020. Esta versión editada se publica en Global Voices gracias a un acuerdo para compartir contenido con Hong Kong Free Press.

Enfrentados al fracaso de las sucesivas protestas de los últimos año en la ciudad, a una draconiana ley de seguridad [3] y a una represión creciente de las figuras democráticas y de los medios, los activistas hongkoneses han ido depositando cada vez más [4] sus esperanzas de democracia en los líderes extranjeros, especialmente en el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Ahora, con Trump cada vez más desmarcado en las elecciones de Estados Unidos, algunos activistas se desesperan, mientras otros son prudentes y reconocen que no tienen derecho a inmiscuirse en la batalla política estadounidense.

La usurpación acelerada de la autonomía de Hong Kong por parte de China gracias a la ley de seguridad y a los frecuentes arrestos de políticos, activistas y periodistas ha reducido el movimiento a favor de la democracia a su mínima expresión, y Trump parecía ser una figura con la que se podía contar en la lucha contra Xi.

Independientemente de la reputación de Trump, este exempresario y estrella televisiva ha conseguido innumerables apoyos en Hong Kong por su aparente enfrentamiento con el presidente Xi Jinping (y con China en general).

Trump aprobó la ley [5] de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong, que impone sanciones a funcionarios por violar los derechos humanos. En 2019, Estados Unidos también aprobó legislación que penaliza a funcionarios del Partido Comunista Chino (PCC), no solo por transgresiones sucedidas en Hong Kong, sino también por abusos contra la población uigur [6] de Sinkiang.

El Departamento del Tesoro impuso sanciones [7] a 11 funcionarios de Hong Kong y China continental —incluida la jefa ejecutiva Carrie Lam— por violaciones de derechos después de que entró en vigor el 30 de junio la ley nacional de seguridad elaborada por Pekín, que criminaliza la subversión, la secesión, el terrorismo y la conspiración con fuerzas extranjeras.

Washington ha cancelado la posición comercial especial de Hong Kong por considerar que la ciudad ya no es lo suficientemente autónoma de China continental, y Trump también ha protagonizado su propia guerra comercial contra Pekín: envió altos cargos a Taiwán y vendió armas a la isla, a pesar de la indignación de China, además de atacar duramente a Pekín por su hermetismo y la lentitud de su respuesta a la emergencia que provocó la pandemia de COVID-19.

Esta acumulación de golpes a Pekín ha conducido a que muchos hongkoneses crean que Trump es su única esperanza para derrotar al PCC y conseguir finalmente la democracia. Si elegían al demócrata Joe Biden, el temor es que adopte una postura más tibia en las relaciones diplomáticas entre China y Estados Unidos.

«Antes de ser formalmente elegido, Biden ya dijo que volvería a suscribir el Acuerdo de París sobre el cambio climático. La ley de derechos humanos también está condenada», escribió [8] un internauta en el foro LIHKG [9] para expresar su preocupación, que muchos comparten, de que las maniobras de Trump contra Pekín queden anuladas.

«Si Trump pierde, significa que todo el mundo será fascista y ‘rojo’ [con inclinación a China] en nombre de una democracia falsa», escribió [10] otro internauta, y añadió que la soberanía de Taiwán y el este de Asia se vería amenazada:

The governments of European countries and Korea will continue bowing down to the Chinese Communist Party. The entire world is doomed, as we are moving into a worse situation than World War II and the Cold War when there were still liberal countries on our back.

Los Gobiernos de los países europeos y Corea continuarán plegándose a los dictados del Partido Comunista Chino. El mundo entero está condenado, nos dirigimos a una situación peor que la de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, cuando aún quedaban países progresistas que nos respaldaban.

Según el relato de esos internautas, China se ha adueñado del control de las más importantes organizaciones mundiales y de los medios de comunicación occidentales. Algunos expresaron su temor [11] de que Biden tome represalias contra Hong Kong después de que varios de los miembros más reputados de los medios locales prodemocracia expresaran su apoyo a Trump.

Otro internauta cuestionó por qué tantos estadounidenses odian tanto a Trump:

During his term, the US has been the most domineering in the international community, has been pressuring China, and its stock market keeps going up. True, the pandemic took away many lives, but it’s the same for all countries.

Durante su legislatura, Estados Unidos ha sido el país más dominante en la comunidad internacional, ha presionado a China, y su mercado de valores sigue subiendo. Es cierto que la pandemia se llevó muchas vidas, pero en todos los países es igual.

Académicos y políticos de todo el espectro político sugieren que la influencia de los medios sociales puede crear una cámara de resonancia con el poder de persuadir a los seguidores de ambos bandos de que van ganando.

Mientras tanto, algunos internautas expresaron su frustración con Twitter y Reddit, que consideran semilleros de la izquierda. Una cuenta llamada «PolyU Associate Tertiary Degree» preguntó:

Why don’t you browse on pro-Trump 4chan and instead torture yourselves with leftards’ Reddit?

¿Por qué no buscan opiniones a favor de Trump en 4chan en lugar de torturarse con los leftards de Reddit?

«Leftards» es un término [12] que se refiere a personas de izquierda poco realistas.

Entre todo el ferviente apoyo a Trump y la frustración por la victoria de Biden, un internauta escribió [13] un artículo en el que urgía a otros no discutir con demócratas estadounidenses, y en su lugar, explicarle al mundo por qué no deben alinearse con el Partido Comunista:

Hongkongers should not directly interfere in the rivalry between the two [US] parties. Rather, we should focus on promoting how the Chinese Communist Party and communism [are] destroying universal values of the world, committing crimes against humanity, violat[ing] human rights. Do not vent anger on the US elections. You are indirectly disparaging the image of the country.

Los hongkoneses no deben interferir directamente en la rivalidad entre los dos partidos [estadounidenses]. En vez de eso debemos centrarnos en dar a conocer cómo el Partido Comunista Chino y el comunismo están destruyendo los valores universales del mundo, cometiendo crímenes contra la humanidad, violando derechos humanos. No muestren indignación por las elecciones estadounidenses. Están despreciando indirectamente la imagen del país.

El artículo continúa:

Please believe that the 200-year-old democratic system in the US can resolve problems. […] You may discuss among yourselves but don’t go and pick fights with US leftists. We should learn from history and not make the same mistake as Chiang Kai-shek [14].

Por favor, crean que el sistema democrático estadounidense de 200 años puede resolver problemas (…). Pueden discutir entre ustedes, pero no busquen enfrentamientos con izquierdistas americanos. Debemos aprender de la historia y no cometer el mismo error que Chiang Kai-shek [15].

Chiang fue presidente de la República de China y líder del Kuomintang [16] durante la guerra civil con el Partido Comunista Chino. En 1948, cuando competían por la presidencia de Estados Unidos el demócrata Harry Truman y el republicano Thomas Dewey, los partidarios de Chiang hicieron campaña a favor de Dewey. Cuando Truman ganó las elecciones, el gobierno de Chiang se consideró insalvable y se tuvo que retirar a Taiwán al año siguiente.

Algunos prominentes activistas prodemocracia, como Sunny Cheung [17], que dejó la ciudad después de que se promulgó la ley de seguridad, y Frances Hui, que escribió una columna [18] titulada «Soy de Hong Kong, no de China», también fueron blanco de la ira de los internautas. Sus anteriores entradas en Facebook, que aclaraban [19] algunas de las desinformaciones sobre votos fraudulentos y sugerían [20] cómo debían posicionarse los hongkoneses durante las elecciones estadounidenses, se etiquetaron como favorables a Biden.

Algunos usuarios indignados de medios sociales los condenaron por oportunistas y por adular a los demócratas, y afirmaron que habían traicionado al movimiento. En respuesta a los ataques, Hui cuestionó si los internautas prodemocracia se habían convertido en una «máquina propagandística al estilo del Gobierno» y urgió a los críticos a no apoyar a ninguno de los candidatos.

La activista prodemocracia Joey Siu, consejera del grupo internacional multipartidista Alianza Interparlamentaria para China, escribió en Facebook [21] que los estadounidenses están eligiendo a sus propios líderes y tienen otras consideraciones políticas aparte de la postura de su país sobre China:

Don’t you think they should consider abortion rights, LGBTQ rights, racial justice, climate change, taxation, employment opportunities when voting?

¿No creen que deberían considerar el derecho al aborto, los derechos LGBTQ, la justicia racial, el cambio climático, los impuestos o las oportunidades de empleo cuando voten?

En otra entrada [22], urge a los internautas a respetar los resultados, sean o no favorables, y a dejar de difundir desinformación.

Samuel Chu, fundador y director ejecutivo del Consejo por la Democracia de Hong Kong, dijo [23] a The Stand News que ningún candidato presidencial podía salvar a Hong Kong en solitario, y sugirió que los hongkoneses no deben aferrarse a la idea de que un candidato sería mejor que el otro.

En otra declaración añadió que fuera cual fuera el resultado final de las elecciones presidenciales o qué partido controla el Senado, ambos partidos estadounidenses y sus líderes han prometido su apoyo a las aspiraciones democráticas de los hongkoneses.